jueves, 6 de junio de 2013

El boicot, Israel y el fútbol - Jacob Israel Sananes

Hoy ha empezado el Europeo Sub 21 de fútbol, que se celebrará en Israel hasta el día 18. La candidatura israelí, escogida por el Comité Ejecutivo de la UEFA hace dos años en Nyon, se impuso a las presentadas por países como Inglaterra, Bulgaria, República Checa y Gales. Pero, como suele ocurrir cuando la única democracia de la región organiza un evento internacional, los de siempre tratan de boicotear el torneo, que nada tiene que ver con el conflicto entre israelíes y palestinos.
Entre los muchos que han llamado al boicot se encuentra Mahmud Sarsak, jugador de fútbol palestino: "Queremos presionar a los responsables deportivos internacionales para que impidan la disputa de la Eurocopa Sub 21 en Israel", dijo. Sarsak fue detenido en su día por el Ejército israelí tras cometer actos vandálicos cuando militaba en la Yihad Islámica, movimiento considerado terrorista por Estados Unidos, la Unión Europa, Japón, Canadá, Australia… Otro boicoteador: el exjugador del Sevilla Frederic Kanouté, para quien la designación de Israel es "una recompensa" al Estado judío por acciones que son "contrarias a los valores deportivos".
El fútbol no es el único ámbito al que últimamente llega el boicot judeófobo. Ahí tenemos el mundo académico. El eminente físico teórico Stephen Hawking ha boicoteado la Conferencia de Presidentes que se celebrará en Israel la próxima semana, y cuyo objetivo es el avance en los principios que conducen a la paz. El boicot y lo universitario son antagónicos por se. Al igual que los términos países árabes y democracia.
En Irán, los bahais tienen prohibido estudiar en cualquier universidad o instituir sus propios centros de educación superior. ¿Por qué los de siempre no boicotean a Irán? Por una simple razón. Irán no es Israel. En términos utilizados por el historiador Gustavo Daniel Perednik, el boicot a Israel es "irracional, obsesivo, peligroso, quimérico"... características que nos llevan a una conclusión: la judeofobia.
Los de siempre ya han hablado. Una vez más, mantienen un absoluto silencio cuando un terrorista mata a tres personas en Boston, a un militar inglés; cuando Ahmadinejad dice que quiere borrar a Israel del mapa o cuando el terrorismo islámico ataca Bombay, El Cairo, Londres, Madrid, Tel Aviv…
El campeonato de fútbol se celebrará en Israel y será una gran fiesta para todos, y las universidades israelíes seguirán con esa extraña costumbre de crear la mejor tecnología, de promover los avances médicos y de velar por el progreso, el mismo que aquellos que fomentan el boicot han abandonado por querer preservar viva la llama de la judeofobia.
Fuente:libertaddigital.com

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