Estados Unidos ha acusado al Gobierno sirio de incitar mortales choques fronterizos entre soldados israelíes y manifestantes palestinos, diciendo que Damasco está intentando desviar la atención de su violenta represión de protestas domésticas.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, lamentó las muertes ocurridas el pasado domingo en las fronteras de Israel con Siria, Líbano y Gaza, pero dijo que el Estado judío "tiene el derecho de evitar cruces no autorizados en sus fronteras".
"Instamos a la máxima moderación de todas las partes", dijo el funcionario a bordo del Air Force One mientras el presidente Barack Obama volaba al estado de Tennessee.
Tropas israelíes dispararon contra tres zonas limítrofes para evitar el cruce de una multitud de manifestantes, dejando al menos 13 muertos.
Informes de medios sirios dijeron que los disparos israelíes mataron a dos personas después de que decenas de palestinos se infiltraron desde Siria en los Altos del Golán ocupados por Israel.
La Casa Blanca responsabilizó al Gobierno sirio del presidente Bashar Asad por la violencia desatada en la frontera entre Israel y Siria.
Carney dijo que Washington "se opone fuertemente al involucramiento del Gobierno sirio en la incitación de las protestas del pasado domingo en los Altos del Golán".
"Ese comportamiento es inaceptable y no sirve como distracción de la actual represión del Gobierno sirio contra los manifestantes en su propio país", agregó.
El Gobierno de Obama ha endurecido las sanciones contra destacados funcionarios sirios para presionar a Damasco y así frenar la represión contra las protestas pro democráticas, pero grupos internacionales de derechos humanos lo criticaron por no tomar medidas más enérgicas.
Fuente:elmundo.es
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