jueves, 16 de agosto de 2012

Una victoria de Hamás en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

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El respaldo político y económico de la Administración Obama al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas producía otra victoria de Hamás en Ginebra el viernes, 22 de junio. Una organización vinculada a Hamás y sus partidarios celebró un "encuentro informal paralelo" para promover la destrucción del estado judío en el Palacio de las Naciones de la ONU.
El acto fue promocionado en el portal de las Naciones Unidas e incluido en un documento oficial de la ONU titulado "Consejo de Derechos Humanos, 20ª sesión, 28 de junio al 6 de julio de 2012".
La semana de apertura de la sesión del Consejo, por tanto, incluyó tanto a unos amigos de Hamás con pases de las Naciones Unidas que defienden la destrucción del estado judío; como a una embajadora de Obama (y antigua donante de California), Eileen Donahoe, que retrataba al Consejo como el lugar para promover y proteger los derechos humanos.
En los últimos meses, funcionarios israelíes habían pedido a sus homólogos estadounidenses poner fin a la legitimación estadounidense de la entidad a la luz de su virulenta trayectoria antiisraelí. De hecho, se trata de la primera sesión del Consejo en la que el asiento de observador de Israel no está. En lugar de eso, la administración Obama ha elevado su apoyo a la entidad y sigue anunciando su decisión de aspirar a una segunda legislatura en el Consejo en los comicios de este otoño. Hamas y compañía celebran ya abiertamente las prioridades evidentes del equipo Obama a su favor.

Fachadas de Hamas

Uno de los tres oradores de la sesión del viernes fue Sameh Habib, responsable de imagen del Centro Palestino para el Retorno. La octavilla del acto, que identifica claramente al colectivo como "organizador" y enumera a su representante como portavoz, fue colocada en la sala de conferencias con autorización y distribuida entre las mesas reservadas por la ONU a las ONGs. Y aun así, como documenta el Centro Meir Amit de Inteligencia y Terrorismo, el Centro Palestino para el Retorno es una de las instituciones fachada más importantes a través de la cual Hamás opera en Gran Bretaña.
He aquí una parte de lo que tenía que decir Habib en la estancia de la ONU, con un micrófono de las Naciones Unidas, en un acto promocionado por las Naciones Unidas y vinculado a la principal instancia de derechos humanos de la ONU: "En 1947, 1948 y 1949, los palestinos fueron étnicamente limpiados por las bandas criminales israelíes.... Unos cuantos ejércitos árabes acudieron a Palestina a combatir el proyecto sionista, que vino procedente de toda Europa para hacerse con Palestina y convertirla en hogar nacional de los judíos, aunque siempre fue la patria de los palestinos durante miles y miles de años".
Habib, radical reconocido y activista de la "solución de un único estado" no apareció en solitario. Diversas publicaciones de su colectivo aparecían puntualmente por las instalaciones de las Naciones Unidas.
Había un panfleto con esta diatriba racista: "La ideología racista es inherente al sionismo político y... se implanta como proyecto político a través del estado de Israel. (...) El sionismo político idealiza y promueve una religión que es racista y chovinista... y el nacionalismo".
Sobre la totalidad de lo que hoy es Israel, un mapa con la palabra Palestina. Defender la desaparición de un estado miembro de las Naciones Unidas, cosa que constituye la vulneración más elemental de los propios estatutos de la organización, es eminentemente literatura aceptable en el corazón de la bestia de los derechos humanos de la ONU.
Una tercera obra repartida, titulada Apartheid contra los palestinos compara a los israelíes con los Nazis: "El régimen israelí se apoya... en la supremacía religiosa y racial... Los estados modernos nacieron a través de estos ideales corrosivos marcados en el siglo XX, incluyendo al régimen alemán y al régimen sudafricano del apartheid".

Dos de dos

Es la segunda ocasión, en dos sesiones consecutivas del Consejo de Derechos Humanos, en la que Hamás y sus emisarios han tenido acceso a las Naciones Unidas. En la última sesión del mes de marzo, un miembro de Hamás que participa en el Consejo Legislativo, Ismail al- Ashqar, tuvo un pase de las Naciones Unidas, se sentó en la estancia de la ONU gracias a la invitación de una organización no gubernamental acreditada, y tuvo permiso para participar como orador en otro "acto paralelo" del Consejo. Aunque los organizadores de la ONU facilitaron la cláusula habitual para protegerse de lo que se manifiesta durante esos actos, las solicitudes para asistir a los encuentros son primero aprobadas por el gabinete de las Naciones Unidas.
La andanada de encuentros informales contra Israel celebrados en sesiones del Consejo de Derechos Humanos y la incesante crítica virulenta contra Israel que emana del propio Consejo son, al parecer, la cosa más normal. El 41 por ciento de todas las resoluciones y pronunciamientos del Consejo condenando a un estado concreto se han dirigido exclusivamente contra uno de los 193 miembros de las Naciones Unidas, a saber, Israel.
Sin embargo, el principal promotor del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es hoy el Presidente Obama. A medida que se acercan los comicios de noviembre, la representante estadounidense ante la ONU Susan Rice ha recibido el encargo de explicar la problemática desconexión con los votantes descontentos y los valores estadounidenses.
En una sinagoga de Boca Ratón el mes pasado, Rice advertía: la Administración ha hecho "importantes avances... en el Consejo de Derechos Humanos". Unos más que otros. También intentaba realizar esta pirueta dialéctica: "Existe una distinción importante que hay que entender. Israel es señalado en las Naciones Unidas, no por las Naciones Unidas. Cuando Israel es marginado y condenado, normalmente no es a causa de la dirección de las Naciones Unidas... Es a causa de las decisiones de los estados miembros individuales".
En la práctica, la decisión de facilitar la intervención pública y la distribución de documentos por parte de Hamás y los suyos junto al Consejo de Derechos Humanos la toma la dirección. En este extremo, son las entidades de la ONU las que dotan de fuerza y magnifican las decisiones nocivas de sus miembros.
En lo que se convertirá en el discurso Demócrata estándar los próximos meses, Rice resumía su charla acerca de la ONU de esta forma: "Los esfuerzos por erosionar la legitimidad de Israel se han encontrado con la inflexible oposición de los Estados Unidos".
Menos cuando la representante de Obama se sienta cómodamente en su asiento del Consejo mientras no hay silla israelí, siendo evidente para todos que la Casa Blanca ha mirado para otro lado.
Fuente:libertaddigital.com

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