Así
comenzó su relato la joven Ana Frank, el día de su trece cumpleaños, el
14 de junio de 1942, antes de que ella su hermana Margot y sus padres Otto y Edith,
tuvieran que encerrarse para evitar la persecución y la muerte. Un
cuaderno de cuadros rojos y verdes, al que le seguirían otras libretas y
hasta hojas de papel sueltas durante una clausura vivida entre la niñez
y la adolescencia y las paredes de una estancia oculta tras las
oficinas Opectra en Amsterdam, que la separó del mundo exterior. Mañana
se cumplirá el plazo legal de los setenta años del fin de la Segunda
Guerra Mundial, y con él caducarán muchos de los derechos de las obras
escritas por sus protagonistas fallecidos entonces: diarios, memorias y obras de la época del III Reich.
Entre ellos, la polémica obra seminal del nazismo, Mi lucha, escrita por Adolf Hitler o las memorias de su ministro de propaganda Joseph Goebbels,
pero mientras algunos de los manuscritos de los jerarcas nazis se
abrirán al mercado editorial en muchos países, no ocurrirá lo mismo con
los diarios probablemente más leídos de la historia; los de la joven
judía holandesa Ana Frank, cuyos derechos seguirá
ostentando la Fundación Ana Frank con sede en Suiza, tal y como explica
por teléfono su portavoz, Yves Kugelman. En España, concretamente, hasta
2027.
Pero aunque los derechos los posee la fundación suiza creada por el padre de Ana, Otto, los manuscritos físicos pertenecen al estado holandés, que los cedió a la Casa de Anna Frank en 2009, la otra organización que vela por su legado. No se trata de un sólo escrito, ni de una sola narración, son varias piezas. Por el principio: menos de un mes después de ese cumpleaños, el 6 de julio de 1942 la familia Frank tuvo que esconderse. Ana llenó rápidamente su cuaderno de cuadros rojos y verdes al que le siguieron otras libretas, de las que se conservaron dos, tal y como matizan a La Aventura de la Historia los responsables de su custodia y estudio. Es lo que los expertos denominan la versión 'A' del diario.
Narra sus vivencias y anhelos entre 1942 y marzo de 1944. Fue entonces cuando los habitantes del Anexo Secreto: la familia Frank, además de Herman y Auguste van Pels, su hijo Peter y Fritz Pfefferr, escucharon en Radio Orantje un mensaje que supuso un nuevo impulso para Ana que había pasado de los trece a los quince años: las ondas anunciaron que recolectarían todas las memorias para documentar el sufrimiento de la guerra. Ana decidió reescribir los diarios de forma novelada en hojas de papel sueltas: había decidido convertirse en periodista y escritora. Existe constancia de su interés por publicarlos algún día: "Tan sólo imagina lo interesante que sería si publicara una novela sobre el Anexo Secreto, Sólo el título haría pensar a los lectores en una historia de intriga", escribió entonces. Se conservaron 225 páginas, lo que se conoce como la versión 'B'.
No sobrevivió para ver cumplido su sueño. Fueron descubiertos y enviados a diferentes campos. "De Edith y las niñas no sé nada. Seguramente han sido deportadas a Alemania. ¿Volveremos a vernos sanos y salvos?", escribió, el 15 de marzo de 1945, Otto Frank a su madre desde Polonia, mientras trataba de gestionar su regreso a Holanda. Recién liberado de su cautiverio en Auschwitz, no podía imaginar que quizás ese mismo día o, probablemente, unas pocas fechas antes, sus hijas Margot y Ana habían muerto en Bergen-Belsen, consumidas por el tifus. Y tardaría meses en enterarse de que su mujer había fallecido el 6 de enero de 1945, de inanición y loca, en el propio Auschwitz, no muy lejos de donde él mismo había sobrevivido durante medio año, caminando por el filo de la muerte.
Ana falleció apenas unas semanas antes de que el campo fuera liberado por las tropas aliadas. No llegó a cumplir los 16. Pero una gran parte de sus escritos si sobrevivieron, y su padre, Otto, también, el único de toda la familia y el que pasó a ostentar la propiedad del legado. Después de muchas dudasOtto Frank decidió editarlos y publicarlos en 1947 convirtiéndose en uno de los testimonios más impactantes de la persecución de los judíos durante el Tercer Reich, y en un Best Seller inmune al paso de los años. Pero Otto encontró que la versión 'A' estaba incompleta y que la 'B' se detenía antes del 1 de agosto de 1944, así que editó una combinación de ambas. Lo que ha dado lugar a que algunos medios apuntaran a una supuesta coautoría del padre, que murió en 1980, razón por la cual no quedarían libres de derechos mañana, sino en 2050.
Tanto la Anne Frank Fonds como la Anne Frank Haus consultadas por La Aventura de la Historia son tajantes: la única autora es Ana, lo que ocurre es que la versión de 1947 es, primero, incompleta y segundo, está descatalogada, por lo que carece sentido discutir sobre un Copyright de una edición que en ese caso sí que era propiedad de Otto.
En 1986, el NIO -Instituto de estudios sobre el genocidio la guerra y el Holocausto-, llevó a cabo una edición crítica de los escritos de Ana Frank que determinaron la autenticidad de la obra, puesta en duda por algunos a mediados de los 80. A partir de ese momento la fundación publicó en 1991 una edición completa de ambas versiones -la 'A' y la 'B'- y no parcial, como había sido la del padre de Ana Frank, que había omitido algunos pasajes de su despertar sexual, por citar algún ejemplo.
Kugelmman reconoce que puede dar lugar a confusión por la creencia común de la regla aplicable de los 70 años, pero matiza que depende del periodo en el que fuera escrita la obra y de la legislación de cada país en ese momento: "Es, ciertamente, una excepción, pero no una prórroga de los derechos, sino la pura realidad legal, por ejemplo, de España. En muchos otros países ocurre algo similar para obras anteriores a 1995. En Francia y Reino Unido existe por ejemplo otra norma, la de los 50 años desde su publicación, que en este caso corresponde a 1986, cuando salió editada la versión íntegra de los diarios, lo que supone que en esos países seguirá protegida hasta 2036".
Mientras, los expertos siguen aún con lupa el incalculable valor de los documentos de la joven Ana. El instituto NIOD desarrolla un proyecto que analiza la obra para responder a las intenciones de Ana cuando comenzó a reescribir los diarios en 1944, como por ejemplo, qué decidió incluir de su diario 'puro' -la versión 'A'- en la parte novelada que pretendía publicar al finalizar la guerra y qué pasajes omitió, cuales alteró y por qué lo hizo.
Las conexiones entre ambos textos desvelan la evolución de una niña de trece años que anota sus vivencias, a la joven de 15 años convertida en escritora, tal y como explica desde Amsterdam, Ronald Leopold, de la Anne Frank House. Además se espera conocer más acerca de cómo se organizaron y se desarrolló la vida en el Anexo Secreto y cómo y cando supieron sus habitantes de algunos de los acontecimientos que ocurrían en el exterior, como los bombardeos sobre las ciudades o la existencia de los campos de concentración y los gaseamientos.
Fuente:elmundo.es
Pero aunque los derechos los posee la fundación suiza creada por el padre de Ana, Otto, los manuscritos físicos pertenecen al estado holandés, que los cedió a la Casa de Anna Frank en 2009, la otra organización que vela por su legado. No se trata de un sólo escrito, ni de una sola narración, son varias piezas. Por el principio: menos de un mes después de ese cumpleaños, el 6 de julio de 1942 la familia Frank tuvo que esconderse. Ana llenó rápidamente su cuaderno de cuadros rojos y verdes al que le siguieron otras libretas, de las que se conservaron dos, tal y como matizan a La Aventura de la Historia los responsables de su custodia y estudio. Es lo que los expertos denominan la versión 'A' del diario.
Narra sus vivencias y anhelos entre 1942 y marzo de 1944. Fue entonces cuando los habitantes del Anexo Secreto: la familia Frank, además de Herman y Auguste van Pels, su hijo Peter y Fritz Pfefferr, escucharon en Radio Orantje un mensaje que supuso un nuevo impulso para Ana que había pasado de los trece a los quince años: las ondas anunciaron que recolectarían todas las memorias para documentar el sufrimiento de la guerra. Ana decidió reescribir los diarios de forma novelada en hojas de papel sueltas: había decidido convertirse en periodista y escritora. Existe constancia de su interés por publicarlos algún día: "Tan sólo imagina lo interesante que sería si publicara una novela sobre el Anexo Secreto, Sólo el título haría pensar a los lectores en una historia de intriga", escribió entonces. Se conservaron 225 páginas, lo que se conoce como la versión 'B'.
No sobrevivió para ver cumplido su sueño. Fueron descubiertos y enviados a diferentes campos. "De Edith y las niñas no sé nada. Seguramente han sido deportadas a Alemania. ¿Volveremos a vernos sanos y salvos?", escribió, el 15 de marzo de 1945, Otto Frank a su madre desde Polonia, mientras trataba de gestionar su regreso a Holanda. Recién liberado de su cautiverio en Auschwitz, no podía imaginar que quizás ese mismo día o, probablemente, unas pocas fechas antes, sus hijas Margot y Ana habían muerto en Bergen-Belsen, consumidas por el tifus. Y tardaría meses en enterarse de que su mujer había fallecido el 6 de enero de 1945, de inanición y loca, en el propio Auschwitz, no muy lejos de donde él mismo había sobrevivido durante medio año, caminando por el filo de la muerte.
Ana falleció apenas unas semanas antes de que el campo fuera liberado por las tropas aliadas. No llegó a cumplir los 16. Pero una gran parte de sus escritos si sobrevivieron, y su padre, Otto, también, el único de toda la familia y el que pasó a ostentar la propiedad del legado. Después de muchas dudasOtto Frank decidió editarlos y publicarlos en 1947 convirtiéndose en uno de los testimonios más impactantes de la persecución de los judíos durante el Tercer Reich, y en un Best Seller inmune al paso de los años. Pero Otto encontró que la versión 'A' estaba incompleta y que la 'B' se detenía antes del 1 de agosto de 1944, así que editó una combinación de ambas. Lo que ha dado lugar a que algunos medios apuntaran a una supuesta coautoría del padre, que murió en 1980, razón por la cual no quedarían libres de derechos mañana, sino en 2050.
Maraña normativa
La realidad es más compleja. Yves Kugelmann, portavoz de la Fundación Ana Frank rechaza el argumento rotundamente: "nosotros nunca hemos defendido tal afirmación". Escoge cuidadosamente sus palabras para desenmarañar la madeja legal que dejará el apetecible bocado editorial en espera: "Para entender cuál es la norma aplicable, en general, existe la regla de los 70 años posteriores a la muerte del autor, momento en el que pasa a ser de dominio público, pero es una regla que sólo se aplica a partir de 1995 según la ley de Copyright de la Unión Europea".Tanto la Anne Frank Fonds como la Anne Frank Haus consultadas por La Aventura de la Historia son tajantes: la única autora es Ana, lo que ocurre es que la versión de 1947 es, primero, incompleta y segundo, está descatalogada, por lo que carece sentido discutir sobre un Copyright de una edición que en ese caso sí que era propiedad de Otto.
En 1986, el NIO -Instituto de estudios sobre el genocidio la guerra y el Holocausto-, llevó a cabo una edición crítica de los escritos de Ana Frank que determinaron la autenticidad de la obra, puesta en duda por algunos a mediados de los 80. A partir de ese momento la fundación publicó en 1991 una edición completa de ambas versiones -la 'A' y la 'B'- y no parcial, como había sido la del padre de Ana Frank, que había omitido algunos pasajes de su despertar sexual, por citar algún ejemplo.
Kugelmman reconoce que puede dar lugar a confusión por la creencia común de la regla aplicable de los 70 años, pero matiza que depende del periodo en el que fuera escrita la obra y de la legislación de cada país en ese momento: "Es, ciertamente, una excepción, pero no una prórroga de los derechos, sino la pura realidad legal, por ejemplo, de España. En muchos otros países ocurre algo similar para obras anteriores a 1995. En Francia y Reino Unido existe por ejemplo otra norma, la de los 50 años desde su publicación, que en este caso corresponde a 1986, cuando salió editada la versión íntegra de los diarios, lo que supone que en esos países seguirá protegida hasta 2036".
Mientras, los expertos siguen aún con lupa el incalculable valor de los documentos de la joven Ana. El instituto NIOD desarrolla un proyecto que analiza la obra para responder a las intenciones de Ana cuando comenzó a reescribir los diarios en 1944, como por ejemplo, qué decidió incluir de su diario 'puro' -la versión 'A'- en la parte novelada que pretendía publicar al finalizar la guerra y qué pasajes omitió, cuales alteró y por qué lo hizo.
Las conexiones entre ambos textos desvelan la evolución de una niña de trece años que anota sus vivencias, a la joven de 15 años convertida en escritora, tal y como explica desde Amsterdam, Ronald Leopold, de la Anne Frank House. Además se espera conocer más acerca de cómo se organizaron y se desarrolló la vida en el Anexo Secreto y cómo y cando supieron sus habitantes de algunos de los acontecimientos que ocurrían en el exterior, como los bombardeos sobre las ciudades o la existencia de los campos de concentración y los gaseamientos.
Fuente:elmundo.es