Casa de Israel - בית ישראל


Desde " Casa de Israel " trabajamos para hacer frente al antisemitismo , la judeofobia y la negación o banalización de La Shoá ( Holocausto) .
No olvidamos las terribles persecuciones a las que fue sometido el pueblo judío a través de los siglos , que culminaron con la tragedia de La Shoá .
Queremos tambien poner en valor y reconocer la fundamental e imprescindible aportación de este pueblo y de la Instrucción de La Torá , en la creación de las bases sobre las que se sustenta la Civilización Occidental.

"... עמך עמי ואלהיך אלהי ..."

lunes, 30 de noviembre de 2015

Acto solemne con motivo de la Ley 12-2015 en materia de concesión de nacionalidad española a los sefardíes

Discurso de Elías Cohen Truzman, joven profesional, nieto de víctima del Holocausto y segunda generación de retornados sefardíes, dirige unas palabras durante el acto

Elias Cohen en su discurso ante S.M. el Rey
 Majestad:
Por el motivo que aquí nos reúne, me gustaría compartir la historia de mi familia; mi historia, la de un judío español del siglo XXI. Es un relato repleto de lealtad, de perseverancia, de orgullo y de futuro. Y que refleja la conexión y el amor profundo y desinteresado de los sefardíes —"españoles sin patria", como les definió el senador Ángel Pulido— con España.
En las décadas de los años 30 y 40, todos mis abuelos nacieron en el Protectorado español del norte de Marruecos: en Alcazarquivir, en Villa Sanjurjo y en Nador.
Su lengua materna, y la que hablaban en el día a día, era el castellano, su lealtad institucional era para con España, y su corazón, como el corazón de sus ancestros durante siglos, pertenecía a Sefarad, que, como Su Majestad conoce, en hebreo significa España.
En consecuencia, cuando el Protectorado llegó a su fin, mis abuelos decidieron retornar hacia su destino natural: vinieron a Málaga, a Córdoba y a Barcelona. Buscaron aquí una vida mejor para sus hijos, mis padres, y la encontraron. Trabajaron incansablemente, ayudaron a construir las comunidades judías hoy existentes y establecieron un hogar; y de esta manera yo fui el primero de mi árbol genealógico nacido en suelo español desde 1492.
Para mi familia, el miedo a los prejuicios y a los estigmas del pasado no supuso ningún impedimento para vivir, desarrollarse y progresar en España. Tampoco ese pasado impidió que me educaran en los valores que vertebran las sociedades abiertas y libres: respeto al prójimo, honradez y caridad. Fui criado como judío y como español, porque en mi casa no se habló otra lengua que la castellana y nuestras costumbres no eran otras que las españolas. Mi padre leía conmigo el Quijote y Mortadelo y Filemón y mi abuelo me enseñaba a rezar los poemas de Salomón ibn Gabirol el día de Yom Kipur.
Por ello, como español y como judío, no puedo estar más orgulloso de que hoy todos los sefardíes puedan optar, por derecho, a ser españoles. Mis abuelos también lo estarían, mis padres lo están, yo lo estoy y, por supuesto, mis hijos lo estarán, y verán el día de hoy como una fecha histórica que permanecerá siempre en sus memorias.
Esta ley que hoy meritamos se erige también como un tributo póstumo a la inmensa mayoría de sefardíes que durante su largo periplo en el exilio permanecieron fieles a España.
Dicen que la mía es la generación millennial, una generación inquieta que, con todas sus bondades, tiende a mirar hacia delante sin tener presente su pasado y sus orígenes. En este sentido, gracias a mi herencia y condición sefardí, sé que nunca debemos rendirnos ante las adversidades ni olvidar de dónde venimos. Esta lección se torna hoy necesaria, en el tiempo dinámico y a la vez incierto que nos ha tocado vivir. Y nos ha permitido, a los judíos españoles, estar integrados en la sociedad, ser activos, responsables y orgullosos de nuestro legado; nos hemos implicado a diario en hacer de este país y de este mundo un lugar mejor. Y seguiremos haciéndolo. Volveremos a brillar como hicieron las luminarias de Sefarad. Porque eso es lo que aprendí en mi familia y esos son los valores que hacen a una nación prosperar y superar las dificultades.
Tras esta ley, Majestad, Sefarad, hoy más que nunca, significa España.
Muchas gracias.
Fuente :libertaddigital.com

S.M. el Rey, a los descendientes de los sefardíes expulsados hace 500 años: «¡Cuánto os hemos echado de menos!»

A este recepción real fue invitado D. Pedro Gomez-Valadés , Presidente de la Asociación Galega de Amizade con Israel ( AGAI )
  Esta invitación de la Casa Real, a un acto tan emotivo , representa un reconocimiento al trabajo del Presidente  de AGAI y al de todos sus miembros , durante estos últimos 10 años, fecha de la fundación de esta asociación de apoyo a Israel.
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S.M. el Rey D. Felipe VI se dirige a los asistentes a este acto

«¡Cuánto os hemos echado de menos!» Con estas palabras, el Rey ha saludado en la mañana de este lunes en el Palacio Real a los descendientes de los sefardíes que hace 500 años fueron expulsados de España y que, ahora, gracias a una nueva ley, pueden optar a la nacionalidad española. «Yo quiero deciros que ya estáis de nuevo en vuestra casa, que ya habéis vuelto para siempre a vuestro hogar», añadió.
 D.Pedro Gomez-Valadés(a la derecha), Presidente de AGAI , en el Palacio Real antes del comienzo del acto.

«Con esta ley -les dijo Don Felipe- queremos expresaros que contamos con vosotros para caminar juntos, porque todos somos ciudadanos españoles, en la construcción de una España cada día mejor». «Esperamos mucho de vosotros», advirtió el Rey, «pues no olvidamos el talento y la contribución que la comunidad sefardí española realizó durante tantos siglos».
 D.Pedro Gomez-Valadés, Presidente de AGAI , saludando a S.M.el rey Felipe VI

El Rey también les transmitió un mensaje de agradecimiento: «Gracias por haber hecho prevalecer el amor sobre el rencor y por haber enseñado a vuestros hijos a amar esta patria española». Además, les agradeció su lealtad y que hayan guardado «como un preciado tesoro» la lengua judeoespañola o djudezmo y también la haquetía, Don Felipe se mostró convencido de que con la aprobación de esa ley, la 12/2015, se ha escrito «una nueva y positiva página de la historia» y quiso honrar a esta norma «que he tenido el gran honor y orgullo de sancionar como Jefe de Estado» en un lugar «cargado de gran simbolismo», el Palacio Real.
 D.Pedro Gomez-Valadés, Presidente de AGAI , con D. Isaac Querub Caro , Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE)

«A través de esta norma regresa formalmente al tronco común de la nación española una de las ramas que, en su día, fue tristemente separada», afirmó el Rey, quien también destacó el «amplio consenso» que ha obtenido esta ley por parte de los grupos parlamentarios de ambos cámaras.
En el acto también intervino el ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien afirmó que España ha dado los pasos necesarios para corregir «esa injusticia histórica» que supuso la expulsión de los judíos hace 500 años. «Volver a Sefarad ya no es una ilusión», agregó. Según Catalá, son 4.300 los sefardíes que han obtenido la nacionalidad española por carta de naturaleza, justo antes de la entrada en vigor de esta ley, y otros 583 los que se encuentran en fase tramitación tras la aprobación de la nueva norma.
En nombre de los sefardíes, intervino el presidente de la Federación de Comunidades Sefardíes, Isaac Querub, quien afirmó: «Hemos sido y siempre seremos embajadores de un país al que fuimos incapaces de dejar de amar».
El acto se celebró en el comedor de gala del Palacio Real, donde se estrenó un formato no utilizado hasta ahora en el reinado de Don Felipe. Allí, uno de los mayores exponentes de la canción sefardí, Paco Díaz, interpretó dos obras con instrumentos de la época, «La cristiana cautiva», con zanfona, y «Alta, alta es la luna», con mandola.
Fuente:abc.es

Lapid, al asalto de Netanyahu: "Si quieres sobrevivir en Israel, debes disparar"


Cuando uno pasa unas horas con Yair Lapid (Tel Aviv, 5 de noviembre 1963) no sabe si está con el futuro primer ministro de Israel o con una refrescante anécdota en la convulsa historia política escrita en hebreo. El tipo tiene carisma y humor. Cualidades que no siempre tienen loslíderes salidos de la cantera militar o sindical. Como apuntó una vez, el mundo no se divide entre izquierda y derecha sino entre los que tienen humor y los que no. Y, no es broma, éstos últimos son mayoría. El drama es que no lo saben.
Yair Lapid es Israel. Pero no el Israel que sale en los telediarios. No es el soldado, colono o ultraortodoxo. Tampoco el profesor que pide el boicot de su país, el emprendedor de high tech o el jugador del Maccabi Tel Aviv que mete triples con la Mano de Elías. Lapid es el espejo del mayoritario centro que no se fía de los palestinos pero acepta la creación de su Estado para poder separarse de ellos.
Para explicar el fenómeno Lapid, hagan el siguiente ejercicio. Cojan al presentador de televisión y articulista más famoso de España, cierren los ojos y vístanlo como fundador de un partido exitoso, poderoso ministro y candidato al trono.
«Estoy preparado para ser primer ministro de Israel», proclama mientras saborea un espresso en su despacho de la Knésset (Parlamento) en Jerusalén. En apenas tres años y con más canas, Lapid ha tenido tiempo para crear un partido político, cosechar un triunfo apabullante en sus primeras elecciones (2013), mantenerse en la rueda en las siguientes (2015), ser ministro de Finanzas sin saber de finanzas, decidir asuntos de vida o muerte en el gabinete más restringido y ahora, desde la oposición, preparar el asalto a la cima. Por algo el animal político con el instinto de supervivencia más agudo, Benjamín Netanyahu, le teme especialmente.
Este hombre de complexión fuerte (en su insensata juventud, fue boxeador) tuvo una escritora exitosa, Shulamit, como madre y un padre total: Yosef Tommy Lapid, superviviente del Holocausto que a los 13 años vio como los nazis se llevaron a su padre a las cámaras de gas y emigró a Israel para convertirse en abogado, periodista, escritor, político y ministro.
Tras su muerte en el 2008, Lapid publicó el mejor de sus 11 libros usando la ácida pluma póstuma de su padre para una apasionante biografía. «No es la historia de mi padre sino de Israel», puntualiza el autor del best-seller Recuerdos tras mi muerte.
Su adolescencia estuvo marcada por la memoria de la Shoa, la rebeldía en la vibrante Tel Aviv y la influencia cultural estadounidense. La mala suerte hizo coincidir su servicio militar con la guerra del Líbano (1982). La buena suerte es que abandonó el frente de combate después de que una granada de mano le provocara un ataque de asma. Ya en casa, su padre recibió la visita del oficial del Departamento de Caídos que vino para notificar su muerte. Es lo que pensaron al encontrar su bolsa entre los restos de un jeep militar en el Líbano. El vehículo pisó una mina y saltó por los aires matando a sus ocupantes. Doscientos metros antes, el joven Lapid se había bajado.
Dos años después, la vida le golpeó con la muerte de su hermana mayor Mijal en un accidente de tráfico. Se casó con Tamar, se convirtió en padre y se divorció. Su verdadero amor lo encontró en Lihi, una bella periodista con la que sigue casado. Tuvieron un hijo y una hija a la que diagnosticaron autismo. Lapid abandera la lucha a favor de más inversiones estatales en los niños autistas.
El terrorista palestino Musa Abd Al Qadir Ghanimat tiene la «culpa» de que Lapid renunciara a su prometedora carrera como productor en Hollywood. El 21 de marzo de 1997, este explosivo emisario del grupo islamista Hamas entró en la cafetería Apropo de Tel Aviv y activó la bomba de su mochila. Tres personas fueron asesinadas. Minutos antes el padre de Lapid había tomado allí su café. Como cada mañana.
«Le llamé enseguida. Le dije: "Lo dejo todo y vuelvo a Israel". Aunque seguramente hubiera vuelto de todas formas. No me siento en casa en otro sitio del mundo. Puedo estar muy bien en EEUU o España, pero donde me siento perteneciente a algo es en Israel. El gran problema del siglo XXI es la pertenencia. Muchos hacen cosas muy extrañas para sentirse parte de algo. Viajan a la India, se integran en sectas... En Israel, el sentimiento de pertenencia es inherente», cuenta con orgullo.
Tras ser actor, escritor, compositor, articulista, periodista y presentador, Lapid llegó a una conclusión: «Israel me necesita». Podía haber lanzado una start up pero creó algo menos novedoso: un partido. Con mano de hierro y sonrisa de telediario, dirige Yesh Atid («Hay Futuro»).
Quizá se sentía en deuda con el país que le mimaba. Cansado de presentar el informativo de mayor audiencia, escribir la página más leída sobre «qué es ser israelí», cantar en público y hacer un millonario anuncio de un banco, Lapid se lanzó a las revueltas aguas de la Knésset.
¿Por qué abandonó la comodidad de la pequeña pantalla para ser un político más acribillado por los rivales?
 
Por una sencilla razón. Tengo tres hijos. Creo que todos tenemos una función en el mundo. Y los judíos no tenemos otro lugar en el mundo. Cualquiera que pueda influir en el destino del pueblo judío debe hacerlo. Es una sensación problemática porque puedes caer en la megalomanía.
El rostro más popular y guaperas se convirtió en líder de la segunda fuerza política. Netanyahu no tuvo más remedio que nombrarle ministro de Finanzas. El hombre que había reconocido no tener ni idea de economía aprendió en tiempo récord. Va al despacho en Jerusalén conduciendo su coche a diferencia de muchos dirigentes israelíes que, acostumbrados al chófer, no tocan un volante desde hace décadas.
«La política israelí está preparada para el cambio de generaciones. Llegamos hace tres años para renovar el liderazgo. Pero recuerda que aquí la cuestión más importante es la seguridad. Y en este aspecto la gente suele ser más conservadora», cuenta explicando quizá su guiño al centroderecha a raíz de los 50 apuñalamientos de palestinos a israelíes en octubre.
Es cuando Lapid se enciende. Hace unos días viajó a Londres y París como ministro de Exteriores «alternativo». «Europa no entiende que los israelíes se sienten tratados de forma injusta. Miles de ejemplos confirman este sentimiento. No puede ser que una y otra vez los terroristas disparan misiles contra nuestros hijos e Israel siempre es vista como la única culpable. No puede ser que un palestino apuñala a israelíes como pasa ahora casi a diario, policías le disparan y en la prensa europea se resuma con el titular "Un palestino muerto"».
Cuando viaja por el mundo, ¿no siente una pérdida de apoyo y de la imagen de Israel?
 
Sí. El primer motivo es que desde el 2005 hay una campaña mundial sin precedentes promovida por decenas de organizaciones contra Israel. Quien está detrás del movimiento del boicot no es una organización de derechos humanos sino la yihad mundial. Financiada por personas de Catar y otros países que no apoyan la solución de dos Estados, sino la del Estado palestino sobre las ruinas de Israel. Están a favor de la paz si incluye la muerte y expulsión de los israelíes. Intentan convencer al mundo de que Israel es un salvaje ocupador, pero no le dicen que en dos ocasiones en los últimos años Israel ofreció más del 90% de Cisjordania para construir su Estado, pero los palestinos no lo aceptaron. Personas que dicen defender derechos humanos, pero apoyan grupos y países antisemitas que asesinan homosexuales y golpean a las mujeres. El segundo motivo es que Israel lo tenía más fácil cuando era pequeña y débil. Ahora somos más fuertes a nivel militar y tecnológico. Cuando hay un duelo militar, mueren más palestinos que israelíes y el mundo no se pone a analizar los sistemas de defensa que salvan vidas, sino que hay 100 palestinos muertos por solo uno israelí, por lo que la simpatía va hacia ellos. Lo que no llega a los medios es que los palestinos intentaron asesinar no a 100, sino a 10.000 israelíes, entre ellos niños y mujeres, pero no tuvieron éxito. Prefiero perder la guerra mediática y que mis hijos estén vivos.
Su target es la clase media. Tiene cierto aroma burgués como su abuelo, que vivía en una mansión de Novi Sad donde tenía su despacho de abogado. Allí nació su padre. Un amante de la comida, la ópera y la bronca. Un ateo orgulloso de ser judío: «Cuando era niño, Dios nunca me interesó de forma especial y tras el Holocausto dejé de creer totalmente. Soy judío de la forma más profunda que uno puede ser. Judaísmo es mi familia, mi civilización, mi cultura y mi historia».
Su hijo recuerda las crispadas tertulias televisivas en la que su padre gritaba contra la enorme influencia religiosa. Un día, el interlocutor ultraortodoxo le preguntó: «Si no crees en Dios, ¿quién te definió como judío?». La respuesta fue fulminante: «Hitler».
Su padre no supo tratar al joven Yair. Éste, ya con hijos, le consoló: «Papa, supiste educarme sólo hasta los 13 años, la edad exacta en la que perdiste a tu padre».
El Holocausto es aún vital para descifrar Israel. «Claro que es vital. ¿Cuántos habitantes tiene España?», me pregunta. «Casi 47 millones», respondo. «¿Seguiría siendo vital para España si 25 millones de españoles hubieran sido asesinados? A nivel proporcional, eso es lo que paso a los judíos en la Shoa. Es parte de la vida de los israelíes».
¿Israel puede seguir siendo una democracia y al mismo tiempo ocupante?
 
Nosotros salimos del Holocausto con dos conclusiones contradictorias que chocan constantemente. La primera es que debemos sobrevivir y defendernos sin depender de otros, pero también seguir siendo morales. Le pongo un ejemplo. Terroristas te disparan desde una guardería. Si eres moral, no hay que disparar ya que quizá haya niños. Si quieres sobrevivir, debes disparar para salvar tu vida y la de tus compañeros. Es un dilema constante de Israel. El mundo suele ignorar que pese a todo seguimos siendo morales. Es uno de los grandes éxitos de Israel. La segunda contradicción es entre Estado judío y Estado democrático. La única solución para que Israel siga siendo judía y democrática es separarnos de los palestinos. Si no lo hacemos, pedirán en unos años votar en nuestro Parlamento. Si les permitimos, dejaremos de ser un Estado judío y si no, dejaremos de ser democráticos.
No me despido de Lapid sin hablar de elecciones. Las de España. El mago electoral da dos consejos a los candidatos: «No deben mentir demasiado porque al final todo se descubre. Deben decidir la estrategia y ser fiel a ella aunque durante la campaña hay muchos que exigen cambiarla».
Lapid era un boxeador fuerte sin talento. En YouTube circula un vídeo en el que muestra cómo se desmoronó ante los porrazos de un rival con nombre poco cordial: Tyson. Más allá de recibir golpes, aprendió a caerse y levantarse. Lapid (antorcha, en hebreo) afronta el combate de su vida en la Knésset. El cuadrilátero donde los golpes de Tyson son un juego de niños.
Fuente:
Sal Emergui
Reportaje fotográfico Uriel Sinai
elmundo.es
 

domingo, 29 de noviembre de 2015

Una sefardí logra a los 80 años su sueño de obtener la nacionalidad española

Daniel Jalfon, judío nacido en Marruecos y residente en París, se ha remontado hasta siete generaciones para conseguir la nacionalidad a su madre, Simona, que ha superado los dos exámenes del Instituto Cervantes

Daniel Jalfon es judío nacido en Marruecos y residente en París. Durante los últimos meses se ha remontado hasta siete generaciones e incluso ha llegado hasta las tumbas de sus antepasados, judíos españoles, para conseguir la nacionalidad a su madre, Simona, que a sus 80 años ha superado los dos exámenes del Instituto Cervantes y que, probablemente, será de las primeras en conseguir el pasaporte español a través de la Ley de nacionalidad de judíos sefardíes.
Corría el año 1492 cuando los tatarabuelos de los tatarabuelos de Simona fueron expulsados de España por los Reyes Católicos a través del Edicto de Granada, que compelía a la conversión forzosa o a la expulsión. Los antepasados de esta marroquí asentada en Francia pero de corazón español, optaron por la segunda vía.
Jalfon se pone serio al recordar lo que tuvieron que pasar sus propios familiares hace 500 años. «Cuando les expulsaron de España se fueron a través del Mar Mediterráneo dando tumbos y algunos llegaron hasta Egipto», cuenta. Esto lo descubrió gracias al apellido de su madre, que figuraba en una lista de expulsados. Esta será una de las pruebas que tenga que presentar ante el notario cuando viaje a España para comparecer ante él -requisito imprescindible que establece la ley para obtener la nacionalidad-. Pero no será el único. Por ello, su hijo ha recopilado todos los documentos, incluida la ketubá -acta de casamiento según las tradiciones de Castilla- y ya tiene el certificado de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE).
Más de 3.000 solicitudes
Este documento acreditativo ya lo han solicitado un millar de sefardíes y la Federación ya ha firmado y otorgado 60 certificados. Además, calculan que más de 3.000 personas ya han solicitado la nacionalidad completando el formulario online habilitado por el Ministerio de Justicia. No hay un perfil concreto. La han pedido padres, hijos, abuelos -alguno de 99 años- y de todos los países, de Latinoamérica, Argentina y Turquía, entre otros.
A estos se suman los 4.302 sefardíes que estaban esperando la resolución de su expediente cuando entró en vigor la nueva ley. Para no someterles de nuevo al inicio del procedimiento, el Gobierno aprobó un Real Decreto para concederles la nacionalidad por carta de naturaleza. No obstante, el presidente de los judíos españoles, Isaac Querub, señala que este son procesos que llevan su tiempo y duda que puedan obtener la nacionalidad antes de las elecciones generales del 20 de diciembre para poder votar. «El amor a España es incuestionable, pero que sean españoles antes del 20D es un poco difícil», apunta.
En todo caso, Simona no pierde la esperanza de poder hacerlo. Tanto es su cariño por España que cuando pulsa el botón de encendido del mando, aparece la televisión española. A pesar de no haber vivido en España, esta mujer de 80 años cursó sus estudios en español e incluso fue miembro de la Cruz Roja Española en Marruecos. Su hijo cuenta que en su casa siempre ha escuchado hablar en español, tanto a su madre como a su padre. De hecho, él lo habla a la perfección. Hasta su bisabuelo tenía libros con anotaciones en español. Hoy, cuatro generaciones después, sus hijos, franceses, saben formular algunos rezos en ladino, la variedad dialectal del castellano que hablaban los judíos expulsados de España.
Por todo ello, Jalfón abrió el expediente de su madre en cuanto se pudo, el 1 de octubre, el mismo día en que entró en vigor la Ley de nacionalidad, pagando la tasa de 100 euros, y solicitó plaza para presentarla al examen en el Instituto Cervantes de París. A sus 80 años, tuvo que «empollarse» quiénes son los políticos y diputados españoles, los poderes del Rey y de los ministros e incluso los nombres de los actores, como Penélope Cruz o Antonio Banderas.
En cualquier caso, Simona superó gloriosa las pruebas. La de lengua española con una puntuación de 95 sobre 100. Más difícil fue la de cultura, en la que le preguntaron, entre otras cuestiones, «cuántos diputados mandan en cada región», «cuál es la montaña más alta de España» o «el río más largo». El resultado -Apto- ya está de camino al notario. Ahora solo queda que la convoquen.
Mientras tanto, Simona espera impaciente. «Es uno de los sueños de su vida. Me dice: "Ojalá me muera con el pasaporte español"», cuenta su hijo. Él, sin embargo, no se plantea pedir la nacionalidad porque se siente más europeo, que francés, marroquí o español, aún más después de los atentados de París. «Hoy en día con lo que está pasando en Francia, te sientes más europeo, estamos en un trauma completo con lo que hemos vivido y yo quiero superar el hecho de sentirme de un país concreto, me siento ciudadano del mundo», afirma.
Acto presidido por el rey
El próximo lunes se cumplirá un mes de la entrada en vigor de la Ley de nacionalidad de sefardíes y con este motivo, el Rey Felipe VI presidirá en el Palacio Real un acto solemne con presencia de representantes sefardíes de todo el mundo. También estarán presentes directivos de la FCJE, parlamentarios, diplomáticos, profesionales del Centro Sefarad-Israel y representantes de la sociedad civil. Durante el acto tomarán la palabra, además del Rey, los ministros de Justicia y de Asuntos Exteriores y Cooperación y el presidente de la FCJE.
Fuente:lavozdegalicia.es

sábado, 21 de noviembre de 2015

El último rabino de Casablanca - Marruecos







Joseph Israel, el gran rabino de Casablanca, habla por teléfono en su despacho.

De los 600.000 judíos que poblaban las calles más emblemáticas de Marruecos en los años 50, en la actualidad solo quedan 2.000
"En 1940, un tercio de la población de Marruecos era hebrea", dice Joseph Israel, el gran rabino de Casablanca -el líder principal de la comunidad judía- desde su despacho, el 133, situado en el segundo piso del Tribunal de Primera Instancia de Casablanca. Lo dice con añoranza y con pena. Con nostalgia. "Ahora la mayoría de la gente joven ha salido a cursar sus estudios en el extranjero y ya no vuelven. Tendemos a desaparecer", cuenta a este periódico el único líder judío que impera en todo el reino alauí.
Primero fue juez, luego se formó para ser rabino "por vocación" y cuando el anterior gran rabino viajó a Israel para retirarse (llevaba vigente desde 1989), le nombraron su sucesor "por sus conocimientos y experiencia", como él mismo explica. Nunca ha dejado de ser juez porque ambas capacidades suelen ir de la mano. "Soy funcionario que es lo que me da de comer, ser rabino es por espíritu y vocación", afirma.
Los otros cinco rabinos de formación que quedan en todo Marruecos, aunque son de menor rango en lo religioso, también son jueces y defienden los asuntos legales de todos los judíos marroquíes, desde Casablanca. Gente de todas partes de Marruecos, incluso los que nacieron ayer en el país magrebí y viven hoy en el extranjero, acuden a este Tribunal para contarles sus pleitos. Algunos quieren divorciarse, otros tienen problemas con la herencia y la gestión de sus bienes.
Es esta ciudad la que alberga a prácticamente toda la población hebrea de Marruecos. De las 200 sinagogas que tuvo en su momento solo están en uso 35. La mayoría de ellas solo abren los viernes por la noche o los sábados durante el día como sitio de culto y rezo. Nada que ver con el "lugar de encuentro de hombres intelectuales y mujeres ilustradas que eran antaño", según cuenta Israel.


Su sinagoga es pequeñita, de barrio, sólo abre los sábados, el día de la fiesta hebrea. Allí, hombres y mujeres rezan por separado. Ellos en la parte principal de la sinagoga y ellas en una sala con varios bancos y separada de la de los hombres por una cortina, en la parte trasera. La mayoría de las mujeres esperan charlando a que acaben sus maridos de rezar y las que están viudas acuden allí como lugar de reunión y encuentro con sus amistades, explica Monnik Tobalí a EL MUNDO.es, desde la sinagoga de Rabat, la única que queda en la capital administrativa de Marruecos.
De 20 sinagogas que tuvo en los momentos de esplendor, en los que la comunidad judía se dejaba ver por los clubes y restaurantes hebreos de Rabat, ahora solo queda una, situada en el centro de la capital y tan solo 80 judíos en toda la ciudad. La sinagoga es relativamente nueva, ya que las anteriores, situadas en el Mellah, el antiguo barrio judío de Rabat, han quedado obsoletas y en desuso. "Estaban que se caían", corrobora Tobalí, en un perfecto español.
Lo mismo ha pasado con los restaurantes, clubes y escuelas judías. Solo queda un restaurante que es más frecuentado por la población musulmana rabatí que por los propios hebreos. Las escuelas y los clubes han desaparecido por completo de Rabat, solo queda alguno en Casablanca.

"Matadlos dónde les encontréis"

Los pocos judíos que quedan en Marruecos no viven su mejor momento. El 26 de octubre circuló por Internet un vídeo en el que yihadistas pedían que se exterminase a los judíos marroquíes, según informó la agencia EFE. "Matadlos dónde les encontréis", ordenaban las imágenes.
Hace varios días, en una manifestación por el pueblo palestino en Casablanca, varios musulmanes representaron un 'teatrillo' en el que simulaban que mataban a todos los judíos. Estos caían y yacían muertos en el suelo. La población semita de Marruecos lo entendió como una exaltación del odio que fomentaba el antisemitismo y mediante una petición de firmas en Avaaz, exigieron que se condenara el acoso a los judíos con penas de prisión, tal y como reclama el Código Penal marroquí.
El activista marroquí Sion Assidon, por su parte, respondió a los judíos acusándoles de "querer sembrar un clima de psicosis entre la población judía en Marruecos" y alimentar la islamofobia.

El éxodo de los seis días

La mayoría de los hijos de Tobalí salieron a estudiar al extranjero. Su marido es médico y ella ejerció de profesora en colegios privados de Marruecos durante muchos años. Una época, incluso, impartió clases en los círculos próximos al rey. A ella, como a Israel, el último gran rabino, también le preocupa esa tendencia a desaparecer, frecuente desde la Guerra de los Seis días, en junio de 1967. "Muchos judíos tuvieron miedo. Pensaron que los musulmanes tomarían represalias contra nosotros por las acciones de Israel", sigue narrando Tobalí, con muestras de preocupación en su rostro.
Del 5 al 10 de junio de 1967, Israel se enfrentó a Egipto, Jordania, Siria e Irak. La derrota fue aplastante e Israel consiguió aumentar considerablemente su territorio. Fue en ese momento en el que se empezó a producir "el éxodo de judíos a Israel", cuenta el rabino.
Ahora la huida es diferente. No lo hacen por miedo a las represalias, tampoco por el antisemitismo. "Burros hay en todas partes, pero la mayoría de los musulmanes son cordiales y amables con la comunidad", explica Tobalí. "Si tú les respetas a ellos, ellos te van a respetar a ti. Después de varias décadas, hemos aprendido a convivir", añade.


Las razones de esta escapada hebrea poco tiene que ver con la de los años 70. Ahora, los hijos de los judíos marroquíes, la mayoría de ellos todavía muy bien posicionados, emigran para estudiar en las mejores universidades de Estados Unidos, Francia, Canadá o Israel. "Aquí, en Marruecos, no tienen oportunidades", afirma el Rabino. Él también estudió sus estudios en Francia, pero volvió para ejercer en Marruecos. Siempre tuvo claro que volvería. Sin embargo, sus hijos, uno en Estados Unidos, otro en Canadá y otro en Israel, no lo ven de la misma manera. "Ellos acabarán haciendo su vida allí y es normal", sigue explicando.

La calle de las sinagogas

Pero sin duda la ciudad que más ha cambiado para la población judía es Tánger. De los 17.000 judíos que llegaron un día muy lejano a Tánger, ya solo quedan 90 aproximadamente y casi todos son personas de la tercera edad, mayores de 75 años.
Esta Comunidad siempre tuvo su propia identidad y una calle estrechita en la medina de Tánger que concentraba una decena de sinagogas, entre ellas la famosa sinagoga Nahon, de 1878. Para que abra sus puertas hay que acercarse a la sede de la comunidad, a escasos metros, y pedir al presidente visitarla.
"Como los judíos de Tetuán, Larache, Asilah o Chaouen -todas ellas localizaciones del norte de Marruecos-, el judío tangerino conservó, cariñosa y cuidadosamente, el idioma familiar y comunitario, el judeo-español, que evolucionó para dar como resultado una mezcla que recibe el nombre de hakitía", escribía en 2014 Rajae Boumediane el Metni, quien ha ganado su reconocimiento por sus traducciones al español de las novelas de Mohamed Chukri, famoso escritor tangerino.

Rebeca Hortigüela - Casablanca 
Fuente:elmundo.es

martes, 10 de noviembre de 2015

Muere el filósofo judío André Glucksmann, uno de los grandes ensayistas de la Francia de nuestro tiempo

Su obra lanzó una revisión definitiva del marxismo, los campos de concentración comunistas y el proyecto totalitario de la URSS 
André Glucksmann, entrevistado por ABC en 2010 - ERNESTO AGUDO
JUAN PEDRO QUIÑONERO Corresponsal En París
Ha muerto André Glucksmann (Boulogne-Billancourt, 1937), uno de los grandes ensayistas de la Francia de nuestro tiempo, en permanente lucha contra todos los totalitarismos.
Activista durante las jornadas de Mayo de 1968, Glucksmann se dio a conocer como ensayista en 1975, con un libro que tuvo grandes repercusiones políticas y culturales: «La Cuisinière et le mangeur d'hommes, réflexions sur l'État, le marxisme et les camps de concentration».
Ese libro fue el primer jalón fundacional del movimiento de los «nuevos filósofos». A partir de la experiencia concentracionaria del Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn, Glucksmann, entre otros, lanzó una revisión capital del pensamiento marxista, la realidad histórica de la URSS y la tragedia universal de los campos de concentración comunistas.
Se trataba de un giro histórico del pensamiento francés de la época. Entre 1945 y 1975, buena parte de la cultura francesa de la época estuvo dominada por la influencia intelectual marxista y la influencia política dominante del PCF.
Mayo de 1968 marcó la ruptura intelectual y cultural con el PCF, cuando Daniel Cohn-Bendit y los intelectuales próximos al movimiento insistieron en las derivas totalitarias del movimiento comunista internacional, íntimamente asociado a la URSS, por aquellos años.
La obra de André Glucksmann, entre otros, lanzó una revisión definitiva del marxismo, los campos de concentración comunistas y el proyecto totalitario de la URSS.
Tras aquella obra fundacional, publicada en 1975, siguieron una veintena de ensayos de influencia siempre significativa.
Glucksmann nos ayudó a comprender los orígenes totalitarios del terrorismo islámico releyendo un libro canónico de Dostoievski, «Los endemoniados». Releyendo a Montaigne o Descartes, Glucksmann salía al paso de todas las «locuras» de un cierto pensamiento francés víctima de sus nubes tóxicas ideológicas.
Espíritu libre, hasta el fin, Glucksmann seguía la actualidad social y política «releyéndola» desde una óptica moral y filosófica. Fue, a su manera, una suerte de «semáforo» de todas las variantes esquizofrénicas del paisaje político y cultural francés de su tiempo.
Fuente :abc.es

lunes, 9 de noviembre de 2015

La artista judía , Hedy Lamarr, el orgasmo del cine que inventó el wifi

Hedy Lamarr, catalogada como «la mujer más bella de la historia del cine», rechazó ser protagonista en «Casablanca» para abrir un abánico infinito en el mundo tecnológico.






La belleza de Hedy Lamarr (Viena, 9 de noviembre del 1914) apabullaba y su vida bien podría ser el argumento de una buena película. Una vida de cine y no solo por la parte cinematográfica. Google dedica hoy su doodle al 101 aniversario del nacimiento de una mujer que, además de revolucionar el séptimo arte con su desnudo y su orgasmo, tenía una prodigiosa cabeza que le permitió desarrrollar la teoría del espectro ensanchado, el precursor del wifi.
Como cada buena historia, nada hacía sospechar que Hedwing Eva Maria Kiesler, actriz de Hollywood, judía y vienesa, acabaría siendo la primera mujer en protagonizar un desnudo en la historia del cine y también la primera en interpretar el primer orgasmo del séptimo arte. Durante años, a Hedy Lamarr se ka conoció únicamente como «la mujer más bella de la historia del cine». En 1933, Éxtasis, la lanzaría a la fama. Con tan solo 16 años, Hedy Lamarr protagonizó la película bajo la dirección de Gustav Machaty. Fue él, el que le prometió que las cámaras la filmarían desde lo alto de una colina, y la engañó. El director obvió contarle el truco del teleobjetivo, que recreó el primer desnudo de la historia del cine.

La cinta protagonizada por Hedy Lamarr fue una de las primeras en hablar de una infidelidad cometida por una mujer. Causó un gran revuelo en su época y fue condenada por las Ligas de la decencia y por el papa Pío XI. Y es que lo que más escandalizó fue que apareciese el rostro de Hedy Lamarr durante el orgasmo
El polémico filme provocó que el rico empresario, Friedrich Mandl, se obsesionase con Hedy Lamarr. Proveedor de municiones y aviones de combate a sus amigos Hitler y Mussolini, obligó a sus padres a darla en matrimonio e intentó -sin éxito- destruir todas las copias de la película. Fue el primer marido de los seis que tendría a lo largo de su vida. Su relación con él podría tildarse de carcelaria. La encerró en su mansión dejándola salir solo con él en cenas y viajes de negocio. Su vida artística quedó anulada pero Hedy Lamarr aprovechó para desarrollar sus estudios de ingeniería después de que, sus maestros la considerasen desde bien pequeña, una superdotada.
Fotograma de " Éxtasis"
Además de continuar con sus estudios, Hedy Lamarr aprovechó el cautiverio para obtener informaciones sobre la tecnología armamentística de la época de los clientes y proveedores de su marido y elaborar su plan de fuga. 
Con ayuda de su asistenta, con la que mantenía una relación sentimental, la considerada «mujer más bella del mundo» escapó por la ventana de un restaurante donde la esperaba un coche para huir a París. Perseguida por el personal de su marido, Hedy Lamarr logró su objetivo y de ahí llegó a Londres. Para conseguir dinero, vendió sus joyas y, casualidades de la vida, allí conoció a uno de los empresarios más reconocidos de Hollywood, con el que embarcó a Estados Unidos.
A partir de ahí, pasó a llamarse Hedy Lamarr y llegó a compartir películas con Clark Gable, Lana Turner o Jimmy Stewart. De aquella época Sansón y Dalila fue su película más reconocida y de la que destaca su célebre frase: «Cualquier chica puede ser glamourosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida». La homenajeada por el doodle de Google era única en matemáticas pero no tuvo vista para elegir y ser la mujer de Casablanca y Luz que agoniza
Sansón y Dalila
Precursora del GPS y el Wifi
La gran aportación de Hedy Lamarr no solo fue la provocada por su carrera cinematográfica. En su trayectoria como ingeniera desarrolló un sistema que el mundo tecnológico actual le agradece. Conoció al compositor George Antheil con el que desarrolló un sistema de detección de torpedos teledirigidos inspirado en un principio musical.
La gran aportación de Hedy Lamarr a la humanidad no estaba relacionada con su increíble belleza sino con su capacidad para concebir la teoría del espectro ensanchado, lo que hoy en día podría entenderse como precursor del wifi.
Mientras exprimía el éxito de Sansón y DalilaHedy Lamarr también desarrollaba el genio de una ingeniera de telecomunicaciones única. La primera vez que Estados Unidos empleó su patente fue en la crisis de los misiles de Cuba, y no fue hasta la década de 1980, cuando el sistema vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil.
La idea de Hedy Lamarr, mantenida en secreto por el ejército americano, acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología wifi.
Su labor como inventora no fue reconocida hasta después de su muerte, en el año 2000, y que hoy Google le dedica con su doodle. Desde el año 2005, el día del cumpleaños de Hedy Lamarr, el 9 de noviembre, está señalado como el Día del Inventor en los países de habla germana (Austria, Suiza y Alemania) y en el 2014 fue incorporada al Inventors Hall of Fame de EE.UU.
Fuente :lavozdegalicia.es