a Universidad Complutense ha vuelto a ser esta semana el centro de la polémica. En esta ocasión, el escenario ha sido la Facultad de Ciencias Políticas, donde el pasado martes debía celebrarse una conferencia sobre el 25 aniversario de las relaciones bilaterales entre España e Israel con la participación, entre otros, del embajador hebreo, Raphael Schutz. Según ha denunciado la propia legación diplomática, el acto no llegó a celebrarse por «motivos políticos». El portavoz de la embajada, Lior Haiat, asegura en su blog «Off the record» que «una vez más vemos cómo este espacio universitario deja poco espacio o apenas nada para otros pensamientos que no encajan con su pensamiento único. Han censurado unas voces y una actividad cuyo único objetivo era el de tratar el tema de las relaciones entre España e Israel». Fuentes diplomáticas consultadas por LA RAZÓN expresaron su profundo malestar por una situación que «viene de lejos» y que demuestra que la Facultad de Políticas es un terreno vedado para ciertas voces. De hecho, según las mismas fuentes, «el embajador no ha llegado a asistir nunca a un acto en esa Universidad», donde, en cambio, se suceden cada semana eventos de naturaleza bien distinta.
Antecedentes de insultos
El estudiante organizador del seminario, Andrés Castillo, solicitó con una semana de antelación el aula para la celebración del evento, que contó con la aprobación y la firma del vicedecano de estudiantes. Sin embargo, según explica él mismo, le pidieron que lo retrasara, «que estaban dispuestos a hacerlo más tarde, en fechas tan dispares como el mes de octubre». Castillo, que se licencia este mes de junio, ya ha tenido experiencias similares en el pasado. En 2008 organizó una mesa redonda sobre antisemitismo en la misma facultad que terminó con insultos de parte de la audiencia a los ponentes. Fuentes del Decanato han explicado a este diario que «el acto no se canceló porque no se había llegado a aprobar». La vicedecana de Relaciones Internacionales señaló por escrito a Castillo que dada la relevancia académica del acto se debía organizar «con rigor y sin premura». Sin embargo, el estudiante y la Embajada coinciden en que el Decanato ha tratado de evitar que la asistencia del embajador a una facultad tan politizada echara más leña al fuego después de la profanación de la capilla de Somosaguas que tan «mala prensa» ha generado. Las explicaciones dadas por el decano del centro, Heriberto Cairo Carou, a Schutz no parece haber disipado la sensación que tienen en la Embajada de que no son bienvenidos en un centro «que debía servir para fomentar el debate» y que se ha escudado en «motivos burocráticos y de papeleo». Las mismas fuentes consideran que la censura previa que rige en este centro hace muy difícil que surjan iniciativas como la de Castillo, que asegura entre enfadado y avergonzado que «por las excusas que me dieron tuve la impresión de que nunca estuvieron por la labor».
«Carta blanca» para algunas causas
Esta misma semana han tenido lugar siete actos diferentes en una facultad que Israel considera «vetada» para sus representantes. Entre otras «causas», los estudiantes de Ciencias Políticas se han manifestado en el último mes a favor de Sortu o en contra de la guerra contra el dictador libio, Muamar Gadafi. Para estos actos, según el organizador de la fallida conferencia hispano-hebrea, no han hecho falta tantos permisos, ya que ciertos grupos parecen contar con «carta blanca» y «ni siquiera avisan» de lo que van a hacer. Pueden hacer «lo que quieran y donde quieran», denuncia.
Fuente:larazon.es
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