Para los políticos seculares, es un "día histórico”. Para los
diputados ultraortodoxos “un día negro”. Lo que es un hecho es que el
proyecto de ley aprobado por el Gobierno de Benjamín Netanyahu -siempre y
cuando se cumpla en toda su extensión y espíritu- provocará un gran
cambio en la sociedad israelí: los jóvenes ultraortodoxos deberán cumplir el servicio militar obligatorio a partir del 2017.
“Tras 65 años, corregimos por fin un error histórico. Es una medida
que beneficia a la población ultraortodoxa y en general a toda la
sociedad israelí. Es algo excepcional. Estamos muy emocionados. Es algo
que desmanteló Gobiernos en Israel, fulminó carreras de políticos y hoy
tras sólo tres meses y medio de Gobierno, aprobamos este cambio
histórico”, ha declarado Yair Lapid, ministro israelí de Economía y
líder del partido centrista Yesh Atid.
Palabras que han acompañado la aprobación del plan según el cual sólo 1800 “estudiantes prodigio de la Torá” podrán seguir gozando de la exención
que se aplica a todo el sector ultraortodoxo judío (jaredí). Una
población formada por numerosas corrientes, ideologías y orígenes que se
unían en su derecho (y necesidad) de no hacer la mili alegando sus
intensos estudios diarios de la Torá.
Críticas y alabanzas
"Es un día negro en la historia de la comunidad judía asentada en la
tierra de Israel. Netanyahu no es capaz de liderar y hace lo que le dice
Lapid. Es un desagradecido ya que golpea a los ultraortodoxos que le
apoyaron como primer ministro en el 96 y en el 2009. Netanyahu nos ha traicionado”,
responde muy enfadado Meir Porush, diputado del partido Judaísmo de la
Tora, en la oposición, que augura un "fracaso" de la ley. No descartan
organizar nuevas manifestaciones de protesta. Una de las más
multitudinarias tuvo lugar hace unas semanas en Nueva York donde vive
una importante comunidad jaredí.
Ante los 14 ministros que han votado a favor y ninguno en contra,
cuatro se han abstenido porque el nuevo proyecto de ley no obliga
también a los árabes israelíes, el otro sector que gozaba y seguirá
gozando de la exención del Ejército o del servicio social alternativo.
"Espero que seamos testigos del alistamiento de los estudiantes de
las academias religiosas y su ingreso voluntario al servicio social
alternativo para crear una sociedad más igualitaria y justa", ha dicho
el ministro Yakov Peri, jefe de la comisión que redactó el texto que
debe pasar por en el Parlamento de Jerusalén.
Una medida histórica
En su alocución, Netanyahu presume que es la primera vez que se toma esta medida en 65 años de historia de Israel.
Eso sí, omitió que él mismo encabezó dos Gobiernos (96-99, 2009-2012)
opuestos a llevarla adelante. Entre otras cosas, porque necesitaba el
voto del partido ultraortodoxo Shas para gobernar.
"Nosotros haremos este cambio de forma gradual, teniendo en cuenta
las necesidades especiales de la población ultraortodoxa. Esta ley tiene
dos objetivos: integración de los jóvenes jaredim en el servicio
militar o civil y, no menos importante, en el mercado laboral", afirmó
Netanyahu intentando reconciliarse con sus ex aliados.
Asimismo, se refirió a las críticas por no haber incluido a los
árabes israelíes en la obligación militar: "Doy una gran importancia a
que los árabes se integren en la igualdad de la carga (servicio militar o
social). En este proyecto, hay una referencia pero en mi opinión, no es
del todo completo y debemos seguir tratando este asunto".
'Tsáhal, es el ejército del pueblo'. Es un conocido lema en Israel
desde que se creó en 1948, año del ataque de varios ejércitos árabes en
la que seria su guerra de independencia. Al cumplir la mayoría de edad, los chicos en Israel deben realizar tres años de servicio obligatorio mientras las chicas, dos. La nueva ley reducirá cuatro meses el servicio masculino y aumentará en cuatro el de las mujeres.
Asimismo, incluye sanciones delictivas para los ultraortodoxos y sus academias que rechacen el reclutamiento. Está previsto que afecte anualmente a unos 8.000 jóvenes.
Pese a todo, hay dudas de que la nueva ley consiga la plena igualdad
ante la oficina de reclutamiento ya que algunas cláusulas permiten una
interpretación ambigua, numerosos rabinos se oponen con rotundidad o
porque se aplicará sólo dentro de cuatro años. Tiempo suficiente para
que Israel cambie varias veces de Gobierno.
Fuente:elmundo.es
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