Un trabajador camina por la explotación de Tikkun Olam, en Israel |
Una granja de cultivo de cannabis medicinal en Israel ha
desarrollado una nueva cepa que podría plantar cara a las estrictas
políticas de la mayoría de países en el mundo respecto al consumo de
marihuana. Esta cepa no contiene el compuesto químico THC
(tetrahydrocannabinol) que es el causante del efecto psicoactivo del
cannabis que crea el «subidón» de la marihuana. Además, esta planta contiene un porcentaje más alto que el resto de CBD (cannabidiol), un poderoso anti inflamatorio que actúa como un calmante del dolor.
Los expertos de la granja de cultivo que ha desarrollado
esta cepa, Tikkun Olam, no son los primeros en separar el THC, pero sí
en cultivarla en grandes cantidades para el consumo.
«Además le hemos incrementado los niveles de CBD, por lo
que el resultado para calmar el dolor es mucho más efectivo», comenta a
ABC Zack Klein, investigador en Tikkun Olam.
«Con esta nueva cepa el paciente que consuma cannabis
también podrá conducir, trabajar y realizar tareas sin perder ni un
ápice de su concentración, como puede pasar a veces con el cannabis
normal», asegura Klein. «Aunque hay que resaltar que esta sensación
varía mucho con la persona, algunos apenas sienten que les sube».
Según los expertos el CBD esta nueva variante de cannabis
sea perfecta para uso medicinal y para su comercialización en aquellos
países donde el consumo de marihuana medicinal está prohibido.
«Todos los días muere gente debido al alcoholismo y el
tabaquismo, o están enganchados a pastillas contra la depresión y el
dolor, pero el cannabis, que es natural, está prohibido. Para mí está
muy claro que detrás de esta prohibición están las empresas
farmacéuticas, que todavía no han encontrado una forma de hincar el
diente a la producción del cannabis», explica enfadada una trabajadora
de Tikkun Olam, que prefiere no dar su nombre.
Utilidad medicinal
En Israel, aunque el consumo de marihuana está prohibido,
los enfermos que sufran fuertes dolores, anorexia, cáncer, alzheimer y
otras enfermedades reconocidas por el ministerio de Salud, pueden
consumirla legalmente desde mediados de los 90.
Ahora mismo hay unos 10.000 pacientes en Israel autorizados
para consumir marihuana, aunque los médicos aseguran que este número
está creciendo rápidamente debido a la mayor información que reciben
sobre este tratamiento desde la Seguridad Social.
Para facilitar el tratamiento, el ministerio de Salud israelí está estudiando la venta de la marihuana medicinal en las farmacias en vez de hacer que los pacientes acudan a los centros de salud que la suministran.
Además, desde Tikkun Olam confían en que la nueva cepa que
han desarrollado ayude a eliminar el reparo que ciertos pacientes pueden
tener a la hora de consumir cannabis, debido a la mala prensa de esta
droga.
«Yo recibí el permiso para consumir cannabis después de
estar casi 14 años tomando pastillas contra el dolor», comenta Odelia,
una paciente de Tikkun Olam. «Cuando tenía 15 años un coche me atropelló
y desde entonces sufro las secuelas del accidente. Hace cuatro años me
recomendaron tomar marihuana medicinal y tengo que decir que para mí fue
ver la luz, por que las pastillas y la morfina me dejaban hecha polvo,
no podía trabajar ni estudiar, me quedaba dormida por todas partes».
Ahora Odelia ha comenzado a combinar la marihuana normal
con la nueva cepa y confiesa que aunque la planta con altas dosis de CBD
le ayuda a combatir los dolores mucho mejor, todavía usa la cepa con
THC.
Adicción y pérdida de memoria
A pesar de que los beneficios del uso de la marihuana
medicinal son múltiples y muchos de ellos están demostrados, los
detractores de esta terapia aseguran que a largo plazo produce adicción,
pérdida de memoria, psicosis y puede derivar en el uso de drogas más
potentes.
La doctora Keren Berreta, especialista en el tratamiento
del dolor en el Hospital Médico Ichilov de Tel Aviv, lleva recomendando
la terapia con cannabis desde hace años para tratar diversas
enfermedades. Aunque apoya el tratamiento de la marihuana, se muestra
reticente a aceptar que la nueva cepa sin THC funcione como la marihuana
normal.
«Aún no hay estudios suficientes para respaldar que pueda
tener el mismo efecto calmante que la normal», asegura Berreket, «yo se
la suministro a algunos pacientes y muchos dicen que no notan ningún beneficio.
Además, lo que hace que la marihuana funcione como calmante es también
la interacción entre todos los compuestos químicos en el organismo. No
digo que no sea efectivo, si no que todavía es muy pronto para decir que
realmente funciona como la marihuana normal».
Chocolates, chicles..
La granja de cultivo que ha desarrollado la cepa con menos
THC ofrece este tratamiento en diversas formas, desde chocolates hasta
cremas y chicles, si el paciente no desea fumar. Aseguran además, que
hacen esto de forma casi desinteresada, ya que no reciben subvención del
gobierno, si no de la Seguridad Social.
«Es nuestra forma de contribuir al Tikkun Olam (que en
hebreo significa algo así como “arreglar el mundo”) pero no nos haremos
ricos con esto, eso es seguro», afirma Klein.
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