lunes, 7 de noviembre de 2011

El presagio del Holocausto


"En el momento de la Noche de los Cristales Rotos, en Alemania vivían 500.000 judíos, aproximadamente. 200.000 de ellos se marcharon. Los demás, no entendieron lo que ocurría". Al habla, Graciela Kohan, responsable del área del Holocausto de la fundación Sefarad-Israel y comisaria de la exposición 'Kristallnacht', producida por el Yad Yashem de Jerusalén, que se expondrá en su sede de Madrid a partir de este jueves.

¿Y qué ocurría? "Fue el primer paso hacia el Holocausto".

La muestra de Madrid expone la singularidad de la Noche de los Cristales Rotos (de la que se cumplirán 73 años el miércoles): "Fue la primera política del Gobierno nazi dirigida contra los judíos específicamente. Antes, se instauró el campo de concentración de Dachau para todos los enemigos del Reich, y se impusieron las leyes raciales, que se dirigieron a un nucleo más amplio. Hubo también una jornada de boicot a los comercios judíos, pero no prosperó. Pero el primer acto programado contra la comunidad judía fue la Noche de los Cristales Rotos. Hubo una excusa, que fue un judío alemán que atacó a un agregado de la Embajada Alemana en París, furioso por el mal trato que habían recibido sus padres y una versión oficial que decía que los ataques fueron espontáneos. Pero, en realidad, la Noche de los Cristales Rotos fue el presagio que marcó el camino del Holocausto".

250 sinagogas ardieron; cientos de negocios fueron destrozados (sus propietarios tuvieron que pagar las costas): 30.000 judíos fueron trasladados a Dachau y cientos de ellos murieron aquella noche. ¿Y nadie dijo nada? "En 1938 ya no había disidencia en Alemania. Los críticos habían sido depurados o estaban atenazados. Nadie salió en defensa de los judíos". ¿Ni siquiera ellos mismos? "Los judíos alemanes estaban tan asimilados que pensaban que éste era un progromo más, como tantos que habían vivido sus abuelos. Hasta llegar a Treblinka y a Auschwitz, muchos de ellos pensaban 'Esto es porque nos ha tocado un loco, ya pasará', como otras veces. El acoso fue tan grande que no tuvieron fuerzas ni para entender lo que les estaba pasando".

¿Y fue un progromo más? Eso es lo que quiso hacer ver el Reich. Sin embargo, las diferencias eran obvias: primero, porque su escenario era la refinada Alemania, donde muchos judíos se habían insertado entre la burguesía y las profesiones liberales. No eran parias como ocurría en Polonia o en Ucrania. Muchas de las víctimas estaban bautizadas y tenían padres y abuelos cristianos". Y después, porque su propósito final era mucho más grave.

"El peso del Holocausto ha sido tan grande que el suceso de la Noche de los Cristales Rotos ha pasado desapercibido. Además, afecta directamente a la responsabilidad del pueblo alemán, de modo que ha sido un suceso olvidado durante mucho tiempo. Ahora, a partir de la apertura de los archivos de la Cruz Roja alemana, hay un interés renovado".

Fuente:elmundo.es

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