miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Por qué callan los cristianos?


Por Barry Rubin

Desde Indonesia hasta Pakistán, pasando por Irak, la Franja de Gaza, Egipto, Sudán o Nigeria, los cristianos están siendo asaltados, intimidados, asesinados por militantes islámicos. En ninguno de esos países atacan los cristianos a los musulmanes. En Occidente no ha habido ataques terroristas contra musulmanes, ni se asesina a musulmanes por el mero hecho de serlo. No existe un solo grupo que promueva ese tipo de cosas.

¿Ha visto algo de esto en los medios de comunicación occidentales? ¿Ha oído hablar de la persecución sistemática que sufren los cristianos a esos grupos, también cristianos, que siempre encuentran tiempo para criticar a Israel? De hecho, en las raras ocasiones en que se aborda la emigración de cristianos siempre se culpa al Estado judío, como demostró recientemente una red de noticias norteamericana.
No escribo estas líneas para quejarme por semejante doble rasero, pues lo doy por sentado, sino por puro asombro. Al parecer, gran parte de los medios de comunicación y la intelectualidad occidentales, así como los dirigentes eclesiásticos, ven poco menos que imposible que un grupo no occidental no blanco tenga prejuicios. También existe la creencia de que si se informa sobre los pogromos anticristianos se desencadenarán automáticamente pogromos antiislámicos.
La Iglesia Presbiteriana (EEUU) emitió una declaración condenatoria del reciente ataque a un templo cristiano en Bagdad, pero omitió mencionar quiénes fueron los autores. Cuando se le preguntó en privado por qué actuó de esa manera, un miembro de alto rango de dicha institución respondió: "Nuestro objetivo es alentar al gobierno iraquí a que sea más eficaz en la protección de las minorías religiosas". En otras palabras: esperan que, si no hacen críticas ni señalan las raíces del problema, el gobierno se verá forzado a hacer algo. Pues no lo hará.
La Iglesia Católica calla porque teme que las denuncias no hagan sino acrecentar la persecución. De hecho, en un reciente sínodo sobre Oriente Medio las principales autoridades católicas de la región criticaron a Israel y hablaron sobre lo maravillosamente que son tratados los cristianos en los países de mayoría musulmana. Allí se dijo que Irak es un país donde no hay problemas en las relaciones entre musulmanes y cristianos. Sin embargo, la realidad nos dice que la política de apaciguamiento no funciona.
Un destacado cardenal, nada menos que el presidente de la Conferencia Episcopal norteamericana, ha llegado a sugerir que la violencia es culpa de los Estados Unidos; al menos eso es lo que se desprende de la información del National Catholic Reporter: tras congratularse de la retirada de EEUU, el cardenal dijo que Washington tenía la "obligación moral" de "no abandonar" a "los iraquíes que no pueden defenderse". No está claro que Estados Unidos pueda hacer algo así, ya que Irak es un país soberano... y que ha retirado las tropas de combate, medida, repito, aplaudida por el cardenal.
El patriarca sirio-católico Ignacio José (la iglesia atacada en Bagdad era sirio-católica) adoptó una posición más firme; instó al gobierno iraquí a proteger las iglesias y agregó:
Los cristianos son asesinados en Irak, en sus casas e iglesias, ante la total indiferencia del llamado "mundo libre", que, en su hipocresía, sólo se muestra interesado en responder de una manera políticamente correcta y económicamente oportuna.
Pero no fue más explícito, quizá porque vive en Siria...
Los terroristas de Al Qaeda que perpetraron el referido ataque afirmaron que los cristianos de Irak serían "exterminados" si, en Egipto, no se liberaba a dos mujeres "musulmanas". El caso tiene su aquél: se trata de dos jóvenes que contrajeron matrimonio con sendos sacerdotes coptos, así que no parece que sean las mejores candidatas para la conversión al islam; sobre todo, si se tiene en cuenta que lo cierto es que fueron secuestradas y convertidas a la fuerza al islam, antes de que lograran escapar de sus captores, o fueran liberadas por sus familiares.
Es decir, que una agresión a cristianos se convirtió en una justificación para perseguir a los cristianos, secuencia que hemos visto muy a menudo para que nos resulte extraña. Por cierto, muchos de los ataques anticristianos corren por cuenta de gente corriente, no de grupos terroristas.
Según los terroristas que atacaron el templo bagdadí, éste era un "lugar sucio" que los "infieles cristianos" habrían estado empleando durante largo tiempo como base en su "lucha contra el islam". En forma creciente, los islamistas están dejando claro que consideran inaceptable cualquier presencia cristiana en países de mayoría musulmana; tan inaceptable como la existencia de un Estado judío en el Medio Oriente.
No puedo entender cómo todo esto pasa inadvertido, cómo no se alzan voces de protesta. ¿No ha llegado ya la hora de que los cristianos traten de ayudar a sus hermanos perseguidos, antes de que sean eliminados totalmente o, en el mejor caso, obligados a huir?
PS: Estoy tentado de escribir un artículo titulado "¿Por qué las feministas callan ante la persecución que sufre la mujer en las sociedades de mayoría musulmana?". Pero Phyllis Chesler ya se ocupa por extenso de esta materia.

Fuente:libertaddigital.com

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