martes, 1 de diciembre de 2009

Parece que al Islam y a los "progres" de Europa no les gustó la votación de Suiza .



Cerca de 5.000 personas se manifestaron esta noche en la ciudad suiza de Lausana en contra de la prohibición de construir minaretes en las mezquitas de Suiza, aprobada en referéndum el pasado domingo.
Los manifestantes marcharon desde la catedral de la ciudad hasta la mezquita, gritando eslóganes como «no a la discriminación»,«por una Suiza solidaria» o «todos somos musulmanes».
Numerosos jóvenes participaron en la protesta, que había sido convocada por el Movimiento de Lucha contra el Racismo y apoyada por partidos de izquierda y miembros de las comunidades judía, católica, protestante y musulmana.

La decisión popular de prohibir, con cerca de un 60 por ciento de los votos, que se construyan minaretes en Suiza, en respuesta a una iniciativa de los partidos de la derecha más nacionalista, ha causado conmoción y alarma en numerosos países y organizaciones.

La ONU condena el resultado del referéndum

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, condenó hoy la decisión de prohibir los minaretes en las mezquitas de Suiza, adoptada el domingo pasado en un referéndum, y la calificó de «discriminatoria» y contraria a las obligaciones de Suiza en materia de derechos humanos.
«He dudado en condenar un voto democrático, pero no tengo ninguna duda en condenar la ola anti extranjera que ha caracterizado a las campañas políticas en algunos países, entre ellos Suiza, y que ayuda a que se produzcan resultados como éste», lamentó Pillay en un comunicado.
La prohibición de construir minaretes, aprobada por cerca de un 60 por ciento de los suizos, «es discriminatoria, profundamente divisoria y un paso extremadamente desafortunado por parte de Suiza, que la pone en riesgo de colisionar con sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos», agregó.
La alta comisionada -una jurista sudafricana que en su propio país de origen luchó activamente contra el apartheid- admitió que el Gobierno suizo no apoyó la iniciativa de prohibir los minaretes lanzada por dos partidos de la derecha nacionalista.
Pero lamentó los argumentos falaces utilizados en la campaña electoral por sus partidarios, que explotaron el miedo al Islam.
«La política basada en la xenofobia o la intolerancia es extremadamente preocupante, donde quiera que ocurra. A veces se dirige contra los miembros de una determinada religión, como es el caso. Otras veces contra gente de diferente raza u origen étnico. Esto es corrosivo, y a partir de cierto momento, puede convertirse en peligroso», advirtió.
El resultado del referendo sobre los minaretes en Suiza ha sido criticado por numerosos países y organizaciones, mientras el Gobierno helvético trata de neutralizar sus efectos por la vía diplomática.

Fuente : abc.es

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