Szymon Kluger |
El alcalde de Auschwitz, Janusz Chwierut, contesta de forma rotunda:
"No, aquí no queda ningún judío". De la misma manera que también es
categórico cuando aclara que Auschwitz no se llama así en realidad. De
esta manera es como los nazis bautizaron a la localidad en alemán. Su verdadero nombre en polaco es Oswiecim.
"La mayoría de los judíos que vivían aquí fueron asesinados o emigraron
durante el nazismo", aclara el responsable municipal. "Y los pocos que
volvieron tras la Segunda Guerra Mundial se marcharon en 1948 con la
creación del Estado de Israel", añade. La mitad de la población de
Oswiecim era judía en los siglos XIV y XV, asegura el alcalde. En
cambio, ahora no queda ni un solo judío.
El último judío de Auschwitz -perdón, de Oswiecim- murió en el año 2000.
¿Los nazis entonces se salieron con la suya en esta localidad polaca?
El alcalde se encoge de hombros y considera que el hecho de que el campo
de exterminio nazi se encuentre a un tiro de piedra de esta ciudad no
es una razón para que los judíos no quieran vivir ahí. "Al contrario, su herencia nos ha ayudado a construir valores positivos", asegura.
Sin duda, conocer la historia ayuda a no repetir los errores del pasado, pero ¿ese pasado no es una losa demasiado pesada? "Las puertas de esta ciudad están abiertas a todo el mundo", insiste el político polaco, que pertenece al partido de centro derecha Plataforma Cívica.
Residencia del último judío, convertido en café-librería
Al único judío que le quedó cuerpo para vivir en Oswiecim fue un tal Szymon Kluger que, tras la Segunda Guerra Mundial, se exilió a Suecia y regresó a la localidad polaca en 1962, a pesar de que sus padres fueron asesinados en el campo de exterminio.
Él tuvo más suerte: fue trasladado a un campo de trabajos forzados en
Blechhammer en 1942. Era el prisionero número 179539. Y después a uno de
concentración en Buchenwald. Finalmente fue liberado por el ejército estadounidense en abril de 1945.
Pero, ¿por qué Kluger volvió a Oswiecim?
Es una pregunta que nadie sabe responder. Sólo se conoce que consiguió
un empleo en una industria química, y que estaba mal de salud. Incluso regresó a la antigua casa familiar, donde vivieron sus padres y hermanos.
Ese inmueblecontinúa en pie
en la actualidad y se ha reconvertido en un moderno café-librería. "Los
hermanos de Szymon nos donaron la casa cuando él falleció y
consideramos interesante crear un lugar de encuentro", explica el
director del Centro Judío de Auschwitz, Tomasz Kuncewicz, que gestiona
el espacio. A pocos metros existe una sinagoga y un museo judío. Los
hermanos de Szymon emigraron a Estados Unidos y, a diferencia de él,
nunca volvieron a Polonia. El café-librería conserva la antigua estructura de la casa,
e incluso sus puertas originales. Y como no, recuerda que allí residió
el último judío de Auschwitz. Uno de los pocos que sobrevivió al
exterminio nazi, y regresó a la ciudad.
Fuente:elmundo.es
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