"Nos conocemos desde hace décadas. Éramos tan jóvenes entonces...
pero tú pareces igual de joven. ¡No sé cómo lo haces!", le confesó el
primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al candidato republicano a la presidencia de EEUU, Mitt Romney,
anoche en Jerusalén. Más allá de la química personal labrada por su
cercanía ideológica y una amistad iniciada en los años 70 cuando
trabajaron juntos en Boston, los dos dirigentes desean volver a trabajar juntos a partir del 2013.
Con este objetivo, Romney visitó Israel, se reunió con varios dirigentes israelíes y el jefe del Gobierno palestino, Salam Fayad,
discursó, colocó un deseo en el Muro de las Lamentaciones, se emocionó
("por estar en Jerusalén, la capital de Israel"), defendió (a Israel),
acusó (a Irán), prometió (que Irán no tendrá armas nucleares), lanzó una
pulla (al presidente Barack Obama) y buscó votos en el electorado judío (habitualmente prodemócrata) y cristiano evangelista.
Un desayuno de 50.000 dólares por cubierto
La visita de 24 horas ha finalizado esta mañana con un desayuno muy especial en el que Romney ha compartido mesa y mantel con donantes de su campaña electoral. 50.000 dólares por cubierto en un acto de recaudación con aroma oriental y acento 100% inglés. Al margen de un bolsillo generoso, la principal condición de participación era la nacionalidad estadounidense.
Según ha podido saber ELMUNDO.es, ha conseguido recaudar más de un millón de dólares.
Gran parte de los comensales llegó de Estados Unidos a Jerusalén para la ocasión. Como el multimillonario Sheldon Adelson, que llegó en su avión privado junto a su esposa, la israelí Miriam, y otros donantes. El Rey de los Casinos tiene como objetivo la victoria de Romney. O mejor dicho, la derrota de Obama.
En Israel, Adelson es conocido por sus actividades filantrópicas y
por ser uno de los principales apoyos de Netanyahu en sus campañas
electorales. Un apoyo económico y también mediático desde la popular
tribuna de su diario 'Israel Hayom'.
En el desayuno, se han dado cita algunos donantes que ayudan tanto a Romney como a Netanyahu. Por ejemplo, Kenneth Abramowitz,
un millonario residente de Nueva York. Además de donaciones sociales y
académicas, Abramowitz y su esposa Nira dieron 11.000 dólares al
candidato Netanyahu en las últimas primarias del Likud.
Bobby Rechnitz, de Beverly Hills, fue otro de los
pesos pesados presentes en el desayuno en el que Romney y su esposa Ann
hicieron un pequeño discurso.
Romney ha sabido adaptarse a sus interlocutores en Jerusalén. Así
mientras con Netanyahu, mostraba su rotundo apoyo a Israel ante los
retos de la zona y su derecho a la autodefensa, en su encuentro con
Peres enfatizó: "Israel y EEUU amamos la paz y esperamos compartir la paz con nuestros amigos y otras naciones en el mundo".
'Problemas de agenda'
Aludiendo problemas de agenda, Romney no viajó a Ramala (Cisjordania) por lo que no se reunió con el presidente palestino, Abu Mazen. Tampoco hizo muchas gestiones para ello. Eso sí, mantuvo un encuentro con el primer ministro Salam Fayad, en Jerusalén.
La decisión de Romney de anular a última hora la reunión con la líder laborista Shelly Yachimovich
ha levantado una mini polémica en Israel. El encuentro se fijó cuando
era la jefa de la oposición pero hace una semana este puesto lo asumió
el líder de Kadima, Shaúl Mofaz, tras dejar el
Gobierno. Pese a ello, Romney insistió en la reunión con Yachimovich.
Ayer, sin embargo, cuando el candidato republicano se encontraba reunido
con Netanyahu, sus asesores llamaron a la laborista para anular la reunión "por falta de tiempo". Yachimovich acusa al primer ministro de influir en esta decisión "por motivos políticos".
Shmuel Rosner, experto en las relaciones
bilaterales, difiere del análisis sobre la visita: "Romney no ha venido a
Israel en busca de votantes. ¿Dinero? Sus principales donantes se
encuentran en EEUU. El candidato a la presidencia ha venido para
la foto, ser visto como estadista, demostrar a los americanos que puede
representarles".
Ante la posible acusación de apostar por Romney, el ministro de Defensa, Ehud Barak ha elogiado a Obama agradeciendo su "ayuda sin precedentes para la seguridad de Israel".
¿Netanyahu? Tras el fin de semana, siempre llega el lunes. Tras
abrazarse con su amigo Mitt y escuchar con satisfacción sus palabras
sobre "la amenaza inaceptable y peligrosa que supone un Irán nuclear para EEUU, la región e Israel",
Netanyahu debe ocuparse este lunes de recortes y subida de impuestos.
Su Gobierno se ha reunido para aprobar medidas que define como "duras
pero necesarias para proteger la economía".
Fuente:elmundo.es
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