lunes, 23 de julio de 2012

Homenaje clandestino a las víctimas de Múnich'72

Se ha negado por activa y por pasiva. Se obvió incluso la campaña de recogida de firmas para conseguirlo. El CIO, con Jacques Rogge a la cabeza, no quería que, de ningún modo, se produjese un homenaje a las víctimas del terrorismo en los Juegos de Múnich en 1972. Y sin embargo, en el acto de la firma de la Paz Olímpico, de nuevo con Rogge a la cabeza, el CIO ha decidido rendir tributo a los 11 atletas israelíes fallecidos hace ahora 40 años.
La firma de la Paz Olímpica se remonta a la antigua Grecia y consiste en un llamamiento a la suspensión temporal de los conflictos armados para que los atletas puedan desplazarse libremente y sin peligro a las sedes olímpicas y, más tarde, volver a su lugar de origen una vez finalizada la competición. El momento perfecto para un homenaje. También en Londres, donde con un minuto de silencio se recordó, por primera vez en la historia olímpica, a los deportistas secuestrados y asesinados por la organización palestina 'Septiembre Negro'.
"Me gustaría iniciar la ceremonia honrando la memoria de los 11 atletas israelíes. Fueron a Múnich con el espíritu de la paz y la solidaridad. Tenemos con ellos la deuda de mantener este espíritu vivo y de recordarlos", dijo Jacques Rogge, quien también insistió en que este homenaje sorpresa no fue organizado para acallar las críticas contra el organismo olímpico por haber rechazado la inclusión del minuto de silencio durante la ceremonia de apertura.
Tal iniciativa surgió de Ankie Spitzer, viuda del entrenador de esgrima asesinado en Múnich Andre Spitzer. Fue ella quien comenzó una recogida de firmas para que el CIO incluyese un minuto de silencio durante la ceremonia de inauguración de los Juegos de Londres en el 40 aniversario del atentado. Sin embargo, el CIO rechazó la propuesta para no politizar el evento.
En su lugar, el organismo olímpico optó por un minuto de silencio en la villa olímpica en un acto al que acudieron Jacques Rogge; el alcalde de Londres, Boris Johnson; el presidente del comité organizador de los Juegos, Sebastian Coe; y el ministro de cultura británico, Jeremy Hunt. Una ceremonia sencilla en la que Rogge volvió a insistir en que el deporte no es la solución a todos los problemas. "Como nos recuerda el trágico suceso de hace 40 años, el deporte no es inmune ni puede curar todos los males del mundo. No puedo hablar sobre paz y deporte sin recordar lo que pasó en Múnich", aseguró Rogge.
Un gesto con el que el CIO puede, al menos de momento, calmar los movimientos que durante cuatro décadas familiares, entrenadores y organismos oficiales de Israel han realizado para conseguir una conmemoración oficial. Movimiento al que en los últimos tiempos se ha sumado el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, así como otros políticos de renombre internacional.
Fuente:elmundo.es

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