Nueva ley exigirá al que desee ser israelí lealtad 'al Estado judío y democrático' de Israel
Si la ley prospera en el Parlamento, aquellos ciudadanos no judíos que deseen la nacionalidad israelí deberán declarar su lealtad a Israel como "Estado judío y democrático", en lugar de "Estado de Israel", como estaba ahora. Netanyahu ha añadido que una comisión estudiará la aplicación de este nuevo requisito a los judíos de la diáspora que por otro lado pueden adoptar de forma automática la nacionalidad israelí bajo la "Ley de Retorno".
La enmienda -que ha provocado el enfado de la izquierda, de sectores de la derecha y de la minoría árabe- es interpretada como el "caramelo" que Netanyahu regala hacia el ala más nacionalista del Gobierno para prorrogar dos meses más la congelación de la construcción en las colonias, tal y como exige el presidente norteamericano, Barack Obama. Sin la moratoria, el presidente palestino, Abu Mazen, no acepta continuar el proceso de paz.
Aunque es básicamente declarativa (quien realmente desea la nacionalidad puede jurar lealtad incluso a los Simpsons), la enmienda ha provocado una gran polémica. "Es una enmienda que sólo origina hostilidad y no fortalecerá la identidad judía de Israel. Sólo sirve para que Netanyahu siga sobreviviendo en el Gobierno", ha dicho la jefa de la oposición, Tzipi Livni.
El ministro laborista, Avishai Braverman -que votó en contra- opina que "es una vergüenza. Tras todo lo que hemos invertido en el sector árabe del país, supone un golpe muy duro". "Es una medida inútil y antidemocrática que demuestra el politiqueo de Netanyahu y discrimina a los árabes en Israel", afirma el diputado árabe israelí, Ahmed Tibi, asegurando que la ley va por ejemplo contra los palestinos que desean casarse con árabes israelíes.
Medida injusta
En la derecha, satisfacción con importantes excepciones ya que varios ministros como Benny Beguin o Dan Meridor se han opuesto. Reuven Rivlin -presidente del Parlamento y miembro del partido de Netanyahu- también es crítico: "Es totalmente prescindible. Yo soy sionista, judío y democrático sin necesidad de esta ley que es dar armas a los enemigos del sionismo".
El ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, lo considera una victoria de su partido, Israel Beitenu. De hecho, la enmienda es una exigencia de Lieberman en el pacto con Netanyahu en la formación del Gobierno. "Es importante ya que las palabras tienen mucha fuerza y se centra el verdadero debate que debe ser sobre el carácter de Israel y no de las fronteras", afirmó añadiendo que la palabra "judío" va más allá de la religión.
El ministro de Transportes y allegado a Netanyahu, Israel Katz añade: "No entiendo la polémica. Israel es un estado democrático que garantiza los derechos de sus ciudadanos independientemente de la raza, sexo o religión. Al mismo tiempo, no se puede obviar que es un Estado con una identidad judía".
El analista Boaz Okon escribe en el diario 'Yediot Ajaronot' que "es una medida antiliberal e injusta. Es legal pero innecesaria y llega en un momento muy inoportuno".
Fuente:elmundo.es
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