Reconsiderando el Informe Goldstone sobre Israel y los crímenes de guerra
Por Richard Goldstone,
The Washington Post
viernes, 1° de abril de 2011
Hoy sabemos mucho más sobre lo que pasó en la guerra de Gaza de 2008-09 de lo que sabíamos cuando presidí la misión de investigación designada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que produjo lo que ha llegado a ser conocido como el Informe Goldstone. Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, el Informe Goldstone habría sido un documento diferente.
El informe final del comité de expertos independientes de la ONU - presidido por la ex juez de Nueva York, Mary McGowan Davis -, que dio curso a las recomendaciones del Informe Goldstone, ha encontrado que "Israel ha dedicado importantes recursos para investigar más de 400 denuncias de mala conducta operacional en Gaza" mientras que "las autoridades de facto (es decir, Hamas) no han realizado ninguna investigación sobre el lanzamiento de ataques con cohetes y morteros contra Israel".
Nuestro informe encontró evidencia de posibles crímenes de guerra y "posiblemente crímenes contra la humanidad" tanto por parte de Israel como por parte de Hamas. Ni que decir que los crímenes supuestamente cometidos por Hamas fueron intencionales - sus cohetes están, deliberada e indiscriminadamente, dirigidos contra objetivos civiles.
Los alegatos de intencionalidad por parte de Israel se basaron en las muertes y lesiones a civiles, en situaciones donde nuestra misión de investigación no tuvo pruebas sobre las que basar ninguna otra conclusión razonable. Mientras que las investigaciones publicadas por el ejército israelí, y reconocidas en el informe del comité de la ONU, han establecido la validez de algunos incidentes que investigamos, en los casos de soldados individuales, también indican que los civiles no fueron atacados, intencionalmente, como una cuestión política.
Por ejemplo, el ataque más grave en el que el Informe Goldstone se centró, fue la muerte de unos 29 miembros de la familia al-Simouni en su casa. El bombardeo de la casa, al parecer, fue la consecuencia de una interpretación errónea de un comandante israelí de una imagen de avión no tripulado, y un oficial israelí está siendo investigado por haber ordenado el ataque. Aunque la duración de esta investigación es frustrante, parece que está en marcha un proceso apropiado, y estoy seguro de que si se encuentra que el oficial ha sido negligente, Israel responderá en consecuencia. El propósito de estas investigaciones, como siempre he dicho, es garantizar la responsabilidad por acciones indebidas de los comandantes al tomar difíciles decisiones en el campo de batalla, no la de adivinar a posteriori, con el beneficio de la retrospección.
Aunque doy la bienvenida a las investigaciones de Israel sobre las denuncias, comparto las preocupaciones, reflejadas en el informe McGowan Davis, sobre que pocas de las investigaciones de Israel han concluido, y creo que los procedimientos deberían haberse celebrado en un foro público. Aunque la evidencia israelí, que ha surgido desde la publicación de nuestro informe, no niega la trágica pérdida de vidas civiles, lamento que nuestra misión de investigación no tuviera esas pruebas, que explicaran las circunstancias en las que dijimos que los civiles en Gaza fueron blanco porque, probablemente, habrían influido en nuestros resultados acerca de la intencionalidad y los crímenes de guerra.
La falta de cooperación de Israel con nuestra investigación significó que no pudimos corroborar cuántos de los habitantes muertos de Gaza eran civiles y cuántos eran combatientes. Las cantidades proporcionadas por el ejército israelí resultaron ser similares a las recientemente proporcionadas por Hamas (aunque Hamas podría tener razones para inflar el número de sus combatientes).
Como he indicado desde el mismo comienzo, habría acogido con satisfacción la cooperación de Israel. El propósito del Informe Goldstone nunca fue la de probar una conclusión en contra de Israel. Insistí en cambiar el mandato original aprobado por el Consejo de Derechos Humanos, que fue sesgado en contra de Israel. Siempre he tenido claro que Israel, como cualquier otra nación soberana, tiene el derecho y la obligación de defenderse y defender a sus ciudadanos contra ataques del exterior y del interior. Algo que no ha sido reconocido con la suficiente frecuencia, es el hecho que nuestro informe, por primera vez, señaló que los actos ilegales de terrorismo de Hamas estaban siendo investigados y condenados por las Naciones Unidas. Tenía la esperanza de que nuestra investigación sobre todos los aspectos del conflicto de Gaza, dieran comenzó a una nueva era de imparcialidad en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuya historia de parcialidad contra Israel no puede ponerse en duda.
Algunos han hecho la acusación que el proceso que seguimos no estuvo a la altura de las normas judiciales. Para ser claros: Nuestra misión, de ningún modo, era un procedimiento judicial, ni siquiera cuasi judicial. No investigamos la conducta criminal por parte de ninguna persona en Israel, Gaza o la Margen Occidental. Hicimos nuestras recomendaciones basados en los registros que tuvimos ante nosotros que, lamentablemente, no incluyeron ninguna prueba presentada por el gobierno israelí. En realidad, nuestra principal recomendación fue que cada parte investigara, de manera transparente y de buena fe, los incidentes mencionados en el informe. McGowan Davis ha encontrado que Israel lo ha hecho en importante medida, Hamas no ha hecho nada.
Algunos han sugerido que era absurdo esperar que Hamas, una organización que tiene una política para destruir al Estado de Israel, investigue lo que dijimos que eran graves crímenes de guerra. Era mi esperanza, aunque poco realista, que Hamas lo hiciera, especialmente si Israel llevaba a cabo sus propias investigaciones. Como mínimo esperaba que, frente a una clara conclusión de que sus miembros estaban cometiendo graves crímenes de guerra, Hamas reduciría sus ataques. Lamentablemente, ese no ha sido el caso. Cientos más de rondas de cohetes y proyectiles de mortero, han sido dirigidos contra objetivos civiles en el sur de Israel. El que relativamente pocos israelíes hayan sido muertos por los ilegales ataques de cohetes y de mortero desde Gaza, de ninguna manera minimiza la criminalidad. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU debe condenar estos actos atroces en los términos más enérgicos.
En fin, el pedirle a Hamas que investigue, puede haber sido una empresa equivocada. Del mismo modo, el Consejo de Derechos Humanos debería condenar la inexcusable reciente masacre a sangre fría de una pareja de jóvenes israelíes y tres de sus pequeños hijos en sus camas.
Sigo creyendo en la causa de la creación y aplicación del derecho internacional en los conflictos prolongados y mortales. Nuestro informe ha dado lugar a numerosas "lecciones aprendidas" y a cambios de política, incluyendo la adopción de nuevos procedimientos de las Fuerzas de Defensa de Israel para proteger a los civiles en casos de guerra urbana y para limitar el uso de fósforo blanco en zonas civiles. La Autoridad Palestina puso en marcha una investigación independiente sobre nuestras denuncias de violaciones de derechos humanos - asesinatos, torturas y detenciones ilegales - perpetradas por Fatah en la Margen Occidental, especialmente contra miembros de Hamas. La mayoría de esas denuncias fueron confirmadas por esta investigación. Lamentablemente, no ha habido ningún esfuerzo por parte de Hamas en Gaza para investigar las denuncias de sus crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad.
En pocas palabras, las leyes de conflicto armado no son menos aplicables a actores no estatales, tales como Hamas, que a los ejércitos nacionales. Asegurar que los actores no estatales respeten estos principios y que sean investigados, cuando ellos no lo hacen, es uno de los desafíos más importantes que enfrenta el derecho de los conflictos armados. Sólo si todas las partes, en los conflictos armados, son mantenidas en estas normas, seremos capaces de proteger a los civiles que, sin que sea su propia elección, están atrapados en la guerra.
El escritor, un juez jubilado del Tribunal Constitucional de Sudáfrica y ex fiscal jefe de los Tribunales Penales Internacionales de las Naciones Unidas para la ex Yugoslavia y Rwanda, presidió la misión de la ONU encargada de investigar el conflicto de Gaza.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Difusion: www.porisrael.org
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