Elegante, con traje, sombrero y buen humor, el último premio Príncipe de Asturias de las Letras, el cantante y poeta judío canadiense Leonard Cohen (Montreal, 1934) ha anunciado esta mañana en Oviedo que tiene listo un nuevo disco, Old Ideas, 10 canciones que verán la luz el próximo año. Cohen, que recogerá el viernes el galardón, se ha mostrado encantado por su estancia en España pese a que ha lamentado no hablar la lengua de Cervantes. Un país del que, ha recordado entre bromas, echaron a sus antepasados judíos en 1492, "por eso estoy encantado del trato que me dan ahora". El autor de canciones como Suzanne ha dicho que tampoco habla francés, griego ni hebreo aunque los estudió.
De su nuevo disco, que se está mezclando en Los Ángeles, se ignora si habrá gira, la última, The Kid With The Crazy Dream, fue de 250 conciertos. Sobre su formación literaria, ha destacado que con 15 años leyó a Federico García Lorca y encontró "a un poeta instalado en una tradición ajena". "Pero que hablaba de un paisaje que yo conocía, el de alguien que lucha contra el silencio". La influencia del autor de Poeta en Nueva York fue tal que llamó Lorca a su hija.
Su amor por la cultura española, confiesa, abarca también a la guitarra. "Las primeras que tuve eran de las marcas Conde y Ramírez". "Además, siempre que podía iba en Nueva York a locales con flamenco porque es una música que me llegó inmediatamente". De la guitarra al archilaúd y la bandurria que toca Javier Mas, músico de la banda de Cohen, que también ha estado en el acto con la prensa. Mas, que empezó su carrera haciendo versiones de Cohen, es uno de los intérpretes que homenajeará esta tarde en Gijón al maestro, junto a Nacho Vegas y Duquende.
Cuando el pasado 1 de junio el jurado de los Premios Príncipe de Asturias distinguió a Cohen, destacó su "imaginario sentimental", en el que "la poesía y la música se funden en un valor inalterable". Hoy el compositor de temas como I'm your man, preguntado por su proceso de creación, ha explicado que cuando escribe una canción, "la letra y la música son simultáneas. A veces, un acorde sugiere una frase y a veces una frase lleva dentro una música".
El hoy afable Cohen tuvo una época ascética, en la que se recluyó en un monasterio zen. ¿Es mejor vivir solo o acompañado? "Es una buena pregunta de la que me gustaría saber su respuesta", inquirió él mismo. "A veces es mejor una cosa y en ocasiones la otra", le respondió uno de los presentes. "Pues me quedo con eso", dijo.
Lento al componer
A la hora de componer Cohen es "lento". "No es como en un bufé, en el que uno coge ordenadamente lo que va a comer, sino que trabajo con material desordenado y en plena oscuridad". Además, cuando escribe no piensa en quién le ha influido ni en quién puede influir. "En cada página en blanco eres un principiante. Luchas contra el silencio y contra tus debilidades y sobre ni una ni otra cosa tienes control". Hablando de páginas, el poeta no ha querido recomendar ninguna de sus dos novelas, publicadas en los años sesenta: "Hay tan buena literatura y tan poco tiempo para leer que no me atrevo a recomendar ningún libro mío".
Por último, la sabiduría de Cohen también ha sobrevolado la actualidad. Simpatiza con los indignados: "Todos tenemos un amigo que ha perdido su trabajo y no puedes abstraerte". Y de los tijeretazos que ha sufrido la Cultura por la crisis ha sentenciado: "Las aportaciones económicas de los Gobiernos ayudan a los artistas pero cuando uno quiere expresar algo terminará haciéndolo, con ese apoyo o sin él".
Fuente:elpais.com
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