jueves, 10 de enero de 2013

2º Viaje a Israel - Visita a la Sinagoga Hurva

Despues de un descanso por el barrio judío teníamos cita para hacer una visita guiada a la Sinagoga Hurva.
Por primera vez en 62 años muchos judíos se reunieron recientemente en un Shabat para rezar en la renovada y majestuosa sinagoga Hurva, en la Ciudad Vieja de Jerusalem.
Puah Steiner, quien vivió durante su infancia en el barrio Judío de la Ciudad Vieja, y debió exiliarse cuando era joven a causa de que Jordania capturara y destruyera vastamente toda el área, fue una de las cientos de personas que regresaron a la reconstruida sinagoga Hurva para vivir una experiencia llena de emoción. Ella y su marido, Rabi Jaim Steiner, fueron una de las primeras parejas judías que se mudaron al remozado barrio de la Ciudad Vieja luego de la Guerra de los Seis Días del año 1967.
La señora Steiner, quien escribió un libro (traducido al Inglés bajo el título de Forever My Jerusalem) sobre su infancia vivida en la Ciudad Vieja junto a su padre, el Rabino Shlomo Min-Ha-Har, dijo: “Yo viví entre 1945 y 1948 aquí, en la Ciudad Vieja, y recuerdo que iba caminando con mi padre y mi hermana mayor a la sinagoga de Hurva para rezar allí.
“Era mucho más placentero rezar allí que en el Muro Occidental, donde los árabes siempre nos estaban empujando y provocando, y los ingleses no resguardaban nuestro lugar como debían, en tanto que en Hurva nos sentíamos como en nuestra casa. En aquellos tiempos era la sinagoga central de Jerusalem; era muy alta y hermosa. El arco conmemorativo construido en 1977 tenía sólo dos tercios de la altura original”.
Los servicios de Shabat realizados en la reapertura convocaron a gente de todos los rincones de la ciudad, incluyendo al decano de la Ieshivá Merkaz HaRav, Rabi Iaacov Shapira, y al co-fundador de la Ieshivá Birkat Moshé en Maalé Adumim, Rabi Itzjak Shilat.
“Había mujeres de todas las corrientes religiosas –y a decir verdad, el sector de mujeres es un poco pequeño”, dice la señora Shteiner. “Sólo hay lugar para 60 mujeres, tal como era hasta 1948. Aparentemente los diseñadores no tomaron en cuenta el hecho de que actualmente hay más mujeres que van a la sinagoga que las que iban en esos tiempos.”
El sector para hombres contiene 200 asientos.
Los congregantes respetarán la costumbre Ashkenazí, concordantemente con la antigua tradición de Hurva. Rabi Simja HaKohen Kook, gran rabino de Rejovot, será el rabino de la sinagoga.
Un grupo asociado con la ieshivá Zilberman de la Ciudad Vieja llevará a cabo los servicios cotidianos; las bendiciones referidas al Estado de Israel y al Ejército de Israel serán rezadas todos los Shabat.
En su primera semana de funcionamiento la sinagoga llevó a cabo dos britot (circuncisiones rituales) y la boda de un joven norteamericano que hizo aliá sin su familia y que actualmente está sirviendo en el ejército, y de una joven de extracción etíope.
La sinagoga de Hurva fue construida por vez primera en los años 1700, cuando Rabi Yehuda HaJasid y otros 500 seguidores llegaron a Jerusalem procedentes de Rusia. Los árabes atacaron la sinagoga en 1721, quemando los sifrei Torá durante la redada. Durante década de 1830 fue reconstruida por talmidim del Gaon de Vilna para más tarde ser destruida por la Legión Jordana, luego de la guerra de 1948.
Dice la tradición sostenida por los talmidim del Gaon, que el mismo había dicho que Hurva sería reconstruida y destruida dos veces, y que cuando fuera reconstruida por tercera vez, esa sería la señal de la llegada del Mashiaj. 
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La primera sinagoga en ese lugar fue levantada en 1700 por el primer grupo de askenazí­es que emigró a Jerusalén desde la destrucción del Segundo Templo por los romanos.
“No era una simple sinagoga, era el primer edificio en 17 siglos especialmente construido en tierra santa como lugar de culto judí­o“, explica Arazi destacando la carga espiritual que ello arrastraba.
La prematura muerte del rabino que impulsó su construcción llevó a sus feligreses a endeudarse con la población árabe local, que en venganza por los impagos, la incendió en 1720 y expulsó a toda la comunidad de la ciudad.
Tuvo que pasar más de un siglo hasta que los judí­os centroeuropeos obtuvieron un nuevo permiso de los sultanes otomanos para regresar, y tras pagar la cuantiosa deuda de sus ancestros.
En 1864 fue levantada la segunda sinagoga “Hurva”, en el mismo lugar de la primera pero de mucho más esplendor y, gracias a la profecí­a, se convirtió en el sí­mbolo por excelencia del renacimiento espiritual y nacional judí­o.
“Hasta ese momento todas las sinagogas en la Tierra de Israel tení­an que estar a ras del suelo o ser más bajas que las mezquitas, y la imponente Hurva, con sus 24 metros, fue la primera que conseguí­a romper esa regulación”, explica Gura Berger, portavoz de la compañí­a.
La sinagoga, centro de la vida judí­a a nivel mundial, atrajo a personajes tan famosos como Teodoro Herzl, el padre del sionismo, así­ como a los banqueros Rothschild.
Pero, según la profecí­a del Gaón de Vilna, también este centro de culto habrí­a de ser destruido, tal y cómo ocurrió en 1948 durante la Primera Guerra Árabe Israelí­.
Visible desde cualquier parte de la ciudad, y consciente del valor simbólico que tení­a para los judí­os, la Legión Jordana la bombardeó en su asalto a la ciudad vieja de Jerusalén.
“Hemos estudiado a fondo cómo era la original, y lo que se está construyendo es una réplica casi exacta en todos los aspectos, paredes, muebles, grabados y todo lo demás”, indica Berger.
Los investigadores han llegado a localizar incluso el “Parojet” (cortina) original que cubrí­a el Arca Sagrada en la primera sinagoga, conocida como “Parojet Napoleón” porque fue confeccionada con la lujosa capa de un oficial francés que encontró refugio en casa de judí­os durante la guerra contra Rusia.
Y es que las leyendas siempre han rodeado a una sinagoga que, pese a su poco favorecedor nombre de “Ruina”, ha sido el epicentro del judaí­smo en los últimos dos siglos y portador del mensaje de la redención mesiánica.
Para realzarlo, la sinagoga será inaugurada el 1 del mes hebreo de Nisán, el dí­a en que, según el libro del Éxodo, Moisés levantó la “Tienda de Reunión” que albergaba el Arca Sagrada y, en su interior, las Tablas de la Ley.
Fuente:agencia EFE 


La Sinagoga Hurva, (en hebreo: בית הכנסת החורבה; transliterado: Beit ha-Knesset ha-Hurba), también conocida como Hurvat Rabbi Yehudah he-Hasid (traducido: Ruina de Rabí Judá el Piadoso), ubicada en el barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén, fue por siglos la principal sinagoga askenazí de Jerusalén. En 1864, fue erigida en el mismo lugar una nueva sinagoga oficialmente consagrada como Sinagoga Beis Yaakov por la comunidad perushim. Posteriormente, fue reducida a escombros durante la Guerra árabe-israelí de 1948.
La construcción de la sinagoga de 1864 tuvo un costo de un millón de piastras, mientras que la reconstrucción de 2009 ha sido estimada en 7,3 millones de dólares (28 millones de nuevos shéquels). A diferencia de la sinagoga antigua que contaba con una capacidad para 450 feligreses, la reconstrucción reducirá esta a solo 250 personas. La altura máxima estimada será de 24 metros, mayor que la mezquita de l Aqsa.
“Grandes rabinos dijeron que cuando esta sinagoga sea reconstruida comenzará el período del Tercer del Templo”, explica a Efe Nisim Arazi, director general de la Compañía para la Reconstrucción del Barrio Judío de la ciudad vieja.




















Imagen de Jerusalem desde la cúpula de la Hurva


desde la cúpula de la Hurva






































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