Casa de Israel - בית ישראל


Desde " Casa de Israel " trabajamos para hacer frente al antisemitismo , la judeofobia y la negación o banalización de La Shoá ( Holocausto) .
No olvidamos las terribles persecuciones a las que fue sometido el pueblo judío a través de los siglos , que culminaron con la tragedia de La Shoá .
Queremos tambien poner en valor y reconocer la fundamental e imprescindible aportación de este pueblo y de la Instrucción de La Torá , en la creación de las bases sobre las que se sustenta la Civilización Occidental.

"... עמך עמי ואלהיך אלהי ..."

sábado, 9 de noviembre de 2013

LA NOCHE DEL PRIMER GRAN POGROMO NAZI. Por Aharon Erlich




Se cumplen 75 años de “La noche del Primer Gran Pogromo Nazi”. La primera gran acción violenta, masiva y premeditada contra la población judía en Alemania y en Austria. La noche del 9 a 10 de noviembre de 1938.

En el año 1938, Hitler ya llevaba 5 años en el poder. Alemania, con el régimen nazi, había pasado de ser un país democrático, a convertirse en un país totalitario. Hitler se sentía cada día más fuerte. No había oposición en Alemania. El partido nazi se había convertido en el “único” partido legal y oficial. Los demás partidos políticos habían sido dejados fuera de la ley.

En las comunidades judías reinaba un ambiente de preocupación limitada, de no darle demasiada importancia a lo que estaba pasando. Muchos consideraban tanto a Hitler como al nazismo, como a un hecho “pasajero”, como a un “episodio” que no iba a lograr arrastrar a la sociedad alemana. Una sociedad culta, inteligente y de avanzada en los años 30 en Europa, en la que estaban enraizados de tal forma, que consideraban que nada iba a poder hacer cambiar esa realidad. Y que Alemania continuaría siendo el lugar más seguro sobre el planeta para judíos. Ni siquiera las alrededor de 2.000 leyes antijudías que fueron dictadas durante esos 5 años, como por ejemplo, la prohibición de trabajar en el servicio público, o de estudiar en las universidades, o de participar en espectáculos de teatro, de cine, o deportivos, o las leyes raciales de Núremberg del año 1935.

Fueron pocos los que buscaron otros horizontes. Unos pocos llegaron a Palestina y otros, no tenían a dónde dirigirse.

Hitler se daba cuenta, que a nadie le importaba lo que pasaba con las comunidades judías. Un ejemplo lo había tenido en la Conferencia de Evian, del mismo año, julio de 1938, en donde representantes de 32 países se reunieron, respondiendo al llamado del presidente Roosevelt de los Estados Unidos, para tratar la grave situación de los refugiados judíos y si bien todos los participantes se identificaban con la difícil situación en que se encontraban miles de refugiados judíos en Europa, cada uno explicaba con lujo de detalles, el por qué “su país”, no estaba en condiciones de abrir sus puertas a los que necesitaban encontrar un lugar tranquilo y seguro. La excepción, digna de ser destacada, fue la República Dominicana, quien estuvo dispuesta a recibir a miles de refugiados judíos en su territorio.

También en el año 1938 el ejército nazi había ocupado Austria, sin disparar un solo tiro, poniendo en práctica lo que Hitler denominaba la necesidad de un mayor “espacio vital” que Alemania necesitaba y había recibido como consecuencia de la Conferencia de Múnich, en septiembre del mismo año, de manos de Inglaterra y de Francia, la región de los Sudetes en Checoslovaquia, que Hitler exigía.

Dado que en su mayoría los judíos no se movían de Alemania, como a los nazis les hubiese gustado y lo trataron de incentivar durante los primeros años del régimen, en el año 1938 comenzaron deportaciones masivas de judíos. Como el caso de 17.000 judíos alemanes de origen polaco, quienes fueron prácticamente “echados de sus casas” de Alemania y que se encontraron del otro lado de la frontera, en territorio polaco, sin tener a dónde ir.

Herszl Grinszpan, un joven de 17 años que se encontraba en París, se entera que sus padres y sus hermanas fueron echados de Alemania y que no tienen a dónde dirigirse. Grinszpan, en un intento desesperado por despertar la conciencia del mundo, entra a la Embajada de Alemania en París y le dispara al primer diplomático alemán que encuentra, el secretario Ernest Von Rath, el 7 de noviembre de 1938.

El 9 de noviembre Von Rath murió a causa de sus heridas.

Investigaciones que se dieron a conocer últimamente, señalan que las heridas del diplomático no eran graves. Hitler envió a Paris a su médico personal y aparentemente, desde su llegada, la situación de Von Rath empeoró y de acuerdo a dichas fuentes, el médico había llegado para que el diplomático no saliese con vida y de esa manera poder convertirlo en un héroe, en un mártir.

Por un lado, en las altas esferas del partido nazi había cierta inquietud por el hecho de que los judíos no “estaban sufriendo lo suficiente”. Muchos consideraban que había que tomar hacia ellos “actitudes más duras”.

Así fue como se orquestó una acción violenta, por parte de las fuerzas especiales de la S.A., la S.S., la Gestapo y hordas de partidarios y de allegados, quienes debían estar para entrar en acción y esperar a que llegase la “orden desde arriba”, para actuar, en la forma más violenta posible, en contra de los judíos.

La acción de Herszl Grinszpan fue el pretexto o la excusa que los nazis estaban esperando.

No fue nada que se gestó de manera espontanea, como los nazis quisieron demostrar posteriormente a los hechos.

Luego de anunciarse la muerte de Von Rath, el 9 de noviembre por la noche, dio comienzo el mayor pogromo de los nazis hasta ese momento. Los disturbios, los ataques sangrientos a los judíos en las calles, acompañados de destrozos estallaron al mismo tiempo en distintas ciudades de Alemania y de Austria.

91 judíos fueron asesinados en las calles. Hay investigaciones más recientes que llevan la cifra a más de 400. Más de 1400 sinagogas fueron incendiadas y destruidas, además de escuelas y de cementerios. Unas 800 tiendas de propiedad de judíos fueron saqueadas, incendiadas y destruidas.

El nombre “Kristalnacht”, o “Noche de Cristal” o “La Noche de los Cristales Rotos” es el nombre un tanto alejado de toda la realidad, que los mismos nazis le dieron al pogromo, tratando de poner énfasis en los aspectos materiales de los atentados.

Por eso nosotros preferimos hablar de “La Noche del Primer Gran Pogromo Nazi”.

Pero no fueron solamente cristales rotos. Para las comunidades judías significó el momento en que la mayoría se dio cuenta que lo que estaba pasando en Alemania iba de mal de peor y que no había ninguna posibilidad de que la situación mejore. Les tomó 5 años entender la situación, pero cuando por fin reaccionaron, ya era demasiado tarde.

Esa misma noche 30.000 judíos fueron arrestados y llevados a los campos de concentración en Dachau, Sachsenhausen y Buchenwald, donde sufrieron un trato brutal. Se calcula que otros 400 judíos fueron asesinados en estos campos.

La condición para ser liberados de los campos, era demostrar que el implicado había comenzado los trámites necesarios para abandonar Alemania.

Pero ahí no terminaron las nefastas consecuencias del terrible ataque que sufrieron los judíos.

Una representación de las compañías de seguro alemanas, se presentó ante las autoridades nazis para explicarles que si iban a ser obligadas a asumir los pagos de los seguros por los daños ocasionados durante los actos de violencia, las compañías en su conjunto se deberían declarar en quiebra. La solución no tardó en llegar cuando la cúpula nazi obligó a la comunidad judía a pagar una indemnización por la muerte de Van Rath de 1.000 millones de marcos. Es decir, que como en más de una oportunidad ocurrió durante el régimen nazi, las víctimas se vieron obligadas a pagar por partida doble, por el daño sufrido y por dejar sin culpa y sin cargo a los verdaderos responsables.

La época negra en nuestra historia y en la historia de toda la humanidad, escribía otra página trágica, de las muchas que se habían comenzado a escribir en el año 1933 y que continuaron hasta el año 1945, páginas que hasta el día de hoy siguen siendo una verdadera herida abierta.

LA FRASE DESTACADA.

"Los pogromos no fueron el primer capítulo del antisemitismo nazi, pero abrieron la puerta a la catástrofe de las catástrofes. Esa noche ardieron las sinagogas, luego ardió toda Alemania, luego toda Europa".

Palabras de Ángela Merkel, jefa del Ejecutivo alemán durante una simbólica visita a la sinagoga berlinesa de la Rykestrasse, con ocasión del 70 aniversario de la Noche de los cristales rotos.

Es todo por esta vez.

Shabat Shalom desde Jerusalén.

Aharon

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