La cuarta guerra entre el Estado de Israel y sus vecinos se inició al
mediodía del 6 de octubre de 1973, con un ataque coordinado de los
ejércitos de Egipto y Siria, el primero desde el canal de Suez y el
segundo desde las Alturas del Golán.
Los comentarios de la época y diversos trabajos históricos coincidieron
en que la embestida sorprendió a las máximas autoridades civiles y
militares israelíes, lo cual explicaría la gran cantidad de bajas
sufridas por el Estado judío: 2.656 muertos -aproximadamente el 0.1% de
la población- y 7.250 heridos.
En la misma se vivió claramente la época del mundo bipolar y la “Guerra
Fría”: la Unión Soviética armó y asesoró a los ejércitos árabes
-especialmente al sirio- y presionó internacionalmente para lograr un
alto el fuego cuando la contienda favorecía a Israel, mientras que los
Estados Unidos repusieron los pertrechos militares israelíes luego de
una semana de reiniciados los combates.
El ataque conjunto aparentemente se estableció a mediados de junio,
cuando el presidente egipcio Muhammad Anuar as-Sadat visitó a su par
Hafez al-Assad en Damasco.
Si bien nunca fue admitido, es indudable que se evaluó que los israelíes
no imaginarían que los agredirían en su día más sagrado, cuando gran
parte de sus ciudadanos estaría rezando en las sinagogas, incluidos los
miembros de las Fuerzas Armadas.
La Fuerza Aérea israelí inició un contraataque, pero debió enfrentarse
con baterías móviles antimisiles y perdió más de cuarenta aviones.
Al caer la noche, los sirios habían logrado tomar el monte Hermon, y la
artillería y los blindados rusos se apostaron al sur del Golán, a fin de
prepararse para intentar apoderarse del lago Kinéret (mar de Galilea)
al día siguiente.
El predominio sirio se mantuvo durante todo el domingo 7 de octubre,
llegando a penetrar unos ocho kilómetros en territorio israelí en el sur
del Golán, mientras que en el norte y el centro se imponía la
resistencia israelí, aunque con gran cantidad de bajas.
El lunes 8 de octubre, con las fuerzas de infantería y blindadas
reorganizadas y habiendo encontrado la aviación la manera de repeler o
evitar las baterías antiaéreas, el alto mando israelí inició la
contraofensiva.
Tras duros combates, el 10 de octubre Israel recuperó las posiciones
previas al inicio de la contienda, y al día siguiente comenzó a atacar
territorio sirio, incluyendo el bombardeo de objetivos militares en la
propia Damasco.
El domingo 14 de octubre, los blindados israelíes detuvieron su avance a
40 kilómetros de la capital, luego de haber derrotado también a una
división blindada jordana y a tropas iraquíes. Recién el 22 de octubre,
horas antes de que comenzara el primer cese del fuego, tropas de
infantería y paracaidistas lograron retomar el monte Hermon, tras duros
enfrentamientos que incluyeron luchas cuerpo a cuerpo.
En el frente sur, a las 14 horas del 6 de octubre la artillería egipcia
comenzó a bombardear las posiciones israelíes en la orilla oriental del
canal de Suez y la infantería y los blindados empezaron a cruzar la vía
marítima, mediante puentes especiales que había provisto la Unión
Soviética, hasta apoderarse de toda la ribera, armados con bombas
antitanques y misiles antiaéreos.
Cuando los israelíes intentaron repelerlos se encontraron en
inferioridad de condiciones, de modo que sufrieron numerosas bajas y
pérdidas de materiales.
Ese primer día, los egipcios se apoderaron de la franja costera hasta
una profundidad de unos 10 kilómetros, y por la noche trasladaron a
cinco divisiones de infantería, parcialmente mecanizadas, y unos
quinientos carros de combate, a la vez que emplazaron comandos detrás de
las líneas defensivas israelíes, por medio de helicópteros.
Su objetivo era alcanzar territorio israelí cruzando por alguno de los
tres pasos existentes, ya que los blindados no podían avanzar por la
costa debido a la cantidad de arena.
El alto mando y el gobierno israelíes decidieron no contraatacar hasta
tanto no estuviese controlada la situación en el Golán, de modo que lo
único que hicieron sus tropas en los dos primeros días fue responder con
artillería y neutralizar a los comandos infiltrados.
Luego se dividió el sur de la península del Sinaí en tres secciones y se
designó al frente de cada una a generales de gran experiencia en el
terreno, a fin de recuperar el canal y dividir en dos al ejército
egipcio. Solo el sector central, comandado por Ariel Sharón, logró su
objetivo de llegar hasta la vía marítima, a través del Gran Lago Amargo,
pero con gran cantidad de bajas.
El 11 de octubre, Sadat cedió a las presiones de al-Assad y el
secretario general del Partido Comunista y titular del Presidium del
Soviet Supremo de la Unión Soviética, Leonid Brezhnev, de atacar al
ejército israelí y aliviar la situación de las tropas sirias en el
Golán.Tres días después movilizó a su ejército al interior del Sinaí e
intentó penetrar en Israel por el centro y la costa sur, con más de
quinientos blindados.
Ante las bajas sufridas al intentar recuperar el canal y la disminución
de sus reservas de pertrechos, que recién comenzaron a ser repuestos por
los Estados Unidos ese mismo 14 de octubre, el alto mando israelí
decidió esperar a los egipcios en zonas con topografía favorable.
En virtud de ello, las fuerzas de Sadat fueron diezmadas, perdieron más
de la mitad de sus carros blindados y fueron obligadas a retroceder
hasta la costa del canal de Suez. Al día siguiente, tropas al mando de
Sharón iniciaron una operación tendiente a cruzar la vía marítima, lo
cual se cumplió por parte de un grupo de paracaidistas, aunque el fuego
egipcio demoró el paso de los blindados hasta el 17 de octubre.
Entre ese día y el siguiente, las tropas cruzaron a la ribera occidental
del canal, cercaron al Tercer Cuerpo del ejército egipcio y se
estacionaron en el kilómetro 101 de la carretera que une El Cairo con
Suez. Otro de los logros fue la destrucción de gran cantidad de baterías
antiaéreas, lo cual permitió que la aviación israelí pudiera atacar
blancos en el interior de Egipto.
Además, la Marina ocasionó graves daños a sus atacantes: las siete
lanchas de combate, equipadas con un sistema de misiles de fabricación
israelí, derrotaron a las fuerzas navales egipcias y sirias, superiores
en número, en las batallas de Latakya, al Norte, y Damieta, cerca de
Port Said, al Sur, atacaron diversos puntos en la costa siria del mar
Mediterráneo y participaron en enfrentamientos en el mar Rojo. Las
fuerzas egipcio-sirias perdieron quince lanchas; las israelíes, sólo
dos.
El 16 de octubre, Sadat declaró que no aceptaría un cese del fuego si
Israel no accedía a retirar sus fuerzas a las líneas anteriores al 5 de
junio de 1967, bajo supervisión internacional.
En tanto, Brezhnev se comunicó con el presidente estadounidense, Richard
Nixon, a fin de concertar que el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas decretara el cese del fuego y solicitarle que presionara a las
autoridades israelíes para que lo aceptaran.
La propuesta de ambas superpotencias sirvió de base para la resolución
348, que estableció un alto el fuego a partir de las 6 de la mañana del
22 de octubre, pero Israel continuó sus operaciones, ante lo cual la
Unión Soviética movilizó parte de su flota al Mediterráneo, dándole a
entender que si no respetaba el alto el fuego, intervendría en favor de
sus aliados árabes.
Esto llevó a los Estados Unidos a establecer un alerta nuclear. El 26 de
octubre, Washington exigió a Jerusalem que culminara sus operaciones
militares y finalmente se firmó un acuerdo de cese del fuego con Egipto
el 27 de octubre.
Por esas horas, las fuerzas israelíes habían recuperado casi todo el
territorio perdido en las primeras horas de la guerra, con excepción de
la costa oriental del canal de Suez, habían destruido más de la mitad de
las fuerzas navales sirias y egipcias, y estaban a unos 40 kilómetros
de Damasco y a aproximadamente 80 de El Cairo.
A pesar de la victoria -costosa en muertos y heridos-, se designó una
comisión investigadora, encabezada por el presidente de la Corte
Suprema, Shimón Agranat, para evaluar el accionar militar durante el
conflicto.
Después de escuchar a cientos de testigos y de revisar gran cantidad de
documentación, se llegó a la conclusión que existieron falencias en el
alto mando y el área de inteligencia militar, que no interpretaron
correctamente los indicios sobre un inminente ataque, y se recomendó la
baja del comandante en jefe de la Fuerza de Defensa de Israel, David
Elazar, y del jefe de Inteligencia y su adjunto, Eli Zeira y Arié
Shalev, respectivamente.
El informe preliminar fue difundido el 2 de abril de 1974, y el 11 de
abril renunciaron a sus cargos Golda Meir, quien había triunfado en las
elecciones realizadas a comienzos de ese año, y todo su gabinete.
A partir de la firma del tratado final de cese del fuego con Egipto, el
11 de noviembre de 1974, se iniciaron conversaciones entre ambas
naciones, con el auspicio estadounidense, que derivaron en el Acuerdo de
Camp David y el tratado de paz entre ambas naciones.