Yoav
Krief recuerda perfectamente el día en que decidió abandonar Francia.
Fue el 9 de enero de 2015, un viernes en el que cuatro judíos fueron
asesinados en un supermercado kosher de París, dos días después del ataque al semanario Charlie Hebdo. Una de las víctimas era amigo de Yoav. "Estaba destrozado. Hablé con mi madre y le dije: 'Debemos ir a Israel, necesitamos ir a Israel'",
cuenta a la cadena CNN. El joven, que entonces acababa de terminar el
instituto, se mudó a Israel con su familia seis meses después. Tal vez
Yoav no era consciente de que su viaje formaba parte de la mayor migración de judíos de Europa Occidental con destino a Israel desde la fundación del Estado hebreo en 1948.
Alrededor de 8.000 judíos franceses se marcharon
a Israel en el año que siguió al ataque contra Charlie Hebdo, según
datos de la Agencia Judía, organismo encargado de controlar la migración
judía al Estado hebreo, la 'Aliyá'. La cifra de judíos franceses que
emigran a Israel se ha duplicado -y duplicado de nuevo- en los últimos
cinco años. Tres de cada cuatro judíos franceses han pensado en emigrar
para huir del clima de antisemitismo que dicen sentir en su país. Al
miedo y la inseguridad se suman la crisis económica, el auge del ultraderechista Frente Nacional, la hostilidad de la extrema izquierda antisemita y la supuesta radicalización de los musulmanes, tal y como ya publicó este diario.
El 40% de los denominados "crímenes de odio violentos" registrados en Francia tienen como objetivo a ciudadanos judíos. "Hoy es impensable que una persona pueda viajar en Metro con una kippa",
aseguraba entonces Roger Cukierman, presidente del Consejo
Representativo de las Instituciones Judías de Francia, a El
Confidencial.
Según Ariel Kandel, responsable de la Agencia Judía
en Francia, un cuarto de los franceses instalados en Israel
recientemente son jóvenes de entre 17 y 30 años. El Gobierno de Benyamin Netanyahu
tendría especial interés en atraer al mayor número de judíos franceses,
y con ese objetivo, la Agencia estaría trabajando en la convalidación
de carreras universitarias y de algunas profesiones. Kandel cifra en 3.000 o 4.000 al año el número de personas que Israel tiene previsto atraer desde Francia en el periodo 2014-2017.
Reino Unido ostenta el segundo puesto en emigración hacia Israel de judíos europeos,
pero el fenómeno se produce en una escala mucho menor en comparación
con Francia. Según la Agencia Judía, 774 judíos británicos se marcharon
al Estado hebreo en 2015. En cuanto a la violencia, llama la atención la
existencia de un cuerpo de policía formado por voluntarios, los 'Shomrim'
(guardias), que vela por la seguridad de las zonas de Londres donde
vive esta comunidad, incluyendo Golders Green, Hendon y Barnet. Sus
miembros, que reciben formación de la Policía Metropolitana, llevan
uniformes completos con chalecos a prueba de cuchilladas y cuentan
incluso con coches patrulla muy similares a los utilizados por los
agentes de Scotland Yard. La sede central está Stamford Hill, al noreste
de Londres, donde viven más de 20.000 jaredíes (judíos ultraortodoxos).
Amenazada
se siente también la comunidad judía de Bélgica. Fue sonada la campaña
de la plataforma laica 'Dialoguet et Partage', lanzada un año después
del atentado contra el Museo Judío de Bruselas. En ella, varias personas
se preguntaban en un vídeo: "Soy belga, también soy judío: ¿debería irme del país?". La mitad de las parejas jóvenes de entre 30 y 40 años
estaría pensando en mudarse a Israel y la otra mitad contemplaría la
posibilidad de vivir en países como EEUU o Canadá, según el Comité de
Organizaciones Judías de Bélgica. “Las salidas han aumentado, aunque no
de forma gigantesca”, señala Henri Gutman, presidente del Centro
Comunitario Laico Judío (CCLJ), “pero el problema existe sobre todo
entre los jóvenes, así que, ¿quién se va a quedar?”. La
tendencia preocupante que destaca Gutman encontraría, también, un
acicate o incentivo en el contexto de odio que dicen sufrir los judíos.
Como dice el presidente del CCLJ, “es la primera vez en la historia
judía que los jóvenes tienen una opción, no se les obliga a irse”.
Muchos de los judíos franceses que han emigrado a Israel se asientan en Asdod,
un importante centro industrial ubicado en el sur del país y conocido
por su numerosa población francesa. "Aquí vivo bien, mucho mejor que en
Francia", cuenta Charly Dahan, un músico que dejó París hace dos años,
mientras toma un café en el Lyon, un punto de encuentro para la
comunidad judía francesa. "Por primera vez en mi vida me siento relajado.
En Francia también era feliz, pero la situación y los problemas
actuales... es muy difícil vivir como judío en Francia", añade.
Fuente:elconfidencial.com
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