Se trata de Odoardo Focherini, italiano de 37 años y padre de siete hijos. Durante la II Guerra Mundial salvó a 100 judíos y fue encarcelado tras ser delatado. Fue enviado a un campo de concentración en el que murió el 27 de diciembre de 1944. Este viernes será beatificado en la ciudad de Carpi.
Uno de los nietos de Focherini recuerda ahora que "uno de los judíos a los que salvó dijo que ‘somos milagros de Odoardo Focherini’ y siempre lo consideraron su salvador y ángel. Su prójimo fue su familia y los judíos".
A los 27 años era ya presidente de la Acción Católica Italiana. En 1930 se casó con Maria Marchesi, con la que tuvo siete hijos y en 1939 era director del diario italiano L´Avvenire d´Italia.
Creó una red clandestina para salvar judíos
Con el endurecimiento de las leyes antijudías y las deportaciones, este periodista católico junto con el sacerdote Dante Sala organizaron una red clandestina que consiguió trasladar a un centenar de judíos hasta Suiza sin el conocimiento de las autoridades nazis.Sin embargo, pese a la cautela de sus actuaciones los nazis recibieron información sobre su labor por lo que en primer lugar fue detenido el sacerdote, más tarde puesto en libertad.
Mientras tanto, Focherini seguía con su labor caritativa. El 11 de marzo de 1944 fue arrestado en un hospital mientras ayudaba a un paciente judío. Primero fue interrogado ante las SS en Bolonia y más tarde trasladado a una prisión.
Durante una visita a prisión de su cuñado, éste le dijo: "Ten cuidado, quizá te estás exponiendo demasiado, ¿no piensas en tus hijos?". Sin embargo, la respuesta de Odoardo fue la siguiente: "si tú hubieras visto lo que he visto yo en esta cárcel, todo lo que hacen padecer a los judíos, lo único que lamentarías es no haber hecho lo suficiente por ellos, y no haberlos salvado en mayor número".
De la cárcel de San Giovanni in Monte fue trasladado al campo de concentración de Gries, más tarde al de Flossenburg y de ahí al campo de trabajo de Hersbruck. Allí sufrió hasta la extenuación con maratonianas y durísimas jornadas de trabajo. En una de ellas sufrió una herida en una pierna y ante la falta de atención sanitaria contrajo una septicemia y murió el 27 de diciembre de 1944.
Antes de morir pudo escribir dos cartas a sus familias. "A mis siete hijos...quisiera verlos antes de morir...sin embargo acepta, Señor, también este sacrificio y custodialos tú, junto a mi mujer, a mis padres, y a todos mis seres queridos", decía en una de ellas,
Además, escribía: "declaro morir en la más pura fe católica, apostólica, romana y en plena sumisión a la voluntad de Dios, ofreciendo mi vida en holocausto por mi diócesis, por la Acción Católica, por el Papa y por el retorno de la paz al mundo. Os ruego decir a mi mujer que la he sido siempre fiel, he pensado siempre en ella, y la he amado siempre intensamente".
Justo entre las naciones y ahora beato
El estado de Israel ha reconocido a Odoardo Focherini como "justo entre las naciones", un reconocimiento por su lucha y entrega hasta la muerte por ayudar a los judíos durante la brutal persecución nazi.La causa de beatificación de este periodista y padre de familia numerosa comenzó en 1996. Este viernes se culminará con una multitudinaria celebración. A partir de entonces la Iglesia lo reconocerá como beato.
El obispo de Carpi, monseñor Francesco Cavina, ha asegurado que en la vida del futuro beato "no hubo separación entre su vida espiritual y su vida familiar. Es un hombre completo porque el trabajo, la familia y el apostolado en la Iglesia han sido su camino para la beatificación". "Él se dejó transformar por Jesucristo hasta que, como Él, murió", sentenció.
Por su parte, el postulador de la causa, el franciscano Giovangiuseppe Califano, dijo que este periodista murió por "odio a la fe. Las pruebas de eso es que él reveló en sus escritos que siempre hubo un tono anticatólico en su primer interrogatorio. La intención era suprimir a un activista católico". Además, agregó que Focherini "nunca pronunció una sola palabra de odio contra sus perseguidores". "Podemos decir que merece no sólo la corona de la fe, sino también la de la caridad".
Fuente:libertaddigital.com
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