Observando una batería defensiva en la base israelí de Palmajim, un oficial de la División de Defensa Aérea deja por un momento el lenguaje castrense para comentar que "como en los partidos de fútbol no solo hay que marcar goles sino también evitarlos". Recuperando esta anécdota de hace unos años, se puede definir Kipat Barzel (Cúpula de Hierro) como el guardameta de Israel alineado en amplios sectores de su territorio para interceptar los proyectiles disparados desde la Franja de Gaza.
El sistema defensivo, creado para detectar y neutralizar cohetes y proyectiles en una distancia de 5 a más de 100 km, afronta estos días su examen más difícil ante el grupo islamista Hamas y el resto de milicias no solo desde la guerra del 2014 sino desde su debut en 2011.
Hace exactamente diez años, la Cúpula de Hierro lanzó su primer misil de neutralización Tamir para interceptar un proyectil lanzado desde Gaza contra la ciudad de Ashkelón. Curiosamente en la misma ciudad que ayer tuvo que lidiar un ataque concentrado de 135 proyectiles en apenas cinco minutos. Un error del sistema causó la penetración en el escudo llevando a varios de ellos a impactar en edificios causando la muerte de dos mujeres. Hamas asegura que el ataque, caracterizado por el empleo de un ángulo determinado y una frecuencia de disparo inusual en su intensidad, demostró que sus efectivos son capaces de sortear la gran baza defensiva en la retaguardia de su enemigo.
El Ejército, que investiga los motivos de la falla, destaca que la efectividad de sus baterías desplegadas en el sur y centro del país supera el 90% en los últimos días revelando unas mejores prestaciones que en anteriores escaladas. Una mejora que es mutua porque los grupos armados palestinos también estudian con detalle el funcionamiento de la Cúpula de Hierro para encontrar sus puntos débiles. El 10% no asegurado en la efectividad es lo que decide si hay muertos, heridos o interceptación e influye de forma dramática en la toma de decisiones de la cúpula militar y política de Israel.
"Trabajamos a contrarreloj para lograr reducir la brecha del 10%, de la misma forma que Hamas hace lo contrario desde Gaza", afirma el ex oficial encargado de la defensa antiaérea Tsvika Jaimovich que revela el reto: "No quiero imaginar que hubiera pasado si no tuviéramos la Cúpula de Hierro en la última década". En este sentido, la batería ha salvado la vida de centenares de israelíes pero seguramente también de palestinos, ya que la respuesta militar israelí es mucho más letal y masiva en Gaza si hay muertos o no en su país.
El éxito de la Cúpula de Hierro ha sobrepasado los pronósticos más optimistas del Dr. Dani Gold que como responsable del departamento de Investigación y Desarrollo de Defensa, recibió hace más de una década el encargado de hallar un sistema para frenar los proyectiles de las milicias contra las poblaciones limítrofes de la Franja de Gaza. De hecho, el proyecto estuvo a punto de no nacer ya que a sus responsables no les fue fácil convencer a los oficiales del Ejército y a los altos funcionarios en Defensa. La duda sobre este sistema giraba en torno a su funcionabilidad, el tipo de tecnología elegido y por supuesto su millonaria inversión.
No hay que olvidar que eran los primeros años tras la retirada israelí de Gaza cuando Hamas, que se hizo con su control en 2007, era mucho más débil desde el punto de vista armado. Finalmente, Gold y sus compañeros recibieron la luz verde. Fue clave en la iniciativa el entonces ministro de Defensa, Amir Peretz, que conocía como pocos los retos del Qassam ya que los sufrió como ex alcalde y vecino de Sderot, el principal blanco de los proyectiles de la vecina Gaza.
Cabe recordar que estas baterías, dirigidas por jóvenes soldados de ambos sexos, lanzan los misiles de neutralización solo cuando el sistema detecta y calcula en fracciones de segundo que el proyectil -sea de Gaza, Líbano o siria- caerá en zonas pobladas. Si los datos captados y enviados por el radar a la pequeña sala de control constatan que no es así, entonces se abstendrá de actuar dejando que caiga en campo abierto y deshabitado.
La Cúpula de Hierro, que hace unos meses ensayó con éxito la neutralización simultánea de drones y misiles, se convierte también en un objetivo preferido de aquellos que nada más escuchar la sirena de alerta intentan captar con sus móviles los momentos de la neutralización. Momentos que a veces se convierten en virales. El despliegue actual de las baterías parece, de momento, suficiente ante las milicias de Gaza, pero difícilmente si tiene lugar un amplio y largo enfrentamiento en dos frentes simultáneas: en el sur (Hamas y Yihad Islámica) y en el norte (grupo libanés proiraní Hizbulá).
El sofisticado dispositivo Jetz (Flecha) y el nuevo sistema Honda de David, operativo desde 2017, son los otros dos grandes recursos que complementan a la Cúpula de Hierro en su grueso envoltorio defensivo.
Fuente: elmundo.es
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