domingo, 31 de julio de 2011

La polémica sobre el matrimonio civil en Israel , aprovechada al máximo por los enemigos del país.


Alex y Niv tuvieron que casarse en Praga

Lucha por el matrimonio civil

'No entiendo por qué tengo que casarme fuera de mi país'

Si el Parlamento hubiera aprobado hace unos días la ley que permite matrimonios civiles en Israel, los "cruceros del amor" como el de hace un mes no serían posibles. 165 parejas israelíes zarparon en junio desde el puerto de Ashdod hasta Lárnaca para casarse. En Israel no pueden hacerlo en una ceremonia oficiada por un rabino. Muchos porque no son judíos y unos pocos porque desean hacerlo por lo civil.

Las bodas civiles: en el extranjero

Alexandra Olshensky está feliz por el anillo chipriota pero su enfado es palpable: Yo soy judía y mi marido no lo es. No entiendo porque tengo que irme a otro país para casarme. Amo a Israel, he servido en el Ejército israelí y ahora tengo que irme Chipre para casarme", afirma Alexandra, feliz por su primer hijo de apenas dos meses y medio.

Como ella, miles de israelíes viajan al extranjero para poner el sello oficial a su amor. Eso sí, Alexandra recuerda que el ministerio israelí de Interior reconoce las bodas celebradas fuera del país.

Hace cuatro meses, Alex Hersonski (28) y Niv Shimshon (33) eligieron Praga. No porque esta maravillosa ciudad les ofreciera un romántico fin de semana sino porque sabían que en Israel lo tenían crudo. "No fuimos al Rabinato porque ya sabía que no nos casarían. Mi padre es judío pero mi madre no. Y aquí manda la religión maternal. Mis padres y los de de Niv nos apoyaron en todo momento en la decisión de casarnos en el extranjero. A sus abuelos les costó más ya que son religiosos. Les convencimos que no había otra alternativa", nos comenta Alex que presume de ser una reservista, algo poco habitual entre las israelíes.

"Desde el punto de vista legal y de derechos, Israel considera nuestro matrimonio exactamente igual que uno que se casó en una ceremonia religiosa pero me gustaría que un día Israel cambie la ley y acepte los matrimonios civiles", opina esta joven graduada en Ciencias Políticas. "Al menos puedo decir que Praga fue maravilloso", se consuela riéndose.

Al regresar a Israel, hicieron una pequeña fiesta incluyendo un acto civil en el que los deseos de sus amigos y familiares sustituyeron las bendiciones del rabino. "Creo que es más sincero y sobre todo nos toca más a nosotros", asevera.

Intento de cambiar la ley

Horas después de que su propuesta de ley del matrimonio civil cayera en el Parlamento, el diputado de izquierdas, Nitzan Horowitz, lamentaba a ELMUNDO.es: "La mayoría de Israel apoya desde hace años la libertad para casarse por lo civil pero, como siempre, los partidos ultraortodoxos convencen a la coalición de Gobierno a tumbar la ley". Según él, "el Parlamento ha vuelto a ceder ante la imposición religiosa y el miedo político al evitar el derecho básico de centenares de miles de ciudadanos".

Las encuestas concluyen que la mayoría de israelíes apoya los matrimonios civiles en Israel pero al mismo tiempo la mayoría dice preferir, por numerosos motivos, pasar por el rabino.

El partido Israel Beitenu -el segundo más importante de la coalición- consiguió aprobar una ley al respecto aunque el efecto es mínimo. Cabe recordar que el núcleo duro del electorado del partido de Avidgor Lieberman es de origen ruso y de esta comunidad proceden mayoritariamente los más de 300.000 ciudadanos "sin indicación de religión alguna".

Legislación matrimonial en Israel

En Israel, los matrimonios y divorcios deben pasar los responsables religiosos judíos, musulmanes y cristianos. Algo que intenta cambiar la asociación Israel Jofshit (Israel libre). Su objetivo es separar completamente el Estado y la religión. Su director, Micky Gitsin, nos dice que "la votación estaba perdida de antemano pero hemos ganado porque hemos vuelto a sacar el tema a debate público".

Revela que recurrirán al Tribunal Supremo y que el 10.6% de los judíos israelíes que pueden casarse a través del Rabinato lo hacen fuera de Israel en señal de protesta.

"Israel es una nación tan romántica que su Gobierno organiza al mismo tiempo matrimonios civiles y cruceros de amor", ironiza el popular periodista Yair Lapid, hijo del que fuera ministro de Justicia, Tommy Lapid, gran opositor a la conexión entre la religión y el Estado.

Fuente:elmundo.es

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