Casa de Israel - בית ישראל


Desde " Casa de Israel " trabajamos para hacer frente al antisemitismo , la judeofobia y la negación o banalización de La Shoá ( Holocausto) .
No olvidamos las terribles persecuciones a las que fue sometido el pueblo judío a través de los siglos , que culminaron con la tragedia de La Shoá .
Queremos tambien poner en valor y reconocer la fundamental e imprescindible aportación de este pueblo y de la Instrucción de La Torá , en la creación de las bases sobre las que se sustenta la Civilización Occidental.

"... עמך עמי ואלהיך אלהי ..."

domingo, 19 de febrero de 2017

Así está Israel luchando (y ganando) la ciberguerra - Carmelo Jordá


                                                                        

                              Nadar Zafrir, Daniel Gold, Evitar Mataya y Ofir Hason | C.Jordá

En un tiempo en el que la guerra convencional ha aprendido a distinguir entre objetivos militares y civiles, en el que ya no se entienden y se toleran con dificultad los bombardeos indiscriminados que, por ejemplo, caracterizaron la II Guerra Mundial, la ciberguerra ha vuelto a poner en el centro del peligro a los civiles y sus infraestructuras: un ataque informático puede detener la generación eléctrica en un país y dejar a buena parte a oscuras o sin calefacción, tal y como ya ocurrió en Ucrania en diciembre 2015; o saquear un Banco Central, como pasó en Bangladesh en febrero del año pasado; o parar toda la actividad en internet durante medio día y nada más y nada menos que en toda la Costa Este en Estados Unidos…
Las líneas entre lo militar y la delincuencia común se vuelven extremadamente difusas hoy en día y por eso desde Israel, un país que se sabe especialmente amenazado por sus enemigos fuera y dentro del ciberespacio, hay una seria preocupación por las implicaciones de estos ataques tanto con fines bélicos como simplemente criminales. Así, con la colaboración del sector público y del privado se está diseñando una estrategia global de prevención que cubra un aspecto y otro.
Durante una semana hemos recorrido Israel con un grupo de periodistas internacionales para conocer qué está haciendo el estado hebreo en un campo en el que ha logrado, como en tantas cosas alrededor de la tecnología, ser uno de los líderes mundiales.

Una preocupación al más alto nivel

Lo primero que queda claro en cuanto empiezas a profundizar en el tema es que Israel está desplegando una estrategia compleja y completa que ha estado impulsada desde los poderes públicos y, sobre todo, por una persona: Benjamin Netanyahu, al que más allá de filiaciones políticas todo el mundo reconoce un compromiso con las nuevas tecnologías y un papel esencial en su desarrollo en Israel.
Durante la celebración en Tel Aviv de la feria Cybertech nos explica esta estrategia Evitar Mataya, el director general de Dirección Nacional de Internet (National Cyber Directorate, hasta ahora National Cyber Bureau), que además presume –y con razón– del éxito israelí en el campo de las nuevas tecnologías: "Tenemos diez compañías en el Nasdaq y exportamos 4.000 millones de dólares al año, lo que nos convierte en el segundo país del mundo tras Estados Unidos".

 Un éxito que ahora quieren trasladar al mundo de la ciberseguridad tanto desde el punto de vista económico como teniendo en cuenta las necesidades de defensa del país: "Estamos buscando soluciones a nivel estatal que nos permitan identificar y prevenir la penetración en diferentes organizaciones".

La idea es crear algo que coloquialmente se ha dado en llamar Cyber Dome, en referencia al sistema Iron Dome (cúpula de hierro) que protege al país de los misiles. Se habla mucho del Cyber Dome en Israel. Aunque nadie sabe exactamente lo que será, Mataya no lo ve como un único sistema sino como "una combinación de varios, muchos" pero con una coordinación y una integración "a nivel del Estado".
Un trabajo para el que la Dirección Nacional de Internet cuenta con la industria: ya están trabajando grandes multinacionales, con empresas israelíes e incluso con start ups. Con unas y otras, a distintos niveles y en diferentes proyectos, la institución pública realiza una labor de coordinación.

Pero, sobre todo, Evitar Mataya nos transmite cómo esa preocupación por la ciberseguridad llega a las más altas esferas en el país: "Hay que estar preparados porque vamos a ver de todo", asegura, recordando que "en la última operación en Gaza vimos ataques y sabemos que, si vuelve a pasar algo allí o en el Líbano, volveremos a tenerlos", nos dice, apostando por un futuro en el que "habrá coordinación entre las ofensivas en el campo de batalla y los ciberataques".
"En un país como Israel en cada momento se están desarrollando decenas de ataques serios", nos explica Mataya, asegurando además que no es una peculiaridad: "En todos los sitios es así, y la cantidad depende sobre todo del tamaño de cada país".
Para enfrentarse a ellos en su oficina trabajan ya más de 100 personas "y serán cientos en un futuro cercano". Entre ellos perfiles como analistas tecnológicos, pero también gente del derecho, o de la empresa. Expertos que llegan de la industria, de la universidad, de las fuerzas de seguridad y, por supuesto, de las famosísimas unidades tecnológicas de las Fuerzas Armadas de Israel (IDF, por sus siglas en inglés).

Cuidado con la "casa de cristal"

El papel de la IDF es, efectivamente, fundamental, y para hablar de ello nos reunimos con un alto oficial de la rama ciber de la IDF, cuyo nombre y cargo concreto no estamos autorizados a revelar, según nos advierten sus asistentes justo antes de empezar la charla.
Con uniforme azul de la fuerza aérea nuestro interlocutor nos habla de la "jungla" en la que se ha convertido el mundo ciber, una selva, eso sí, en la que "con tocar una hoja tienes una información completa sobre todo lo que pasa en el bosque".
Un nuevo mundo que viene marcado por la llegada masiva del internet de las cosas y de su implicación, muy similar, en el campo militar. Un mundo que, además, está creciendo exponencialmente: "Hoy en día hay 4.000 millones de objetos conectados a la red, pero en cuatro años serán 72.000 millones, una progresión que hace necesaria una ciberdefensa mucho más compleja".

Todo, además, en "un espacio global" y en "un juego global" en el que ya no hay fronteras. Y es que la ciberguerra "desafía la idea misma de los estados nación, por poner un ejemplo, ¿qué leyes se aplican en un ataque a Israel con servidores de un país y lanzado desde otro?".
¿Qué es lo más importante en este entorno tan duro? Nuestro interlocutor lo tiene claro: "La defensa, la forma estratégica en la que defines tu defensa es esencial, porque si no tienes una buena defensa da igual tu capacidad de ataque: es como tener una casa de cristal y ponerte en la puerta a tirar pedradas a los que pasan".
Una defensa que tiene que tener en cuenta que "los ataques son siempre a objetivos civiles porque es más fácil y tu enemigo siempre atacará a tu eslabón más débil". Eso hace que sea necesaria una "estrategia nacional" con "instituciones que se encarguen a nivel nacional también de lo civil" y ofrecer incentivos adecuados a cada ámbito de la economía, "no regulaciones sino incentivos, porque tú no te mueves por la mañana por regulaciones sino por incentivos", puntualiza.
En conjunto, nuestro interlocutor ve la ciberguerra y el cibercrimen como "una nueva misión para los ejércitos de todos los países" que debe ser fundamental para un problema con el que nos enfrentaremos durante mucho tiempo: "Nos llevó siglos acabar con la piratería y aún así no hemos acabado con ella del todo, con el cibercrimen pasará lo mismo".

La élite de la élite: la Unidad 8.200

Esa participación del estamento militar en la defensa cibernética es especialmente eficaz en Israel, un país en el que el vínculo y las relaciones entre el ejército y la sociedad civil son mucho más fuertes. Un ejemplo perfecto de ello es Nadav Zafrir, actualmente CEO de Team 8, una compañía que él mismo ha fundado y que está dedicada a crear empresas especializadas en distintos aspectos de la ciberdefensa.


Pero antes de eso pasó 25 años trabajando para el Estado, muchos de ellos en el ejército, donde llegó a ser el máximo responsable de la conocida Unidad 8.200, el grupo de élite de la IDF para todo lo relacionado con Internet.
Zafrir describe la importancia que históricamente ha tenido la inteligencia militar para Israel: "Era fundamental, porque anticiparte con ella te daba el tiempo para llamar a los reservistas, era uno de los pilares de la defensa".
Para ello era necesario mantenerse "a la cabeza de la tecnología", pero eso en el siglo XX "no significaba supermodernidad". Hoy ya no es así: "Ahora con los móviles, internet, la convergencia entre la tecnología militar y civil" para estar en cabeza sí es necesaria esa "supermodernidad".
Zafrir nos habla también del impresionante proceso que se sigue en todo el país para reclutar a los mejores para esta unidad: "Se empieza a buscar a la gente con talento cuando están en el instituto, pero en lugar de preguntarles qué saben hacer, se trata de predecir lo que son capaces de aprender rápido".

Cuando la selección se hace tan pronto "tienes la posibilidad de elegir primero", pero luego "hay que entrenarlos muy rápido" y de una forma que, en ocasiones, no está siquiera al alcance de las universidades: "Les entrenan en el ejército porque de otra forma no estarían lo suficientemente actualizados", aunque en muchos casos también se les facilita una formación universitaria completa que la gran mayoría de los israelíes tienen que posponer hasta después de su servicio militar.
El resultado es excepcional: "Si eliges la gente correcta, los entrenas bien y les das los medios para trabajar, los frutos son maravillosos", nos dice. "Muchas cosas que creías que eran imposibles las resuelven en un momento" no sólo por su habilidad técnica o por sus conocimientos, sino en muchas ocasiones "porque tienen la capacidad de afrontar los problemas de una forma diferente, inesperada".
Cada año unos cientos de israelíes –por supuesto no podemos saber el número concreto–entran en esta unidad para cumplir su servicio militar, que es de 32 meses para los hombres y 24 para las mujeres. Tras ese plazo "unos pocos se mantienen, pero el 90% va rotando", y a los que dejan el ejército se los rifan en el sector privado, pero quizá no por lo que todos podríamos pensar: "Lo que se llevan de verdad relevante del ejército no son secretos militares, sino la forma de acercarse a los problemas, la actitud, el proceso".

Del Iron Dome al Cyber Dome

Daniel Gold es uno de esos nombres que levantan un respeto unánime en Israel, no sólo porque hoy en día sea el responsable de I+D del Ministerio de Defensa, sino por su brutal currículum tanto fuera como dentro del ejército, en el que llegó a ser brigadier general.


Durante una cena en Tel Aviv Gold nos explica las líneas generales de su trabajo en el Ministerio, en un departamento que, en contra de lo que se podría pensar, invierte un presupuesto enorme "en investigación casi pura": su labor se centra en los primeros pasos "hasta que pruebas que tu idea se puede llevar a la práctica" y, luego, del desarrollo final ya se encargan otros.
Se han identificado hasta once áreas prioritarias a las que se dedican los mayores esfuerzos y, obviamente, la ciberseguridad es una de ellas. Las inversiones son muy importantes, algunas dentro del ejército, pero también muchas en la industria privada que, Gold también insiste en esto, es igualmente importante para el sistema de ciberdefensa del país.

Ya hemos hablado del Cyber Dome que Israel está intentando crear y uno de sus grandes impulsores es Daniel Gold, casualmente –o no– la gran mente detrás del desarrollo del Iron Dome. Gold también nos explica algunas sus ideas al respecto: por supuesto no piensa en un único sistema centralizado sino en la combinación de muchos, pero sí tiene claro que es necesario que proporcione "una imagen completa de todo lo que pasa, como se tiene por ejemplo en el control aéreo".
"El mayor reto" de ese futuro Cyber Dome es "proteger las infraestructuras básicas civiles" que prácticamente sin que nos demos cuenta resultan esenciales para nuestras vidas: la redes de electricidad, los gaseoductos, los sistemas en los bancos…

El campo de prácticas del campo de batalla

Más allá de las grandes soluciones nacionales, si hay un lugar que enseña y evidencia el nivel de preparación del Israel para la ciberguerra puede que sea CyberGym, una empresa dedicada, precisamente, a que todo el mundo esté preparado para esos cibertaques.


Como un inmejorable símbolo de cómo ha cambiado el país en las últimas décadas, CyberGym ocupa parte de los terrenos y los edificios de una antigua granja agrícola en las cercanías de una gran central eléctrica. Lo que eran campos de naranjos ahora son edificios con las últimas tecnologías y las viejas casas de los agricultores forman un complejo ultramoderno en el que entrenarse para repeler un ciberataque.
Nos lo explica Ofir Hason, CEO y cofundador de la empresa que es fruto de la colaboración entre la Israel Electric Corporation y otras compañías: "Aquí todo es real: los ordenadores, los daños, lo que ocurre". El procedimiento es aparentemente simple: hay un "equipo rojo" que trata de sabotear los sistemas del cliente, un "equipo azul" que se defiende y un "equipo blanco" que monitoriza el entrenamiento para que nada indeseado ocurra.
"Los hackers son equipos extraordinariamente bien entrenados" nos cuenta Hason, que pueden reproducir "prácticamente cualquier ataque importante que haya ocurrido" en cualquier lugar del mundo. Por supuesto, antes de empezar se pacta lo que denomina "el nivel de amenaza: desde un hacker normal y corriente hasta un grupo terrorista patrocinado por un estado".


Lo más llamativo es que las propias instalaciones, prácticamente todo lo que vemos, son también elementos para el entrenamiento: valla de seguridad electrificada, las cámaras, las cerraduras, hasta la luz o el aire acondicionado son parte del sistema de entrenamiento. Hay también controles industriales como los que encontraríamos en los centros de gestión de una fábricas o unas instalaciones energéticas.
El entrenamiento no sólo se ocupa de la cuestión técnica sino que también se entrena a las empresas para contener un ataque desde el punto de vista institucional: capear la tormenta ante una junta de accionistas, en las redes sociales o con la prensa, así como a reducir los posibles costes en mercados bursátiles.
El lema de la compañía es"Espera lo inesperado"(Expect de unexpected), y lo cierto es que resulta imposible definir mejor en dos palabras lo que es la ciberdefensa en esa "jungla" que son las redes del siglo XXI.
La sensación es que, por difícil que parezca, Israel lo está consiguiendo y, encima, haciendo de ello un buen negocio.

Fuente: libertaddigital.com - C.Jordá



domingo, 12 de febrero de 2017

Masada y el Mar Muerto: donde Israel se vuelve increíble - Carmelo Jordá









Incluso en un país tan pequeño como Israel Masada está lejos: dos horas de autobús desde Tel Aviv en las que uno tiene la sensación de recorrer casi un continente empezando por la gran ciudad moderna y terminando en el desierto absolutamente árido, pero además pasando entre medias por las pequeñas aldeas o por zonas casi boscosas.
Lo mejor, no obstante, empieza cuando en mitad de una pronunciada pendiente la carretera deja su derecha una vistosa señal que marca el nivel del mar. A partir de ahí nos adentramos no sólo en un desierto que cada kilómetro parece más árido y más agresivo, sino en un terreno que tiene algo de mágico, ya que no de desconocido: las profundidades del punto más bajo que alcanza la tierra firme en todo el planeta.
Un poco más adelante llegamos prácticamente a la orilla cada vez más lejana del Mar Muerto: sus aguas espesas están tan quietas que si tiras una piedra puede que las ondas lleguen a Jordania, en la otra orilla, y reflejan la luz del sol en varios tonos de azul que forman dibujos abstractos sobre la superficie, plana como una plancha de metal.
Pero nuestro destino no es, por ahora, el Mar Muerto, así que el autobús sigue bordeando la costa del lago más salado del mundo hasta que unos kilómetros más al sur se desvía a la derecha en dirección a Masada, uno de los lugares más asombrosos en un país como Israel, lleno de sitios especiales y sorprendentes.

Masada y la historia

Masada es una oportunidad para acercarse a la historia de una forma extraordinariamente viva y en un escenario de una espectacularidad y una belleza tan abrumadoras que uno llega a pensar que no del todo real, que dejan en el viajero un poso de incredulidad: ni siquiera viéndolo te lo acabas de creer.
Remontándonos casi 2.000 años, tengo que empezar por contarles que Herodes el Grande el que amplió una pequeña fortaleza en Masada, una meseta de paredes verticales y prácticamente inexpugnable. El rey judío creo un gran complejo que al mismo tiempo era un palacio y un lugar en el que resistir un hipotético asedio: tenía, por ejemplo, un ingenioso sistema para recoger agua y guardarla en grandes aljibes.
La fama de Masada, lo que le ha convertido en un mito ocurrió unos años después: durante la rebelión judía que empezó en el año 66 y aprovechando que sólo había una pequeña guardia romana es tomada por un grupo de judíos muy radicales, que se refugian al completo allí en el año 70, tras la destrucción del Templo de Jerusalén. En total eran un millar de personas que se convierten en el último reducto que resiste a los romanos, como una aldea gala pero sin pócimas mágicas.
Como los romanos no se andaban con chiquitas envían a un ejército de unos 9.000 hombres y ponen cerco a la fortaleza. Llegan a Masada y siguen el procedimiento habitual en estos casos: construyen ocho campamentos y un muro que rodea la fortaleza. Nadie puede escapar ya y eso crea, además, una presión psicológica en los sitiados. Es lo mismo que hicieron, por ejemplo, en nuestra Numancia, pero con una gran diferencia: tanto los campamentos como el muro se conservan aún, sus ruinas son perfectamente visibles desde la fortaleza.
Cuando los romanos constatan que los judíos no tienen intención de rendirse empiezan el asedio y lo hacen a lo grande: construyen una gigantesca rampa de tierra para llegar a la altura de las fortificaciones. Buena parte de esa rampa es aún visible también, la historia está, como les digo, viva de una forma especial en Masada.

El asunto acaba tan mal como suelen acabar estas cosas: cuando constatan que van a ser derrotados y esclavizados los judíos prefieren matarse unos a otros y cuando llegan los romanos a la cima no queda nadie. O al menos esa es la historia oficial que ha servido para que en Israel se construya alrededor de Masada un cierto mito nacional -como en España se hizo con Numancia- que hoy en día algunos historiadores y arqueólogos cuestionan un tanto, sin dejar de aceptar la mayor parte de la historia, aunque esa es otra discusión que no podemos tener ahora.

¿Qué se puede ver en Masada hoy?

Lo primero es el paisaje impresionante que te rodea: el Desierto de Judea, las montañas y los acantilados a su alrededor y al fondo el Mar Muerto. Como les decía, es un lugar de una belleza sobrecogedora.

Y lo segundo un sitio arqueológico prodigioso, porque las condiciones climáticas del desierto han permitido un grado de conservación impresionante. Se han realizado también algunos trabajos de reconstrucción –siempre dejando claro qué parte es original y qué parte está reconstruida- y con todo podemos tener una idea muy buena de lo que era la fortaleza, de lo que eran las distintas estancias del palacio de Herodes…
Se pueden ver los almacenes, las termas, los palomares, las cisternas, se puede subir a la muralla y asomarse para ver los campamentos romanos a la misma distancia a la que los veían los sitiados… Uno de esos lugares, en suma, en los que no hay que tener mucha imaginación para viajar en el tiempo.

Un mar Muerto y fascinante

El viaje a Masada nos da, además, una oportunidad que no se puede despreciar: conocer el Mar Muerto, un rincón del mundo absolutamente único por algo que va más allá de las razones naturales que todos ustedes saben.

Porque sí, es el lugar más profundo de la tierra; y sí, es el agua más salada del mundo, eso está en los libros, lo que no está en los libros es esa superficie plana como un espejo en la que todo se refleja con precisión óptica; es esa atmósfera densa y silenciosa, un tanto mágica; es ese atardecer que hace diluirse a las montañas jordanas a sólo unos kilómetros pero que parecen en otra galaxia…
Luego está la experiencia del baño, por supuesto, insólita y para mí un tanto desagradable –sientes el mismo picor que sentirías metido en salmuera, porque al fin y al cabo estás metido en salmuera- pero que no hay que dejar de hacer al menos una vez en la vida porque es irrepetible.
Pero yo, la verdad, prefiero quedarme en la orilla, contemplando esa maravilla, ese un paisaje de una increíble belleza, desolada, salada pero verdaderamente alucinante, donde romper la lisa uniformidad del agua podría tener algo de herejía o, mejor dicho, quizá sería como invadir otro mundo.
Fuente : libertaddigital.com

jueves, 2 de febrero de 2017

Tel Aviv, de un pantano en la nada a capital mundial de la ciberseguridad

Familias fundadoras de Tel Aviv en 1909

Feria Cybertech en Tel Aviv | C.Jordá

En 1909 empezó a urbanizarse el terreno pantanoso y no muy salubre ubicado al norte del Jaffa. Unas pocas decenas de familias judías que tenían problemas en la milenaria ciudad compraron parcelas y empezaron a crear lo que hoy es Tel Aviv allí donde sólo había arena y ciénagas.
Poco podían imaginar esos pioneros que un siglo después aquella ciudad recién fundada no sólo sería una urbe moderna, vibrante cultural y económicamente, sino que en algunos aspectos se convertiría en un referente en todo el mundo.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en el campo de la ciberseguridad, en el que no sólo Tel Aviv sino todo Israel son un punto de encuentro y un polo de atracción mundial en un campo en el que el pequeño país hebreo acumula un densísimo sector, con decenas de empresas consolidadas y centenares de start ups -entre 400 y 500 según quién haga el cálculo-.
Y en ningún lugar y ningún momento eso queda más claro que en Tel Aviv durante la celebración de Cybertech, una conferencia y exposición en la que miles de profesionales de dentro y fuera de Israel -10.000 es el número oficial de participantes- han permanecido dos días escuchando a algunas de las personalidades más relevantes del sector a nivel mundial y también a destacados representantes políticos como el primer ministro Benjamín Netanyahu; el gobernador del estado americano de Michigan, Rick Snyder; o el popular alcalde -lleva en el cargo desde el 98-, Ron Huldai.


El apoyo de las autoridades israelíes que demuestra la presencia de Netanyahu -todos los años es uno de los ponentes de la feria- ha sido fundamental para el éxito del evento, que se ha convertido ya en el segundo más importante a nivel mundial para el sector de la ciberseguridad, sólo por detrás de la RSA en San Francisco.
Pero ese apoyo sobre todo ha sido clave para el propio crecimiento de un sector que en Israel es considerado esencial para la seguridad nacional y, también, un suculento negocio que está ya atrayendo un volumen considerable de inversiones: el 20% de los miles de millones que cada año las empresas privadas invierten en todo el mundo en este campo van a parar a Israel, "doscientas veces lo que nos correspondería por nuestra población", tal y como recalcó con evidente orgullo el propio Netanyahu en su intervención.
Unas inversiones que llegan desde todos los lugares del mundo, por supuesto desde Estados Unidos, pero también desde puntos tan lejanos -algo menos de Israel- como el Lejano Oriente y el Pacífico, un ámbito cuyas relaciones económicas con el estado hebreo no dejan de crecer, tal y como Chemi Peres -hijo del recientemente fallecido expresidente Simon Peres y un destacado emprendedor en este campo- señalaba en un encuentro con un grupo de periodistas extranjeros durante la propia feria en el que ha participado Libertad Digital.

De la gran multinacional a la pequeña start up o el Ejército

La feria ha sido un punto de encuentro llamativo entre los diferentes actores de un sector que destaca en Israel, entre otras cosas, por su variedad en muchos sentidos: así que los pabellones del centro de convenciones de Tel Aviv ha sido posible encontrar tanto al alto ejecutivo de la gran multinacional como al joven emprendedor de la pequeña start up.

Entre los primeros, por ejemplo, el CEO de Cisco, Chuck Robbins, una de las grandes empresas globales de Internet y que tiene una fuerte presencia en Israel. Robbins aseguraba en su intervención en la sesión inaugural que su empresa ha invertido en los últimos 1.500 millones de dólares en ciberseguridad, muchos de ellos en sus centros en Israel; o, llegado desde el propio Israel, Gil Shwed, creador de una de las grandes empresas de ciberseguridad del país, Check Point, y miembro de la lista Forbes con una fortuna valorada en 2.700 millones de dólares.
Entre los segundos los jóvenes emprendedores que en la parte de la exposición dedicada a las start ups tratan de mostrar sus ideas a posibles clientes o, mejor aún, inversores: en unas mesas altas en con una única gran pantalla y muchas muchas reuniones.
A todo esto hay que añadir la presencia de militares: todo el mundo en Israel es consciente de la importancia del Ejército en el desarrollo del sector tecnológico y dadas las implicaciones en la defensa que tiene la ciberseguridad no podían faltar en Cybertech.

Y junto a ellos visitantes de lo más variado, incluyendo un porción importante de asiáticos llegados desde India, China, Japón y Corea del Sur, mostrando la creciente vitalidad de las relaciones comerciales entre Israel y estos países.

Presencia española

Cybertech también ha contado con una pequeña pero exitosa presencia española: un stand de Instituto de Empresa en el que se anunciaban sus próximos masters en el terreno de la alta tecnología, uno de ellos de hecho centrado en ciberseguridad y que tendrá su primera edición en el próximo mes de octubre.
Hablamos con uno de los integrantes de la expedición del IE, Paco Ginel, que nos cuenta satisfecho que su stand "ha funcionado bastante bien, de hecho hemos tenido que traer más materiales de urgencia porque se nos acabaron los que teníamos previstos" nos dice, explicándonos que ha visto pasar a muchos israelíes por el stand, por supuesto, pero también "bastantes delegaciones de otros países".
Ginel, que ya ha estado en más ocasiones en Cybertech en su etapa en otra compañía cree que "desde luego la asistencia de personas de África, Asia y Europa justificaría que las empresas españolas se planteasen venir", lo que además sería una oportunidad de conocer un sector "interesantísimo" que está "muy avanzado, a un nivel que sólo ves en EEUU".
La más alta tecnología, sectores económicos punteros, grandes empresas, visitantes de todo el mundo... probablemente todo eso quedaba muy lejos de las aspiraciones de aquellos fundadores que levantaron Tel Aviv de la nada hace poco más de 100 años. O quizá sin saberlo del todo fue precisamente para esto para lo que crearon la que hoy en día es la ciudad más vibrante, emprendedora y floreciente de Oriente Medio.
Fuente :www.libremercado.com