Iniciamos lentamente la marcha , con nuestras linternas de mineros en plena noche . Nos encontrábamos con otros grupos y con gente que subía en camello. La subida en principio no era muy pendiente , pero poco a poco se fue haciendo más dura y el grupo se empezó a estirar .
A las 4 de la madrugada llegaron las primeras unidades del grupo a unas haimas de los beduinos situadas al pie de la cima y donde se encuentra el tramo más impresionante , cientos de escaleras hechas en la roca con grandes piedras que forman una pared casi vertical.
Esperamos, tomando algo caliente, a que todo el grupo llegara a este punto , para posteriormente atacar el tramo final , no apto para cardíacos.
Llegamos a la cima ya con cierto resplandor de luz en el horizonte . Las ropas mojadas y el viento que hacía en la cima hicieron que el frío fuera bastante intenso por unos momentos .
La alegría de ver un amanecer tan maravilloso hizo que nos olvidáramos enseguida de la baja temperatura.
No podíamos parar mucho tiempo , deberíamos iniciar ya el descenso ya que a las 8 de la mañana nos esperaba el autobus , junto con algunos miembros del grupo que no subieron al monte , para llevarnos al hotel para tomar una ducha rápida y desayunar .
A las 9 de la mañana teníamos que salir de nuevo hacia Israel.
El descenso fue algo más rápido , aunque no ausente de dureza por las fuertes pendientes que castigaban nuestras rodillas . Acompañados ya de un sol radiante llegamos a la hora prevista al Monasterio de Sta. Catherina donde nuestros compañeros nos esperaban , recibiéndonos como verdaderos héroes.
Parte del grupo ya en la haima
Con un sonriente Mohamed . Nos dijo que habia subido al monte Sinaí unas 1400 veces desde que empezó con este trabajo de guia.
Solo estas montañas graníticas podrían aguantar la presencia de El Eterno.
La única pena que tengo es que este lugar no este en manos de Israel.
Comprendo los deseos de Israel de alcanzar la paz con sus vecinos , pero este lugar nunca debió de ser entregado al enemigo.
No sabemos seguro si este fue el lugar exacto donde Moshe Rabenu recibió las tablas de la Ley de parte de El Eterno , bendito sea , pero si sabemos que este Sol que nosotros vimos en ese momento es el mismo que vio y calentó a Moshe Rabenu.
Palabras de la Torá en el libro de Shemot ( Exodo )
1 En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí. 2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte. 3 Y Moisés subió a Di-s; y El Eterno lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que El Eterno le había mandado. 8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que El Eterno ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a El Eterno las palabras del pueblo. 9 Entonces El Eterno dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre.
Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Adonai. 10 Y Adonai dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos, 11 y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Adonai descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí. 12 Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá. 13 No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte. 14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos. 15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.
16 Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento. 17 Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Di-s; y se detuvieron al pie del monte. 18 Todo el monte Sinaí humeaba, porque El Eterno había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera. 19 El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Di-s le respondía con voz tronante. 20 Y descendió El Eterno sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Adonai a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió. 21 Y Adonai dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Adonai, porque caerá multitud de ellos. 22 Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Adonai, para que El Eterno no haga en ellos estrago. 23 Moisés dijo a Adonai: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo. 24 Y El Eternole dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Adonai, no sea que haga en ellos estrago. 25 Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.
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