jueves, 11 de agosto de 2011

El desnudo que dará vida al Mar Muerto

Ein Bokek (Mar Muerto)-Herodes solía bañarse en estas aguas para ahogar sus penas. Hoy, miles de turistas lo hacen para tratarse psoriasis, artritis y otras enfermedades dermatológicas. Es el Mar Muerto que, con un nivel de salinidad excepcional, se conoce también como Mar Salada. Se llame como se llame, se está muriendo. Aunque en un mes puede estar muy vivo. Llega un Mesías con muy poca ropa para vestirlo de fe, polémica y expectación. El Mar Muerto, al desnudo.

El nivel de agua se reduce a un ritmo vertiginoso ante la absoluta calma del lugar. El dramático descenso de más del 90% del río Jordán y la actividad industrial son algunos de los motivos de su situación. La receta para evitar su muerte incluye rehabilitar este caudal, las aguas subterráneas, un plan de rescate del Gobierno israelí y la necesaria colaboración entre Jordania, Israel y la Autoridad Nacional Palestina.

El Mar Muerto, cada vez más seco (Sal Emergui)

Pero hay un método más bello, atrevido y polémico que quizás consiga alegrar el Mar Muerto. Para que crezca la conciencia mundial ante la sequía de una de las maravillas naturales de la Tierra, entra en juego el famoso fotógrafo del desnudo masivo, el estadounidense Spencer Tunick. La cita es el 17 de septiembre en una de las tranquilas playas del Mar Muerto. El único requisito, al margen de la financiación, para que veamos la marea humana sin ropa por estos lares es que se cumpla el habitual cupo mínimo de Tunick: 500 mujeres y hombres.

Nada mejor que el Spa natural más grande, debió pensar este fotógrafo judío con familia en la ciudad israelí de Netania. “He venido muchas veces a Israel. Mi tío abrió un restaurante de sushi en Netania. Mi abuela de 95 años aún me reconoce, lo cual es increíble”, reveló hace unos meses cuando llegó para degustar el sushi familiar y anunciar su ambicioso plan de desnudar Tierra Santa en el punto más bajo del mundo.

“Puede ser increíble el desnudo generalizado en el Mar Muerto. Imagínese retratarles con el típico lodo (terapéutico) o incluso mostrando el deterioro y la reducción del mar”, comenta.

La relación de su proyecto con la lucha para salvar el Mar Muerto es más seria de lo que parece. Lo dice el propio Tunick que desea “despertar la conciencia mundial sobre la importancia del agua en esta región y de un lugar tan emblemático como el Mar Muerto”. El objetivo inicial de Tunick era fotografiar un desnudo colectivo en las playas de Tel Aviv pero Greenpeace le convenció que sería una buena idea hacerlo aquí para rescatar el gran y turístico lago.

Todo flota en estas aguas. (Sal Emergui)

“La primera vez que visité el Mar Muerto fue en el 79 y era un niño. Siempre me ha impresionado por su belleza y originalidad. Cuando regresé hace un año, me sorprendió ver cómo el nivel del agua había bajado”, cuenta Tunick que tiene un slógan: “Quítate la ropa para el Mar Muerto”.

Uno de sus trabajos.

Los que se oponen definiendo la iniciativa como “Sodoma y Gomorra” no van mal encaminados ya que, según la Biblia, estos dos símbolos del pecado absolutista se encontraban al sur de las orillas del Mar Muerto. Como estaba cantado, el diputado ultraortodoxo Nissim Zeev denunció lo que llamó “obscena exhibición artística”. "Es una iniciativa de mal gusto que se debe evitar”, advirtió. Tunick respondió invitándole al acto aunque sea con ropa. “Que venga y vea qué bonito es el cuerpo humano. Quizás se convenza y decida desnudarse. En el momento que lo haces, te sientes libre. Hacer esta foto es una demostración más que Israel es un país normal y democrático”, afirma este artista que ya ha mostrado su talento (y el de los otros) en ciudades como Barcelona, Sidney, Londres, Roma y Montreal.

Tunick espera triunfar en el Mar Muerto (Reuters)

A la espera del fotógrafo y sus centenares desnudos invitados, los hoteles de la zona intentan mimar a los turistas. Muchos proceden de las ex repúblicas soviéticas. “Vienen en busca de sol y por supuesto, de las ventajas del Mar Muerto que ayuda significativamente a curar enfermedades de piel", dice Yaacov, un hostelero de Ein Bokek.

El lugar más bajo del mundo tiene el sol más benigno. “Muchos no vienen por el mar sino por el sol que hace milagros", nos comenta una masajista especializada en barro terapéutico, alma y cuerpo. En pocas semanas- si no hay una sorpresa- no faltarán cuerpos en el Mar Muerto. Por unos momentos, estará más vivo que nunca.

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