domingo, 21 de agosto de 2011

La Trini se explaya en su periódico.


“Ha llegado la hora de dar un paso hacia el reconocimiento del Estado palestino”

El próximo día 2 se reunirán en Sopot (Polonia) los ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Sobre la mesa tendrán, entre otros asuntos, la crisis de Siria y la guerra de Libia. Pero el punto más peliagudo será el reconocimiento del Estado palestino, que en septiembre se votará en el Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de la ONU, una cita a la que los Veintisiete llegan profundamente divididos y ante la que la ministra española de Asuntos Exteriores y Cooperación, Trinidad Jiménez (Málaga, 1962), aboga por lograr que, si no todos, al menos una mayoría de países de la UE respalden “un avance en el reconocimiento del Estado palestino”. De lo contrario, advierte, “se puede generar una gran frustración en la población palestina”.

Pregunta. ¿El futuro de Siria pasa por la dimisión de El Asad?

Respuesta. La postura que mantiene Bachar El Asad es absolutamente intolerable. La represión sistemática de ciudadanos que reclaman pacíficamente libertad, la entrada de los tanques en las ciudades, las detenciones masivas... Aunque desde la comunidad internacional se ha modulado la condena para darle alguna opción...

La Iglesia católica tiene en España un papel relevante que ningún Gobierno debe desconocer"

P. España ha sido de los más remisos a una condena dura...

R. No, no... Hemos estado siempre en el consenso básico de la UE y hemos sido de los países que ha inclinado la balanza en favor de la condena. Se intentó persuadirle de que iniciara un proceso de reforma y cesara la represión, pero llega un momento en que es normal que la comunidad internacional diga: “Hasta aquí hemos llegado. Ya no hay más que dialogar”. Cuando la presión diplomática no surte efecto, hay que ir más allá. El Asad ha ido tan lejos que ya no le queda ninguna salida. Ha perdido toda credibilidad.

P. ¿Y cómo se le puede forzar a dejar el poder si se excluye una intervención militar?

R. La petición de dimisión es ya una forma de presión. Además, la UE está aplicando sanciones que se incrementan de forma gradual, aunque se intenta que no afecten al pueblo sirio. El propio Consejo de Seguridad aprobó una declaración de condena que, aunque quizá no lo bastante contundente, fue un paso adelante. Ante la evidencia de que Asad no está dispuesto a parar la represión, espero que la comunidad internacional actúe ahora con mayor firmeza. Sobre todo cuando la ONU nos está alertando de que el régimen sirio podría ser acusado de crímenes contra la humanidad...

P. ¿Deben ser investigados los crímenes del régimen sirio?

R. Por supuesto.

P. ¿En el Tribunal Penal Internacional?

R. Yo creo que habría que utilizar primero los instrumentos de investigación de las propias organizaciones humanitarias de Naciones Unidas...

P. España está en el Comité de Derechos Humanos...

R. Efectivamente. Y estamos trabajando con nuestros socios en esa dirección. Debemos saber qué ha ocurrido, porque no tenemos información sobre el terreno, no hay periodistas ni ONG.

Hemos recibido a un líder religioso que tiene categoría de jefe de Estado y le hemos dado los honores que le corresponden", afirma la ministra sobre la visita del Papa.

P. ¿España estaría dispuesta a dar asilo a la familia Asad?

R. Es algo que no nos hemos planteado. Lo que me importa es que acabe la represión y se inicie un diálogo nacional en Siria que garantice la libre convivencia en paz.

P. Italia ha retirado a su embajador en Damasco, lo mismo han hecho Arabia Saudí y otros países del Golfo, pero no España...

R. Nuestros embajadores tienen que seguir informando, haciendo presión y protegiendo a nuestros ciudadanos. Hay más de 1.000 ciudadanos españoles en Siria. Mientras sean útiles, somos partidarios de mantenerlos, pero estamos abiertos a que esa opción se debata en la UE.

P. España ha recomendado a sus ciudadanos que abandonen Siria. ¿Se plantea evacuarlos?

R. Siempre que se da una situación de conflicto, si vemos que [los españoles] no tienen posibilidad de regresar por la vía ordinaria y que existe algún riesgo para sus vidas, estudiamos facilitarles medios para que puedan hacerlo.

P. La intervención militar en Libia empezó en marzo, para un mes, y ya lleva cinco meses sin que Gadafi ceda el poder...

R. La situación era demasiado compleja para que pudiera resolverse en un mes. Creo que se ha trabajado bien y se han hecho avances. Es cuestión de tiempo que Gadafi caiga y yo creo que va a ser pronto.

P. El Reino Unido ha expulsado a todos los diplomáticos de Gadafi y ha pedido al Gobierno rebelde, el Consejo Nacional de Transición, que nombre al nuevo embajador en Londres. ¿Cuándo dará España ese paso?

R. Las personas que estaban en la embajada libia [en Madrid] acreditadas por el Gobierno de Gadafi prácticamente han salido todas ya. Ahora estamos a la espera de que el CNT nos diga si, entre los que quedan, hay alguien que pueda ejercer funciones de representación... o cualquier otro que ellos designen.

P. ¿España reconoce al CNT la facultad de designar al embajador de Libia en Madrid?

R. Sin duda. En la última reunión del Grupo de Contacto [en Estambul] reconocimos al CNT como autoridad gubernamental y, siendo coherentes, debemos otorgarle esa capacidad.

P. ¿Financiará al CNT con fondos congelados a Gadafi?

Cuando la presión diplomática no surte efecto, hay que ir más allá", dice Jiménez sobre Siria

R. Hemos iniciado los trámites con el Ministerio de Economía y Hacienda para ver cuál sería la mejor fórmula, pero el Gobierno tiene toda la disposición para hacerlo, dentro de la legalidad.

P. La Asamblea de la ONU debatirá en septiembre el reconocimiento del Estado palestino. Usted ha abogado por lograr una postura consensuada en la UE. ¿Qué va a proponer a sus socios?

R. Hemos trabajado con la idea de que haya una mayoría en la UE que pueda representar un avance en el reconocimiento del Estado palestino, que es un objetivo compartido por todos los países dentro de la solución al conflicto de Oriente Medio. Incluso Israel acepta la existencia de dos Estados. Ese es el objetivo que llevamos buscando desde hace años y creo que en este momento hay un grado de madurez suficiente como para dar algún paso en esa dirección. Es verdad que, si no hay negociaciones entre Israel y Palestina, es difícil que un reconocimiento formal tenga consecuencias prácticas; por tanto, al mismo tiempo llamamos al diálogo entre las partes para debatir las consecuencias de ese reconocimiento: la capital, los refugiados, las fronteras, etc... Hay la sensación de que ahora es el momento de hacer algo, de darles a los palestinos la esperanza de que su Estado puede ser una realidad. Sabemos que es un conflicto muy prolongado y es muy difícil solucionarlo en unos pocos meses, pero este es un momento crucial. Tenemos que lanzar alguna señal, porque si no, se puede generar una gran frustración en la población palestina. Ellos también quieren formar parte de esa expectativa de democracia y libertad que se vive en el mundo árabe...

P. ¿Se puede convencer a Israel de que el reconocimiento del Estado palestino no es un acto hostil y tampoco le debilita?

R. Acudir a Naciones Unidas no puede ser un acto de hostilidad contra nadie. Es la organización que de manera más amplia y legítima nos representa a todos. Es mucho mejor utilizar los instrumentos legales internacionales que cualquier otra alternativa. Sinceramente creo que cuando la Autoridad Nacional Palestina (ANP) recurre a esta vía es pensando en qué es lo mejor para la paz. Así se lo hemos explicado muchas veces a las autoridades israelíes y espero que lo podamos seguir haciendo.

P. España tiene una tradición de compromiso con la causa palestina. ¿Será coherente su voto en la ONU con esta política o se subordinará a lo que diga la UE?

R. El consenso en la UE es deseable. Una posición mayoritaria en la UE sería incluso más útil para la propia ANP. Pero primero tenemos que conocer el contenido de la resolución que se va a someter a votación y debatirlo en la UE. Esto es algo que la propia ANP comprende.

Hemos trabajado con la idea de que haya una mayoría en la UE que pueda representar un avance en el reconocimiento del Estado palestino"

P. ¿Lo deseable sería que la mayoría de los países de la UE apoyaran en la ONU el reconocimiento del Estado palestino?

R. Hay tres elementos que compartimos todos los socios de la UE. Uno es el reconocimiento de los dos Estados. Otro es la necesidad de dar garantías de seguridad a Israel. Y un tercero, la vuelta a las negociaciones. Todo lo que votemos tendrá que reunir esas tres condiciones.

P. El Foro Tripartito sobre Gibraltar ¿está suspendido o definitivamente difunto?

R. El Foro es un buen instrumento para lo que se diseñó: para abordar cuestiones prácticas que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos de la zona. Pero el ministro principal de Gibraltar [Peter Caruana] quiso llevar al Foro determinadas cuestiones como la soberanía y la jurisdicción de las aguas que rodean el Peñón. El Gobierno tiene claro que estos asuntos solo se tratan bilateralmente entre el Reino Unido y España y, por tanto, decidimos no convocarlo...

P. Entonces, mientras Caruana insista en abordar la soberanía de las aguas...

R. No se reunirá el Foro Tripartito.

P. ¿España ha recibido en el Papa a un jefe de Estado extranjero o a un líder religioso?

R. Hemos recibido a un líder religioso que tiene categoría de jefe de Estado y le hemos dado los honores que le corresponden.

P. ¿Ha cedido el Gobierno en leyes que incomodaban a la Iglesia, como la de libertad religiosa o la de muerte digna?

R. En materia de libertades públicas no ha habido un avance en la historia de España más importante que el que ha llevado a cabo Zapatero. Las leyes se han ido aprobando a medida que hemos tenido el consenso necesario, porque el Gobierno no dispone de mayoría absoluta y debe pactar con otros grupos. Aun así, el balance de esta etapa es extraordinariamente positivo.

P. Tampoco ha recibido nunca la Iglesia tanta financiación...

R. La Iglesia católica tiene en España un papel relevante que ningún Gobierno debe desconocer. Las relaciones han sido de respeto y diálogo, pero también de estricta separación entre el ámbito civil y el religioso.

Fuente:elpais.com


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