lunes, 24 de diciembre de 2012

2º Viaje a Israel - visita a Tel Dan y los Altos del Golán - 4º día

 Salimos de Safed y nos dirijimos a los Altos del Golán , pero previamente ibamos a hacer una parada en el parque natural de Tel Dan

Al oeste de Dan se encuentran las montañas meridionales de la cordillera del Líbano, mientras que al este y al norte están el monte Hermón. El derretimiento de la nieve de Hermón proporciona la mayor parte de agua del río Jordán a través de un afluente, el río Dan, haciendo al área de Tel Dan altamente fértil. La exuberante vegetación resultante hace que la zona que rodea a Dan parezca un tanto fuera de lugar comparada con la región árida a su alrededor.

Los descubrimientos en el sitio de Tel Dan datan del Neolítico, circa 4500 a. C, y los restos encontrados incluyen desde paredes de 0,8 m de ancho hasta fragmentos de cerámica. Según parece, el sitio fue ocupado en el Neolítico por varios siglos antes de ser abandonado por cerca de 1000 años.
Dentro de los restos del muro de la ciudad, cerca del pórtico exterior, se encontró un fragmento que aparentemente correpondería a una estela. Este fragmento de basalto, conocido como Estela de Tel Dan, contiene una inscripción en arameo que se referiría a uno de los reyes arameos de Damasco, Hazael (c 840 a. C), aunque algunos estudiosos creen que se refiere a Ben-Hadad (c 802  a. C). Muy poco de la inscripción se mantiene, pero el texto contiene las letras 'ביתדוד' (BYTDWD) que algunos arqueólogos creen que quiere decir Casa de David (Beth David en hebreo). En la línea inmediatamente superior, se lee el texto 'MLK YSR'L', i.e. "Rey de Israel" (los escritos hebreos de la época no poseían vocales).
En 1992, con el fin de poner en orden el lugar para su apertura al público en general, se removió un montón de escombros que databan del tiempo en que los asirios destruyeron la ciudad (733/2 a.C). Inesperadamente, una puerta de enlace a la ciudad, desconocida hasta entonces, fue descubierta. La entrada conducía a un patio empedrado donde había una plataforma de piedra, la que ha sido identificada por algunos literalistas bíblicos como el podio para el becerro de oro que, de acuerdo a la Biblia ,fue colocada por Jeroboam I.
Las excavadoras de Tel Dan descubrieron una puerta de la ciudad hecha de ladrillos de barro, que se estima construida alrededor del 1750 a. C., en el período de los patriarcas bíblicos. Su nombre popular es la "Puerta de Abraham", porque Abraham viajó a Dan para rescatar a su sobrino Lot. Génesis 14:14: "Y cuando oyó Abram que su pariente estaba prisionero, armó a sus criados, nacidos en su propia casa, trescientos dieciocho, y los condujo hasta Dan." La puerta se ha convertido en una atracción turística.18 La Puerta de Abraham fue restaurada completamente a fines de los años 2000.
Los jóvenes soldados muy presentes en todo Israel

Ciencia y esfuerzo dan este resultado


Un ejemplo para la juventud de Europa

Algunos piensa que en Israel todos andan en camello


Una de las fuentes del Jordán


El grupo se adentra en Tel Dan



¡¡Y pensar que no tan lejos está el desierto !!




Un día de calor


¿ Alguien podría pensar que esto es Israel ?



Abandonamos Tel Dan y nos dirijimos a los Altos del Golán , al lugar conocido como el Valle de las Lágrimas , en la frontera con Siria . Antes de ver las fotos de ese emblemático lugar lea este relato sobre los héroes que lucharon allí defendiendo la existencia de Israel 
Zvi Greenhold
El 6 de octubre de 1973 los ejércitos sirio y egipcio atacaron a las fuerzas armadas de Israel, que fueron sorprendidas sin estar preparadas. Comenzaba la Guerra del Yom Kipur.
Ese día Zvi Greenhold, el señor de la fotografía, estaba de permiso. Tenía rango de teniente, y al enterarse de que había comenzado la guerra, se puso su uniforme, y haciendo autostop llegó hasta Nafekh. En ese lugar se encontraba el Cuartel General de la Brigada Barak. Y muy cerca pasa la llamada ruta Tapline. No se trata de una carretera, sino de un oleoducto comenzado en 1947.
Zvi no había destacado especialmente hasta ese momento; eso sí, conocía bien la zona en la que se estaba produciendo el ataque sirio ya que había nacido en el kibbutz Lohamei HaGeta’ot, que se encuentra en la costa, muy cerca de la frontera con el Líbano.
Es muy largo contar la masiva batalla (batallas) de tanques que tuvo (tuvieron) lugar a lo largo de la primera semana de guerra en los Altos del Golán. Basta con decir que se la ha comparado con Kursk. Y en ella, el episodio más destacado, hasta el punto de ser considerado un ejemplo casi perfecto de batalla defensiva, es la actuación de la 7ª Brigada en el Valle de las Lágrimas, que entre el 7 y el 8 de octubre de 1973 destruyó más de quinientos tanques y blindados en un frente de apenas veinte kilómetros.
Sin embargo, la acción de guerra más llamativa de la campaña fue resultado de la necesidad de improvisar y es extraordinaria. Si se divide el frente en dos partes, la norte y la sur, resulta más fácil de comprender. En la parte sur, la que atraviesa la ruta Tapline hasta Nafekh, las fuerzas sirias destruyeron prácticamente la Brigada Barak, que perdió casi un noventa por ciento de sus comandantes, entre ellos al coronel Ben Shoham, que fue alcanzado cerca de Nafekh, en uno de los momentos culminantes de la guerra. Y por ese agujero abierto a través del camino del oleoducto, se intentaron colar dos divisiones sirias más una división acorazada. Casi seiscientos tanques hicieron lo posible por llegar al puente de Arik, sobre el río Jordán. Y se quedaron muy cerca. Si no lo lograron fue gracias a la rapidez de los israelíes a la hora de movilizar sus reservas y al tiempo que ganaron unas fuerzas muy escasas.

Cuando el teniente Zvi llegó, la situación ya era caótica. Pidió el mandó de una fuerza de tanques y le entregaron cuatro, de los que tres estaban siendo reparados mientras se extraían de ellos los cadáveres de sus tripulantes. Su nombre sería el de Fuerza Zwicka, el apodo del teniente.
Esa misma tarde avanzó con sus cuatro tanques por la ruta Tapline y se encontró con la avanzada de las fuerza sirias, que habían sobrepasado y rodeado las fuerzas de Ben Shoham (que anduvo toda la noche ocultándose y dirigiendo sus fuerzas por radio). Mientras tanto, Zwicka había empezado su cuenta particular. Eran las nueve de la noche del día 6. En los primeros enfrentamientos, su tanque perdió el sistema de comunicaciones, así que se pasó a otro y ordenó al que había sido suyo que hiciera lo mismo que él. Sin embargo, al poco tiempo su anterior tanque había sido destruido. Se había quedado solo, así que decidió esperar, al oeste de la ruta Tapline.
Pronto, todo el mundo, por radio, comenzó a seguir las andanzas de la Fuerza Zwicka, formada por un solo tanque, aunque sólo él conocía ese hecho. Una media hora más tarde de haberse emboscado, vio como una columna de treinta blindados sirios y camiones de apoyo avanzaban por la carretera, así que esperó, y cuando estaban muy cerca, a apenas veinte metros, disparó contra el primer tanque y huyó. Y empezó a disparar desde diferentes posiciones, moviéndose constantemente y haciendo creer a los sirios que estaban siendo atacados por una fuerza superior. Cuando había alcanzado a diez tanques, los sirios retrocedieron.
Parecía que a Zvi le acompañaba la suerte, ya que se le unieron otros siete tanques, al mando del teniente coronel Uzi. Por desgracia, la columna, que había avanzado hacia el sur, siguiendo la ruta, en la dirección del repliegue sirio, fue sorprendida por fuerzas sirias y tuvo que defenderse durante tres horas, en las que prácticamente fue destruida y en la que el propio Uzi perdió un brazo y quedó ciego.
Zvi, que mandaba un pelotón de tres tanques dentro de la fuerza de Uzi, retrocedió, pero sus tanques fueron alcanzados y sus ocupantes muertos o heridos. El propio Zvi salió ardiendo del tanque y tras rodar por el suelo, corrió hacia la alambrada que corría paralela al oleoducto, y saltó a la carretera, por la que corrió hasta encontrarse con un tanque israelí, que venía siguiendo el camino de la fuerza de Uzi. Zvi se hizo cargo del tanque (tuvo que cambiar seis veces de tanque) y de otro que estaba evacuando heridos y anunció por radio que la Fuerza Zwicka seguía existiendo, justo antes de atacar a dos tanques sirios que, de nuevo, avanzaban por la carretera.

Ya estaba amaneciendo cuando pudo unirse a las fuerzas del coronel Yisraelí, que parecía ser capaz de detener el avance sirio, en esa mañana del día 7 de octubre. Sin embargo, se trataba de una ilusión. Los sirios habían flanqueado a las fuerzas israelíes y habían avanzado más de cuatro kilómetros más allá de donde se encontraban. Los sirios estaban a punto de tomar Nafekh. Así que Ysiraeli ordenó retirada, entre fuertes combates. Poco tiempo después, De la fuerza de Ysiraeli sólo quedaban tres tanques, entre ellos el de Zvi, que, de camino a Nafekh, sobrepasó el blindado de Ben Soham, que colgaba, muerto a los pies, tras haber sido ametrallado en lo alto de la torreta.
Zvi, otra vez solo, dejó la carretera, en la que estaban emboscado los sirios, esperando el repliegue, y se dirigió a Nafekh campo a través. Cuando se acercaba al Cuartel General, que estaba siendo asediado, se encontró con otro tanque, al mando de un reservista, y le ordenó actuar con él. En ese momento, empezó a disparar como un loco contra todos los blindados que veía. Tras treinta horas de lucha sin descanso, el conductor de su tanque, en estado de shock, lo mandó todo a la mierda, paró el tanque y salió huyendo. Zvi pudo localizar otro conductor y seguir luchando. En una conversación, ya famosa, un capitán informó que Nafekh estaba perdido y que sólo quedaba un centurión (el tanque de Zvi), lleno de locos, disparando contra los sirios.
En ese momento, apareció la 79ª Brigada del coronel Ori, la esperada fuerza de reserva, que torció el curso de la batalla.
Zvi no paró. Se dirigió hacia otra base que estaba siendo atacada, pero al pasar cerca de tres tanques israelíes vacíos e intactos, con los motores en marcha, descendió del suyo y empezó a patear uno de los tanques. Poco después, bajó de su tanque, con las ropas y el cuerpo quemados, se dirigió al mayor Dov, el segundo de Ben Soham y le dijo, “no puedo más”. Se derrumbó. Había destruido cuarenta tanques y veinte blindados sirios.
He leído que los sirios dan, todavía, a la Fuerza Zwicka la categoría de batallón, y hay quien sostiene que un tanque paró el avance de una división acorazada.
En fin, el propio Zvi Greenhold llegó a afirmar que tampoco estaba tan cansado, que fue ver esos centuriones abandonados lo que le llevó a pensar que lo que había hecho quizás no había servido para nada. Parece que se equivocaban
Fuente :http://tsevanrabtan.wordpress.com/2010/08/17/no-puedo-mas/.




Refrigerio para turistas

Restos de la batalla con los sirios


Monumento a los valientes











Al fondo , en Siria , la ciudad de Kuneitra


despues de ver un audiovisual en el Kibutz El Ron sobre la batalla contra los sirios , nos dirijimos de nuevo hacia Tiberias.

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