lunes, 29 de marzo de 2010

Brabuconadas peligrosas

 
Los líderes de la Liga Árabe insistieron este domingo en rechazar cualquier negociación con Israel mientras este país continúe construyendo asentamientos en Jerusalén, aunque dejaron la puerta abierta a una eventual reanudación del proceso de paz. Estas fueron las conclusiones de la vigésimo segunda cumbre de la Liga Árabe, que comenzó el sábado y concluyó ayer en la ciudad libia de Sirte.
La cumbre árabe celebrada este fin de semana en Libia marca el fin del período de confianza que los 22 países de la Liga Árabe han dado al Presidente Barack Obama para llevar adelante el plan de paz para Oriente Próximo. Los líderes arabes respaldan a la Autoridad palestina presidida por Mahmud Abbas, y se niegan a retomar las negociaciones con Israel mientras éste mantenga el plan de instalación de nuevas colonias en los territorios ocupados y en Jerusalen este.
La cumbre ha constatado el fracaso de la Administración Obama en su intento de presionar a Israel para que cese en sus planes de anexión territorial y expansión poblacional. La reunión del cuarteto en Moscú y las posteriores declaraciones de la Secretaria de Estado Hillary Clinton condenando la construcción de nuevos asentamientos judíos en Cisjordania y en Jerusalen, habían suscitado la esperanza de que Obama rompiese con la política de apoyo incondicional a Israel mantenida por todos sus predecesores.
Sin embargo tras la reunión a puerta cerrada de Barack Obama y de Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca, no se ha producido ningún cambio en la política israelí de colonización. Obama ha exigido un cambio de política a Netanyahu, pero no ha utilizado ninguna arma de presión como suelen hacer los Estados Unidos cuando se trata de doblegar a otros países: recortes financieros, supresión de venta de armamento, embargo tecnológico o comercial. Cuando se trata de Israel Washington se niega a utilizar los medios de presión como hace con China, Cuba, Irán o, en el pasado, Libia, por ejemplo.
Los líderes árabes reunidos en Sirta (Libia) han examinado las alternativas a tomar considerando el plausible escenario del fracaso total de la política norteamericana en Oriente Próximo. Entre las propuestas barajadas está la de proclamar unilateralmente la constitución de un Estado palestino independiente y su reconocimiento internacional. Además de los 52 paises árabes e islámicos que podrían reconocer el nuevo Estado, las declaraciones recientes de los ministros de Exteriores francés y español, Kouchner y Moratinos, sobre un posible reconocimiento colectivo por parte de la Unión Europea, han hecho cobrar peso a esta alternativa.
Igualmente se ha avanzado la propuesta de forzar el virtual bloqueo de Gaza y Cisjordania que ejerce Israel por mar, aire o tierra, con una acción concertada de los países árabes en apoyo a la Administración palestina. Lo que exigiría una demostración de fuerza ante Israel, aunque de carácter defensivo y de protección.
“En las próximas semanas deberemos decidir lo que haya que hacer: o continuar por la via de las negociaciones o cambiar completamente de registro”, afirmó el Secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Amer Mussa, al término de la cumbre. “Hay que estudiar la posibilidad de que el proceso de paz sea un fracaso totral, y en consecuencia preparar proyectos alternativos para hacer frente a Israel”.
A pesar de las ausencias notables e injustificadas de algunos líderes árabes, como los reyes Abdelá de Arabia Saudita y Mohamed VI de Marruecos — el primero es el protector de los Santos lugares del Islam, y el segundo el presidente del Comité Al Qods cuya misión es proteger Jerusalen -, o la ausencia del presidente egipcio Hosni Mubarak por convalescencia, los dirigentes árabes reunidos en Libia eran conscientes de que en la región medio-oriental y en Palestina crece la desconfianza en una solución negociada y los movimientos de resistencia adquieren cada día más protagonismo y autoridad. Tanto las organizaciones de índole islamista como los grupos chítas o bajo su influencia apoyados por Irán, aparecen ante la opinion pública árabe como los únicos capaces de mostrar una alternativa al impasse negociador actual.
Mahmud Abbas ha recibido en la cumbre árabe un balón de oxígeno. El presidente palestiono se muestra escéptico ante la posibilidad de que Israel cese con su expansionismo colonial. El jefe de los servicios secretos egipcio, el general Omar Suleyman, se ha mostrado impotente para convencer a los israelíes de congelar los asentamientos; y el presidente tunecino Zine el Abidine Ben Ali, rechazó la petición de Abbas para ejercer de mediador ante el gobierno de Netanyahu en la reunión que ambos mantuvieron en el Palacio de Cartago el 12 de marzo.
El apoyo institucional árabe a la Autoridad palestina aparece como el único contrapeso ante la emergencia de la nueva guerra árabo-israelí que preconizan los grupos de la resistencia palestina y las organizaciones combatientes árabes en Siria, Líbano y Jordania.

Fuente:elimparcial.es


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