¿Existe una 'ventana de oportunidad’—por emplear un término anglosajón— para que Israel ataque a Irán a partir de noviembre? Ésa era al cierre de esta edición la última teoría conspiratoria en Washington al respecto, aunque es posible que en los próximos días aparezcan al menos media docena más.
Esa tesis se basa en la persistencia del desencuentro aparente entre el presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que ayer volvió a quedar de manifiesto en el encuentro que ambos mantuvieron en la Casa Blanca.
Obama repitió, casi palabra por palabra, lo que había dicho el domingo, cuando habló ante la principal organización del 'lobby' proisraelí en EEUU, el Comité de Asuntos Israelí-Estadounidenses (AIPAC, según sus siglas en inglés).
"Mantengo abiertas todas mis opciones, y mi política no va a ser de contención, pero EEUU siempre guardará las espaldas de Israel", dijo el presidente norteamericano al inicio del encuentro con Netanyahu.
El israelí insistió en que un Irán nuclear es una amenaza tanto para Israel como para Estados Unidos. "Para ellos", dijo en referencia a los iraníes, "ustedes son el 'Gran Satán', y nosotros el 'Pequeño Satán'".
La clave es que estas declaraciones se producen con la asamblea anual de AIPAC como telón de fondo. Y AIPAC es, según la revista especializada en información política 'National Journal', el segundo grupo de presión más importante de EEUU, tras la AARP, es decir, la Asociación Nacional de Jubilados. La diferencia es que la AARP tiene 40 millones de miembros, y en EEUU cada día se retiran 10.000 personas, mientras que AIPAC representa a los intereses de un estado extranjero. AIPAC, además, destaca por defender las posiciones más 'duras' del estado de Israel.
De modo que lo que pasa en AIPAC con respecto a Irán también es significativo. Y ahí las cosas no están claras. El sábado, el presidente israelí, Simon Peres, defendió a Obama al declarar que el presidente de EEUU "no habló de fechas, sino de actos".
El discurso de Peres jugó un papel fundamental para que los 13.000 asistentes a la reunión vieran de forma más favorable a Obama. Dado que las nuevas —y durísimas— sanciones económicas a Irán entran en vigor el 1 de julio, y que Siria, en guerra civil, no puede ayudar a Irán ni a su aliado libanés Hizbulá, la tesis que se podría estar imponiendo en Washington es que hay que esperar al menos hasta después de las elecciones en EEUU, el 4 de noviembre, para dar 'luz verde' a un eventual ataque israelí a Irán.
Hoy entra en juego un nuevo actor en AIPAC: el secretario de Defensa, Leon Panetta, que se dirige a los asistentes. Hace apenas seis días Panetta mantuvo un encuentro, del que no ha trascendido nada, con el ministro de Defensa israelí Ehud Barak, para analizar la situación en Irán.
Fuente:elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario