El 'shofar' es un cuerno ceremonial utilizado por los judíos para convocar a la oración en el 'kabbalat shabbat', el recibimiento del shabbat, una ceremonia de rezo con la que se da por comenzado el día sagrado de la semana de tradición hebrea.
En este caso, en una esquina del barrio granadino del Realejo, lo
enarbola uno de los miembros de una excursión de quince judíos
británicos, a las puertas del Museo Sefardí de Granada. Alguno de los presentes se atreve aventurar que es la primera vez en 500 años que se escucha ese sonido en la ciudad, algo, por supuesto, imposible de comprobar.
En ese momento, Marcelle Mason, organizador del viaje por parte de la
empresa inglesa Jewish Heritage Tours, da las gracias a Beatriz
Chevalier, la promotora del Museo Casa Sefarad, hija de
una judía española exiliada en Francia, por ceder las instalaciones del
mismo para celebrar el 'kabbalat shabbat'. Beatriz no puede evitar
llorar mientras explica, en inglés, que su abuela fue una "marrana", una
judía que se convirtió al catolicismo durante la Dictadura de Franco,
para pasar a practicar ceremonias como aquella en la clandestinidad.
El viaje de la Jewish Heritage Tours está coordinado con una empresa local, Cicerone Granada,
y con su propio guía español especializado en temática judía, Federico
Abril. Este explica a ELMUNDO.es que se trata del primer recorrido
"diseñado específicamente para conocer la herencia judía en Granada.
Otras veces eran grupos que lo pedían aparte de otras cosas, o dentro
de recorridos generales. Van a visitar la Alhambra, porque no se puede
venir a Granada y dejar de verla, pero el objetivo del viaje es la
Granada judía. Y no creemos que vaya a ser el último, porque ahora, con
la presencia de dos museos especializados, nos permite más libertad".
El otro museo, que complementa a la Casa Sefardí de Beatriz, es el Palacio de los Olvidados,
situado en el barrio del Albaicín, y que apenas lleva en funcionamiento
desde el 2 de enero. En este caso, parte de la iniciativa de la familia
Crespo López, que también gestiona la Sinagoga del Agua de Granada,
y su impresionante colección de piezas de diferentes épocas. Abril, el
guía de Cicerone, explica que este museo "cumple la función histórica,
mientras la Casa Sefarad es la sentimental, al estar regentado por una
judía y centrarse en la divulgación. Las dos iniciativas privadas se han
complementado, y eso ayuda a las agencias".
M. RODRÍGUEZ
Fuera de la red de juderías
Rocío Díaz, concejal de Turismo de Granada, nos explica que esta
nueva fuente de turismo para la ciudad no ha sido buscado
premeditadamente por ninguna institución, "aunque bienvenida sea.
Granada ni siquiera forma parte de la red de juderías, porque aunque se
sabe que la nuestra debió estar situada en la zona de la Antequeruela,
lo que ahora es el barrio del Realejo, no hay restos. En ese sentido, las ciudades potentes siempre han sido Toledo o Córdoba".
Aún así "es una oportunidad que no queremos desaprovechar, porque sabemos que este tipo de turista, que busca la herencia religiosa y cultural,
se mueve mucho y es de gran poder adquisitivo. Estamos estudiando la
manera de apoyar a estas iniciativas privadas, porque además ayudan a
destacar que Granada siempre ha sido una ciudad de convivencia". Con
todo, la constancia es que la mayoría de visitas se han realizado hasta
ahora de forma particular, por lo que no existen datos.
M. RODRÍGUEZ
El último refugio de Al-Andalus
Algunas más sonadas que otras, claro. Por ejemplo, en 2011, el alcalde de la ciudad, José Torres Hurtado, recibió al Gran Rabino Sefardí de Israel, Shlomó Moshé Amar, la principal autoridad religiosa de los expulsados por el decreto de los Reyes Católicos de 1492,
un encuentro que sucedió con una acampada del 15M en la puerta del
Ayuntamiento, pero que también reunía por primera vez a la autoridad
civil granadina con la autoridad religiosa judía en 519 años.
El guía Federico Abril explica que en la tradición del Sefarad, la ciudad de Granada es "el último lugar, donde se firmó la expulsión, y está cargado de melancolía". Marcelle Mason, por su parte, añade que Al-Andalus fue "una edad dorada del judaísmo". Y Beatriz Chevalier recuerda las grandes figuras intelectuales que dio el reino zirí -anterior al nazarí-, como el visir Samuel Nagrela o el traductor Yehuda Ibn Tibbon, que tiene una estatua.
María Angustias Valdecasas, gerente de Cicerone Granada, añade a todo esto que "el futuro del turismo está en la especialización.
En el caso de la Jewish Heritage Tours, gracias a un artículo de la
'bloguera' británica afincada en la ciudad, Molly Sears-Piccavey, quién
glosó la inauguración del Palacio de los Olvidados y la existencia de la
Casa Sefarad, llamando la atención de Marcelle Mason. "La repercusión
en la prensa internacional de cada iniciativa de este tipo [un reportero de Le Monde francés
nos acompaña en la Casa Sefarad, además de la prensa local] es
increíble", comenta Valdecasas, "así que confiamos en que en los
próximos lleguen muchos más grupos como éste".
Fuente:elmundo.es
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