Se ha negado por activa y por pasiva. Se obvió incluso la campaña de
recogida de firmas para conseguirlo. El CIO, con Jacques Rogge a la
cabeza, no quería que, de ningún modo, se produjese un homenaje a las
víctimas del terrorismo en los Juegos de Múnich en 1972. Y sin embargo,
en el acto de la firma de la Paz Olímpico, de nuevo con Rogge a la
cabeza, el CIO ha decidido rendir tributo a los 11 atletas israelíes
fallecidos hace ahora 40 años.
La firma de la Paz Olímpica se remonta a la antigua Grecia y consiste
en un llamamiento a la suspensión temporal de los conflictos armados
para que los atletas puedan desplazarse libremente y sin peligro a las
sedes olímpicas y, más tarde, volver a su lugar de origen una vez
finalizada la competición. El momento perfecto para un homenaje. También
en Londres, donde con un minuto de silencio se recordó, por primera vez
en la historia olímpica, a los deportistas secuestrados y asesinados
por la organización palestina 'Septiembre Negro'.
"Me gustaría iniciar la ceremonia honrando la memoria de los 11
atletas israelíes. Fueron a Múnich con el espíritu de la paz y la
solidaridad. Tenemos con ellos la deuda de mantener este espíritu vivo y
de recordarlos", dijo Jacques Rogge, quien también
insistió en que este homenaje sorpresa no fue organizado para acallar
las críticas contra el organismo olímpico por haber rechazado la
inclusión del minuto de silencio durante la ceremonia de apertura.
Tal iniciativa surgió de Ankie Spitzer, viuda del entrenador de esgrima asesinado en Múnich Andre Spitzer.
Fue ella quien comenzó una recogida de firmas para que el CIO incluyese
un minuto de silencio durante la ceremonia de inauguración de los
Juegos de Londres en el 40 aniversario del atentado. Sin embargo, el CIO
rechazó la propuesta para no politizar el evento.
En su lugar, el organismo olímpico optó por un minuto de silencio en
la villa olímpica en un acto al que acudieron Jacques Rogge; el alcalde
de Londres, Boris Johnson; el presidente del comité organizador de los Juegos, Sebastian Coe; y el ministro de cultura británico, Jeremy Hunt.
Una ceremonia sencilla en la que Rogge volvió a insistir en que el
deporte no es la solución a todos los problemas. "Como nos recuerda el
trágico suceso de hace 40 años, el deporte no es inmune ni puede curar
todos los males del mundo. No puedo hablar sobre paz y deporte sin
recordar lo que pasó en Múnich", aseguró Rogge.
Un gesto con el que el CIO puede, al menos de momento, calmar los
movimientos que durante cuatro décadas familiares, entrenadores y
organismos oficiales de Israel han realizado para conseguir una
conmemoración oficial. Movimiento al que en los últimos tiempos se ha
sumado el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, así como otros políticos de renombre internacional.
Fuente:elmundo.es
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