Obama: "EUU no está en guerra contra el Islam"
"Estados Unidos no está en guerra contra el islam sino contra los terroristas", recordó hoy Barack Obama en una rueda de prensa que sólo iba a dedicar a la crisis. El presidente intentó calmar los ánimos al entender que en momentos "difíciles y angustiosos" podían resurgir viejos miedos, pero emplazó a los estadounidenses a sacar "lo mejor de ellos mismos".
Obama salió de nuevo en defensa del centro islámico Casa de Córdoba que debería construirse cerca de la zona cero. "Si está permitido erigir una iglesia, una sinagoga o un templo hindú en ese emplazamiento, también se puede poner una mezquita", declaró el presidente al invocar su "fe cristiana" como baremo moral. Dato relevante puesto que 18% de los estadounidenses, según indican sondeos recientes, sigue pensando que el inquilino de la Casa Blanca es musulmán.
La mezquita será hoy el centro de la polémica antiislamista que ha dado inesperados quebraderos de cabeza a Washington. Varias manifestaciones están previstas delante del edificio, a dos manzanas de la conmemoración de los ataques. En principio, el legislador holandés antiislámico Geert Wilders debería asistir a las protestas organizadas por algunos grupos de familiares de las víctimas. En el centro, Terry Jones, el director del Dove World Outreach Center de Gainesville (Florida), que tantos ánimos ha encendido al anunciar su intención de quemar una pila de ejemplares del Corán para recordar el 11-S, también debería entrevistarse con su imán, Feisal Abdul Rauf.
Eso si las cosas no cambian en el último momento, vista la rocambolesca sucesión de declaraciones desde que Jones anunció el pasado jueves que cancelaba su hoguera. El pastor aseguró primero ante las cámaras que había conseguido del imán que trasladara la Casa Córdoba, una "señal de Dios". Momentos más tarde, el imán desmentía el acuerdo y Jones se retractaba porque "le habían mentido". Hoy, Jones volvía a decir que no habría hoguera y que viajaría a Nueva York. Parte del malentendido surge a raíz de la mediación de un imán de Florida, Muhamad Musri, que fue a ver a Jones e hizo de enlace entre las dos partes.
Musri, que está a favor de trasladar el centro islámico, dijo que el pastor fundamentalista malinterpretó sus palabras y que lo único negociado era un encuentro entre los dos hombres. Abdul Rauf desmintió hoy que hubiera entrevista pero se mostró dispuesto a reunirse con cualquier persona "seriamente comprometida con la paz". También reiteró que los planes para su centro "no han cambiado". "En el 11-S, animo a todo el mundo a que se tome el tiempo de rezar y reflexionar", concluyó.
Aparentemente, el pastor Jones también cambió de idea tras la llamada del secretario de Defensa, Robert Gates, que le pidió personalmente evitar un acto que hubiera podido, como subrayó el propio Obama a mediados de la semana, "poner en peligro" las tropas de EEUU en Irak y Afganistán. Aunque no haya hoguera, la mecha está prendida. "Nos tomamos en serio un historia que, debido a internet, tiene repercusiones en el resto del mundo", dijo Obama hoy al comentar las intenciones de Jones, al que sólo se refirió como "este individuo". El presidente justificó así la llamada de Gates a un reverendo hasta ahora desconocido.
Cobertura mediática
Mucha gente se preguntaba hoy cómo el pastor de un centro que apenas suma 50 feligreses ha podido monopolizar la atención del mundo y causar manifestaciones hasta en Kabul.
Esencialmente, por un concurso de circunstancias. Como recordaba The New York Times, otro centro fundamentalista, la iglesia baptista de Westboro, quemó ejemplares del Corán en la esquina de una calle de Topeka (Kansas) en 2008 y nadie le hizo caso. Este año, el aniversario de los atentados y la polémica por el centro islámico de Nueva York ayudaron a avivar el ciclón de titulares. Algunos políticos han pedido tomar distancia y evitar legitimar la retórica antiislamista del pastor.
"Espero que los miembros de la prensa no le otorguen lo que más busca: cobertura informativa", comentaba recientemente el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. En lo anecdótico, añadir que Donald Trump envió una carta al inversor inmobiliario Hisham Elzanaty ofreciéndole un 25% más de lo que había pagado por su participación en el edificio del Bajo Manhattan donde está prevista la ejecución de Casa Córdoba. La oferta, que llevaba como condición desplazar el centro a cinco manzanas de la zona cero, fue rechazada.
Fuente:publico.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario