lunes, 16 de julio de 2012

El día en que Francia sucumbió al nazismo

Homenaje a las víctimas de Vél d’Hiv.
La operación comenzó un 16 de julio de 1942: alrededor de 9.000 policías y gendarmes franceses bajo mando alemán con la misión de 'limpiar' las calles de París de judíos. Pocos pudieron escapar y la mayoría cayó en las garras de la esvástica genocida.
En dos días se arrestó a 13.152 personas. Pocas para una Alemania implacable que pedía 24.000 cabezas. La mayoría fueron deportados, con el final ya conocido. Menos de un centenar sobrevivió a la pugna.
Se cumplen ahora 70 años de la llamada redada de Vél d’Hiv. El nombre lo toma del velódromo de invierno (Vélodrome d’Hiver) donde fueron internados los judíos apresados y que fue destruido en 1959.
Esta operación "fue el símbolo de la colaboración de Francia con el régimen asesino, una mancha indeleble en la historia nacional", lamenta Raphaël Esrail, presidente de la Unión de deportados de Auschwitz.
Aprovechando la conmemoración del triste episodio se han desvelado por primera vez algunos documentos policiales de la época. Estos secretos sumariales son objeto de una exposición en la capital francesa. Textos manuscritos con olor a encierro, a persecución.
Entre ellos, las listas de los condenados en vida, las familias en busca y captura por haber nacido con el estigma. También el censo de los judíos obligados a entregar la radio a las autoridades, pues si se les estaba negado el derecho a vivir, aún menos el de escuchar o informarse.

Archivos únicos

"Son archivos únicos en el mundo, porque cuentan la vida cotidiana de los franceses desde el siglo XVII", explica al diario francés 'Le Figaro' la comisaria de la muestra, Françoise Gicquel. Son una muestra de la relación entre los criminales nazis y sus colaboradores.
Aquel 16 de julio de 1942, los miles de policías galos que integraban el operativo de redada fueron prevenidos el día de antes "para evitar las huidas", explica la experta. "Los equipos se componían de dos agentes que no se conocían y que estaban acompañados sistemáticamente por un soldado alemán". La maquinaria de matar no dejaba cabos sueltos.
Difícil para los judíos escapar a la ratonera. A pesar del empeño alemán en cerrar las vías de salida, muchas familias "fueron prevenidas" y consiguieron huir. La de Charles Tremil fue una de ellas. Antes del día de los arrestos dejó su apartamento en el centro de París y partió con los suyos hacía Évreux, la única brecha para burlar la muerte.

Calma y llanto

Pero el 16 de julio su madre y uno de sus hermanos volvieron a París para hacer unas gestiones y formaron parte del botín, junto a 13.000 judíos más. Marcel Weltman Aron sí sorteó las esposas aquel día. "Lo más sorprendente de todo era la calma en la calle, la gente se paseaba con los niños como si no fuera a pasar nada", ha explicado a la televisión BFMTV.
La tranquilidad aparente previa a la operación dio paso a la confusión de los gritos, "el llanto y el sonido de la lluvia". El testimonio de una de las notas guardadas en los archivos policiales recorre la espalda como un sudor lapidario, también matemático: "Operación de recogida de judíos: hombres, 3.118, mujeres: 5.919, niños: 4.115 niños. Total: 13.157 arrestos". Ni los niños escaparon a la ecuación.
Para arropar los fríos recuerdos de Tremil o Weltman, París ha organizado una serie de actos de conmemoración. El lunes se celebró una ceremonia en recuerdo a las víctimas en el campo de Drancy, donde fueron internados muchos de los apresados. El domingo que viene el presidente galo, François Hollande, presidirá otro acto en lo que en su día fue el velódromo de invierno.
Para Marc Laffineur, secretario de Estado de antiguos combatientes, "en aquel mes de julio los franceses cometieron algo irreparable. Burlaron los valores de la República, las raíces judeocristianas de Francia, ese país de cultura y de sangre mezcladas".
Fuente:elmundo.es

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