
Fotografía
cedida por la Biblioteca Nacional de Israel, donde aparecen un grupo de
turistas alemanes visitando la Explanada de las Mezquitas (Monte del
Templo según la denominación judía y Noble Santuario o Al Aqsa según la
musulmana) en el año 1903, al fondo la Cúpula de la Roca. EFE/Jacob
Wahrman Archive
La pobreza, el fervor religioso, la diversidad cultural y la historia impregnada en las piedras polvorientas de Jerusalén quedaron retratadas en las primeras fotografías tomadas en Tierra Santa, que la Biblioteca Nacional de Israel ha hecho públicas recientemente por vez primera.
Los retratos únicos de Jerusalén y otros lugares santos de hace 150 años,
fueron tomados por algunos de los pocos fotógrafos profesionales de la
época en sus viajes por Tierra Santa y muestran, además de los
principales lugares de culto de las tres religiones monoteístas,
situaciones cotidianas de la vida en el entonces territorio controlado
por el Imperio Otomano.
Las bellas imágenes del Monte de los Olivos, el Muro de las Lamentos, el Monte del Templo, el Santo Sepulcro y las callejuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén,
abren una rendija al público para imaginar la vida en aquella época,
con edificios y paisajes que aún son reconocibles en la actualidad.

Personas
judías rezando en el Muro Occidental, también conocido como Muro de las
Lamentos, en la ciudad Vieja de Jerusalén, alrededor de 1880. EFE/Jacob
Wahrman Archive
"La fotografía es uno de los métodos de archivo más atractivos", explica a Efe Gil Weissblei, archivero e investigador de la Biblioteca Nacional de Israel, que agrega que "es emocionante ver la enorme diferencia entre el pasado y el presente y lo que hemos logrado en esta ciudad (Jerusalén)" en el último siglo y medio.
Las empobrecidas calles de la ciudad, la diferencia entre el aspecto de
turistas y peregrinos con el de los locales, el mal estado y falta de
infraestructuras plasman la diferencia entre Tierra Santa y Europa en aquellos años.

La
puerta de Damasco, una de las principales entradas a la Ciudad Vieja de
Jerusalén. Fotografía tomada en 1899. EFE/Bruno Hentschel
La Puerta de Damasco, por ejemplo, en el centro de la parte oriental de la ciudad y que hoy en día tiene locales de comida, mercados, puestos ambulantes y una vida floreciente, aparece en una imagen de 1899
con aspecto abandonado, prácticamente despoblada y con un camino de
tierra sin empedrar, por el que transitan camellos y caballos.
"Es una buena forma de poder vislumbrar el siglo XIX e imaginar como fue,
puedes imaginarte a ti mismo dentro de esa fotografía, puedes sentir el
paso del tiempo", menciona Weissblei, y remarca algo que en ese momento
podía parecer obvio y hoy resulta mucho más difícil: "En ese entonces
no había fronteras, por lo que los fotógrafos que visitaban la región iban sin problema de Damasco a Beirut y a Jerusalén". Un paso hoy prohibido por la enemistad entre Israel y sus vecinos, Siria y Líbano.

La vida cotidiana de un barrio cristiano. Fotografía tomada alrededor de 1870. Forma parte del álbum de Félix Bonfils. EFE
Las imágenes que ahora se exponen (alrededor de medio centenar) fueron en su mayoría donadas a la Biblioteca Nacional tanto por fotógrafos como por coleccionistas que las fueron comprando durante los años.
El método de impresión utilizado en la mayoría fue el de copia a la albúmina, un procedimiento de positivado en papel, en el cual las imágenes eran impresas en un papel muy fino cubierto de albúmina.
El peso, precio y dificultad de manejo de las cámaras fotográficas de
la época generaban que fuera difícil para los turistas y peregrinos que
visitaban la región tomar sus propias imágenes, así que fotógrafos profesionales vendían sus fotografías para que los visitantes agregaran a sus álbumes de viaje.
Gran parte de las que ahora se dan a conocer son obra de los fotógrafos Félix Bonfils -un francés que fue uno de los primeros fotógrafos comerciales en retratar Oriente Medio- y el italiano Luigi Fiorillo.

El interior
de la Iglesia de la Natividad en Belén durante la década de 1880. Es el
sitio más antiguo utilizado continuamente como lugar de culto en el
cristianismo, y la basílica es la iglesia principal más antigua de
Tierra Santa. Forma parte del álbum de L. Florillo. EFE/Jacob Wahrman
Archive
Sus retratos muestran con asombrosa claridad lo bien que se han preservado tanto edificios históricos y religiosos como las pequeñas callejuelas y rincones de la Ciudad Vieja, de las que hoy los turistas se llevan capturas muy similares.
Una de las principales diferencias radica, sin embargo, en el
comportamiento y normas de conducta de la población, algo que queda en
evidencia en la imagen del Muro de las Lamentos, sitio de culto más
sagrado para la religión judía, donde se ve gente de distintas
etnias y a hombres y mujeres mezclados, algo impensable en la
actualidad, donde se segrega a las mujeres de los hombres.

puede aprender mucho más del siglo XIX en Palestina
en base a estas fotografías que de memorias o libros", menciona
Weissblei. "Se pueden ver cosas que no leerán en otro lugar o no
encontrarán en absoluto", agrega.
Un ejemplo, señala: las manchas en las ropas de los residentes que ilustran un detalle que no cuentan los libros de historia, la suciedad de la gente,
que vivía en condiciones higiénicas muy pobres en una Tierra Santa que,
150 años más tarde, sigue recibiendo el asombro de turistas y la fe de
peregrinos entre sus calles y muros.
Por Pablo Duer / Fotos: EFE
Fuente :infobae.com
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