domingo, 30 de diciembre de 2012

2º Viaje a Israel - Visita al Yad Vashem ( Museo del Holocausto )

Despues de salir del Hospital Hadassah visitaríamos el Yad Vashem , el Museo de Recuerdo de la Shoá , punto obligado de encuentro para recordar a los 6.000.000 de judíos exterminados en el Holocausto.
Este lugar , donde no se pueden hacer fotos , invita al recuerdo y la reflexión y es visitado por miles de turistas y ciudadanos israelíes asi como muchos  mandatarios de paises extranjeros que visitan oficialmente Israel
Su nombre proviene de las palabras del profeta Isaías: «“Yo les daré lugar en Mi casa y dentro de Mis muros [...]. Les daré un nombre permanente [un “yad vashem”], que nunca será olvidado.» (Isaías 56:5
El objetivo principal de Yad Vashem es eternizar la memoria de cada una de los seis millones de víctimas del Holocausto para la enseñanza a las generaciones futuras por medio de sus archivos, su biblioteca, su escuela, sus museos y a través del reconocimiento a los Justos entre las Naciones, para que las tragedias y sus terribles escenas no sean jamás olvidadas ni repetidas. Por este motivo, entre otros, Yad Vashem desarrolla un memorial perpetuo, con archivos y relatos, así como recopila objetos, documentos y testimonios que posteriormente son publicados. También se ocupa de la recopilación de los nombres de las víctimas con el fin de preservar su memoria.
Yad Vashem tiene fuerza de ley para premiar a no judíos con el título “Justo entre las Naciones”, los que con valentía en sus corazones salvaron a judíos de las garras de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
El memorial consta de varios edificios: una cámara de la memoria, un museo histórico, una galería de arte, los archivos, el Valle de las Comunidades destruidas, la Sala de los nombres, el Memorial de los niños y un centro educativo.

Tráfico en Jerusalen como en cualquier otra gran ciudad


El moderno tranvia que atraviesa la ciudad


Entrada al Yad Vashem

El grupo de AGAI


Maqueta de todo el complejo de Yad Vashem



Vista de los alrededores de Jerusalen desde Yad Vashem


Como la visita es muy personal y cada uno para en aquellos lugares que más le impresionan , este era el lugar de encuentro al finalizar el recorrido.

Grupos  de soldados de visita en Yad Vashem




Lugar donde se encuentra el fuego perpetuo

El fuego perpetuo y en el suelo el nombre de todos los campos de exterminio

Una corona con la bandera alemana








El grupo atento a las explicaciones de Ruty

Árboles en memoria de " Justos entre las Naciones "


Museo en recuerdo de los niños






Como oficial del ejército polaco, después del estallido de la segunda guerra mundial, Korczak se presentó como voluntario al servicio militar, pero no pudo ser aceptado debido a su avanzada edad. No obstante, durante la ocupación alemana, tuvo la osadía de vestir el uniforme polaco. Manifestó su clara oposición negándose a llevar la estrella de David a pesar de la obligación impuesta por los nazis de señalar así a los judíos, pues consideraba esa imposición como una clara profanación de ese símbolo. Los últimos meses de su vida los pasó en el gueto de Varsovia. Newerly, su posterior biógrafo, intentaría entonces conseguir para Korczak en la zona aria de la ciudad una documentación falsa, pero el doctor se negó a abandonar el gueto, en el que prosiguió relatando con regularidad sus experiencias en el diario que ya había comenzado en 1939. Un diario muy esclarecedor que había abandonado en los dos años anteriores al consumir toda su energía en las labores de dirección de Dom sierot y otras actividades relacionadas con la protección de los niños del gueto. Este diario fue publicado por primera vez en Varsovia en 1958. La última anotación corresponde al día 4 de agosto de 1942.
En la mañana del día 5 o 6 de agosto el territorio del “gueto pequeño” fue rodeado por los soldados de las SS y los policías ucranianos y letones. Durante el transcurso de la llamada “Gran acción”, es decir, la fase principal del exterminio de los habitantes de gueto de Varsovia por los alemanes, Korczak volvía a rechazar la oferta de ayuda, ya que no quería abandonar a los niños y a los empleados del orfanato. El día de la deportación final Korczak condujo el desfile de sus protegidos a la plaza Umschlagplatz de donde partían los transportes hacia los campos de exterminio. En la marcha participaron más de doscientos niños y unas decenas de educadores, entre ellos la misma Stefania Wilczyńska. Este último “paseo” ha quedado convertido en leyenda: es uno de los grandes mitos de la guerra y un evocador recuerdo, aunque no siempre relatado de manera coherente y fidedigna con los detalles. “No quiero ser blasfemo ni desmitificador, pero tengo que decir como lo ví entonces. La atmósfera emanaba inercia, automatismo, apatía. La conmoción no se hacía visible al ver a Korczak; nadie saludaba (como lo describen algunos), y sin duda ninguno de los mensajeros de Judenrat intervino. Nadie se acercó a Korczak. No hubo gestos, nadie cantaba, no hubo orgullosas cabezas en alto, no recuerdo si alguien sujetaba la bandera de Dom sierot; dicen, que sí. Reinaba un silencio terrible, agobiante. (…) Uno de los niños iba agarrado al abrigo de Korczak, tal vez de su mano; todos iban como en un trance. Les acompañé hasta la puerta de Umschlag...”.15
Según otras versiones los niños marchaban en filas de cuatro sujetando la bandera del Rey Matías I, protagonista de una de la novelas escritas por su educador. Cada niño tenía consigo un juguete o un libro preferido. Uno de los chicos, al frente del desfile tocaba el violín.16 Las fustas de los ucranianos y los soldados de las SS chasqueaban por encima de la multitud de niños, aunque el desfile lo conducía un soldado que había manifestado cierta simpatía por ellos.17 Janusz Korczak murió con sus protegidos en el campo de exterminio de Treblinka. En 1948 fue condecorado de manera póstuma con la Cruz de Caballero de la Orden del Renacimiento de Polonia.

Ruty delante del monumento a  JANUSZ KORCZAK y sus niños.

Dice Irena Sendler: "Subió al tren por la parte de delante. Llevaba al más pequeño en brazos, y a otro de la mano...Los niños iban vestidos de domingo. Llevaban un uniforme de dril azul. Iban de cuatro en cuatro, a paso ligero, sin detenerse, con dignidad, hacia la plaza de trasbordos: la plaza de la muerte. Y ¿que decía el mundo entonces? ¡El mundo guardaba silencio!...Los niños no sabían nada hasta el momento en que las manos asesinas de los criminales alemanes cerraran las puertas de los vagones con destino a Treblinka. Allí morirían....Los más pequeños aprietan muñecos en sus manitas...Korczak echaba mano de su fantasía para distraer a los niños de aquellas atrocidades. Tenía un gran corazón...Y yo lo vi con mis propios ojos"

Símbolo del Yad Vashem



En memoria de Irena Sendler


Arbol en memoria de Oskar y Emilie Schindler

En memoria de Wallenberg


El grupo termina la visita a Yad Vashem


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