Casa de Israel - בית ישראל


Desde " Casa de Israel " trabajamos para hacer frente al antisemitismo , la judeofobia y la negación o banalización de La Shoá ( Holocausto) .
No olvidamos las terribles persecuciones a las que fue sometido el pueblo judío a través de los siglos , que culminaron con la tragedia de La Shoá .
Queremos tambien poner en valor y reconocer la fundamental e imprescindible aportación de este pueblo y de la Instrucción de La Torá , en la creación de las bases sobre las que se sustenta la Civilización Occidental.

"... עמך עמי ואלהיך אלהי ..."

jueves, 31 de diciembre de 2009

ISRAEL , ESTADO JUDIO, por RAPHAEL SCHUTZ , Embajador de Israel en España



En 1896 Theodor Herzl escribió el libro El Estado de los judíos. En el contexto histórico del auge de los movimientos nacionales en Europa, y considerando al mismo tiempo los numerosos incidentes antisemitas en el continente, llegó a la conclusión de que la única manera de garantizar la supervivencia de los judíos era que tuvieran su propio Estado-nación.

El progresismo español no digiere con facilidad la expresión Estado judío por considerarla exclusivamente religiosa y, por lo tanto, difícilmente reconciliable con el concepto de Estado no confesional. Si hago referencia a este asunto, no es sólo para que se entienda mejor la naturaleza del Estado de Israel en España en general y entre los progresistas en particular. La identidad de Israel es uno de los asuntos primordiales que deben incluirse en el diálogo con el mundo árabe-musulmán. El debate público se centra en general sólo en la perspectiva palestino-israelí y casi exclusivamente en la dimensión territorial. Las fórmulas son de todos conocidas: “Territorios a cambio de paz”, “una solución de dos estados”, etc. Casi no se hace referencia a la identidad. Si la solución es de dos estados, ¿cómo serían estos? Europa tiene muy buena voluntad e interés en ayudar, y en mi opinión tiene la posibilidad de hacerlo. Y España, por su situación geográfica y su historia, tiene ventajas comparativas obvias. Sin embargo, como principio básico, lo primero que un mediador eficiente debe hacer es identificar las cuestiones esenciales para cada una de las partes. Tengo la impresión de que la importancia de la identidad judía para Israel todavía no se entiende.

Si bien hay en Israel círculos ultrarreligiosos para los que el concepto de Estado judío significa que el Estado debe regirse por las leyes del judaísmo, esta es una actitud minoritaria. Para la mayor parte de los israelíes judíos, este concepto significa que Israel es el hogar del pueblo judío. Es el único país de mayoría judía y de ahí se derivan las peculiaridades de su vida cotidiana: el día del descanso es el sábado y no el domingo, como en la Europa de mayoría cristiana, ni el viernes, como en el mundo musulmán. También el resto de los días festivos se derivan de la religión judía y no de la cristiana o la musulmana. La dinámica cultura israelí, que incluye autores como Amos Oz y David Grossman, se expresa en hebreo, la lengua bíblica. Los cinco científicos israelíes que han ganado el premio Nobel en los últimos siete años también trabajan y piensan en hebreo. No hace falta ser religioso practicante para participar de la cultura judía contemporánea. Habrá quien alegue que ha habido cultura judía antes y después de la creación de Israel. Aún siendo cierta, esta alegación no es relevante. La historia ha demostrado que no podemos conformarnos con ser una minoría en manos de la buena voluntad de una mayoría. Tenemos derecho a vivir de forma soberana en nuestro propio Estado. Este argumento está grabado en el ADN israelí colectivo e individual. Yo mismo, que nací en un Israel independiente y soberano, adquirí esta conciencia de mis abuelos y mis padres, que se vieron obligados a huir de la Alemania nazi sólo por el hecho de ser judíos y a luchar por su derecho natural a vivir seguros en su propia tierra. La mayor parte de los israelíes, como yo, reivindican el hecho de que Israel sea un Estado judío, no como acto de fe sino como parte de una identidad nacional consolidada.

Es importante enfatizar que el hecho de que Israel sea un Estado judío no impide que sus habitantes no judíos ejerzan plenos derechos civiles incluidos los derechos a votar, a ser votado y a ocupar cualquier cargo, y por supuesto tampoco impide que disfruten de las libertades individuales y de la libertad de culto. Al mismo tiempo, no se pueden admitir las reivindicaciones nacionalistas de las minorías no judías de Israel.Estas cuestiones no son meramente teóricas. Están en el trasfondo del continuo debate sobre las relaciones de Israel con el mundo árabe-musulmán que le rodea. Es importante para nosotros que ese mundo reconozca nuestro derecho a vivir como judíos en nuestro Estado, que los líderes lo declaren públicamente ante sus pueblos para que el mensaje penetre en la opinión pública árabe-musulmana. Se trata de un proceso educativo además de político. Muchos acusan a Israel de militarismo, y no voy a ocultar mi opinión de que a veces, en el sistema israelí de toma de decisiones, las consideraciones en materia de seguridad pesan más de lo que deberían. Sin embargo es vital entender que esto no se debe a una ideología que pretende convertir a Israel en una Esparta, sino a nuestras singulares condiciones existenciales. No hay otro país en el mundo que esté expuesto a amenazas de aniquilación expresas y recurrentes por parte del presidente de otro Estado (Irán) respaldadas por una carrera nuclear. Me irrita que algunos se apresuren a ponernos la etiqueta del militarismo sin conocer estas amenazas o, peor aún, haciendo caso omiso de ellas. No podemos permitirnos el lujo de ser pacifistas, una idea ya expresada por el presidente Obama en su discurso de aceptación del premio Nobel de la Paz. El reconocimiento de la naturaleza judía de Israel en el mundo musulmán reviste una importancia decisiva como paso para cimentar la confianza y disipar nuestros temores existenciales, lo cual haría posible que las posturas militaristas perdieran peso en la sociedad y en la toma de decisiones.
El carácter judío de Israel es también esencial al abordar la cuestión palestino-israelí. Cuando se habla de la solución de dos estados debe quedar claro que el Estado palestino es la respuesta a –y la culminación de– las aspiraciones nacionales de los palestinos, e Israel, a las de los judíos. Si no, esta solución carecería de lógica.
La contribución de Europa a una solución en nuestra región puede y debe pasar por el reconocimiento de que no se trata de un mero conflicto territorial. Para Israel, la legitimidad de la identidad judía de Israel en el mundo árabe-musulmán es vital. España, por su peculiar historia, puede aportar un valor añadido a este respecto, especialmente durante su presidencia de la UE.
Raphael Schutz es embajador de Israel

Fuente :Público.es

viernes, 25 de diciembre de 2009

El ayuno del 10 de Tevet


En la historia del pueblo judío hay ciertos eventos que señalan el comienzo del descenso en la espiral de sufrimiento. Uno de ellos es el ayuno del Diez de Tevet. El mismo marca el comienzo del sitio final de Jerusalén por Nabucodonosor, rey de Babilonia, que culminó en muertes masivas, destrucción y exilio. Cuando el horror del Holocausto fue conocido por primera vez por todo el mundo, el Rabino Jefe del Ishuv (la comunidad judía antes de la creación del Estado) en Eretz Israel proclamó el Diez de Tevet como el día de duelo por las víctimas de la destrucción de las comunidades judías en Europa. En 1951, no obstante, una fecha diferente, el 27 de Nisán, fue designado por la Keneset (Parlamento israelí) como el Día del Holocausto y el Heroísmo.


Hay una conexión interna entre estos dos eventos dolorosos de nuestra historia, la destrucción del Templo y la Shoá. Nabucodonosor, el malvado, al igual que el enemigo de los judíos de Alemania, quisieron apagar la vela de Israel en el mundo, en Ierushalaim. En el Sagrado Templo eligió HaShem bendito revelarse y revelar Su luz y abundancia a Su pueblo Israel, y por su intermedio al mundo entero. Nabucodonosor pensó que al destruir el Templo, el corazón de Israel y del mundo podría apagar la luz de Israel, pero se equivocó; Hitler quiso hacer lo mismo, ni él ni Nabucodonosor entendieron que el pueblo de Israel, el pueblo que HaShem bendito eligió entre los pueblos, y lo llamó "mi hijo, mi primogénito", es eterno.


El Gran Rabinato ha decretado de todas formas que el Diez de Tevet sea el día en el que se recite el Kadish de Duelo para aquellos familiares, víctimas del Holocausto, cuya fecha de fallecimiento no es conocida, y conmemorarse día con plegarias y estudio. En Israel es conocido como el día del "Kadish General".Incluso ahora, cuando el Estado de Israel ha sido establecido para traer el fin del sufrimiento y el exilio judíos, recordamos cuando comenzó el triste relato del exilio: hace más de 2.500 años atrás, un Diez de Tevet. Elevemos nuestra voz a nuestro D-s, EL Dios de Israel, que proteja a nuestros soldados quienes fueron a una guerra impuesta por aquellos que como Nebujadnetzar y Hitler piensan en borrar del mapa a nuestra Medina. No podrán hacerlo, no tendrán éxito porque: Hashem de los Ejercitos está con nosotros, el D-s de Yaakov, es nuestra fortaleza .Sela . HaShem salva, Que el Rey nos responda en el día que lo invoquemos, Amen

Fuente:torahenfamilia.com

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Muchos en Occidente piensan que la intolerancia islámica solo afecta a los judios


La Violencia contra los Cristianos en Gaza y en Judea y Samaria continúa

Los cristianos de Cisjordania y Gaza han sido víctimas de actos de persecución islamista, incluyendo “intimidación, palizas, robo de tierras, ataques con bombas a iglesias y otras instituciones cristianas, denegación de empleo, boicoteos económicos, tortura, secuestros, matrimonios forzados, acoso sexual y extorsión,” según Justus Reid Weiner, un conocido abogado especializado en derechos humanos internacionales y experto en la minoría cristiana palestina. Algunos ejemplos de estos actos incluyen:
26 de Agosto de 2009: En conformidad con las leyes (islámicas) de la Sharia aplicadas por el Hamás (grupo respaldado por Irán), las estudiantes cristianas de Gaza deben llevar el jilbab (prenda tradicional musulmana larga y ancha) y el velo.

22 de Julio de 2009: El Secretario Ejecutivo del Consejo de Iglesias de Oriente Próximo, Constantine Dabbagh, y su esposa fueron golpeados y robados por unos vándalos que irrumpieron en su residencia en Gaza.
25 de Mayo de 2009: Vándalos profanan aproximadamente 70 tumbas en dos cementerios palestinos cristianos en Jiffna (Cisjordania), al norte de Ramala.
Mayo de 2009: Musulmanes palestinos del Campo de Refugiados de Jalazone vandalizaron dos cementerios cristianos cerca de Ramala, como resultado de una pelea familiar.
7 de Abril de 2009: Un incendio de origen desconocido causa estragos en la Iglesia Copta de Ramala.

Israel es uno de los pocos países del Medio Oriente en el que la población cristiana ha aumentado desde 1948, registrando un alza de más de 400%. La población total palestina en Cisjordania y Gaza es de 3,9 millones: 2,4 millones en Cisjordania y 1,5 millones en la Banda de Gaza. Se estima que entre 1.500 y 2.500 cristianos viven en Gaza. Aproximadamente 50.000 cristianos viven en Cisjordania (incluyendo Jerusalén Este), muchos de ellos en ciudades como Jerusalén, Ramala y Belén.

Algunos expertos afirman que la persecución por parte de extremistas islámicos ha desempeñado un papel importante en el continuo éxodo de los cristianos palestinos, quienes hoy en día representan tan solo 1,2% – 2,2% de la población. Debido en gran parte a la emigración, los cristianos de Belén han dejado de ser una sólida mayoría para representar tan solo un tercio de los 30.000 habitantes de esa ciudad.
Fuente:elreloj.com

martes, 22 de diciembre de 2009

Descubierta la primera casa en Nazaret de la época de Jesús







Arqueólogos israelíes han hecho público este lunes el hallazgo de la primera casa de la época de Jesús que se ha localizado en Nazaret, de donde procedía la familia del Mesías para los cristianos y situada en el norte de Israel. A sólo unas decenas de metros de la Basílica de la Anunciación, epicentro de culto popular a la Virgen María, la construcción está formada por dos habitaciones y un patio que incluía una cisterna excavada en piedra donde se almacenaba el agua de la lluvia. "Lo que hemos hallado es básicamente una casa típica judía de la época, con habitaciones conectadas", ha apuntado en rueda de prensa la arqueóloga Yardena Alexandre, responsable de las excavaciones.

Los escasos útiles encontrados en la estructura desde el inicio de los trabajos hace un mes son principalmente fragmentos de cuencos de cerámica que se remontan a los siglos I y II de nuestra era. Otro de los componentes del hallazgo que más ha llamado la atención de los arqueólogos es la existencia bajo la casa de un zulo, que bien pudo haber sido empleado para esconderse. La especialista explicó que Nazaret era una pequeña aldea y en época de la guerra contra Roma, en el siglo I, "este recinto pudo haber servido de refugio a la gente" de los alrededores, a pesar de que no hubo batallas en la localidad pero sí en su entorno. También se encontraron en el lugar moldes de yeso, que sólo empleaban las familias judías por motivos de purificación religiosa.
Ni joyas ni cristales
"Todos los utensilios hallados responden a lo que sería una familia modesta, no hay joyas ni cristales", ha precisado Alexandre en declaraciones a Efe, para añadir que "no han hallado nada por encima del estrato del primer y segundo siglo por lo que es probable que la estructura dejó de utilizarse por entonces". Los restos de la casa están a ambos lados de una larga muralla que data del siglo XV, de la época mameluca, que ha sido desenterrada en las excavaciones, efectuadas por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI). El jefe de la AAI en el distrito norte, Dror Barashad, ha destacado la importancia del lugar, sobre todo por su proximidad a la gruta donde la tradición sitúa la visita del Arcángel Gabriel a la Virgen María, y que está al otro lado de la calle.
"Un túnel bien pudo conectar la gruta de la Anunciación con el lugar donde se ha descubierto la casa", ha indicado. La vivienda ha sido hallada en excavaciones de salvamento en lo que iba a ser el jardín de un nuevo Centro Internacional de la Virgen María, proyecto avalado por instituciones religiosas locales y un grupo francés denominado Comunidad Nuevo Camino. Marc Hodara, su representante, ha calificado hoy el hallazgo de "auténtico regalo de Navidad". "Esto es un regalo para nosotros y para Nazaret, es la primera vez que encontramos una casa de la época de Jesús en la ciudad, estamos convenidos de que él jugó aquí", ha subrayado. Taufik Abu Naser, abogado de las dos instituciones religiosas que respaldan del proyecto, ha dicho que "el hallazgo reforzará el nuevo centro y nos ofrecerá la oportunidad de mostrar a los turistas y fieles de todo el mundo cómo se vivía en aquella época".
La superficie excavada es de unos 85 metros cuadrados y por el momento los trabajos continuarán hacia el subsuelo porque alrededor hay edificio contemporáneos que impiden abrir la zona. "La única zona accesible para excavar es esta pequeña zona en la que estamos, donde había también un edificio encima que ha sido demolido, y que será la entrada al nuevo museo", ha lamentado Alexandre. El área estaba destinada a jardín del centro mariano pero, tras el hallazgo, el proyecto se centrará ahora en convertir las excavaciones en un parque arqueológico y a su lado, en un edificio ya construido, estará el moderno centro multimedia sobre la madre de Jesús.
Fuente : EFE
Fotos:©Fotos del Haaretz y de Israel Antiquities Authority

ISLAMOFOBIA PROGRE , artículo de Pilar Rahola en " la Vanguardia"


Islamofobia progre
Existe islamofobia progre, ciertamente: habita en los que callan ante las mujeres esclavas del islam


Hay dos tipos de progres. Aquellos que luchan por la justicia social, y aquellos que, parapetados en retóricas vacuas, defienden a populistas demagogos. Los hay que dignifican la memoria de las víctimas, y los hay que mitifican a pistoleros revolucionarios, cuyo gusto por la muerte fue parejo a sus delirios mesiánicos. Los hay que aborrecen a los dictadores, y los hay que sólo aborrecen a los dictadores de derechas. Los hay que critican el terrorismo, y los hay que se enamoran de Hamas. Los hay que luchan contra el impuesto de sucesiones, y los hay culpables de que este robo legal se imponga, para desgracia de la gente. Es decir, los hay como el conseller Antoni Castells, y los hay como Joan Herrera. Los hay, pues, que se mantienen coherentes en la defensa de las libertades y de la justicia, y los hay que usan esas banderas para esconder dogmatismos recalcitrantes, empanadas mentales y hasta ideologías bien poco libertarias.
La frontera, que es nítida, resulta clamorosa cuando hablamos de cuestiones que afectan, en la propia médula, al cuerpo doctrinal de lo políticamente correcto. Y si el tema es el islam, entonces la frontera se convierte en un despeñadero que hunde, en sus profundidades, desde el sentido común hasta el sentido del ridículo. En este caso, los progres se dividen entre aquellos que luchan por los derechos de la mujer, de los opositores a las dictaduras teocráticas, de los homosexuales y, en definitiva, de todos los musulmanes que quieren vivir en sociedades libres y tolerantes, y aquellos que callan, otorgan, duermen la siesta o hasta justifican a las peores dictaduras del planeta.
Los hay que tienen –tenemos– en nuestras webs las referencias a las mujeres islámicas amenazadas como Ayan Hirsi Ali o Talisma Nazrim, y los hay que tienen los discursos de Ahmadineyad. Generalmente, en este caso, los primeros abren debates complejos, intentan diferenciar el islam de las ideologías fundamentalistas y avisan de los riesgos del totalitarismo en nuestras propias sociedades. Y los segundos, niegan el debate y criminalizan a quienes intentamos no callar ante los atropellos brutales que, en nombre del islam, se producen. Por supuesto, nos acusan de islamofobia, no en vano la calumnia forma parte de la destrucción del contrario. Joan Ferran, por ejemplo, me acaba de calumniar en este sentido en e-Noticies. Lástima. Creía que era un heterodoxo que pensaba libremente, pero errare humanum est. Le devuelvo el cariño.
Existe la islamofobia progre, ciertamente. Habita en los que callan ante las mujeres esclavas del islam, ante las teocracias feroces, ante las lapidaciones, ante la condena a muerte de homosexuales, ante el terrorismo yihadista y, en definitiva, ante las víctimas musulmanas del fundamentalismo islámico. Esa islamofobia progre no sólo es una maldad del pensamiento. Es una derrota de la libertad.
Fuente : lavanguardia.es

Los socialistas catalanes atacan a Pilar Rahola


Pilar Rahola se ha lanzado a la yugular del diputado del PSC Joan Ferran tras acusarla de 'islamofobia' en su blog. Ferran la acusó de practicar la islamofobia y anunciar que "el islamismo invade Cataluña" apoyando tesis xenófobas. Rahola le responde desde La Vanguardia arremetiendo contra quienes criminalizan "a quienes intentamos no callar ante los atropellos brutales que, en nombre del islam, se producen".

Rahola, en un artículo titulado "Islamofobia progre" identifica dos tipos de progres. Aquellos que luchan por la justicia social, y aquellos que, parapetados en retóricas vacuas, defienden a populistas demagogos. Los hay que dignifican la memoria de las víctimas, y los hay que mitifican a pistoleros revolucionarios, cuyo gusto por la muerte fue parejo a sus delirios mesiánicos.

Los hay que aborrecen a los dictadores, y los hay que sólo aborrecen a los dictadores de derechas. Los hay que critican el terrorismo, y los hay que se enamoran de Hamas. Los hay que luchan contra el impuesto de sucesiones, y los hay culpables de que este robo legal se imponga, para desgracia de la gente. Es decir, los hay como el conseller Antoni Castells, y los hay como Joan Herrera. Los hay, pues, que se mantienen coherentes en la defensa de las libertades y de la justicia, y los hay que usan esas banderas para esconder dogmatismos recalcitrantes, empanadas mentales y hasta ideologías bien poco libertarias.

La periodista catalana sale en defensa de las mujeres islámicas amenazadas como Ayan Hirsi Ali o Talisma Nazrim:

Los hay que tienen –tenemos– en nuestras webs las referencias a las mujeres islámicas amenazadas como Ayan Hirsi Ali o Talisma Nazrim, y los hay que tienen los discursos de Ahmadineyad. Generalmente, en este caso, los primeros abren debates complejos, intentan diferenciar el islam de las ideologías fundamentalistas y avisan de los riesgos del totalitarismo en nuestras propias sociedades. Y los segundos, niegan el debate y criminalizan a quienes intentamos no callar ante los atropellos brutales que, en nombre del islam, se producen.

Respuesta a Joan Ferran:

Por supuesto, nos acusan de islamofobia, no en vano la calumnia forma parte de la destrucción del contrario. Joan Ferran, por ejemplo, me acaba de calumniar en este sentido en e-Noticies. Lástima. Creía que era un heterodoxo que pensaba libremente, pero errare humanum est. Le devuelvo el cariño.
Y concluye:
Existe la islamofobia progre, ciertamente. Habita en los que callan ante las mujeres esclavas del islam, ante las teocracias feroces, ante las lapidaciones, ante la condena a muerte de homosexuales, ante el terrorismo yihadista y, en definitiva, ante las víctimas musulmanas del fundamentalismo islámico. Esa islamofobia progre no sólo es una maldad del pensamiento. Es una derrota de la libertad.
Fuente:periodistadigital.com

Los ladrones de Auschwitz no pudieron llevarse la última letra del letrero



Los cinco detenidos por el robo de la inscripción "Arbeit macht frei" ("El trabajo os libera") del antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz no se llevaron la última letra, según ha revelado este martes la policía, que hasta ahora había ocultado tal información para no entorpecer la investigación.
El responsable de las indagaciones, Dariusz Nowak, explicó que la letra "i" se quedó en la entrada principal del recinto, donde se encontraba el letrero sustraído.
Este dato se ocultó a la opinión pública para facilitar el trabajo policial y comprobar la veracidad de las múltiples llamadas ciudadanas (se recibieron más de cien) que ofrecían pistas sobre el robo.
Nowak, que ofreció una rueda de prensa en el campo de concentración tras llevar a cabo la reconstrucción de los hechos, no quiso descartar ni confirmar las informaciones que hablan de Suecia como el destino del letrero de Auschwitz robado.
"Hemos estado cooperando con (...) todas las agencias e instituciones internacionales del mundo (...) Es posible que una persona sea detenida (por orden europea)", dijo sin dar más detalles y se negó a comentar acerca de los reportes de medios polacos de que un coleccionista sueco podría estar involucrado en el delito.
¿Coleccionista sueco?
Según informaba la cadena de televisión TVN24, un ciudadano extranjero contactó con uno de los detenidos, dueño de una pequeña empresa de construcción, quien a su vez reclutó a los otros cuatro para dar el golpe, algo que ahora podría costarles pasar hasta diez años en prisión.
Lo que sí está confirmado es que los ladrones no pertenecen a ninguna organización neonazi, sino que son delincuentes comunes que pretendía vender la reliquia del Holocausto y obtener 150.000 euros, 30.000 euros por cabeza.
El "Arbeit macht frei" fue robado el pasado viernes y recuperado por la policía polaca en la madrugada del lunes gracias a la colaboración ciudadana, alentada por la recompensa ofrecida y los llamamientos hechos desde el Gobierno polaco.
Este letrero, forjado en metal por uno de los presos de Auschwitz por orden de las autoridades nazis, es un símbolo del Holocausto y de la barbarie que se produjo entre las alambradas del campo de concentración, en la Polonia ocupada.
Fuente :elmundo.es
Auschwitz fue el más mortífero campo de exterminio nazi de la Segunda Guerra Mundial, con más de un millón de asesinados, en su mayoría judíos.

lunes, 21 de diciembre de 2009

¡¡¡ Muy buena noticia para Galicia !!!! ( Mazel Tov a la Asociación Galega de Amizade con Israel-AGAI)

Una empresa israelí instalará en Santiago un laboratorio contra el cáncer que generará 600 puestos de trabajo
Galicia ha sido finalmente elegida como la comunidad apropiada para instalar un laboratorio de la firma Virolab Internacional para el tratamiento contra el cáncer. Ese centro se ubicará en el campus de la Universidade de Santiago y está prevista también para Lugo una fábrica que suministrará el material preciso, según informa Francisco Linares Moreno, delegado en Galicia de la Cámara de Comercio España-Israel. «El proyecto se encuentra ya en la gerencia del Sergas, tras pasar por el Igape, y Núñez Feijoo ha mostrado interés en que todo se resuelva con la mayor celeridad», confirmó Linares, que explicó además que las comunidades de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Madrid estaban interesadas en quedarse con este laboratorio, uno de los más importantes del mundo, con sede en Estados Unidos y México. Además de su importancia científica, supondrá la creación de 600 puestos de trabajo directos y una inversión, en su primera fase, de 130 millones de euros.
El trabajo en el laboratorio se centrará en la investigación del gen E2 UPH, que es una vacuna para la regeneración y regresión de lesiones de los procesos tumorales, así como para estimular el sistema inmunológico y atacar el virus canceroso. La vacuna ha pasado ya todas las pruebas durante los últimos 14 años, y cuenta con el beneplácito de organismos internacionales. Francisco Linares afirma que, una vez se completen los informes del Sergas, se empezará a trabajar y, para hacerlo cuanto antes, se ha previsto incluso la creación de un laboratorio tipo compacto, con cuatro contenedores junto a la Universidade de Santiago. Estaría dirigido por Ricardo Rosales, uno de los científicos más destacados en esta especialidad.
Para su puesta en marcha se contará con el apoyo económico de la Xunta y de la UE. Con la Diputación de Lugo se negocia, finalmente, el lugar donde se instalaría la fábrica de suministros, probablemente en un polígono en el que pudieran funcionar otras empresas de capital judío ligadas a la bioquímica o a la construcción de maquinaria auxiliar de laboratorio y hospitales y desechables. Francisco Linares estima que puede inducir «4.500 puestos de trabajo».
Fuente : lavozdegalicia.es

Sr. Zapatero , ¿ esto también está dentro de su Alianza de Civilizaciones?

El condenado a ser lapidado , es sacado del hoyo , aparentemente muerto
Un tribunal islámico condena por adulterio a Mohammed Abukar
Los domingos, lapidación en el campo de fútbol
El hombre agonizó lentamente ante la mirada y el regocijo de sus vecinos


Mohamed Abukan Ibrahim, de 48 años, fue lapidado el domingo pasado en el campo de fútbol de la población somalí de Afgoye, 30 kilómetros al noroeste de Mogadiscio.
Un remedo de tribunal, aferrado a la Ley Islámica y sumiso a la milicia integrista Hezb al Islam, lo culpó de adulterio.
Mohamed fue enterrado vivo hasta el pecho en mitad del campo de juego. Minutos antes, el juez había informado a la excitada concurrencia de su veredicto:
"Este es su día de justicia; hemos investigado y han confesado".
Sus parientes intentaron matar al juez, miembro de otro clan. Comenzó un intercambio de disparos entre los que abogaban por la culpabilidad o la inocencia del acusado. Entre sus familiares, que querían salvarlo y los verdugos, empeñados en castigarle.
El grupo que estaba contra la ejecución fue superado y expulsado de la zona del campo de fútbol, con varios heridos y un muerto en sus filas.
Y empezó la orgía de sangre. Primero lo entierran. Ya atrapado en su agujero, Mohamed da la impresión de encontrarse extrañamente sereno, escindido de la realidad, superado por las brutales circunstancias.

LA MANO AL CIELO

En una de las imágenes levanta la mano hacia el cielo, como si quisiese dejar en evidencia la arbitrariedad de la decisión de los hombres que lo van a lapidar y que recogen exaltados las piedras blancas recién traídas en un camión.
Los testigos afirman que el desventurado se resistió como pudo, gritó, pataleó y lloró, intentando frenar el cruento ritual.
Tras las pedradas, cuando parecía muerto, lo sacaron inconsciente y bañado de sangre del hoyo. Notaron que aun respiraba y -como se ve en otra de las imágenes-, lo remataron.
A la mujer con la que tuvo relaciones, Halima Sheikh Abdulahi, le propinaron 100 latigazos. Al ser soltera, el juez no la pudo condenar a muerte en concordancia con la sharía o ley islámica.
A otro hombre, llamado Ahmed Awale, lo ejecutaron por haber matado a un vecino. Un familiar del muerto le disparó en la cabeza, de acuerdo con la costumbre, que concede a los parientes de la victima el derecho a eliminar con sus propias manos al agresor.

UNA MAÑANA DE CARNICEROS

Una mañana ajetreada para este grupo que acab de estrenarse -aparentemente- en las lapidaciones.
Hasta el momento, había sido la organización Al Shabab, vinculada a Al Qaeda, la que había realizado estas macabras tareas.
Una mañana cargada de lóbregos simbolismos, que para algunos expertos no son más que una forma de manifestar públicamente el poder que se ejerce sobre un territorio, al modo brutal -castigos corporales, amputaciones- de los talibanes tras la conquista de Kabul en 1996.
"Estas prácticas eran desconocidas en Somalia. Las ha introducido Al Shabab", explica Christopher Albin-Lackey, investigador de Human Rights Watch para África.
MILICIAS PRÓXIMAS A AL QAEDA
Tanto las milicias de Hezb al Islam como las de Al Shabab están próximas a Al Qaeda y ambas combaten contra el gobierno de transición somalí.
La mayor parte del territorio está bajo su control y allí se aplica la versión más radical de la Sharia.
Somalia, país sin ley donde la miseria, la guerra, el fundamentalismo y la corrupción hace tiempo que despojaron al ser humano incluso de su derecho a vivir, se asoma de nuevo a Occidente. O quizás, habría que decirlo al revés.
Occidente mira con espanto a esa nación que corona el cuerno de África y que secuestra barcos en las aguas que la bañan. Pero, salvo algunas fotos atrapadas por intrépidos que arriesgan en ello su pellejo, la Vieja Europa contempla desde lejos los estragos de la Sharia, la draconiana ley coránica que cada facción de la milicia integrista islámica Hezb al-Islam interpreta a su manera.
ESPECTÁCULO CASI INÉDITO
La serie de fotos que ofrecemos son un espectáculo prácticamente inédito, no por ser público, sino porque las víctimas de las lapidaciones siempre han tenido en ese país nombre de mujer, como la de Aisha, esa niña de 14 años cuya historia amplió los horizontes del horror.
Aisha fue violada por tres capos del clan más influyente de la ciudad de Kismayo, al sur del país somalí, y además condenada a muerte el mes pasado.
Enterrada como Mohamed, tuvo una lenta agonía, hasta el extremo de que el lanzamiento de piedras se interrumpía para comprobar si le quedaba aliento.
Fuente : periodistadigital.com

domingo, 20 de diciembre de 2009

La policía recupera el 'Arbeit match frei' robado de Auschwitz


La policía recupera el 'Arbeit match frei' robado de Auschwitz


La policía polaca recuperó el letrero de metal que colgaba en la entrada del antiguo campo de concentración nazi de Auschwitz y detuvo a cinco hombres que están bajo sospecha de haber cometido el robo, que desató una fuerte condena internacional, informó el lunes la televisión.
El letrero, con la frase 'Arbeit macht frei' ('El trabajo os hará libres'), fue cortado en tres piezas tras ser robado el viernes, informó la cadena de noticias estatal. No se conocieron de inmediato los motivos del robo.
Según la portavoz de la policía en Cracovia, Katarzyna Padlo, las letras fueron halladas en una ciudad en el norte de Polonia. Al parecer, los ladrones las separaron en tres partes. Cinco sospechosos de entre 20 y 39 años fueron detenidos. Por el momento, se desconocen los móviles del delito.
El robo desató indignación en todo el mundo. El presidente del Museo del Holocausto de Yad Vashem en Israel, Avner Shalev, habló de un ataque al recuerdo de la aniquilación de los judíos. El presidente del Comité Internacional Auschwitz, Noach Flug, calificó el robo de una muy mala señal.
Antes de la reunión de gabinete, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, instó hoy a las autoridades polacas a encontrar los delincuentes. El jefe de gobierno polaco, Donakd Tusk, prometió darle al caso "absoluta prioridad". Varias decenas de agentes fueron dedicados a la investigación.
Prisioneros polacos construyeron la inscripción por orden de las autoridades alemanas medio año después de la apertura del campo en junio de 1940.
Millones de visitantes
El Museo de Auschwitz-Birkenau es financiado principalmente por contribuyentes polacos, que pagan unos 10 millones de zlotys (2,3 millones de euros anuales), mientras que los fondos adicionales provienen de tours, boletos de estacionamiento y donantes internacionales. Este año el museo recibió 1,3 millones de visitantes, y más de un millón de visitantes anuales en los últimos tres años.
El museo de Auschwitz recientemente solicitó fondos adicionales para restaurar edificios con daños y las posesiones personales de ex prisioneros.
En Auschwitz y en el vecino campo de Birkenau, inaugurado dos años más tarde, murieron más de 1,1 millones de personas. La mayor parte de las víctimas eran judíos provenientes de la Europa ocupada por los nazis. Varios miles de supervivientes fueron liberados el 27 de enero de 1945 por soldados soviéticos.
Fuente : Elmundo.es

EL FUTURO ESTADO ARABE-PALESTINO . PROFECÍA O PREDICCIÓN . - Por Jaime Einstein


El escritor y novelista Jaime Einstein , a la derecha, con Mario Zareceansky en su visita a " Casa de Israel"
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EL FUTURO ESTADO ÁRABE-PALESTINO. PROFECÍA O PREDICCIÓN.
Por Jaime Einstein
La región del mundo en la que habito, el denominado “Oriente Medio”, ha sido cuna de las tres grandes religiones monoteístas del planeta: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. Cada una de estas tres tradiciones reconoce la importancia del legado profético en su desarrollo. Los profetas eran predicadores, maestros, visionarios, líderes revolucionarios y disidentes. La fuerza de su prédica se derivaba de su íntima conexión con la Divinidad, la cual les daba una visión clara… y a veces aterradora… de la realidad del cosmos.
Yo, de profeta, no tengo un pelo. Para empezar, soy cubano… y Cuba ha producido muchas especies de personas, algunas buenas, otras tóxicas, pero profetas… no. Lo único que tengo en común con esas excelsas figuras del pasado espiritual de nuestras civilizaciones es habitar en el mismo espacio geográfico y compartir una honda preocupación sobre nuestro presente, y sobre todo por el futuro. Es por ello que aclaro que las predicciones que son objeto de este pequeño escrito son fruto del análisis de las realidades histórico-sociales de esta atormentada y fascinante región, y no de una visión mística de la misma.
¿Se llegará a establecer un estado árabe palestino en una porción del territorio denominado “Erets Israel” (“Tierra de Israel”) por los judíos, “Palestina” por los árabes y “Tierra Santa” por los cristianos? La respuesta es bastante obvia… de hecho, ya existen dos entidades políticas que pueden ser consideradas “estados árabe-palestinos”: la teocracia de Hamás en la franja de Gaza y la “Autoridad Palestina”, dominada por el movimiento Al Fatah. Es de suponer que en algún momento estas dos entidades llegarán a un “entendimiento”, interino y puntual (como la casi totalidad de “entendimientos” en el mundo árabe), que permitirá el establecimiento de un “Estado Palestino” reconocido por la mayoría de los países de la mal-llamada “Comunidad Internacional”.
La creación de dicho estado es prácticamente un hecho consumado, por razones intrínsecas y extrínsecas.
Veamos primeramente las “razones extrínsecas”:


1. Con, o sin, bases objetivas, una gran parte de las clases políticas en este planeta, consideran que existe un “pueblo palestino”, y que dicho pueblo amerita un estado propio, basado en su derecho de autodeterminación… ya existe algo parecido a un consenso mundial sobre este tema;


2. Muchos dirigentes a nivel internacional parecen tener la peregrina idea de que “el problema” del Oriente Medio está anclado en el conflicto árabe-israelí, y que el establecimiento de un estado árabe-palestino es una condición sine-qua-non para afianzar una paz duradera en esta volátil parte del globo;


3. La Unión Europea, diversos gobiernos en todas partes del mundo desarrollado, el “Mundo Árabe” y la “Umma Islámica”, en sus múltiples y siempre conflictivas facciones, mas algunas organizaciones internacionales, más o menos inútiles o nocivas, como las Naciones Unidas, han invertido miles de millones de euros y dólares, además de folios interminables de “resoluciones” y palabrería, en establecer las bases de dicho estado en ciernes. En este punto, vale la pena mencionar que la absoluta ineficacia práctica, y la malversación escandalosa de estos generosos y manirrotos fondos, por parte de las autoridades árabe-palestinas, no parecen afectar mínimamente, a la voluntad internacional de continuar con este notorio derroche.


4. La opinión pública israelí está sumamente dividida sobre este tema, como lo está sobre cualquier tópico que es debatido entre judíos. Existe una minoría importante, tanto por la profundidad de sus convicciones, como por su militancia, que es contraria a cualquier arreglo que implique retirar la soberanía hebrea sobre el más mínimo trozo de tierra comprendido dentro de la definición bíblica de la “Tierra Prometida”. Pero, en contrapeso a este importante grupo de creyentes ortodoxos, y nacionalistas, existe algo parecido a un consenso nacional de que la preservación de Israel como estado democrático requerirá una importante retirada de algunos de “los Territorios” (no hay consenso sobre qué territorios terminarán dentro del Estado de Israel, y cuáles dentro del nuevo “Estado Palestino”). Una mayoría amorfa de la ciudadanía israelí, rechaza la idea de continuar gobernando indefinidamente a un colectivo humano de varios millones de personas en contra de su voluntad. La vasta mayoría de los israelíes desean vivir en paz con sus vecinos… esto no significa que confíen en ellos, o que les agraden los habitantes del vecindario.


La base intrínseca del futuro de “Palestina” está guardada en un recóndito armario. El debate internacional sobre el nacimiento de este estado, se destaca por mucha retórica superficial, y la casi total ausencia de un análisis serio de las complejísimas realidades del conflicto.


¿Cuáles son las bases reales del futuro estado árabe palestino?


Para comenzar, tratemos de comprender algo de la historia del pueblo árabe… No se trata de un grupo étnico monolítico ni uniforme… Los “árabes” de hoy día constituyen un inmenso mosaico de pueblos que se extienden desde la Mesopotamia hasta la costa Atlántica del Magreb… ya que la definición de quién es un árabe es primordialmente lingüística y cultural, no hay unanimidad en cuanto a una clara determinación de quién es árabe, y quién no (por ejemplo: ¿son árabes los somalíes o los eritreos que usan vernáculos propios?; ¿son árabes los sudaneses del sur… cristianos, bantúes o hamitas en su mayoría?, ¿son árabes los libaneses cristianos maronitas?, ¿son árabes los bereberes de Marruecos, Argelia o Mauritania?).


El “Mundo Árabe” de hoy día es el producto de uno de los experimentos imperiales más exitosos de la humanidad. Las diversas tribus y clanes de la península arábiga irrumpieron en la historia universal con la aparición de uno de los líderes más transcendentales que ha tenido este planeta, Muhammad o Mahoma (Siglo VII de la Era Común). Mahoma, los árabes y el Islam entran por el portón principal del desarrollo humano justo en un momento de decadencia casi total de la Europa occidental barbarizada, y el mutuo desgaste de los imperios bizantino y persa. El Islam, con su fórmula de simplicidad teológica y energía militar expansiva, barre con el Imperio Persa… y termina destruyendo a Bizancio de manos de los turcos islamizados.
Aunque hoy día sea difícil imaginarlo… todo el Levante y el norte de África eran preponderantemente cristianos, hasta la llegada del torbellino que salió de la península arábiga. La inmensa diversidad que eran el Levante y el sur del Mediterráneo hasta el Siglo VIII, quedó totalmente sumergida por un tsunami verde… los centenares de idiomas, religiones y culturas autóctonas fueron aniquiladas, o colocadas en situación de clara inferioridad.


La nueva cultura que surgió de este proceso de islamización y arabización se diferencia de la cultura occidental judeo-cristiana en diversos aspectos muy significativos. Una de las divergencias principales, para efectos de este ensayo, fue la falta del concepto laico de “estado” o de nación-estado” que sirvió de base para el desarrollo político del mundo occidental (recordemos la importancia de la dicotomía “César, o estado” vs “Iglesia” en el Occidente). En el mundo islámico lo que siempre ha contado es la “Umma”… la comunidad de los creyentes, bajo el liderazgo del Califa, el “comandante de los creyentes”, heredero del manto y de la autoridad de Mahoma. Religión (creyentes) y Estado son vistos, no como la dicotomía que han sido en Occidente, sino como una unidad monolítica e indisoluble.


Por ello, en la teoría del Islam, no importaba si la capital de la Umma estuviera en Medina, Damasco o Bagdad… ya que el Islam se ha entendido a sí mismo como un ente supra-nacional. Tanto es así, que la vasta mayoría de los creyentes árabes aceptaron la legitimidad de los califas turco-otomanos, cuando el califato pasó de Bagdad a Estambul. En este sentido, era más importante la legitimidad del califato que la “nacionalidad” del califa.


Es precisamente el concepto de “legitimidad” del califato el que ha servido de base para los principales conflictos internos en el Islam. Y, estos conflictos se han reflejado en guerras civiles terribles y sanguinarias, que básicamente tienen su base en problemas entre familias, clanes o tribus (no olvidemos que, hasta el día de hoy, todas las sociedades árabes o arabizadas en el mundo islámico están divididas en importantísimos grupos tribales).


El gran cisma entre el Islam suní y el shiita, está basado en la problemática de la legitimidad de la sucesión de un profeta que murió sin haber dejado descendientes masculinos (si Mahoma hubiera tenido un hijo, es posible que la diferencia entre suníes y shiitas no hubiera surgido… o al menos no en su presente forma). Esta tendencia, sin embargo, de que todos los grandes conflictos en el mundo árabe tengan, como base (cubierta o no) a conflictos familiares o tribales, se extiende hasta nuestros días.
Hasta la llegada de la Primera Guerra Mundial, la mayor parte del mundo árabe aceptaba la supremacía del califa otomano. Las principales revueltas contra el imperio “turco” (en teoría, islámico, supra-nacional), vinieron de parte de sus súbditos cristianos: griegos, serbios, rumanos, búlgaros y armenios. Las masas árabes, casi sin excepción, aceptaban el gobierno de la “Sublime Puerta” en Estambul con sumisión y mansedumbre. Los conceptos de “la nación árabe”, o del “nacionalismo árabe” eran teorías foráneas, que sólo existían entre ínfimos grupúsculos de intelectuales en Damasco o El Cairo. Los “nacionalismos” más pequeños… a nivel de lo que hoy día son los estados de Siria, Jordania, Irak, o la mismísima Arabia “Saudita”, no existían.


La “Gran Revuelta Árabe” contra el Imperio Otomano fue un movimiento muy minoritario dentro de las fronteras imperiales. Su “grandeza” verdadera se sitúa mucho más en su nombre que en su limitada realidad. Aquellos de nosotros que vimos y admiramos el espectáculo de la película “Lawrence of Arabia” tenemos que reajustar nuestro entendimiento de este movimiento que sirvió de rampa de lanzamiento para los nacionalismos árabes de los siglos XX y XXI. La revuelta fue liderada por el Sharif Hussein de la familia Hashemita (“Protectores de La Meca”), y su intención era la de reemplazar el califato otomano, por la restauración del liderazgo del mundo musulmán en manos de una familia árabe, con tradición de ser descendientes directos de Mahoma.


Fuera del entorno de la familia Hashemita y de sus tribus aliadas, la revuelta tuvo pocas repercusiones en el mundo árabe. Los numerosos regimientos árabes del ejército otomano mantuvieron su lealtad a Estambul. Los habitantes árabes de lo que pasó a ser la “Palestina” británica fueron fieles a los otomanos hasta la caída del territorio “palestino” en manos británicas.


Las complejas realidades políticas del Oriente Medio de hoy, tienen sus raíces en el fin de la Primera Guerra Mundial, la caída del imperio Otomano y las decisiones tomadas por los imperios británico y francés a partir de 1918. Inglaterra y Francia se dividieron los pedazos árabes del desmoronado imperio turco, y crearon los proto-estados que hoy día son Irak, Siria, y el Líbano. La familia Hashemita perdió el control del Hedyaz (Meca y Medina) a manos de su eterna familia rival, los Saud (una vez más, una lucha de familias). Estos últimos establecieron lo que hoy día se denomina “Arabia Saudita”. Esta identificación del estado con una familia reinante sería insólita en el mundo occidental. Imaginemos que, a raíz de la restauración monárquica en 1874, España pasase a conocerse como “Borbonia”.


El caso de Israel-Palestina es capítulo aparte. Los británicos prometieron crear un “Hogar Nacional Judío” en “Palestina” a cambio de obtener el apoyo judío en la Primera Guerra Mundial. Esta “Palestina” británica incluía los territorios que hoy día son Israel, Jordania y los territorios palestinos. Con el exilio de la familia Hashemita de su cuna en Hedyaz, los ingleses se sintieron en la obligación de encontrar dignos empleos a los herederos de sus aliados árabes en la Gran Guerra. Por ello un Hashemita fue coronado rey de Irak (poniendo a una dinastía suní a cargo de un país predominantemente shíita), y dos terceras partes del territorio “palestino” fueron segregados, y la porción al este del Jordán se convirtió en el novísimo emirato de “Transjordania”… hoy Jordania, con otro heredero Hashemita en el trono.


Nunca había existido un estado árabe palestino, con capital en Jerusalem, ni un estado árabe jordano, con capital en Amán… pero la creatividad británica nunca ha tenido límites en lo que de crear imperios se trata.


La coexistencia árabe/judía en la Palestina británica fue bastante problemática desde el comienzo del mandato inglés. Desde el punto de vista de los habitantes árabes del territorio, su futuro liderazgo, y hasta su propia identidad, se decidirían en típico estilo árabe, en una pugna inmisericorde entre tres importantes familias:


1. La familia Hashemita. Abdula, el Hashemita que heredó Transjordania, aunque pequeño en estatura, era grande en inteligencia y ambición. La polvorienta y paupérrima ciudad de Amán era demasiado chica para sus visiones de grandeza. Abdula soñaba con el establecimiento de un trono para su familia en Damasco, capital del califato Omeya… Desde ese trono, Abdula gobernaría a todo el Levante… lo que hoy son Siria, Líbano, Israel y Jordania. En cuanto a “Transjordania”, él sabía mejor que nadie, que una creación tan artificial podría tener un futuro efímero e incierto. ¿Los judíos?, pues ellos podrían tener un limitado nivel de autonomía bajo su corona, una especie de semi-independencia “dimí” bajo el cetro Hashemita. Este concepto no era del todo antipático a Londres, ya que este supra-estado Hashemita podría sacar a los antipáticos franceses de Siria y el Líbano, y resolver el fastidioso lío del conflicto entre la Declaración Balfour (el “Hogar Nacional Judío”), y las vagas y conflictivas promesas hechas por Londres a la familia Hashemita… Más importante aún, Abdula era un fiel aliado de Gran Bretaña, y su ejército, la Legión Árabe, funcionaba con oficialidad británica.


2. La familia Nashashibi. Hoy día esta prominente familia árabe palestina está casi olvidada, pero en su momento los Nashashibis eran pujantes candidatos para el liderazgo de la comunidad islámica en este territorio. Ellos eran los “guardianes” de las mezquitas de Al Aqsa en Jerusalem (posiblemente la tercera en importancia en el Islam) y la de Ibrahimiya (tumba de los Patriarcas) en Hebrón. Raguib al Nashashabi fue alcalde de Jerusalem de 1920 a 1934. Los Nashashibis eran una de las pocas familias prominentes en lo que pasó a ser la Palestina Británica, que habían luchado contra el dominio otomano. En cuanto al gobierno inglés sobre el territorio, la posición de esta influyente familia era de oposición relativamente moderada. Ellos llegaron a estar a favor de una partición pacífica de “Palestina” entre una entidad árabe, controlada por los Nashashibis, desde luego, y una entidad judía… lo menor posible. Si los Nashashibis hubieran sido victoriosos en la lucha por el control de la población árabe en la Palestina Británica, es posible que el presente conflicto árabe-israelí se hubiera evitado, o al menos su virulencia actual se podría haber aminorado. Por desdicha, para esta familia… y posiblemente para los árabes en el Mandato Británico, los Nashashibis tenían, como su principal rival, a la familia Husseini.


3. Los Husseini. Esta es la familia árabe palestina que ha marcado la pauta en los conflictos inter-étnicos e intra-árabes en la región. Su principal figura durante el dominio británico fue Haj Amin al Husseini, el muftí (maestro, o juez religioso islámico) de Jerusalem. Amín al Husseini se distinguió por la virulencia ilimitada de su odio contra sus vecinos judíos. Él fue el principal incitador de los violentos motines de 1929 y del 1936-39. Estos motines resultaron en centenares de muertes, y envenenaron irremediablemente las relaciones entre ambas comunidades. El gobierno británico trató de ganarse la simpatía de Amin, ofreciéndole el título inventado de “Gran Mufti” de Jerusalem. Amin utilizó este título, y el prestigio que conllevaba, para recrudecer sus actividades a favor de su liderazgo indiscutible de la población árabe en Palestina. Sus seguidores emprendieron una lucha encarnizada y exitosa contra todos los clanes rivales de los Husseini (asesinando a Nashashibis y a miembros de 11 otras familias). Durante la Segunda Guerra Mundial, Amin al Husseini se reunió con Hitler, y ayudó a formar unidades de tropas de árabes y bosnios nazis, que cometieron todo tipo de atrocidades en Europa. Su posición de intransigencia ante cualquier idea contraria a la supremacía de su familia lo hizo enemigo de muerte de judíos, británicos, Hashemitas y Nashashibis. Los Husseinis, y Amin marcó esta ruta, eran contrarios a cualquier partición del territorio con los judíos… TODO O NADA… Esto marcó la política árabe palestina hasta nuestros días. Cuando, gracias a su intransigencia, la Liga Árabe rehusó el plan de partición de Palestina entre un estado árabe y uno judío en 1947, uno de sus sobrinos: Abd el Kader al Husseini, fue el principal líder militar del lado palestino árabe en la guerra de 1948. Abd el Kader, fue el único líder militar palestino árabe con talento y valor personal en esta guerra. Inesperadamente, él murió en el ataque a la posición de la Haganá en Kastel. Otro sobrino de Amin al Husseini es mejor conocido por su “nombre de guerra” de Yasser Arafat. El clan Husseini escribió con sangre la historia del pueblo árabe palestino… sus pautas de intransigencia y de odio continúan sirviendo de norte a este pueblo tan querido y admirado por la “progresía” mundial.


¿Qué herencia han dejado los Husseinis a los árabes palestinos, y qué se puede esperar de su estado independiente?


a) La identidad “palestina” tiene una sustancia propia muy efímera, fuera del odio visceral a los judíos, que son vistos como intrusos en una tierra que nada tiene que ver con ellos. Esta visión revisionista de la historia de Israel proviene directamente de la febril mente de Amin al Husseini. Ya que nunca ha existido una nación árabe palestina, su identidad étnica data de las décadas que han corrido desde la Guerra de los seis Días en 1967 (los “palestinos” que quedaron en territorio Hashemita después de la “Nakba” de 1948, aceptaron de buen grado la ciudadanía del Reino Hashemita del Jordán. Los de Gaza nunca tuvieron la opción de asumir la ciudadanía egipcia. Los refugiados en Siria y Líbano tampoco recibieron la ciudadanía de sus anfitriones). En otras… y tristes… palabras, la única sustancia en la “palestinidad” es una de odio.


b) El diseño de la bandera palestina proviene de un soldado británico en el grupo de apoyo de Lawrence of Arabia, quien lo inventó como símbolo de la revuelta Hashemita contra los turcos (de ahí la similitud entre la bandera jordana, la del viejo reino Hashemita de Irak, y la de Palestina hoy día.


c) La letra del himno palestino, adoptado por el Concejo Nacional Palestino en 1996, nos da una indicación sobre la sustancia de la nacionalidad palestina forjada en el espíritu del clan Husseini:
Mi patria, mi patria…tierra de mis antepasadosRevolucionario, Revolucionario…mi pueblo, pueblo eternoCon mi determinación, mi fuego y el volcán de mi venganza Con el anhelo de mi sangre por mi tierra y mi hogar He escalado las montañas y Luchado las guerras; He conquistado lo imposible y cruzado las fronterasCon la resolución de los vientos y el fuego de los fusilesY la voluntad de mi nación en la tierra de lucha Palestina es mi hogar, Palestina es mi fuego,Palestina es mi venganza…


No hay duda de que entre los árabes palestinos hay personas de un gran nivel educacional, poseedoras de envidiable cultura. La diáspora palestina ha producido algunos de los mayores talentos en el mundo árabe hoy día. Sin embargo, las personas de este tipo jamás han tenido posiciones de importancia en las jerarquías políticas de su pueblo… y no las tendrán por muchas décadas. La mentalidad terrorista está aunada a la identidad palestina.


La democracia no ha sido implantada con éxito en ningún país árabe… Los sistemas de gobierno árabes menos nocivos son regímenes autoritarios donde se tolera una limitadísima libertad de expresión. No existe ninguna base fidedigna que nos haga pensar que el futuro estado palestino vaya a ser una excepción a esta triste regla.


La corrupción es rampante en todo estado árabe. El burócrata árabe no trabaja para el bien de la comunidad, sino para el beneficio suyo y de su clan o familia. Bakshish (el soborno, puro y duro) es el lubricante de la sociedad civil árabe. La “administración” de Yasser Arafat en los territorios palestinos, fue un ejemplo tétrico de lo que se puede esperar del futuro estado.


PREDICCIONES


1. Cualquier entidad política que gobierne la futura Palestina independiente jamás admitirá un estado de paz real con Israel. Una paz verdadera entre ambos pueblos socavaría totalmente la única base real de la nueva nacionalidad.


2. El irredentismo, el deseo de “reconquistar” la Palestina gobernada por “al Yajud” (los judíos) será el leitmotiv de la política palestina.


3. El terrorismo continuará, con la aprobación tácita de las autoridades palestinas, o sin ella.


4. El gobierno palestino será autoritario y dictatorial. No importa quien gane la lucha interna por el poder… si gana Hamás, el estado será teocrático, corrupto y opresivo. Si gana Al Fatah, el estado será nominalmente más laico, pero igualmente corrupto y opresivo.


5. La minoría palestina cristiana cesará de existir. Sus remanentes saldrán al exilio.


6. Cualquier líder palestino que trabaje por un acercamiento económico o social con el estado judío será asesinado.


7. La Unión Europea continuará derrochando sus recursos para apuntalar la economía palestina.


8. La división geográfica entre Gaza y Cisjordania permitirá que siempre existan dos polos políticos irreconciliables en el futuro estado palestino. Si no es Hamás versus Al Fatah, será una división basada en clanes o familias rivales.
Este es el futuro palestino… ¡qué bueno que ya hayamos construido una valla de separación! ¡La necesitaremos por muchos años!

Robo de un símbolo de Auschwitz

Hace unos dias robaron en el campo de exterminio de Auschwitz la terrible inscripción que estaba en la puerta de entrada y que decia"ARBEIT MACHT FREI" o " EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES".
Hace algo más de un año pasé, con mucho dolor, por debajo de esa inscripción . Podrán robar lo que quieran , podrán destruir los campos de exterminio , pero no podrán destruir nuestra memoria .
Nunca os olvidaremos a todos los que alli sufristeis y moristeis.
Esperemos que el gobierno polaco haga lo posible por que aparezca la inscripción original y pueda ser colocada en su sitio.
Las fotos que aparecen a continuación las hice yo mismo y las comparto para que nunca nadie olvide que en el corazón de Europa se intentó la destrucción del pueblo judio.











domingo, 13 de diciembre de 2009

Celebración del III Aniversario de la fundación de la Asociación Galega de Amizade con Israel - AGAI




El día 13 tuvo lugar en Santiago de Compostela la celebración del III Aniversario de la fundación de la Asociación Galega de Amizade con Israel - AGAI.
Esta celebración contó con la presencia de Lior Haiat , Portavoz de la Embajada de Israel en España . El representante de la Embajada ofreció una charla donde trató sobre los proyectos para "vender" la imagen de Israel en España y en el resto del mundo fuera de lo que es el conflicto con los árabes .
Lior Haiat destacó que más del 90% de las noticias que aparecen en los medios de comunicación españoles son relativas al conflicto y el resto se refieren a la imagen , no siempre buena , del judaísmo ortodoxo.
El Portavoz de la Embajada fue también muy optimista sobre la resolución del conflicto y asegura que la "paz" puede estar cerca , destacando que cuando en Oriente Medio se habla de paz , se habla de ausencia de guerra , que ya no es poco .
La jornada terminó con una comida de confraternidad , donde también se leyeron varios comunicados de apoyo y cariño de miembros de AGAI que están en Viena , Argentina , EE.UU. y otras partes del mundo.

Mesa presidencial del acto
Comida de confraternidad
Asistentes al acto
Pedro Gómez-Valadés , Lior Haiat y Miguel Boo

viernes, 11 de diciembre de 2009

A los progres de Noruega y del" mundo mundial" se les quedó cara de tontos


Discurso de Husein Obama en la entrega del premio Nobel de la Paz

Sus Majestades, Sus Altezas Reales, distinguidos miembros del Comité Nóbel de Noruega, ciudadanos de Estados Unidos y ciudadanos del mundo: Recibo este honor con profunda gratitud y gran humildad. Es un premio que habla sobre nuestras mayores aspiraciones: que a pesar de toda la crueldad y las adversidades de nuestro mundo, no somos simples prisioneros del destino. Nuestros actos tienen importancia y pueden cambiar el rumbo de la historia y llevarla por el camino de la justicia.
Sin embargo, sería una negligencia no reconocer la considerable controversia que su generosa decisión ha generado. (Risas.) En parte, esto se debe a que estoy al inicio y no al final de mis labores en la escena mundial. En comparación con algunos de los gigantes de la historia que han recibido este premio –Schweitzer y King; Marshall y Mandela– mis logros son pequeños. Y luego hay hombres y mujeres alrededor del mundo que han sido encarcelados y golpeados en su búsqueda de la justicia; gente que trabaja en organizaciones humanitarias para aliviar el sufrimiento; millones en el anonimato cuyos silenciosos actos de valentía y compasión inspiran incluso a los cínicos más empedernidos. No puedo contradecir a quienes piensan que estos hombres y mujeres –algunos conocidos, otros desconocidos para todos excepto para quienes reciben su ayuda– merecen este honor muchísimo más que yo.
Pero quizá el asunto más controversial en torno a mi aceptación de este premio es el hecho de que soy Comandante en Jefe de un ejército de un país en medio de dos guerras. Una de esas guerras está llegando a su fin. La otra es un conflicto que Estados Unidos no buscó; uno en que se nos suman otros cuarenta y dos otros países –incluida Noruega– en un esfuerzo por defendernos y defender a todas las naciones de ataques futuros. De todos modos, estamos en guerra, y soy responsable por desplegar a miles de jóvenes a pelear en un país distante. Algunos matarán. A otros los matarán. Por lo tanto, vengo aquí con un agudo sentido del costo del conflicto armado, lleno de difíciles interrogantes sobre la relación entre la guerra y la paz, y nuestro esfuerzo por reemplazar una por la otra.
Bueno, estas interrogantes no son nuevas. La guerra, de una forma u otra, surgió con el primer hombre. En los albores de la historia, no se cuestionaba su moralidad; simplemente era un hecho, como la sequía o la enfermedad, la manera en que las tribus y luego las civilizaciones buscaban el poder y resolvían sus discrepancias. Y con el tiempo, a medida que los códigos legales procuraban controlar la violencia dentro de los grupos, los filósofos, clérigos y estadistas también procuraban controlar el poder destructivo de la guerra. Surgió el concepto de “guerra justa”, que proponía que la guerra solamente se justifica cuando cumple con ciertas condiciones previas: si se libra como último recurso o en defensa propia; si la fuerza utilizada es proporcional y, en la medida posible, si no se somete a civiles a la violencia.
Por supuesto, sabemos que durante gran parte de la historia, se ha cumplido pocas veces con este concepto de guerra justa. La capacidad de los seres humanos de idear nuevas maneras de matarse unos a los otros resultó ser inagotable, como también nuestra capacidad para tratar sin ninguna piedad a quienes no lucen como nosotros o le rinden culto a un Dios diferente. Las guerras entre ejércitos dieron lugar a guerras entre naciones: guerras totales en que la distinción entre combatiente y civil se volvía borrosa. En el transcurso de treinta años, este continente se sumió dos veces en matanzas de ese tipo. Y aunque es difícil pensar en una causa más justa que la derrota del Tercer Reich y las potencias del Eje, la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto en el que el número total de civiles que murieron superó al de soldados que perecieron.
Como consecuencia de esa destrucción y con la llegada de la era nuclear, quedó claro para vencedores y vencidos, por igual, que el mundo necesitaba instituciones para evitar otra guerra mundial. Y, entonces, un cuarto de siglo después de que el Senado de Estados Unidos rechazara la Liga de Naciones, una idea por la cual Woodrow Wilson recibió este premio, Estados Unidos lideró al mundo en el desarrollo de una estructura para mantener la paz: un Plan Marshall y Naciones Unidas, mecanismos para regir la manera en la que se libran guerras, los tratados para proteger los derechos humanos, evitar el genocidio y restringir las armas más peligrosas.
De muchas maneras, estos esfuerzos fueron exitosos. Sí, se han librado guerras terribles y se han cometido atrocidades. Pero no ha habido una Tercera Guerra Mundial. La Guerra Fría concluyó con una muchedumbre jubilosa que derrumbó un muro. El comercio tejió lazos entre gran parte del mundo. Miles de millones han salido de la pobreza. Los ideales de libertad, autonomía, igualdad y el imperio de la ley han avanzado a tropezones. Somos los herederos de la fortaleza y previsión de generaciones pasadas, y es un legado por el cual mi propio país legítimamente siente orgullo. Pero aún asi, transcurrida una década del nuevo siglo, esta antigua estructura está cediendo ante el peso de nuevas amenazas. El mundo quizá ya no se estremezca ante la posibilidad de guerra entre dos superpotencias nucleares, pero la proliferación puede aumentar el peligro de catástrofes. El terrorismo no es una táctica nueva, pero la tecnología moderna permite que unos cuantos hombres insignificantes con enorme ira asesinen a inocentes a una escala horrorosa.
Es más, las guerras entre naciones con mayor frecuencia han sido reemplazadas por guerras dentro de naciones. El resurgimiento de conflictos étnicos o sectarios; el aumento de movimientos secesionistas, las insurgencias y los estados fallidos – todas estas cosas progresivamente han atrapado a civiles en un caos interminable. En las guerras de hoy, mueren muchos más civiles que soldados; se siembran las semillas de conflictos futuros, las economías se destruyen; las sociedades civiles se parten en pedazos, se acumulan refugiados y los niños quedan marcados de por vida.
No traigo hoy una solución definitiva a los problemas de la guerra. Lo que sí sé es que hacerles frente a estos desafíos requerirá la misma visión, arduo esfuerzo y perseverancia de aquellos hombres y mujeres que actuaron tan audazmente hace varias décadas. Y requerirá que repensemos la noción de guerra justa y los imperativos de una paz justa.
Debemos comenzar por reconocer el difícil hecho de que no erradicaremos el conflicto violento en nuestra época. Habrá ocasiones en las que las naciones, actuando individual o conjuntamente, concluirán que el uso de la fuerza no sólo es necesario sino también justificado moralmente.
Hago esta afirmación consciente de lo que Martin Luther King dijo en esta misma ceremonia hace años: “La violencia nunca produce paz permanente. No resuelve los problemas sociales: simplemente crea problemas nuevos y más complicados”. Como alguien que está parado aquí como consecuencia directa de la labor a la que el Dr. King le dedicó la vida, soy prueba viviente de la fuerza moral de la no violencia. Sé que no hay nada débil, nada pasivo, nada ingenuo en las convicciones y vida de Gandhi y King.
Pero en mi calidad de jefe de Estado que juró proteger y defender a mi país, no me puede guiar solamente su ejemplo. Enfrento al mundo como lo es, y no puedo cruzarme de brazos ante amenazas contra estadounidenses. Que no quede la menor duda: la maldad sí existe en el mundo. Un movimiento no violento no podría haber detenido los ejércitos de Hitler. La negociación no puede convencer a los líderes de Al Qaida a deponer las armas. Decir que la fuerza es a veces necesaria no es un llamado al cinismo; es reconocer la historia, las imperfecciones del hombre y los límites de la razón.
Menciono este punto, comienzo con este punto porque en muchos países hoy en día hay un profundo cuestionamiento del accionar militar, independientemente de la causa. Y a veces, a esto se suma una suspicacia automática por tratarse de Estados Unidos, la única superpotencia militar del mundo.
Sin embargo el mundo debe recordar que no fueron simplemente las instituciones internacionales –no sólo los tratados y las declaraciones– los que le dieron estabilidad al mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Independientemente de los errores quehayamos cometido, hay un hecho clarísimo: Estados Unidos de Norteamérica ha ayudado a garantizar la seguridad mundial durante más de seis décadas con la sangre de nuestros ciudadanos y el poderío de nuestras armas. El servicio y sacrificio de nuestros hombres y mujeres de uniforme han promovido la paz y prosperidad desde Alemania hasta Corea, y permitido que la democracia eche raíces en lugares como los países balcánicos. Hemos sobrellevado esta carga no porque queremos imponer nuestra voluntad. Lo hemos hecho por un interés propio y bien informado: porque queremos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, y creemos que su vida será mejor si los hijos y nietos de otras personas pueden vivir en libertad y prosperidad.
Entonces, sí, los instrumentos de la guerra tienen un papel en mantener la paz. Sin embargo, este hecho debe coexistir con otro: que independientemente de cuán justificada, la guerra conlleva tragedia humana. La valentía y el sacrificio del soldado están llenos de gloria, expresan devoción por la patria, la causa y los compañeros de armas. Pero la propia guerra nunca es gloriosa, y nunca debemos exaltarla como si lo fuera.
Entonces, parte de nuestro desafío es reconciliar estos dos hechos aparentemente irreconciliables: que la guerra a veces es necesaria y que la guerra es, de cierta manera, una expresión de desatino humano. Concretamente, debemos dirigir nuestros esfuerzos a la tarea que el Presidente Kennedy propuso hace tiempo. “Concentrémonos”, dijo, “en una paz más práctica, más alcanzable, basada no en una revolución repentina de la naturaleza humana, sino una evolución gradual de las instituciones humanas”. Una evolución gradual de las instituciones humanas.
¿Qué apariencia cobraría esta evolución? ¿Cuáles podrían ser estas medidas prácticas? Para comenzar, considero que todos los países, tanto fuertes como débiles, deben cumplir con estándares que rigen el uso de fuerza. Yo, como cualquier jefe de Estado, me reservo el derecho de actuar unilateralmente si es necesario para defender a mi país.
No obstante, estoy convencido de que cumplir con estándares, estándares internacionales, fortalece a quienes lo hacen y aísla –y debilita– a quienes no. El mundo respaldó a Estados Unidos tras los ataques del 11 de septiembre y continúa apoyando nuestros esfuerzos en Afganistán, debido al horror de esos atentados sin sentido y el principio reconocido de defensa propia. De la misma manera, el mundo reconoció la necesidad de confrontar a Sadam Husein cuando invadió Kuwait, un consenso que envió un mensaje claro a todos sobre el precio de la agresión.
Es más, Estados Unidos -de hecho ningún país- puede insistir en que otros sigan las normas si nosotros nos rehusamos a seguirlas. Pues cuando no lo hacemos, nuestros actos pueden parecer arbitrarios y menoscabar la legitimidad de intervenciones futuras, por más justificadas que sean.
Esto pasa a ser particularmente importante cuando el propósito de la acción militar se extiende más allá de la defensa propia o la defensa de una nación contra un agresor. Más y más, todos enfrentamos difíciles interrogantes sobre cómo evitar la matanza de civiles por su propio gobierno o detener una guerra civil que puede sumir a toda una región en violencia y sufrimiento.
Creo que se puede justificar la fuerza por motivos humanitarios, como fue el caso en los países balcánicos o en otros lugares afectados por la guerra. La inacción carcome nuestra conciencia y puede resultar en una intervención posterior más costosa. Es por eso que todos los países responsables deben aceptar la noción de que las fuerzas armadas con un mandato claro pueden ejercer una función en el mantenimiento de la paz.
El compromiso de Estados Unidos con la seguridad mundial nunca flaqueará. Pero en un mundo en que las amenazas son más difusas y las misiones más complejas, Estados Unidos no puede actuar solo. Estados Unidos por su cuenta no puede lograr la paz. Ése es el caso en Afganistán. Es el caso en estados fallidos como Somalia, donde el terrorismo y la piratería van de la mano con la hambruna y el sufrimiento humano. Y lamentablemente, seguirá siendo la realidad en regiones inestables en el futuro.
Los líderes y soldados de los países de la OTAN –y otros amigos y aliados– demuestran este hecho por medio de la habilidad y valentía que han mostrado en Afganistán. Pero en muchos países, hay una brecha entre los esfuerzos de los militares y la opinión ambivalente del público en general. Comprendo por qué la guerra no es popular. Pero también sé lo siguiente: la convicción de que la paz es deseable rara vez es suficiente para lograrla. La paz requiere responsabilidad. La paz conlleva sacrificio. Es por eso que la OTAN continúa siendo indispensable. Es por eso que debemos reforzar esfuerzos de mantenimiento de la paz a nivel regional y por la ONU, y no dejar la tarea en manos de unos cuantos países. Es por eso que les rendimos homenaje a quienes regresan a casa de misiones de mantenimiento de la paz y entrenamiento en el extranjero, en Oslo y Roma; Ottawa y Sydney; Dhaka y Kigali; los homenajeamos no como artífices de guerra sino como promotores, como promotores de la paz.
Permítanme un punto final sobre el uso de la fuerza. Incluso mientras tomamos decisiones difíciles sobre ir a guerra, también debemos pensar claramente sobre cómo librarla. El Comité del Nóbel reconoció este hecho al otorgar su primer premio de paz a Henry Dunant, el fundador de la Cruz Roja, y un promotor del Tratado de Ginebra. Cuando la fuerza es necesaria, tenemos un interés moral y estratégico en obligarnos a cumplir con ciertas normas de conducta. Incluso cuando enfrentamos crueles adversarios que no cumplen con ninguna regla, creo que Estados Unidos de Norteamérica debe seguir dando el ejemplo respecto a estándares en conducta de guerra.
Eso es lo que nos diferencia de quienes combatimos. Ésa es la fuente de nuestra fuerza. Es por eso que prohibí la tortura. Es por eso que ordené que se clausure la prisión en la Bahía de Guantánamo. Y es por eso que he reiterado el compromiso de Estados Unidos de cumplir con el Tratado de Ginebra. Perdemos nuestra identidad cuando no cumplimos los ideales mismos que estamos luchando por defender.
Y honramos – honramos dichos ideales al cumplir con ellos no sólo cuando es fácil, sino cuando es difícil. He hablado extensamente sobre asuntos que debemos sopesar con la razón y el corazón cuando optamos por librar guerra. Pero permítanme pasar ahora a nuestro esfuerzo por evitar opciones tan trágicas y hablar sobre tres maneras en que podemos promover una paz justa y duradera.
En primer lugar, al tratar con aquellos países que trasgreden normas y leyes, creo que debemos desarrollar alternativas a la violencia que son suficientemente firmes como para cambiar la conducta, pues si queremos una paz duradera, entonces las palabras de la comunidad internacional deben tener peso. Se debe hacer que aquellos regímenes que van en contra de las normas rindan cuentas por sus actos. Las sanciones deben conllevar un escarmiento real. La intransigencia debe combatirse con mayor presión, y esapresión existe sólo cuando el mundo actúa al unísono.
Un ejemplo urgente es el esfuerzo por evitar la proliferación de armas nucleares y lograr un mundo sin ellas. A mediados del siglo pasado, las naciones acordaron regirse por un tratado con un objetivo claro: todos tendrán acceso a la energía nuclear pacífica; quienes no tienen armas nucleares deben renunciar a ellas, y quienes tienen armas nucleares deben procurar el desarme. Me he comprometido a plasmar este tratado. Es el eje de mi política exterior. Y estoy trabajando con el Presidente Medvedev para reducir las reservas de armas nucleares de Estados Unidos y Rusia.
Pero también nos incumbe a todos insistir en que países como Irán y Corea del Norte no jueguen con el sistema. Quienes afirman respetar las leyes internacionales no deben hacer caso omiso de cuando se incumplen dichas leyes. Quienes se interesan por su propia seguridad no pueden cerrar los ojos ante el peligro de una carrera armamentista en el Oriente Medio o el Extremo Oriente.
Quienes procuran la paz no pueden permanecer cruzados de brazos mientras los países se arman para una guerra nuclear. El mismo principio se aplica a quienes incumplen con las leyes internacionales al tratar brutalmente a su propio pueblo. Cuando hay genocidio en Darfur; violaciones sistemáticas en el Congo, o represión en Birmania, deben haber consecuencias. Sí, habrá acercamiento; sí, habrá diplomacia – pero tienen que haber consecuencias cuando esas cosas fallen. Y mientras más unidos estemos, menores las probabilidades de que nos veamos forzados a escoger entre la intervención armada y la complicidad con la opresión.
Esto me lleva al segundo punto: el tipo de paz que buscamos. Pues la paz no es simplemente la ausencia de un conflicto visible. Solamente una paz justa y basada en los derechos inherentes y la dignidad de todas las personas realmente puede ser perdurable.
Fue este entendimiento lo que motivó a quienes redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos después de la Segunda Guerra Mundial. Tras la devastación, reconocieron que si no se protegen los derechos humanos, la paz es una promesa vana.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, se ignoran estas palabras. En algunos países, la excusa para no defender los derechos humanos es la falsa sugerencia de que éstos son principios occidentales, extraños a culturas locales o etapas de desarrollo de una nación.
Y dentro de Estados Unidos, desde hace tiempo existe tensión entre quienes se describen como realistas o idealistas, una tensión que polariza las opciones: una mera lucha en defensa de nuestros intereses o una campaña interminable por imponer nuestros valores alrededor del mundo.
Rechazo estas opciones. Creo que la paz es inestable cuando se les niega a los ciudadanos el derecho a hablar libremente o practicar su religión como deseen; escoger a sus propios líderes o congregarse sin temor. Los agravios que no se ventilan empeoran, y la supresión de identidad tribal y religiosa puede llevar a la violencia.
También sabemos que lo opuesto es cierto. Sólo cuando Europa obtuvo la libertad pudo finalmente encontrar la paz. Estados Unidos nunca ha librado una guerra contra una democracia, y nuestros amigos más cercanos son los gobiernos que protegen los derechos de sus ciudadanos. Independientemente de la frialdad con que se definan, no se satisfacen los intereses de Estados Unidos ni del mundo con la negación de las aspiraciones humanas.
Entonces, incluso mientras respetamos las culturas y tradiciones particulares de diferentes países, Estados Unidos siempre será una voz para las aspiraciones universales. Daremos testimonio de la silenciosa dignidad de reformistas como Aung Sang Suu Kyi; de la valentía de los zimbabuenses que emitieron sus votos a pesar de golpizas; de los cientos de miles que han marchado silenciosamente por las calles de Irán. Dice mucho el que los líderes de estos gobiernos les teman a las aspiraciones de sus propios pobladores más que al poder de cualquier otra nación. Y es la responsabilidad de todas las personas libres y los países libres dejarles en claro a estos movimientos que la esperanza y la historia están de su lado.
Permítanme decir esto también: la promoción de los derechos humanos no puede limitarse a la exhortación. A veces, debe ir acompañada de laboriosa diplomacia. Sé que el trato con regímenes represivos carece de la grata pureza de la indignación. Pero también sé que las sanciones sin esfuerzos de alcance –y la condena sin discusión– pueden mantener un status quo agobiante.
Ningún régimen represivo puede ir por un nuevo sendero a no ser que tenga la opción de una puerta abierta. En vista de los horrores de la Revolución Cultural, la reunión de Nixon con Mao parecía inexcusable, pero no hay duda de que ayudó a llevar a China por un camino en el cual millones de sus ciudadanos han podido salir de la pobreza y conectarse con sociedades abiertas. Los lazos del Papa Juan Pablo II con Polonia creó un espacio no sólo para la Iglesia Católica sino también para líderes sindicales como Lech Walesa. Los esfuerzos de Ronald Reagan por el control de armas y la aceptación de la perestroika no sólo mejoraron las relaciones con la Unión Soviética sino que les otorgó poder a disidentes en toda Europa Oriental. No existe una fórmula simple. Pero debemos tratar de hacer lo posible por mantener el equilibrio entre el ostracismo y la negociación; la presión y los incentivos, de manera que se promuevan los derechos humanos y la dignidad con el transcurso del tiempo.
En tercer lugar, una paz justa incluye no sólo derechos civiles y políticos, sino que debe abarcar la seguridad económica y las oportunidades, pues la paz verdadera no es solamente la falta de temor, sino también la falta de privaciones. No hay duda de que el desarrollo rara vez echa raíces sin seguridad; también es cierto que la seguridad no existe cuando los seres humanos no tienen acceso a suficiente alimento, el agua potable o los medicamentos que necesitan para sobrevivir. No existe cuando los niños no pueden aspirar a una buena educación o un empleo decente que mantenga a una familia. La falta de esperanza puede corromper a una sociedad desde su interior.
Y es por eso que ayudar a los agricultores a alimentar a su propia gente, o a los países a educar a sus niños y a cuidar a los enfermos no es simplemente caridad. También es el motivo por el cual el mundo debe unirse para hacerle frente al cambio climático.
Hay pocos científicos que no estén de acuerdo en que si no hacemos algo, enfrentaremos más sequías, hambruna y desplazamientos masivos que alimentarán más conflictos durante décadas. Por este motivo, no son sólo los científicos y activistas los que proponen medidas prontas y enérgicas; también lo hacen los líderes militares de mi país y otros que comprenden que nuestra seguridad común está en juego.
Acuerdos entre naciones. Instituciones sólidas. Apoyo a los derechos humanos. Inversiones en desarrollo. Todos éstos son ingredientes vitales para propiciar la evolución de la cual habló el Presidente Kennedy. Sin embargo, no creo que tendremos la voluntad, la determinación o la resistencia para concluir esta labor sin algo más: esto es, la expansión continua de nuestra imaginación moral; una insistencia en que hay algo intrínseco que todos compartimos.
Al reducirse el mundo, uno pensaría que iba a ser más fácil que los seres humanos reconozcamos lo similares que somos; que comprendamos que todos nosotros queremos básicamente lo mismo; que todos anhelamos la oportunidad de vivir con cierto grado de felicidad y satisfacción para nosotros y nuestra familia. Sin embargo, dado el vertiginoso ritmo de la globalización y la homogenización cultural promovida por la modernidad, no debería sorprendernos que la gente tema perder lo que aprecia de su identidad particular: su raza, su tribu y quizá más que nada, su religión. En algunos lugares, este temor ha producido conflictos. A veces, incluso parecemos estar retrocediendo. Lo vemos en el Oriente Medio, donde el conflicto entre árabes y judíos parece estar agravándose. Lo vemos en los países donde las divisiones tribales causan estragos.
Y más peligroso aun, lo vemos en la manera en que se usa la religión para justificar el asesinato de inocentes por personas que han distorsionado y profanado la gran religión del Islam, y que atacaron a mi país desde Afganistán. Estos extremistas no son los primeros en matar en nombre de Dios; hay amplia constancia de las atrocidades de las Cruzadas. Pero nos recuerdan que ninguna Guerra Santa puede ser jamás una guerra justa, pues si uno realmente cree que cumple con la voluntad divina, entonces no hay necesidad de templanza, no hay necesidad de perdonarle la vida a una madre embarazada o a un asistente médico, o trabajador de la Cruz Roja, ni siquiera a una persona de la misma religión. Una perspectiva tan distorsionada de la religión no sólo es incompatible con el concepto de la paz, sino también creo que es incompatible con el propósito de la fe, pues la regla de vital importancia en todas las principales religiones es tratar a los demás como te gustaría que te traten a ti.
Cumplir con esta ley de amor siempre ha sido el foco en la lucha de la naturaleza humana. No somos infalibles. Cometemos errores y caemos presa de las tentaciones del orgullo y el poder, y a veces la maldad. Incluso aquellos de nosotros con las mejores intenciones a veces dejamos de rectificar los errores ante nosotros. Pero no tenemos que pensar que la naturaleza humana es perfecta para continuar creyendo que se puede perfeccionar la condición humana. No tenemos que vivir en un mundo idealizado para seguir aspirando a los ideales que lo harían un lugar mejor. La no violencia que practicaban hombres como Gandhi y King quizá no sea práctica o posible en todas las circunstancias, pero el amor que predicaron, su fe en el progreso humano, siempre debe ser la estrella que nos guíe en nuestra travesía.
Pues si perdemos esa fe, si la descartamos como tonta o ingenua, si existe un divorcio entre ésta y las decisiones que tomamos sobre asuntos de guerra y paz… entonces perdemos lo mejor de nuestra humanidad. Perdemos nuestro sentido de lo que se puede lograr. Perdemos nuestro compás moral.
Al igual que las generaciones anteriores a la nuestra, debemos rechazar ese futuro. Como dijo el Dr. King en una ceremonia similar hace tantos años, “Me rehúso a aceptar la desesperanza como la respuesta final a la ambigüedad de la historia. Me rehúso a aceptar la idea de que la realidad actual de la naturaleza humana haga que el hombre sea moralmente incapaz de alcanzar las aspiraciones eternas que siempre enfrenta”.
Aspiremos al mundo que debería existir: esa chispa de divinidad que aún llevamos como inspiración en el alma. Hoy en algún lugar, en estos precisos momentos, en el mundo como lo es, un soldado ve que alguien lo sobrepasa en potencia de fuego pero permanece firme para mantener la paz. Hoy en algún lugar de este mundo, una joven manifestante aguarda la brutalidad de su gobierno, pero tiene la valentía de seguir marchando. Hoy en algún lugar, una madre enfrenta una pobreza devastadora pero de todos modos se da tiempo para enseñarle a su hijo, junta las pocas monedas que tiene para enviar a ese niño a la escuela porque cree que un mundo cruel todavía puede dar cabida a sus sueños.
Vivamos siguiendo su ejemplo. Podemos reconocer que la opresión siempre estará entre nosotros y aun así, esforzarnos por lograr la justicia. Podemos admitir la inflexibilidad de la depravación y aun así, esforzarnos por lograr la dignidad. De ojos abiertos, podemos comprender que habrá guerras y aun así, esforzarnos por lograr la paz. Podemos hacerlo, pues ésa es la historia del progreso humano; ésa es la esperanza de todo el mundo, y en este momento de desafíos, ésa debe ser nuestra labor aquí en la Tierra.
Muchas gracias.


Esperemos que todo esto no sean meras palabras y llegado el momento emplee la guerra contra Irán si es necesaria para preservar la paz en Oriente medio y la seguridad de Israel.

Tengo que ser sincero , pero no me esperaba un discurso tan claro en un acto tan comprometido y diseñado por el "projerio" europeo para atar las manos al Presidente de EE.UU.

Comandante , has estado bastante bien , de momento podemos respirar tranquilos.

Mazel Tov.