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"Si alguien está interesado en la manera en la que estoy resolviendo el problema, está todo ahí, dejen que vayan y lean todo sobre él", dijo a The Telegraph. "He publicado todos mis cálculos. Esto es lo que puedo ofrecer a la gente".
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LONDRES.- Es tal vez el hombre más inteligente del planeta: un genio enigmático y dado a recluirse que asombró al mundo académico al afirmar haber resuelto uno de los problemas más difíciles de las matemáticas. Es candidato al equivalente al Nobel de las matemáticas por su trabajo sobre las posibles formas del universo. Pero los rumores aseguran que el brillante matemático ruso desdeñará el grandioso galardón que tanto codician otros científicos.
Desde que Grigory Perelman revelara la solución en 2002 a un problema matemático de un siglo de antigüedad, se ha visto sometido a un escrutinio sin precedentes por parte de las más despiertas mentes académicas. Ninguna ha logrado encontrar un solo error.
El próximo martes se espera que sea premiado con una Medalla Fields, el máximo galardón matemático, en el Congreso Mundial de las Matemáticas que se celebra en Madrid. Pero incluso virtuosos de las matemáticas como John Nash, le describen como "poco convencional".
Este genio ha dicho que rechazará el premio de 782.000 euros ofrecido por un instituto privado de EEUU, que sería suyo de confirmarse la resolución del problema. Y los niveles más elevados del colectivo aseguran que no aceptará la medalla, galardón que es sólo para matemáticos menores de 40 años. Perelman ya los ha cumplido, por lo que es el último año que opta a tal premio.
También ha rechazado otras destacadas distinciones, alegando que no creía que el comité seleccionador del ganador estuviese lo bastante cualificado para juzgar su trabajo. "Creo que es una persona muy poco convencional. Está en contra de todo lo que implique fausto e idolatría", ha declarado Arthur Jaffe, de la Universidad de Harvard.
Se sabe poco de Perelman, que se niega a hablar con los medios de comunicación. Nació el 13 de junio de 1966 y su prodigioso talento le llevó a matricularse en la escuela de San Petersburgo, especializada en física y matemáticas. A los 16 años, ganó una medalla de oro en las Olimpiadas Internacionales de Matemáticas, un concurso para escolares. Tras acabar su doctorado en San Petersburgo, trabajó en el Instituto Steklov para las matemáticas, antes de irse a EEUU a finales de los 80.
Regresó al Steklov hace 10 años para trabajar en su demostración de la forma del universo.
El mundo de las matemáticas se revolucionó en 2002 al saber de su trabajo sobre el problema enunciado por el matemático Jules Henri Poincaré en 1904. La conjetura, difícil de entender para los neófitos, ejercitó a muchas mentes deslumbrantes del siglo XX.
El problema trata de la geometría de los espacios multidimensionales y resulta clave para la topología. Perelman asegura haber resuelto una versión general del problema, denominado la conjetura de la geometrización de Thurston, del que la conjetura de Poincaré es un caso especial.
"Se trata de un problema fundamental tanto en matemáticas como en física, dado que busca la comprensión de la forma que pueda tener el universo", explica Marcus Du Sautoy, de la Universidad de Oxford. "Su definición es muy complicada. Mucha gente ha anunciado con anterioridad pruebas de su resolución, que han resultado falsas".
La obsesión con el problema, compartida por varios cerebros de las matemáticas, ha sido jocosamente denominada 'Poincaritis'. Pero Perelman parece haber tenido éxito. "Durante muchos meses, incluso años, la gente está convencida de su argumento", comenta Nigel Hitchin, profesor de matemáticas en Oxford. "Creo que la solución es correcta".
473 páginas
Incluso la forma de anunciar su demostración, que le costó ocho años de trabajo, resultó inusual. En lugar de publicarla en una revista especializada, envió tres manuscritos a un archivo 'on line' de textos matemáticos. "Fue necesario rellenar muchos detalles, lo que produjo peleas por decidir quién fue el primero en completarlo", afirma Hichin. El documento más reciente en el que resuelve su demostración tiene ¡473 páginas!
En juego está mucho más que una aclamación profesional. En el año 2000, el Instituto Clay de Boston, una organización de investigación matemática privada, estableció los siete 'problemas del Milenio', cada uno de ellos con una recompensa de un millón de dólares para quien los solucione.
La conjetura de Poincaré es una cosa, y el dinero, en el que Perelman no tiene interés, otra. "Corren muchas bromas que sugieren que tener un millón de dólares en San Petersburgo es peligroso", comenta Hitchin.
Nadie sabe qué ocurrirá si se hace con la medalla. "Si la rechazara, sería un insulto", afirma Du Sautoy. Pero es poco probable que a Perelman, que hace poco renunció a su puesto académico, le preocupe ofender a sus coetáneos. "Se ha marginado de la comunidad matemática", continua Du Sautoy. "Se ha desilusionado con las matemáticas. Su mayor recompensa es la solución del teorema".
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