De los 308 millones de habitantes que tienen los EE.UU. alrededor de siete millones son judíos. Integran una comunidad con cientos de instituciones, miles de templos y tres corrientes religiosas internas (ortodoxos, conservadores y reformistas). Pero su peso político es superior al porcentaje de la ciudadanía americana que representan; es decir casi un 2,3%. A que se debe esto? Aclaremos desde el principio que no a ninguna conspiración de esas en las que creen los racistas o antisemitas. Para nada. El poder que poseen se debe a la combinacion de tres factores: activismo, ubicación geográfica y organización.
La participación judía en la política estadounidense es muy superior al promedio de la población del país; y coexiste con un activismo específico de la comunidad como tal. En su libro sobre este tema, el historiador Henry Feingold explica que salvo "una preocupación permanente por la seguridad de Israel, no hay diferencias importantes que separen a los votantes judíos del electorado estadounidense en general". En las elecciones, su concurrencia electoral es más alta que la normal, lo que lleva su porcentaje a un 4% del electorado. Esto no significa, salvo casos puntuales, que esta actividad sea "en bloque". Las divisiones de la sociedad que integran se proyecta también entre los hebreos, aunque en líneas generales la mayoría se identifica más con el Partido Demócrata que con los republicanos. Su participación no se limita a temas de política nacional, sino que es muy amplia en temas locales y estaduales.
La ubicación geográfica de la comunidad judía americana es otro hecho que multiplica su influencia. El 80% de la misma se concentra en tres estados: California, Nueva York y Florida. En el complejo sistema político estadounidense, las elecciones de candidatos y del Presidente son indirectas, a través de una cantidad variable de representantes electos por cada estado de la Unión según su población.
El Colegio Electoral tiene 538 delegados, y para ganar las elecciones se necesitan 270. Cada estado tiene un número de delegados según su población. El sistema "todo para el ganador" otorga todos los delegados de un estado al candidato que consigue la mayoría. Este hecho permite que el vencedor de los comicios en número de votos pueda no ser electo Presidente, si su rival obtiene más electores. Y si bien este hecho es difícil que ocurra, no es imposible. George Bush venció de este modo a Al Gore, por una mínima diferencia que le adjudico los compromisarios de Florida, pese a lograr Gore más votos ciudadanos.
Justamente los tres estados donde se concentra una gran población judía son los que poseen mayor número de delegados adjudicados en las elecciones, debido a su concentración demográfica: California (53), Nueva York (29) y Florida (25).
Por último, la colectividad hebrea americana, más allá de sus diferencias internas, posee "instituciones techo" que la representan en su conjunto ante el gobierno federal en temas considerados clave. El "Comite Judio Americano", la "Conferencia de Presidentes de Instituciones Judias" y la "Bnei Brith" coordinan y suman fuerzas cuando es preciso. Si bien en relación al Congreso existe más de un lobby relativo al Cercano Oriente, incluyendo uno pro-árabe, el más activo e influyente es AIPAC. El American Israel Public Affairs Committee (Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel) es un lobby estadounidense que realiza tareas ante el Congreso y la Casa Blanca en favor de mantener una estrecha relación entre Washington y Jerusalén. Se describe a sí misma como un "lobby pro-israelí americano.". Es una organización sin fines de lucro, con gran cantidad de miembros, incluyendo demócratas, republicanos e independientes. Se financia con las contribuciones de sus cien mil miembros.
AIPAC se creó durante la administración del Presidente Eisenhower, y desde entonces ha ayudado a asegurar la ayuda y el apoyo americano al estado hebreo. En 1997, la revista "Fortune" pidió a los congresistas que elijan las "25 más poderosas" organizaciones de lobby en Washington, y en 2005 se hizo lo mismo. Ambas veces AIPAC quedó en segundo lugar, solo detrás de la "Asociación Americana de Jubilados".
El apoyo norteamericano a Israel asciende a 3.000 millones de dólares anuales, entre ayuda militar y económica. Se considera a esta nación como el principal aliado de Washington fuera de la OTAN. Todos los gobiernos se han comprometido a mantener "la superioridad cualitativa del ejército israelí en la región". Un símbolo actual de la importancia política de AIPAC lo representa el discurso de Barak Obama antes de partir a su gira europea.
En conclusión, existe efectivamente un peso importante de la comunidad hebrea americana en la política de su país. En el tema de Israel se distingue por la solidaridad y apoyo al legítimo derecho de esta nación a su soberanía y seguridad. Según algunos historiadores esta militancia se relaciona además con un cierto "complejo de culpa", al sentir que no se presiono suficientemente a Roosevelt para salvar a las comunidades europeas del Holocausto. Este poder se apoya también en un amplio apoyo del pueblo americano a Israel -muy superior, salvo excepciones, al europeo- y en una serie de hechos concretos de los cuales dimos una visión general en esta nota. Esta influencia nada tiene que ver con las teorías antisemitas que le adjudican el "control" de la política americana, y el aporte judío a la cultura, la ciencia y la defensa de los derechos civiles es una realidad indiscutida para todos los estudiosos.
Fuente:elconfidencial.com
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