domingo, 6 de marzo de 2011

Shlomo Ben Ami: "Si la URSS cayó, ¿por qué no va a caer Irán?"


Vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la paz (CITpac) y colaborador de EL IMPARCIAL, Shlomo Ben Ami analiza para este periódico la crisis en el mundo árabe, el futuro de la revolución y el papel que juegan Israel y Occidente en la región.

¿Cómo ve el futuro de las revueltas árabes?

Este tipo de revueltas son difíciles de predecir, sabemos cómo empiezan pero no cómo terminan ya que suelen ser secuestradas en el camino. Incluso la revolución iraní, en su primea etapa, no fue netamente de corte islamista, lo que no quiere decir que en el resto de casos que están teniendo lugar hoy en día suceda lo mismo. Lo que está claro es que hay que tener respeto y mucho cuidado a la hora de pronunciarse.

De todos modos, hay un antes y un después con independencia de cómo acabe todo. Esta revolución representa una ola que recorre todo el mundo árabe y que hace temblar a los tiranos. Incluso a los que se queden en su silla, estas revueltas les obligarán a implementar cambios desde arriba antes de que se pongan en marcha de forma violenta desde abajo.

¿Contempla la posibilidad de la intervención de una fuerza militar exterior en Libia?

Espero que, en caso de que se produzca una intervención, sea solamente por razones humanitarias. Creo que Muamar Gadafi ha convertido, por su resistencia, lo que tenía que ser, una represión desde el gobierno, en lo que es hoy en día, una guerra civil.

¿Cree que las protestas pueden trasladarse a países como Marruecos o Arabia Saudí?

Curiosamente, las monarquías están resistiendo mejor que las presidencias "popularmente" elegidas, algo que tampoco les da garantías de futuro. Noto que en Bahréin, Arabia Saudí o Jordania se intenta comprar a las masas con concesiones económicas. Se equivocan, no entienden que esto va más allá de la economía y del desempleo. Aquí existe un ansia de dignidad. Sobornar al pueblo, como está haciendo el rey saudí, con mejoras sociales no va a ser suficiente ante el clamor de libertad.

¿Y a Irán?

Es un régimen condenado a su fin. Sería absurdo, después de lo que hemos visto, pronosticar que esto va a suceder mañana, pasado o dentro de seis meses. Pero, que va a caer de una forma no natural, no cabe duda. Es un sistema castigado económicamente por las sanciones, obsesionado con un futuro nuclear que no responde a las necesidades reales del pueblo, que no tiene la legitimidad popular necesaria y que se basa en una élite que tiene la economía en sus manos. Cuanto más sufran sus bolsillos por el bloqueo internacional, más razonable es que algún día caiga el régimen iraní. Si cayó la URSS, ¿por qué no va a caer Irán?

¿Cree en la posibilidad de la instauración de gobiernos de corte islamista conservador o radical en la región?

Depende del país. En Libia no lo descartaría porque, si cae Muamar Gadafi, es posible que haya una especie de desintegración tribal del país al no ser una sociedad unida, unificada, homogénea.

En el caso de Egipto, la revolución está tutelada por el Ejército, algo muy curioso puesto que son unos militares conservadores ligados a intereses económicos muy profundos, quienes podrían ser el freno a la caída del país en manos de los radicales y que podrían convertirse en algo parecido al Ejército turco como guardianes de las instituciones, de unas pautas esenciales en política exterior, pro americanos y sin ningún interés en entrar en guerra con Israel quebrando la paz entre ambos países.

¿Cómo ve Israel la situación en el mundo árabe?

Israel lo primero que hizo fue expresar su preocupación por el acuerdo de paz, lo que creo que fue un error, algo innecesario. Mi país debió unirse desde un primer momento a la ola de simpatía hacia el mundo árabe. No hablo necesariamente de apoyo activo. De este modo, se optó por un camino bastante absurdo. Es como decir que la paz existente es un favor de Egipto a Israel. Pensar que los colosales problemas que tienen los egipcios se anteponen al proceso de paz con Tel Aviv es un error muy grave y absurdo.

De lo que sí estoy seguro es de que, independientemente del gobierno que surja en El Cairo, será menos confortable para Israel. Esa complicidad que existió con Hosni Mubarak no se va a repetir. Un Egipto democrático abrirá las puertas a unas relaciones más suaves con Hamás, con el islamismo político, con Turquía y con Irán. Eso aislaría mucho más a Israel. El nuevo gabinete sería un gobierno más asertivo que el de Mubarak a la hora de defender la causa palestina, ya que eso contentaría a su base popular. En este sentido, auguro malos tiempos para Israel en un Medio Oriente más democrático, más atento a la voluntad popular.

¿Cómo valora la actuación de la comunidad internacional en torno a las protestas?

Creo que la respuesta ha sido razonable. Al fin y al cabo, la mayor preocupación de Europa ha sido y sigue siendo que en la orillas del Mediterráneo no surjan regímenes radicales islamistas. El paradigma de que toda dictadura laica en el mundo árabe si cae desemboca en una democracia islamista aterra los europeos.

La preocupación es comprensible pero, al mismo tiempo, hay un mensaje que se ha transmitido a estos países. Se les ha dicho: "Con todos vosotros, los dictadores de la zona, hacemos negocios como si nada hubiera ocurrido, pero en el momento en el que haya manifestaciones masivas que tengáis que reprimir, nos separamos, empezamos a criticaros y pedimos vuestra caída".

El mensaje es que si la dictadura reprime efectivamente a las masas, no hay problema. No es una llamada a la democracia, es una llamada a la estabilidad. Siempre y cuando los dictadores, como es el caso de Arabia Saudí, mantengan el control, no habrá pegas por parte de Europa.

Fuente:elimparcial.es


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