Aunque es la crónica de una muerte anunciada y la única sorpresa es que Ariel Sharon
viviera ocho años desde su masivo derrame cerebral, los israelíes se
vuelcan este domingo en la despedida de uno de sus principales militares
y dirigentes.
Como si la máquina del tiempo regresara al 4 de enero del 2006, le
siguen recordando como primer ministro o, como se escribe en los diarios
dedicados casi en exclusiva a su fallecimiento y legado, "el hombre de los hechos y no de las palabras que con todos su aciertos y errores fue vital en la historia de Israel".
Mientras la cúpula política y militar --encabezada por el presidente,
Simón Peres, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el jefe del
Estado Mayor, Benny Gantz-- envía mensajes de condolencia, miles de
israelíes se dan cita este domingo en la Knésset (Parlamento) de Jerusalén para rendir el último tributo ante su féretro.
El ataúd de Ariel Sharon en el momento de entrar en el Parlamento.
Efe
"El Estado de Israel está de luto", resume Peres, que se ha quedado a
sus 90 años como 'el último mohicano' de un país que pronto cumplirá 66
años. El último exponente del liderazgo de la generación que acompañó
al fundador, David Ben Gurion. Desde su primer encuentro en 1953, Peres y
Sharon mantenían una excelente relación pese a su grandes diferencias
ideológicas.
Este domingo, Peres ha depositado el primero una ofrenda floral
frente a sus restos, ataviado con una kipá y un traje negro.
Posteriormente, le han seguido el presidente del Parlamento, Yuli
Edelstein, mientras dos rabinos recitaban salmos y oraciones fúnebres.
El funeral, de caracter militar
Si este domingo miles de habitantes de Israel se despiden de su primer ministro, el lunes será el turno de algunos dirigentes y representantes extranjeros. El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, y el ex primer ministro británico Tony Blair discursarán en la ceremonia estatal en la Knésset.
El funeral tendrá carácter militar y culminará a las 14.00 horas del
lunes con un acto familiar en la 'Colina de las anémonas' frente a su
rancho, la Granja Shikmin, al sur de Israel. El ataúd será llevado por
ocho generales. Allí sus restos descansarán con los de su esposa Lily,
fallecida hace 13 años. Ambos estuvieron casados 37 años. Se da la
circunstancia que era la hermana de Margalit, la primera esposa de
Sharon que falleció en un accidente de coche.
Los operarios preparan la tumba de Sharon.
Afp
Entre los asistentes al acto íntimo en el funeral, no faltará su
estrecho asesor Uri Shani que ha sintetizado uno de los principios de
'Arik', como se conocía a Sharon: "Decía que quien mata judíos en Israel o en el resto del mundo debe saber que lo pagará caro.
Puede ser en una semana o en 10 años pero llegaremos a él". El ministro
del Interior, Jorge Fernández Díaz, de visita en la región, será quien
represente al Gobierno español en la ceremonia.
Los medios de comunicación israelíes --en su gran mayoría muy
críticos con Sharon hasta que se convirtió en un popular primer ministro
que doblegó la Intifada y se retiró de Gaza-- dedican una espectacular
cobertura desde que este sábado Guilad, su inseparable hijo en vida y en
coma, confirmase así la noticia: "Ya está. Se ha ido cuando ha decidido
irse".
Figura de la historia contemporánea
Los comentaristas destacan que con todas sus luces y sombras su
objetivo principal era la seguridad de Israel. "Excepto David Ben
Gurion, no hay otra figura que tiene en su haber tantos capítulos en la
historia contemporánea de Israel como Ariel Sharon. Para bien y para
mal", escribe Shimon Shiffer en 'Yediot Ajaronot'.
El veterano analista militar Ron Ben Ishai le define como "el heredero de Yehuda el Macabeo". "Arik era un estratega excepcional
que entendió la realidad como un libro abierto, como solamente un
agricultor lo sabe hacer; él también supo predecir los movimientos y las
reacciones del otro lado, a los que había conocido desde su infancia.
Todo esto hizo de Sharon uno de los más exitosos comandantes de campo de
alto rango en el Tsahal. Posiblemente fue el más exitoso. Es el único
que posee el crédito personal de dirigir cuatro guerras de batallas terrestres y que inclinaron la balanza, decisivamente, a favor del Ejército israelí durante la guerra", afirma Ben Ishai.
El luto y resignación en Israel contrastan con las muestras de alegría de palestinos en Ramala, Gaza o el Líbano.
Si para muchos israelíes fue su "protector y héroe" para los palestinos
se trata de "uno de los mayores criminales". Algunos quemaron los
retratos de Sharon, mientras el portavoz del grupo islamista Hamas, Sami
Abu Zuhri, cree que "su muerte tras ocho años de coma es el castigo de
Alá".
En los círculos más radicales entre los colonos israelíes tampoco lloran la muerte del que en su opinión "traicionó a Israel con la evacuación de judíos de Gaza y el norte de Judea y Samaria (Cisjordania)".
Una muerte definida por Hamas como "momento histórico del pueblo
palestino". Por motivos muy diferentes, también lo es para el pueblo
israelí.
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