Ante los 193 países miembros de la ONU, Barack Obama pidió a los palestinos que no se empeñen en ser el Estado número 194 porque un asiento en ese foro diplomático será irrelevante para su vida sin un pacto con Israel.
"La paz no llegará a través de declaraciones y resoluciones en la ONU. Si fuera tan fácil, ya se habría conseguido. Al final, son los israelíes y los palestinos que deben vivir codo con codo y -no nosotros- los que deben alcanzar un acuerdo sobre los temas que los dividen, sobre las fronteras y la seguridad, sobre los refugiados y sobre Jerusalén", dijo Obama, que sólo recibió un aplauso templado en la Asamblea General de Naciones Unidas.
"La paz depende del compromiso entre gente que debe vivir junta durante mucho tiempo después de que hayamos terminado nuestros discursos y hayamos contado nuestros votos. Ésa es la lección de Irlanda del Norte, donde los antiguos enemigos superaron las diferencias. Ésta es la lección de Sudán, donde un acuerdo negociado llevó a un Estado independiente. Y ése es el camino para un Estado palestino, subrayó el presidente de EEUU, que animó, enfático, a las partes a ponerse en la piel del otro".
Nueva negociación
Hace un año, en este mismo foro, Obama pidió un Estado palestino independiente y miembro de Naciones Unidas, pero, como reconoce ahora él mismo, nada ha mejorado. "Creía entonces -y creo ahora- que los palestinos se merecen un Estado propio. Pero también dije que la paz genuina sólo la pueden conseguir entre los israelíes y los palestinos", dijo.
El presidente aseguró que siguen valiendo los principios para una nueva negociación que propuso en mayo, si bien EEUU ya no defiende tan claramente algunos de los parámetros básicos de entonces, como las fronteras de 1967 con intercambios limitados.
"Los israelíes deben tener un acuerdo que garantice su seguridad. Los palestinos deben saber cuál es la base de su Estado", insistió Obama, que se declaró "frustrado" y admitió que el conflicto que ha estallado esta semana en Naciones Unidas es "una prueba" para la política exterior de EEUU.
El escaso éxito de Obama
Al principio de su mandato, Obama se presentó como el presidente capaz de reconciliar al mundo musulmán con Occidente, pero desde su discurso de El Cairo en junio de 2009 sobre el "nuevo comienzo" el conflicto palestino-israelí sólo ha empeorado.
Las negociaciones de paz están bloqueadas, los asentamientos israelíes han sido causa de irritación entre Washington y Tel Aviv y ahora la Administración está enfrentada a los palestinos al amenazarles con el veto en el Consejo de Seguridad.
Su política en Oriente Próximo incluso está pasando al presidente de EEUU una factura doméstica con su electorado más local. Los demócratas perdieron la semana pasada unos comicios en un distrito de Queens y, en las encuestas, una parte de los votantes, mayoritariamente judíos, citaban la tensión con Israel como uno de los motivos fundamentales de su preferencia republicana.
Plan para reconducir a los palestinos
La UE y EEUU ya se han resignado a que Palestina pida este viernes ser un Estado de pleno derecho en Naciones Unidas en el Consejo de Seguridad, pero intentan diseñar un plan para reconducir a los palestinos a una demanda de menos peso.
La obsesión americana es que no tener que enfrentarse al veto en el Consejo y el presidente intentará convencer a israelíes y palestinos para que se vuelvan a sentar a negociar la convivencia de dos Estados con un calendario claro, intercambio de territorios y la capitalidad de Jerusalén Este para Palestina.
Obama se ha reunido con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Obama intentó recomponer la tensa relación con Tel Aviv. "Los lazos entre EEUU e Israel no se pueden romper", dijo el presidente de EEUU a Netanyahu. Obama insistió en que Naciones Unidas servirá de poco. "No se puede imponer la paz a las partes. Tiene que ser negociada", recalcó.
En cualquier caso, el primer ministro israelí se mostraba confiado en que el pulso de los palestinos en la ONU "no tendrá éxito" y alabó a Washington por amenazar con vetar la solicitud palestina de pertenencia en el Consejo de Seguridad. Obama, según Netanyahu, se podría colgar por esto "una medalla al honor".
El presidente de EEUU verá después a Abu Mazen, quien durante el discurso del presidente de EEUU en la Asamblea General se echó varias veces la mano a la enfrente con gesto de desaprobación.
Después de la petición palestina, el Consejo de Seguridad podría tardar meses en su debate. El plan alternativo de una resolución ante la Asamblea General -con la que Palestina sólo podría ser Estado observador- podría votarse, en cambio, en cuestión de pocas semanas, aunque fuera de la reunión inaugural de este año.
El Cuarteto de Oriente Próximo (UE, EEUU, Rusia y la ONU) pretende completar ese plan con una declaración donde se establezca un calendario claro de nuevas negociaciones de paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario