miércoles, 13 de octubre de 2010

En busca del pueblo perdido - Israel Winicki

No se por qué extraña compulsión, o por qué oculto sentimiento masoquista, un buen día me decidí a leer los diarios y a mirar los noticieros televisivos. Entre la maraña habitual de accidentes, asesinatos, desastres naturales y andanzas de los ricos y famosos, había una noticia que se reiteraba continuamente, con muy pocas variantes: la masacre del pueblo palestino a manos del ejército israelí.

Una de mis pasiones es la investigación histórica, por lo que decidí averiguar cuál era el origen de tal matanza. Para ello, primero debía conocer la historia y la cultura palestinas.

Comencé investigando los pueblos que en la antigüedad habitaban la región. Encontré hebreos, fenicios, amonitas, moabitas, pero palestinos... Había un pueblo cuyo nombre se asemejaba: el filisteo; pero no: por lo que sé, los palestinos son de origen más bien árabe, y los filisteos estaban emparentados con los cretenses, o sea que eran indoeuropeos.

Pasé de largo el período romano, pues el cuadro étnico de la zona no varió en lo más mínimo, al igual que en el período bizantino. Es cierto que algunos pueblos, como los moabitas y los amonitas, desaparecieron, pero no ocurrió lo mismo con los hebreos y los fenicios: estos últimos habitaban en lo que hoy es el Líbano. Cabe reseñar un cambio importante: tras la última rebelión judía, a Judea se le cambió el nombre por el de Philistia, en homenaje a los cretenses filisteos. Aún, nada de los palestinos.

En el siglo VII entraron los musulmanes. Eran kurdos y beduinos. Nada de palestinos. Al Filistin, nombre evidentemente derivado de Philistia, dependió primero del Califato de Bagdad y después del de Damasco.

Llegaron los cruzados. Masacraron judíos, kurdos y algunos cristianos maronitas (por sus vestimentas, fueron confundidos con musulmanes), pero no encontraron palestinos.

Ya para ese entonces mi cabeza explotaba y la angustia me corroía: ¿dónde estaban los palestinos?

En 1517, los turcos otomanos ocupan la zona. En un censo que efectuaron aparecen setenta comunidades judías, treinta y cinco comunidades cristianas y varias tribus beduinas –en el sur–, sin contar a los habitantes de las ciudades, árabes que provenían de todas las provincias del imperio, comerciaban un tiempo y volvían a sus países de origen. ¿Y los palestinos?.. Bien, gracias.

En 1917 Inglaterra ocupa el país. (Qué monótono, se va un ocupante y viene otro). Aparece el Mandato de Palestina.

Ya estaba desesperándome cuando una luz de esperanza me golpeó: tenía ante mí tres facsímiles: dos de documentos de identidad del Mandato en los que, en la parte de nacionalidad, figuraba la palabra "palestina" y un memorando de un funcionario británico a las autoridades de Londres sobre la nacionalidad palestina. Pero todo fue un fiasco. En los documentos, en vez de con un Abdul o un Ibrahim me encontré con los nombres Samuel Cohen y Sara Goldstein de Cohen. En cuanto al memorando, decía, textualmente:

Hago saber a Su Excelencia de que se está generando un problema muy grave con respecto a la cuestión de la nacionalidad en el Mandato, pues mientras los judíos gustosamente aceptan la denominación "palestina", los árabes la rechazan, pues afirman que Palestina es un invento de los sionistas y que ellos son ciudadanos sirios, dado que hasta la caída del Imperio Otomano Palestina dependía de la gobernación de Siria (...)

Ya todos los psiquiatras del país me conocían, y estaban a punto de internarme; pero finalmente... ¡sí!... ¡los encontré!... ¡hallé por fin a los palestinos! Era en los titulares de un diario egipcio del año 1964, que decían: "Hoy es un día de júbilo para la Nación Árabe. En la ciudad de Alejandría, el rais Gamal Abdel Naser asistió a la fundación de la Organización para la Liberación de Palestina. Sus líderes son Ahmed Sujeiri y Yaser Arafat". Luego seguía una descripción de la vida y obra de estos personajes. Lo primero que me llamó la atención es que el primero había nacido en Beirut, donde su familia residía desde tiempo inmemorial, y el segundo en El Cairo.

Qué extraño: dos egipcios y un libanés...

¡Pero eso qué importa, señores!.. ¡Había sido testigo de un acontecimiento excepcional: el nacimiento de una nación! ¡Mientras que para rastrear el origen de pueblos como el italiano, el español, el ruso, el hebreo, tenía que bucear en el mar del tiempo, me bastaba con agarrar un diario de 1964 –fecha en que yo contaba 12 años– para saber cómo había nacido el pueblo palestino!

Tras descubrir esto, dije adiós a los psiquiatras, ya no los necesitaba. Por fin sabía quiénes eran los palestinos.

www.porisrael.org


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