El tiburón asesino de Egipto, ¿un espía del Mossad?
La reciente muerte de la turista alemana de 70 años, víctima de la furia de un tiburón en las costas del Sinaí, tendría su origen en un plan maquiavélico urdido en los sótanos de Glilot, la enigmática sede del Mossad al norte de Tel Aviv. Así lo han insinuado algunos funcionarios en el Sinaí.
Expertos en Inteligencia y diplomáticos israelíes se han despertado hoy bajo el asombro -y cierto cachondeo- tras escuchar que el gobernador del sur del Sinaí, Mohamed Abdel Fadil Shousha, no descartara que el tiburón sea un nuevo agente sionista. "Dicen que el Mossad lanzó un tiburón asesino al Mar Rojo para golpear el turismo en Egipto. No lo descartamos, necesitamos tiempo para confirmar estas denuncias", dijo Abdel Fadil Shousha.
En declaraciones a la agencia Reuters, Ahmed el Edkawi, secretario adjunto de la región sur del Sinaí, añadía: "No hay una única razón, por lo que todas se tendrán en cuenta. Estamos buscando cualquier motivo que cause un cambio en el comportamiento de los tiburones".
Gasser Mohamed, instructor de submarinismo en el Sinaí, desmiente esta posibilidad pero reconoce que "Egipto está llena de rumores y uno ya no sabe qué creerse". Citados por Reuters, expertos egipcios han dado argumentos más racionales a la llegada del tiburón que ha causado el pánico en los últimos días y la huida de los turistas.
"Lamentamos la muerte de la turista alemana y los heridos en el Sinaí pero me parece que esos funcionarios egipcios han visto demasiadas veces la película 'Tiburón'. El Mossad tiene muchos asuntos más importantes que enviar tiburones a los vecinos", dice un portavoz israelí de Exteriores a ELMUNDO.es.
"El tiburón del Sinaí es, sin duda, el arma secreta que hereda el nuevo jefe del Mossad, Tamir Pardo", bromea un experto en Inteligencia. El recientemente nombrado jefe de los servicios secretos, que sustituirá en unas semanas a Meir Dagan, tendrá que lidiar con una agenda muy completa: abortar por cualquier método posible el proyecto nuclear iraní, dañar la conexión de Teherán y Damasco con los grupos Hamas y Hizbulá, luchar contra la amenaza de Al Qaeda y, como postre, reclutar nuevos tiburones. Sin duda, los agentes más mortíferos aunque menos desapercibidos en el mundo del espionaje.
Fuente:elmundo.es
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