En su primera visita a Israel como jefe del Estado Mayor Conjunto, el general norteamericano Martín Dempsey tratará un viejo asunto convertido hoy en una prioridad máxima: el proyecto nuclear iraní.
Mientras se ha decidido retrasar (por motivos presupuestarios) en muchos meses el mayor ejercicio defensivo en la historia de las maniobras israelo-estadounidenses, Dempsey llega a Israel este jueves para estrechar la colaboración ante el régimen del Ayatola Jameini y asegurarse que su aliado no le "sorprende" con un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes.
Fuentes israelíes reconocen hoy su "decepción" por la actitud de la Casa Blanca ante "la ausencia de sanciones verdaderas" para frenar el proyecto nuclear. "Sin una acción auténtica e inmediata contra su petróleo y el Banco Central, el liderazgo iraní no se sentirá amenazado y no cambiará de posición en el plan nuclear", afirman.
Como el presidente Barack Obama en su conversación telefónica del jueves con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Dempsey intentará arrancar el compromiso de Israel de no lanzar un ataque sin previo aviso dando tiempo a las nuevas sanciones contra el programa nuclear de Teherán. La visita de Dempsey estaba prevista hace meses pero la sensación creciente en Washington ante la posibilidad de una ofensiva inminente convierte sus reuniones en críticas.
EEUU tiene motivos para preocuparse. El frente persa, potencial epicentro de un volcán regional, está que arde. No sólo por la tensión tras el nuevo asesinato de un científico nuclear y las amenazas de represalia de Irán que acusa a la CIA y el Mosad. Por un lado, Teherán realiza maniobras navales, ensaya misiles, amenaza con cerrar el estratégico estrecho de Ormuz y anuncia el enriquecimiento de uranio en otra planta, subterránea y camuflada en las montañas cerca de Qom. Por otro, EEUU y la Unión Europea muestran más determinación para presionar y sancionar al régimen islámico.
Amenaza existencial
Por último, Arabia Saudí y sobre todo Israel se muestran cada vez más inquietos, ansiosos y preocupados ante lo consideran avance iraní hacia la bomba atómica. Tras considerar este escenario como "amenaza existencial", fuentes israelíes denuncian: "Estamos decepcionados ya que dos meses después del Informe de la Organización Internacional de la Energía Atómica que detallaba la finalidad militar del programa nuclear, no hay sanciones verdaderas".
Critican a la Casa Blanca por no aplicar las sanciones que aprobaron el Senado y el Congreso. "Dudan ante el temor de la subida del precio de petróleo", afirman dichas fuentes. El vice primer ministro, Moshé Yaalon, confirma la "decepción" y añade: "La operación militar es nuestra última opción. Preferimos la vía diplomática pero nuestra obligación es estar preparados para defendernos". Asimismo, advierte ante posibles atentados contra israelíes a cargo de Irán y el grupo chii Hizbulá.
Pese a ello, Netanyahu es citado en una entrevista al diario autraliano 'The Weekeend Australian', reconociendo que las sanciones empiezan hacer daño al régimen de Jameini y Mahmud Ahmadineyad. Éstos reiteran que no renunciará a un programa nuclear que define como "civil y pacífico".
Escenarios abiertos
Netanyahu y Obama conversaron sobre los escenarios abiertos y aún por abrir ante Irán. Como suele suceder, lo más importante de la conversación no ha transcendido publicándose sólo que "fue positiva" y que "Estados Unidos tiene un vínculo inquebrantable con Israel y su seguridad".
Como Dempsey en el terreno, Obama quiso asegurarse por teléfono de que Israel no atacará (sin avisar) las instalaciones nucleares iraníes. Según el diario 'The Wall Street Journal', a raíz del aumento de la preocupación ante esta posibilidad, EEUU ha reforzado su seguridad en sus instalaciones estratégicas en la región en caso de un conflicto.
Antes de reunirse con su homólogo estadounidense en Tel Aviv, el general israelí Benny Gantz viaja a Europa para dos citas importantes: Reunión en Bruselas con responsables militares de varios países y un encuentro en la sede de la OTAN. La ronda de contactos de Gantz, prevista hace meses, adquiere mayor relevancia ante el aumento de la tensión y la posibilidad de un choque bélico en el Golfo Pérsico.
Fuente:elmundo.es
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