domingo, 12 de enero de 2014

El día que Sharon cambió el rumbo de la Franja de Gaza - Ignacio Ruiz Rodríguez- Dir. de la Cátedra España-Israel de la Univ. Rey Juan Carlos.


Corría el mes de marzo de 2001 cuando, tras vencer en las elecciones a Ehud Barak, el general Ariel Sharon vino a convertirse en el nuevo primer ministro de Israel, mandato que vendría a revalidar nuevamente en 2003.
La decisión política más destacada y controvertida dentro y fuera de Israel de esos dos periodos habría de ser la retirada unilateral de la Franja de Gaza, ejecutada en agosto de 2005, hecho que contó con una oposición minoritaria dentro de Israel y gran expectación internacional, y que suponía la orden de desalojo de los colonos israelíes residentes en esas tierras.
La ejecución de aquella idea no habría de resultar fácil, ya que al no poder contar Sharon con el respaldo unánime de los miembros de su Gobierno de coalición, se vio obligado a convocar un referéndum sobre el plan, antes de que tuviera lugar una votación en el gabinete israelí. La consulta se celebró el 2 de mayo de 2004 y en ella el 65% de los votantes se pronunció en contra del plan de retirada. A la vista de ello, la Prensa describió el rechazo del plan como lo que bien podía ser una frontal oposición al proyecto. Sharon aceptó los resultados del referéndum, a la par que reflexionaría sobre el futuro de Israel en Gaza.
A pesar de lo que parecía ser un revés político en toda regla, no tardó en ordenar al ministro de Defensa, Shaul Mofaz, que crease un nuevo plan para la Franja de Gaza que encajase en el espíritu de los votantes del Likud. Poco después, el 6 de junio de 2004, el Gobierno de Sharon aprobaba un plan de retirada modificada, pero con la reserva de que el desmantelamiento de cada asentamiento debía ser votado individualmente. Esta modificación sobre el primitivo proyecto vino a ser aprobada por una mayoría de 14 a 7. No tardarían en darse los primeros pasos para abandonar Gaza.
Tras salvar no pocos obstáculos, el 14 de septiembre, el gabinete israelí aprobaba por una mayoría de 9 a 1 los más que necesarios planes para compensar a los colonos que salieron de la Franja de Gaza. Menos de un mes después de la aprobación de aquella norma, en la apertura de la sesión de invierno de la Knesset –Parlamento de Israel–, Sharon presentaba su plan para la evacuación de Gaza, cuya retirada se debería iniciar a principios de noviembre. Contra todo pronóstico, el Parlamento tumbaba la propuesta por 53 votos a 44.
El «Rey de Israel», lejos de renunciar a su propósito, conseguía que el 26 de octubre la Knesset diese su aprobación preliminar para el plan, con 67 a favor, 45 en contra, 7 abstenciones y un miembro ausente. Por entonces, Netanyahu y otros tres ministros del gabinete de Sharon amenazaron con renunciar, a menos que Sharon accediese a celebrar un referéndum nacional sobre el plan. Sin embargo, poco después, el 9 de noviembre, Netanyahu retiraba su amenaza de renuncia, en cierto modo influenciado por la muerte del líder palestino Yasser Arafat y las nuevas expectativas que se abrían para la firma de una paz definitiva entre israelíes y palestinos. Mientras tanto, el 30 de diciembre, Sharon firmaba un acuerdo con el Partido Laborista para formar una coalición que convertía a Simon Peres en viceprimer ministro, a la par que se fortalecía con ello la gobernabilidad.
El 16 de febrero de 2005, el Knesset aprobaba el plan por 59 votos a favor, 40 en contra y 5 abstenciones, y se rechazaba una propuesta sobre el tan citado referéndum por 72 votos contra 29. Además, el 28 de marzo, el Parlamento rechazaba nuevamente un proyecto de ley que pretendía retrasar la aplicación del plan de retirada. Ese mismo mes de marzo, el día 17, las Fuerzas de Defensa del Comando Sur de Israel emitían una orden militar que prohibía a todos los ciudadanos israelíes que no fueran residentes en los asentamientos de la Franja de Gaza mudarse a aquel territorio.
Antes de la ratificación por parte del gabinete de Sharon de las operaciones de retirada de Gaza, el 7 de agosto, Netanyahu renunciaba. En el primer discurso que este pronunciaba en el Parlamento de Israel tras su renuncia, tres días después, el 10 de agosto, demandaba a los miembros del Knesset que se opusieran a la retirada de aquel territorio. Pero ya todo parecía haberse decidido en favor de la propuesta de Sharon, ya que el 31 de agosto, aquella institución votaba a favor de retirarse de la frontera entre Gaza y Egipto.
Con ello comenzaba a materializarse el plan de Sharon de desconexión de la Franja de Gaza, aunque Israel continuase controlando sus fronteras con la excepción de las de Egipto, así como la comunicación de Gaza con Cisjordania y con los mercados internacionales. Algo similar ocurre con los espacios aéreo y marítimo, así como con el suministro de combustible y agua.
Lejos de aprovechar las autoridades palestinas este hecho histórico para el desarrollo de su economía, en enero de 2006 el movimiento islamista radical Hamas ganaba las elecciones, iniciando una senda nada provechosa para el futuro de sus ciudadanos.
En junio de 2007, tras violentas luchas intestinas entre el movimiento Al Fatah –leal al presidente palestino Mahmud Abas– y los militantes de Hamas, la totalidad del territorio de Gaza quedaba bajo control de este último grupo, de una organización que gobierna con mano de hierro el territorio y en donde, desgraciadamente, no se vislumbra evolución en el respeto a los derechos humanos.
Fuente:larazon.es

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