El programa nuclear iraní es una de las noticias de ida y vuelta en
nuestra actualidad: al hilo de las amenazas del régimen teocrático de
Teherán, de las sanciones que va a aprobando la comunidad internacional o
de los sucesos más o menos inexplicables que se dan en el propio país
persa (atentados contra científicos, misteriosos o no tan misteriosos
ataques informáticos...) la amenaza nuclear iraní vuelve a las portadas.
A la espera de las negociaciones que tendrán lugar el próximo mes y
tras el informe de la OIEA de noviembre, que señala inequívocamente que el país de los ayatolás está en el proceso de dotarse de armamento nuclear,
el mundo parece preguntarse solamente si habrá un ataque militar
Israelí o si EEUU apoyará este uso de la fuerza, pero probablemente el
asunto debería preocuparnos por más razones.
"Esto no puede ser sólo un asunto de Israel"
Al menos esto es lo que piensa un experto diplomático occidental que
visitó recientemente Madrid y describe esa obsesión por el posible
ataque israelí "es un grave error en el enfoque", ya que "no es cuestión
bipolar entre Irán e Israel", sino que si el país persa consigue completar su programa eso "cambia el mundo tal y como lo conocemos", por lo tanto, parar esto "no es sólo tarea de Israel".
Y es que, más allá del hecho de que logre antes o después disponer de la bomba, tal y como explica esta fuente diplomática Irán es un jugador muy agresivo en la escena política internacional un país que "mira al mundo y ve unas normas que no acepta, en las que no influye y que apuesta claramente por cambiar".
En este sentido, destaca que la disparidad de criterios respecto a
asuntos esenciales hace prácticamente imposible llegar a puntos de
entendimiento: "No aceptan nuestras definiciones sobre asuntos como terrorismo, armas nucleares o derechos humanos",
nos dice nuestra fuente evidenciando el fracaso, si es que alguna vez
tuvo alguna posibilidad de ser otra cosa, de la famosa Alianza de
Civilizaciones de Zapatero.
La "lucha contra la droga"
Un buen ejemplo del comportamiento de Irán está en su supuesta lucha
contra la droga: mientras el régimen de los ayatolás presume de
desarrollar una intensa batalla contra el tráfico de estupefacientes, e
incluso cuando "reciben dinero de ONU, de países de Europa y de la
Interpol".
Pero al mismo tiempo y siempre según la misma fuente diplomática, "han
establecido en la cuenca del Orinoco muchas instalaciones para procesar
drogas" que luego acaban en su mayor parte en el mercado de EEUU. Del
mismo modo, asegura que el régimen o al menos personajes muy relevantes
del régimen "comercian con droga afgana que se purifica en el propio Irán".
Más aún: lo grotesco del asunto llega al punto de que según algunas
informaciones las acusaciones de narcotráfico están siendo utilizadas
como un método habitual para eliminar opositores.
¿Servirán para algo las sanciones?
Nuestro experto señala que las actuales sanciones "son exactamente lo
que esta crisis requiere", pero eso no significa que vayan a ser útiles:
"El problema es que deberían haberse adoptado 5 años antes",
cuando las instalaciones secretas que ha desarrollado Irán "estaban por
hacer" y el programa se encontraba "mucho más lejos del objetivo
final".
Mientras tanto, "la ventana de oportunidad se está cerrando
rápidamente", es decir, que la posibilidad de frenar el programa antes
de que Irán tenga la bomba son cada vez más reducidas. Además, hay
aspectos muy importantes que ya han llegado a un grado casi completa de
desarrollo, como el programa de misiles.
El problema con las sanciones es, según nuestro interlocutor, "que no
se han tomado todas en serio", además de aspectos prácticos como que "Europa no tiene un sistema centralizado que vigile si se cumplen". Por unas razones u otras, "hasta ahora no ha habido masa crítica de presión para decirle a Irán q le conviene parar".
Un escenario muy complejo: el papel Saudí
Que el régimen chií de los ayatolás tenga armamento nuclear puede
cambiar el equilibrio de las relaciones internacionales en todo el
mundo, pero todavía más en Oriente Medio, una región que parece
mantenerse permanentemente al borde del colapso.
El primer frente de esta tensión es obviamente Israel, como bien
señalaba un informe de la asociación española ACOM, Ahmadineyad ha
amenazado en varias ocasiones con "borrar del mapa" a Israel o con que
el país tiene "los días contados".
Pero como nos cuenta un reputado experto español en relaciones internacionales, "el arma no es contra Israel, es contra Arabia Saudí",
país que, como cabeza del Islam suní tiene a Irán, cabeza del Islam
chií, como uno de sus enemigos naturales. De hecho, muchas de las
acciones de Irán en política exterior son, a su modo, formas de
enfrentarse a la monarquía wahabita: "Por ejemplo, financiar a Hamas es
retar a los saudíes", dice nuestro experto.
Por supuesto, la monarquía petrolera saudí tiene bastante claro lo que
se puede esperar si sus grandes rivales logran hacerse con armamento
nuclear y los famosos cables de Wikilieaks confirmaron lo que era un
secreto a voces en las cancillerías occidentales: que los saudíes llevan años pidiendo a EEUU que ataque a Irán.
Por otro lado, aunque los saudíes son los guardianes de las ciudades
santas de Medina y La Meca, nuestro experto destaca que en los países
árabes "todo el mundo árabe desprecia a los saudíes" por "su hipocresía religiosa" y porque "les repele el nivel de lujo con el que viven".
Un nivel de lujo, por cierto, que no ha impedido al régimen wahabita
financiar una versión radical del Islam en prácticamente todo el mundo
y, muy especialmente, en Occidente, donde sus petrodólares mantienen
activas las mezquitas más radicales.
¿Habrá conflicto? ¿Y si lo hay?
En cualquier caso, Arabia Saudí no va a emprender un enfrentamiento que
tendría un resultado incierto y, sobre todo, que resultaría muy difícil
vender a su propia opinión pública y a los demás países musulmanes, y
en este punto todas las miradas se fijan en Israel.
Un experto español en Oriente Medio cree que "un ataque convencional israelí es poco probable", sin embargo, "no sería raro algo más imaginativo" y ya hemos visto algunos ejemplos
como los virus informáticos, los asesinatos selectivos o las
explosiones en polvorines, incluso "pueden hacer algún tipo de sabotaje
monumental a infraestructuras vitales como las de agua o las de
electricidad".
Una demostración de fuerza que dentro de la mentalidad europea actual
puede parecer un despropósito pero que, tal y como dice nuestro experto,
"sí estaría en la lógica de las relaciones en Oriente Medio", ya que
sería "una forma de disuadir a los iraníes y avisarles de que tiene
capacidad de respuesta".
El problema es que "Israel tiene claro que no dispone de la capacidad
militar necesaria", al menos para un ataque que fuese definitivo para el
programa nuclear o el régimen, "solo EEUU tiene esa capacidad y está claro que Obama no lo va a hacer".
Nuestras fuentes diplomáticas, por su parte, aseguran que Israel "no está a favor del uso de la fuerza", pero "sí de la legitimidad de planteárselo".
Eso no significa que haya fecha para un ataque, pero sí que "todas las
opciones están sobre la mesa, incluidas las diplomáticas".
Expertos de fuentes diplomáticas señalan, no obstante, que Israel sí
podría "comprar tiempo" con un ataque que no acabase el con el programa
pero "sí lo retrasase". Por otra parte, estos mismos expertos aseguran
que el país hebreo tiene ya preparado un plan de ataque, "o eso o el
jefe del ejército y el ministro de defensa deberían dimitir". No parece
que sea el caso e incluso hay quien apuesto porque habrá ataque y será pronto.
El petróleo
En cuanto se habla de conflicto en Oriente Medio los pensamientos de
casi todo el mundo se paran en el posible efecto que este podría tener
sobre el petróleo, de hecho, sólo la amenaza iraní de cerrar el Estrecho
de Ormuz, por el que pasa el 40% del petróleo y el gas del mundo, hizo que el precio del crudo subiese.
La producción de Irán ya está en buena parte fuera del mercado, pero un
conflicto en la zona podría afectar a la mayor parte del crudo que se
produce en países como Irak, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait o la
propia Arabia Saudí. No hay duda de que la escalada en los precios sería
importante, probablemente brutal.
Pero, ¿qué perspectivas tiene el mercado del crudo en un escenario en
el que, sin conflicto, Irán se haga con el armamento nuclear?
Efectivamente: prácticamente todos los analistas coinciden en que, como
ya señalaba a este periódico hace casi dos años el experto Emanuel Ottolenghi, "habrá una carrera nuclear en la región que la desestabilizará profundamente".
Además, el propio Ottolenghi recordaba que la agresiva política
exterior de los ayatolás "y sus ambiciones de dominar la región" tendrán
un efecto terriblemente negativo: "Desestabilizarán a los
regímenes moderados de la zona y dará un empujón enorme en la promoción y
extensión del Islam más radical, dentro y fuera de la región".
¿Y mientras tanto qué ocurre en Irán? Mañana dedicaremos la segunda
parte de este artículo a analizar lo poco que se puede saber desde
occidente de lo que está pasando dentro la compleja sociedad iraní.
Fuente:libertaddigital.com
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