Casa de Israel - בית ישראל


Desde " Casa de Israel " trabajamos para hacer frente al antisemitismo , la judeofobia y la negación o banalización de La Shoá ( Holocausto) .
No olvidamos las terribles persecuciones a las que fue sometido el pueblo judío a través de los siglos , que culminaron con la tragedia de La Shoá .
Queremos tambien poner en valor y reconocer la fundamental e imprescindible aportación de este pueblo y de la Instrucción de La Torá , en la creación de las bases sobre las que se sustenta la Civilización Occidental.

"... עמך עמי ואלהיך אלהי ..."

jueves, 14 de febrero de 2013

Muere Miep Gies, la mujer que ayudó a Ana Frank a ocultarse. Z"L

Junto a su marido y otros colaboradores, Gies mantuvo en secreto el escondrijo de la familia Frank, ubicado en un habitáculo existente en la parte posterior del local de su empresa, en el número 263 de Prinsengracht, en uno de los canales de Ámsterdam.

Durante dos años, los Gies se aseguraron de que la familia judía "era provista de comida y otros enseres esenciales, poniendo sus propias vidas en riesgo", según el relato de los hechos del Museo Ana Frank.

La vida de Gies (Viena, 15 de febrero de 1909) también estuvo marcada por la guerra y el afán de supervivencia. Llegó a Amsterdam en 1920 escapando de la carencia de alimentos en la capital austríaca tras la Primera Guerra Mundial, y conoció a Otto Frank, el padre de Ana, al pedirle trabajo para su compañía de comercio de especias.

El refugio de los Frank fue descubierto en junio de 1942 por las SS alemanas. Tras una breve estancia en un centro de detención de Amsterdam y en un campo de concentración holandés para judíos, los Frank y las otras dos familias que se ocultaban con ellos fueron trasladados en los últimos trenes que partieron hacia Auschwitz, en Polonia, y cuando solo faltaban semanas para que las tropas aliadas liberasen Holanda.

Edith, la madre, murió de inanición el 6 de enero de 1945 y Margot y Ana a consecuencia de una epidemia de tifus en Bergen Belsen (norte de Alemania), entre finales de febrero y principios de marzo de ese mismo año.

Sólo el padre, Otto Frank, logró sobrevivir y en diciembre de 1944 regresó a Amsterdam, donde Miep Gies y Bep Voskuijl le entregaron el diario de Ana. Desde que Otto Frank decidiera publicarlo por primera vez en 1947 el diario ha sido traducido a la mayoría de las lenguas y se han vendido varias decenas de millones de ejemplares.

Fuente:libertaddigital.com

Miep Gies, la mujer que encontró el diario de Ana Frank en el escondite donde se había ocultado la familia de la joven y se ocupó de que no cayese en manos nazis, ha fallecido este lunes a la edad de 100 años tras una corta enfermedad, informa una breve nota publicada en su página web. La anciana permanecía ingresada en una clínica desde Navidad, cuando sufrió una caída.
En 1942 Miep trabajaba de secretaria para Otto Frank, padre de Ana, cuando este le confió un secreto, habían decidido esconderse para escapar de la persecución a la que los nazis estaban sometiendo a los judíos. "Otto Frank, mi jefe, me pidió que pasara por su despacho. Cuando entré, me dijo: "Siéntate. Tengo algo muy importante que decirte. Una especie de secreto en realidad. Hemos pensado en ocultarnos, aquí, en este edificio. ¿Estarías dispuesta a ayudarnos, a proveernos de víveres?" Yo le contesté que sí, naturalmente", contaba la propia Gies en una entrevista publicada en la página web de la Casa de Ana Frank.

Miep y su esposo Jan, junto con Johannes Kleiman, Victor Kugler y Bep y Johan Voskuijl, ayudaron a los ocho judíos escondidos en la parte trasera del número 263 del Prinsengracht de Ámsterdam. Después de que los nazis descubriesen el refugio y arrestasen a la familia Frank y a los demás fugitivos, Miep Gies se encargó de recoger y proteger de los alemanes los papeles donde Ana Frank había estado relatando los dos años que permaneció oculta. En 1945 decidió entregárselo al padre, Otto, él único miembro de la familia que regresó de los campos de concentración. Ana Frank murió de tifus el 12 de marzo de 1945 en el campo de Bergen-Belsen.
Poco dada a la alabanza, la última superviviente del grupo de personas que escondió a los Frank, siempre recordó que los verdaderos héroes eran gentes como su propio marido, resistente en la Holanda invadida. A la vuelta de la guerra, la pareja acogió durante varios años en su casa a Otto Frank, que tomó la decisión de publicar el diario de su hija en 1947.
Desde la publicación de la obra, Gies viajó por todo el mundo para narrar sus experiencias durante el holocausto y criticar la persecución de los judíos por parte del régimen nazi, lo que le valió numerosos reconocimientos públicos a lo largo de su vida.
Fuente:elpais.com

miércoles, 13 de febrero de 2013

Alemania restaura una sinagoga marroquí del XVII

  • Una sinagoga marroquí del siglo XVII, abandonada y convertida en taller de alfombras y luego sala de boxeo, fue restaurada y presentada hoy al público gracias a una financiación del estado alemán en una emotiva ceremonia en la vieja judería de Fez.
    En lo que fue un acto de un canto a la tolerancia y la multiculturalidad que ha presidido la vida conjunta de judíos y musulmanes en Marruecos durante siglos, fue un islamista, el presidente del Gobierno Abdelilah Benkirán, el que inauguró la recién restaurada sinagoga de Slat al Fassiyin, junto al presidente del Bundestag alemán, Norbert Lambert.
    A la ceremonia asistieron además los ministros marroquíes de Interior y de Cultura, el alcalde de la ciudad de Fez (cada uno de ellos pertenecientes a partidos políticos distintos) y lo más granado de la ya exigua comunidad judía marroquí.
    Éxodo judío en Marruecos
    Hubo un tiempo, en la primera mitad del siglo XX, en el que vivían en Marruecos 400.000 judíos, 28.000 solo en la ciudad de Fez, que contaba entonces con más de 50 sinagogas.
    Hoy, los cálculos más generosos de la mayor comunidad judía en un país árabe cifran en 3.000 el total de residentes en Marruecos; casi todos ellos en Casablanca. De hecho, en la ciudad de Fez solo quedan 50, "todos ellos viejos, pues nuestros hijos han emigrado", como reconoce Armand Guigui, líder de la comunidad fesí.
    En las calles de la vieja judería, pegada al Palacio Real -un símbolo de la protección que los reyes marroquíes siempre dieron a los judíos-, ya no quedan hoy viviendas judías; todo lo más, algunos negocios de joyeros regentados por ancianos.
    Allí, en el fondo de una callejuela por la que hay que agachar la cabeza para acceder, se esconde la vieja sinagoga de Slat al Fassiyin, que se precia de ser "la más auténtica", porque era la que servía a los hebreos de Fez "de pura cepa", con un ritual distinto del de los judíos bereberes o los andalusíes (expulsados de España).
    El éxodo de los judíos de Marruecos se contabilizó por decenas de miles, tras la creación del estado de Israel y la independencia del país magrebí; las numerosas sinagogas, como las escuelas o los centros sociales hebreos, fueron abandonadas y cayeron en el olvido.
    "Lo cierto es que este país nos perdió sin quererlo, y nosotros nos marchamos sin querer", decía hoy, conmovida, Perla, una anciana judía de Casablanca, emigrada a Francia y con raíces españolas "de Toledo".
    Por la memoria judía
    La sinagoga de Slat al Fassiyin llegó a albergar un modesto centro de boxeo: de sus vigas centenarias colgaban sacos terreros donde los jóvenes del barrio ejercitaban los puños, mientras los techos de madera y artesonado se caían a trozos.
    Fue el difunto Simón Levy, el inquieto lingüista, etnólogo, político comunista e investigador del patrimonio judío, el que removió cielo y tierra para salvar la sinagoga de los fesíes, como lo hizo también con otros templos hebreos y cementerios repartidos en todo Marruecos.
    Un hijo de Levy, médico y residente en Berlín, tuvo la feliz idea de solicitar la ayuda del ministerio alemán de Exteriores, que comprendió que el proyecto entraba en su filosofía de salvaguarda del patrimonio de la UNESCO y la protección del pluralismo, como dijo el embajador alemán en Rabat, Michael Witter.
    Y aprovechando una visita a Marruecos del presidente del Bundestag alemán, se hizo pública la restauración de un templo construido en un estilo arquitectónico puramente marroquí, aunque las floridas lámparas y las estrellas de David en los muros recuerdan que no es un templo musulmán.
    Pero la bella sinagoga fesí ya nunca más será un lugar de oración: al haberse marchado toda la comunidad de la judería (y disponer de otros dos oratorios más modernos), la vieja sinagoga sólo tiene futuro como museo para turistas o centro cultural, como reconoce Guigui.
    Los judíos hoy congregados en Fez reconocieron la protección que siempre les brindaron los reyes alauíes, proclamaron su apego a sus raíces marroquíes, loaron las virtudes de la tolerancia y el pluralismo, pero tras marcharse la sinagoga quedó vacía y perdida en un callejón donde la memoria judía es solo eso: memoria.
    Fuente:intereconomia.com

martes, 12 de febrero de 2013

Falleció Sarah "Surika" Braverman, Fundadora del cuerpo de mujeres del ejército israelí muere a los 94 años

Sarah "Surika" Braverman, quien fundó el cuerpo de mujeres del ejército israelí, falleció este domingo a los 94 años de edad, en el Kibbutz Shamir, al norte de ISrael. En su juventud, esta valiente mujer saltó sobre Europa desde un paracaídad durante la Segunda Guerra Mundial.

Sarah Braverman nació en 1918 en Rumania y emigró a temprana edad hacia el Mandato Británico de Palestina. Participó en la organización militar pre-estatal Palmach y fue entrenada para saltar en paracaídas . Con Hanna Szenes y Haviva Reik saltó en 1943 al ocupado Eslovaquia para unirse a los partisanos. Sus dos compañeras activistas fueron capturadas y ejecutadas por los nazis.

Después de la fundación del Estado de Israel, Braverman sirvió en el ejército israelí. Una vez retirada, dio conferencias a soldados y oficiales sobre su salto en paracaídas en Europa, sobre la Segunda Guerra Mundial y los primeros días de Israel. Su ciclo de conferencias culminó cuando cumplió los 93 años.

En 1944, cerca de la frontera con Siria, al noreste de Israel, Braverman fundó junto con otros pioneros en el árido suelo el Kibbutz Shamir. Allí trabajó como secretaria del kibbutz. Políticamente, era activista de la "izquierda", del partido Meretz. La paracaidista siempre se pronunció a favor de un acuerdo de paz. "Salimos victoriosos de todas las guerras que hemos tenido, pero ninguna de estas guerras ha llevado a su fin al conflicto con los palestinos . Tenemos toneladas de heroísmo, pero carecemos de un par de gramos de coraje, necesarios para lograr la paz", citó de la recientemente fallecida el diario "Haaretz". En el 62º aniversario de la Independencia del Estado de Israel, tuvo el honor de encender una de las antorchas en la ceremonia oficial.

La ministro de Cultura y Deporte Limor Livnat (Likud) expresó su pesar por la muerte de Braverman: "Sarah fue una pionera y una fuente de inspiración para muchas mujeres en el Yishuv judío y más tarde en Israel", dijo al diario "Yediot Aharonot". "Surika fue una valiente luchadora por los derechos de la mujer en Israel, y allanó el camino para el enrolamiento de la mujer en el ejército israelí, a través de la creación del escuadrón de la mujer".

La última sobreviviente de los paracaidistas judíos del Mandato de Palestina fue enterrada ayer lunes en su Kibbutz Shamir.

Fuente:www.itongadol.com.ar



César Vidal: "El antisemitismo siempre se ha vestido de progresismo"

Cesar Vidal ha sido el invitado de la última edición de los diálogos Sefarad Convivencia que organiza la Casa Sefarad-Israel de Madrid. Presentado por Esther Bendahan, el director de Es La Noche De César ha hablado de la Biblia, de la relación entre judaísmo y cristianismo, de Jesucristo, de la historia de los judíos en España y, como no, sobre el antisemitismo, tanto en la historia como en la historia.

La conversación ha comenzado con los recuerdos de la más tierna infancia de Vidal, que ha contado cómo su padre le leía la Biblia y él se fue familiarizando con personajes como Abraham, los profetas o con el propio Jesucristo.

Esas lecturas fueron el primer contacto de Vidal con el judaísmo, una conexión que ha cultivado a partir de entonces durante prácticamente toda su vida y que le ha llevado a explorar múltiples facetas de la historia de los judíos, tanto desde el punto de vista religioso como del histórico y, por supuesto, de dentro y fuera de España.

Muñoz Molina y el antisemitismo
Por supuesto, parte de los estudios que ha realizado César Vidal alrededor del mundo de lo judío han sido sobre el antisemitismo y su más salvaje manifestación que fue el Holocausto.
Vidal ha explicado que hay aspectos en los que los "incubadores" del antisemitismo tienen muy poco que decir hoy en día, pero en otros, la música o los intelectuales por ejemplo, sí se está transmitiendo el odio a lo judío, a pesar de que los músicos que lo hacen "no tienen el talento de Wagner ni los intelectuales el de Nietzsche".
Preguntado por la polémica alrededor del premio otorgado en Jerusalén al español Antonio Muñoz Molina, que un grupo de "intelectuales" le había exigido que rechazase, César Vidal ha asegurado que este boicot le parece "gravísimo y previsible" y que se alegraba de que finalmente Muñoz Molina "haya ido a recoger el premio".

A este respecto, Vidal ha recordado que "el antisemitismo siempre se ha vestido de progresismo", incluso en sus versiones más crudas como el nazismo, que era "enormemente progresista: prohibió fumar en muchos lugares, dictó las primeras leyes ecologistas y hasta prohibió la vivisección de animales".

La importancia de los judíos en España

Otra parte de la conversación ha sido sobre la importancia que los judíos han tenido en la historia de España, especialmente en el "plano cultural" pero también en histórico, algo que es importante que se acepte en nuestro país, que no puede renunciar al legado de personajes como Maimónides, "de importancia fundamental en la historia de la humanidad".

Vidal también ha destacado el "amor a esa historia común y a la lengua española" que muchos sefardíes han mantenido aún siglos después de la expulsión, así como la influencia que los judíos de origen español han tenido en todo el mundo, la cultura e incluso la religión judías: "De los dos ritos sinagogales admitidos, uno es el sefardí", ha citado a modo de ejemplo.

Y es que para César Vidal la relación entre el judaísmo y España no puede ser más importante "a pesar de la abrupta ruptura en 1492" y ya es "bimilenaria", pues "de las religiones actuales fue la primera que se estableció en España y, de hecho, si llegó a expandirse el cristianismo fue porque había judíos".

Fuente:libertaddigital.com

domingo, 10 de febrero de 2013

Los ojos de Roman Vishniac

Niños de una escuela judía retratados por Roman Vishniac en algún lugar de Europa del Este. / Centro Internacional de Fotografía

Parece imposible que los ojos de un solo ser humano puedan abarcar todo lo que vieron los de Roman Vishniac a lo largo de su vida. Miró con la misma curiosidad a los seres humanos y a los animales. Paseó su mirada por más de una docena de países y por dos continentes. Disfrutó de la belleza y la bulla de esa edad de oro de las grandes ciudades que fueron los años veinte y treinta en Europa, pero con igual energía recorrió caminos inhóspitos que sólo podían ser transitados a pie o en mulo buscando las aldeas donde vivían comunidades judías aisladas, absortas en la religión y en la pobreza. Para llegar adonde estaba prohibido o donde sabía que no iban a recibirlo bien, Roman Vishniac se hacía pasar por viajante de telas, lo cual justificaba la maleta en la que llevaba su breve equipaje fotográfico.
Desde muy joven había tenido una inclinación extraordinaria hacia la fotografía y hacia los disfraces, y hacia los cambios de saberes y oficios. Cuando tenía siete años y vivía en Moscú se las arregló para acoplar una cámara primitiva a la lente de un microscopio que acababa de regalarle su abuela y tomar una foto de la pata de una cucaracha ampliada ciento cincuenta veces. Estudió biología y arte del Extremo Oriente. Cuando la vida se le volvió irrespirable en la Rusia soviética, Roman Vishniac se disfrazó de bolchevique y consiguió que el mismo Trotski le firmara un salvoconducto de salida para toda su familia.
Porque a los judíos
se les prohibió tener cámaras fotográficas, Vishniac salía a
veces con la suya disfrazado de nazi
Su padre había hecho una fortuna en Rusia fabricando paraguas. Cuando se instalaron en Berlín y vendieron las pocas joyas familiares que su madre había salvado, se encontraron en la pobreza. Su padre estaba enfermo y derrumbado. Con poco más de veinte años, en Berlín, Roman Vishniac tenía que sostener a toda su familia, incluida su esposa, porque acababa de casarse. Trabajó en una lechería, en una empresa de seguros, en una tienda de máquinas de escribir, en una fábrica de coches. De algún modo se las arregló para proseguir estudios universitarios de endocrinología, de óptica y de arte oriental. Inventó una manera de usar la luz polarizada para revelar la estructura interna de los seres vivos. Con sus dos cámaras portátiles, una Leica y una Rolleiflex, iba por Berlín tomando fotografías de los lugares y la gente, casi siempre inadvertido. Se instalaba en un portal y disparaba hacia fuera, el rectángulo de sombra de la puerta convertido en el marco y en la boca del escenario en el que se perfilaban los personajes casuales de la ciudad. Es un Berlín de calles adoquinadas, de bicicletas, tranvías, coches negros, motos rutilantes, rótulos de comercios, grandes carteles de teatros y cines.
Poco a poco, al principio de una manera tan intermitente que pueden no ser advertidas, en las fotos berlinesas de Roman Vishniac empiezan a aparecer esvásticas: una esvástica pintada en el escaparate de una tienda, una banderita colgada de un balcón. Porque a los judíos se les prohibió tener cámaras fotográficas, Vishniac salía a veces con la suya disfrazado de nazi. Tenía otro truco para tomar fotos sin peligro de la deriva visual monstruosa que iba tomando la ciudad: salía con su hija, y la hacía pararse sonriente delante de un cartel antisemita, o de la entrada de una tienda de ortopedia en la que se anunciaba con letras grandes un aparato para medir las diferencias entre el tamaño del cráneo de los arios y de los judíos. En 1935 emprendió uno de los grandes proyectos de su vida: recorrer la Europa central y oriental para documentar fotográficamente la vida judía. La mayor parte de sus amigos descartaban las amenazas de exterminio de Hitler como delirios de un demagogo. Roman Vishniac, a quien se ve que su disposición activa y jovial no le interfería con la lucidez, estuvo convencido muy pronto de que Hitler hablaba en serio. Durante casi cuatro años enteros recorrió barrios judíos en ciudades, se abrió paso por caminos invernales cegados de nieve, visitó pequeñas comunidades rurales y arrabales populosos. Retrató a campesinos, a estudiantes del Talmud, a patriarcas barbudos, a niños de ojos grandes y asustados, a familias enteras amontonadas en sótanos, a mujeres de belleza pensativa rodeadas de penumbra, a vendedores ambulantes, a pícaros. Ver sus fotos es invocar el mundo de los cuentos de Isaac Bashevis Singer. En una aldea de Checoslovaquia lo tomaron por un espía y lo tuvieron en un calabozo durante un mes. En Zbaszyn, en diciembre de 1938, en la frontera de Alemania y Polonia, se las arregló para colarse en un campo donde se amontonaban en cuadras y barracones en medio del barro y la nieve judíos polacos expulsados de Alemania a los que el Gobierno polaco se negaba a aceptar. Salió de allí saltando la alambrada con su maleta y mandó las fotos que había tomado a la Sociedad de Naciones.
Volvió a Europa después de la guerra y tomó
fotos de las mismas
calles de Berlín en las que había vivido, ahora cordillera de ruinas
Con un pasaporte de Estonia escapó de Alemania en 1939 y se instaló en Francia. Pero la ocupación soviética de las repúblicas del Báltico lo convirtió en un apátrida y el Gobierno de Vichy lo mandó a un campo para extranjeros indeseables. Logró llegar con su familia a Nueva York en 1940 y se encontró por tercera o cuarta vez teniendo que empezar otra vida en un mundo ajeno a él. Hablaba ruso, alemán, francés, polaco, eslovaco, ruteno, italiano, pero estaba perdido porque no sabía inglés. Fingiendo ir de parte de un amigo común se presentó en casa de Einstein, en Princeton, y aprovechando un descuido le hizo su mejor retrato. Volvió a Europa después de la guerra y tomó fotos de las mismas calles de Berlín en las que había vivido menos de diez años antes, ahora cordilleras de ruinas. Le contaron que la casa de su infancia en Moscú había sido derribada para hacer sitio a una ampliación de la cárcel Lubianka. La inmensa mayoría de las personas a las que había retratado en las más de cinco mil fotos que tomó durante sus viajes habían sido exterminadas.
Había inventado un sistema para tomar fotos a través de los ojos de una luciérnaga. De vuelta a Nueva York, durante los años cincuenta, logró asombrosas fotos en color de avispas en vuelo, de medusas, de algas unicelulares, de glóbulos rojos, de larvas de insectos, del tapiz celular de una mano humana, del interior de una raíz, de la sección de una aguja de pino, de las metamorfosis de renacuajos, de los cristales de nieve cuando empieza a derretirse al sol. Para no espantar a los insectos a los que estudiaba se frotaba con hierba y tierra disimulando su olor y había aprendido a contener la respiración durante un máximo de dos minutos. Se negaba a fotografiar animales muertos. De niño lo habían llevado a pescar, cuando atrapó un pez y al sacarlo del agua vio la sangre y el anzuelo que le atravesaba la boca lo estremeció un remordimiento que no olvidó en toda su vida. Murió en Nueva York, en el mismo barrio de refugiados europeos al que había llegado en 1940. Tenía 92 años y había visto tantas cosas que a veces se extraviaría por sus recuerdos como por las vidas de muchos otros hombres.
www.antoniomuñozmolina.es

jueves, 7 de febrero de 2013

El Sr. Muñoz Molina tiene miedo y utiliza la retahíla de siempre , " ... no todos los israelíes son malvados " . Busca quedar bien con Israel y que los otros le " perdonen la vida" . De todas las formas , no le perdonaran Sr. Molina.

Muñoz Molina: "España convierte a los israelíes en un bloque compacto y malvado"


LIBERTAD DIGITAL
Antonio Muñoz Molina ha contestado al grupo de intelectuales que, esta misma semana, le enviaron una carta para intentar que no viajara a Israel a recoger el premio que le ha entregado la Feria Internacional del Libro del país. El escritor publica una entrada en su blog en la que se declara extrañado por tener que explicar los motivos que le llevan a recoger un premio que han recibido algunos de los autores que más admiración y respeto le inspiran, y de los que "en bastantes casos ha aprendido lecciones no sólo de maestría literaria y rigor intelectual sino también de decencia civil".
Muñoz Molina intenta explicar "por qué no acepto ni he aceptado nunca las simplificaciones y los estereotipos sobre Israel que se difunden con tanto éxito en Europa, y particularmente en España, donde tan amigos somos de las diatribas binarias: blanco o negro, bueno y mano, derecha e izquierda, etc", señala.
Según el escritor, la visión maniquea que tenemos en España con respecto al conflicto llega a "convertir a los israelíes en un bloque compacto y malvado" e incluso "confundir israelí y judío". "Al fin y al cabo estamos en un país donde hay pocos judíos y donde los pocos que hay procuran no hacerse muy visibles, y donde la ignorancia, aun la que carece de mala intención, puede ser alarmante", avisa.
Cuenta Muñoz Molina cómo, con relativa asiduidad, su mujer –la también escritora Elvira Lindo- y él han sido abordados en Nueva York por algún español que les preguntaba dónde está "la calle de los judíos". Resalta con ello el hecho de que "para mucha gente en España un judío es un ultraortodoxo con levita y sombrero negro, barba y tirabuzones" y que cuesta poco "añadirle a la caricatura un fusil automático para convertirlo en un colono armado en los asentamientos de Cisjordania". El escritor considera "ultrajante" este reduccionismo "de un país a unos cuantos lugares comunes, a los términos excluyentes" porque la realidad es mucho más compleja.

Nada de lecciones

Muñoz Molina habla claro: "Yo no creo que haya que elegir entre estar con los israelíes o estar con los palestinos. Estar a favor de los unos implica necesariamente defender a los otros, porque sólo un acuerdo justo y practicable puede garantizar el porvenir de Israel y el de Palestina".
Sobre los defensores propalestinos (muchos de ellos, firmantes de la misiva a él dirigida) Muñoz Molina afirma que "es legítimo defender desde Europa los derechos de los palestinos, pero no se trata de un mérito que nos ponga moralmente y políticamente por encima de los ciudadanos de Israel". Y es que, como recuerda él mismo, mucha gente en Israel "milita en defensa de esos mismos derechos, y critica con rigor y coraje los abusos que se cometen en los territorios ocupados, y participan activamente en organizaciones solidarias y de defensa de los derechos humanos, en proyectos de convivencia entre judíos y árabes, en escuelas bilíngües donde niños del uno y del otro lado, para aprender a convivir, empiezan por aprender la lengua de los otros".
Muñoz Molina dice no sentirse por encima de esas personas, y no cree que "ninguno de nosotros, en la seguridad de Europa tenga que darles ninguna lección". Argumenta que "nosotros no tenemos cerca de nuestro país a regímenes dictatoriales o teocráticos cuyos dirigentes proclamen expresamente su voluntad de borrarnos del mapa". Y añade más sobre la postura europea con respecto a Israel: "No hay abuso del pasado que justifique ningún abuso del presente, pero cuando en Europa se juzga con tanta superioridad moral a Israel quizás convenga recordar el hecho de que ese país existe, sobre todo, porque hubo una época no lejana en la que ser judío en esa misma Europa era estar condenado al exterminio, y en la que los que conseguían huir no encontraban simpatía en ninguna parte, sino expulsiones y fronteras cerradas", recuerda.
Rechaza, además, acudir a por el premio "armado de suficiencia o de arrogancia a decirles a los ciudadanos cosas que muchos de ellos saben, denuncian y debaten, en una sociedad abierta en la que la libertad de expresión se practica con una viveza, un apasionamiento y una seriedad ejemplares". "Si acaso" señala "me conviene escuchar y aprender de muchas personas, escritores o no, que siento que se parecen a mí, en sus aficiones, en sus intereses, en sus convicciones democráticas y laicas, en su defensa de las igualdad entre las personas y la justicia social".

 

martes, 5 de febrero de 2013

Antonio Muñoz Molina, presionado para no recoger un premio en Israel

  Sr. Muñoz Molina , no sea usted cobarde . Israel es algo más que " una sociedad plural" como usted dice , es un pais democrático que quiere ser destruido por sus vecinos y que está asediado por el terrorismo desde hace más de 60 años . No empiece usted con esas monsergas de que ser judío es una cosa , israelí otra . Que una cosa son los israelíes y otra la política del gobierno , etc.. y bla,bla ,bla. Ese es un lenguaje de cobardes , para eso , mejor que se quede en casa y no vaya a recoger el premio. ( " Casa de Israel ")

El grupo anti-israelí advierte al escritor de que si recoge el galardón, será "cómplice de los crímenes de Israel".

Una semana después de que se conociera la concesión del Premio Jerusalén al español Antonio Muñoz Molina, los grupos anti-israelíes y propalestinos ya han comenzado su campaña contra el escritor, quien anunció que viajaría al país a recoger el galardón.
Se trata del mismo grupo de intelectuales que ya han alentado este tipo de boicots en otras ocasiones: el coautor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (y autor del manifiesto Indignaos), Stéphane Hessel , el cantante Roger Waters, el cineasta Ken Loach, el escritor y dramaturgo John Berger, el escritor y columnista Luis García Montero, la autora norteamericana Alice Walker, el guionista británico Paul Laverty y el poeta surafricano Breyten Breytenbach.
En el pasado presionaron a músicos como Leonard Cohen - que tuvo que suspender un concierto en Ramala- , Serrat y Sabina, The Pixies, Rihanna, Metallica, Elvis Costello... tratando de conseguir que no actuaran en Israel. Un boicot musical perfectamente organizado. 
El grupo señala que tienen "la obligación de revelar al público lo que los opresores intentan mantener oculto, renunciar a que les hagan cómplices de sus violaciones y crímenes, y reclamar en voz alta: Justicia, Libertad y Dignidad para los oprimidos".
Los firmantes solicitan a Muñoz Molina que "reconsidere su posición y renuncie al Premio Jerusalén", tal como indicó el movimiento global de Boicot, Desinversión y Sanciones contra el Apartheid israelí. La iniciativa ciudadana israelí "Boicot desde dentro", ha denunciado que la Feria del libro de Jerusalén, en cuyo marco se entregará el premio, constituye "una ocasión propagandística para promover la imagen de Israel y presentarla como modelo".
Esta organización también ha declarado que, de aceptar el Premio, el autor de Sefarad "será cómplice de los crímenes de Israel contra los derechos humanos y de su política del "aquí no pasa nada". Dos grupos propalestinos, la española Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) y la Campaña Palestina de Boicot Cultural y Académico contra Israel (PACBI), pidieron el pasado día 28 al escritor que renuncie a recoger el premio literario Jerusalén en esa ciudad.

Molina: "Israel es una sociedad plural"

Cuando recibió el premio, Muñoz Molina subrayó que en Israel "hay muchas personas y organizaciones que militan a favor de la paz", y puso como ejemplo la orquesta del famoso director Daniel Barenboim que agrupa a músicos israelíes, palestinos y españoles. "Elijo estar de parte de esa gente antes que boicotear a un pueblo entero", añadió el escritor, que lamentó que "en España a veces no se distingue entre qué es ser judío o israelí, o entre el estado de Israel y las políticas concretas del Gobierno israelí de cada momento".
Antonio Muñoz Molina recalcó cuando anunció su intención de acudir a recoger el premio que hay que distinguir entre un estado y las políticas concretas de sus gobiernos y añadió que "a veces se olvida que Israel es una sociedad plural en la que hay voces que están en contra de las políticas del Gobierno israelí en los territorios ocupados". El miembro de la Real Academia afirmó además que se trata de un asunto "muy delicado" y que desea evitar entrar en un cruce de declaraciones y contradeclaraciones.
El escritor, que es profesor de la New York University, es autor de obras como El jinete polaco, Sefarad o Plenilunio y recogerá el premio el próximo 10 de febrero, en la inauguración de la feria internacional del libro de Jerusalén, en un acto en el que participará el presidente israelí, Simón Peres, entre otros.
Fuente:libertaddigital.com