«Los especialistas en tuberías profundas de Galicia tienen acreditado estar muy por encima de los del resto del mundo»
Doscientos tuberos, soldadores, mecánicos y gruistas gallegos han iniciado esta mañana su embarque en Vigo rumbo a Israel tras ser aislados y sometidos a una cuarentena en hoteles para descartar ser portadores del coronavirus.
El buque Solitaire
aguardó en la explanada del muelle de carga de automóviles de Bouzas a
la llegada en varios autobuses de los trabajadores procedentes de dos
hoteles de Vigo y uno de Padrón, los disponibles para llevar a cabo una
cuarentena de cinco días ante el cierre masivo de dichos
establecimientos en la comunidad.
«Los especialistas en tuberías
marítimas profundas de Galicia tienen acreditado estar muy por encima en
calidad y eficiencia de los del resto del mundo», asegura el
coordinador del operativo de embarque de la empresa International Marine
Offshore. Otros países cuentan con mano de obra en el sector con menos
costes laborales para la instalación y reparación de tuberías en el mar,
pero Allseas, un gigante conglomerado industrial holandés con
sede central en Bahamas, opta históricamente por los profesionales de
Galicia para sus trabajos en canalizaciones y plataformas marinas.
La misma firma multinacional, presente en todo el planeta, fletó tres
vuelos en las últimas semanas para repatriar a trabajadores gallegos
ante el cierre de fronteras y las restricciones impuestas en la mayoría
de países.
Los trabajadores, todos gallegos menos dos asturianos y uno vasco,
proceden de diversos puntos de Galicia, «desde A Guarda a Ribadeo»,
señala el jefe del operativo a pie de muelle.
El Solitaire tiene previsto partir a primera hora de la tarde de mañana una vez cuente con los resultados de los test
realizados a toda la tripulación al entrar al barco, prueba que se suma
a los PCR hechos en los hoteles donde estuvieron confinados y
de los que fueron trasladados con escolta policial hasta el puerto de
Vigo para garantizar que no interactuaban con otras personas para
reducir el riesgo de contagio.
El viaje hasta Israel durará unos veinte días,
tiempo en el que parte de la tripulación preparará el buque para los
trabajos. El Solitaire es un barco de 405 metros de eslora y 40 de ancho
que cuenta con helipuerto. Habitualmente los trabajadores parten hacia
el punto donde van a operar en aviones desde los tres aeropuertos
gallegos, pero las dificultades para organizar vuelos ahora llevó a
Allseas a traer a Vigo su gigante marino para proceder al embarque.
Fuente: www.lavozdegalicia.es
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